Blanca Fern¨¢ndez Ochoa: "Paco fue un h¨¦roe y yo, a mi manera, tambi¨¦n"
Blanca Fern¨¢ndez Ochoa fue la primera en ganar una medalla ol¨ªmpica en Espa?a: bronce en los Juegos de invierno Albertville 1992, en eslalon.
?Por qu¨¦ se fueron sus padres a vivir a Navacerrada?
Les contrat¨® la Federaci¨®n de Esqu¨ª. Ten¨ªa all¨ª un edificio y mi padre se encarg¨® de la gerencia de la escuela. Apuntaba las clases, los horarios... Mi madre era la cocinera. Los alumnos se quedaban internos.
?Y toda su familia, no?
S¨ª, s¨ª. El edificio a¨²n existe, derruido. Ten¨ªa cinco plantas, lo recuerdo muy grande. Hab¨ªa oficinas, la vivienda de los profesores, la familiar y abajo almacenes, para el material. Los profesores eran como nuestros t¨ªos.
?Su familia estaba vinculada al esqu¨ª o fue casualidad?
F¨ªjate qu¨¦ curioso: yo nac¨ª en Madrid, en Carabanchel, y luego mis padres se fueron a vivir a San Blas y, all¨ª, fue cuando a mi hermano Paco y a mi hermano Juan Manuel les dio por el esqu¨ª. Ten¨ªamos un t¨ªo, Manolo, en el puerto de Navacerrada con un restaurante que sigue, lo lleva mi primo, Casa Ochoa, frente la estaci¨®n, muy conocido. Paco y Juan Manuel sub¨ªan cada fin de semana. En metro y autob¨²s. Esquiaban, corr¨ªan una carrera y bajaban con su trofeo.
Y alguna an¨¦cdota.
S¨ª, mira la de los guantes, que yo alucino. Como no ten¨ªamos dinero, mi madre les tej¨ªa guantes y calcetines y ellos se los iban intercambiando por el fr¨ªo. Luego fue casualidad que, a base de preguntar c¨®mo trabajar por all¨ª, sali¨® esto. Y ya subimos los peque?os a Navacerrada.
?Eran ocho hermanos, no?
?Somos! Muri¨® mi hermano Paco pero lo seguimos teniendo muy presente, cada d¨ªa.
Usted al principio lo pasaba mal con el esqu¨ª...
Hace no mucho mi hermano Juan Manuel me confes¨® que me medio enga?¨® para competir en una carrerita, en Navacerrada. Me pusieron el dorsal y me empujaron. Qued¨¦ cuarta o quinta y dije: ¡°Mira, no soy tan mala¡±. A m¨ª no me gustaba pasar tanto fr¨ªo y estar tanto en la nieve. Pero as¨ª empez¨® la cosa.
?Qu¨¦ ropa ten¨ªa?
Muy b¨¢sica. Por eso pasaba tanto fr¨ªo. Recuerdo unos anorak de guapa, que es una especie de tejido ni impermeable ni nada. Nevaba y te calabas. Y unos pantaloncitos... Y los guantes ni te cuento. Volv¨ªa a casa calada... S¨ª, s¨ª. No, no me gustaba nada. Mi madre nos met¨ªa las manos en sus axilas y hasta que no entrabas en calor no las sacaba.
Paco le sacaba 13 a?os. ?C¨®mo vivi¨® su oro?
Yo estaba en casa, all¨¢ arriba en el puerto, y eran las cinco de la ma?ana. Entonces no hab¨ªa tele. Lo emitieron luego en deportes, por la ma?ana. Pero esto fue por la noche, est¨¢bamos durmiendo. Y cuando o¨ªmos gritos, mi hermana y yo pensamos que hab¨ªa fuego. Salimos corriendo de la cama y vimos a todos los profesores abraz¨¢ndose, a mi padre, a mi madre, gritando: ¡°Oro, oro¡±. Y yo ya supe lo que hab¨ªa pasado.
Usted fue ¡°la hermana de¡± hasta Albertville, que ya fue solamente Blanca.
S¨ª. Y era una espada de doble filo. Por un lado se me abr¨ªan puertas. Todo el mundo me conoc¨ªa. ¡°Ochoa, Ochoa¡±. Todo sab¨ªan de Paquito, Sapporo, y sobre todo al principio, cuando a m¨ª me mandaron al internado del Valle de Ar¨¢n, la gente pensaba, y era verdad, porque yo no sab¨ªa ni esquiar, ¡°¨¦sta es la enchufada¡±, la ¡°hermana de¡±... Lo fui mucho tiempo.
?Aprendi¨® a esquiar en el Valle de Ar¨¢n?
S¨ª. Antes lo hac¨ªa pero como aficionada. A esquiar y competir aprend¨ª en el Valle de Ar¨¢n. Mis padres no ten¨ªan dinero, eran de origen muy humilde y, con tanto hijo, nos mandaron a cada uno a un internado. Zamora, El Paular, Madrid... Y a los tres peque?os al Juan March. La Federaci¨®n pens¨®, al ver a Paco, que pod¨ªa haber algo m¨¢s por ah¨ª. Yo fui la primera. A mi madre le pusieron tan buenas condiciones que pens¨®: ¡°Es una buena oportunidad, tendr¨¢ estudios pero tambi¨¦n deporte¡±.
?Lo pas¨® mal?
Mucho. Me quer¨ªa morir.
?Cu¨¢ntos a?os ten¨ªa?
Once. No sab¨ªa ni vestirme. Las internas mayores, que ni siquiera eran esquiadoras, aquello era colegio esqu¨ª-estudio para los seleccionados pero hab¨ªa internos de toda Espa?a, se hac¨ªan pasar por mi madre. Se pon¨ªan un trapo en boca, en una cabina, y me llamaban como si fueran ella. Me ve¨ªan tan mal, llorando tanto. ¡°Venga Blanquita, venga mi amor, que nos vamos a ver pronto...¡±. ?Yo qu¨¦ s¨¦! Me lo confesaron al final. Al a?o siguiente vinieron mis hermanos y me sent¨ª m¨¢s acompa?ada. Lo recuerdo muy malo aquel primer a?o.
?Su refugio fue el esqu¨ª?
Aprend¨ª a esquiar muy bien. No me quedaba m¨¢s remedio.
?Qu¨¦ le gustaba m¨¢s?
Competir con buen tiempo y pista (r¨ªe). Y viajar. Hemos viajado mucho, a estaciones fant¨¢sticas, en condiciones p¨¦simas.
?S¨ª? ?C¨®mo eran los viajes?
Largu¨ªsimos. ?Ves esas furgonetas antiguas en plan hippie? Pues ah¨ª. 12, 15 horas viajando para llegar a la estaci¨®n, entrenar un poquito y al d¨ªa siguiente competir.
?Hab¨ªa mujeres en el esqu¨ª?
Hab¨ªa m¨¢s ni?os que chicas. De unos 40 ponle 15 ni?as.
?Recuerda su primeros esqu¨ªs?
Recuerdo los primeros que me regalaron mis padres. Despu¨¦s de ganar ya mi hermano Paco la medalla se fueron a Andorra como cosa excepcional y me trajeron unos que para m¨ª eran la-bom-ba. Plateados, Atomic, con letras rojas, buah, buah.
Poco a poco, usted fue creciendo.
Estudiando, trabajando fueron llegando las Copas del Mundo, el h¨¢ndicap que tenemos los deportistas es que de vez en cuando te lesionas. Y cuando te lesionas es dur¨ªsimo. Volver a empezar, la incertidumbre de si vas a poder seguir, si aguantar¨¢ la pierna, el brazo. Yo fui pasando de circuito a circuito, de circuito de Europa a Copa del Mundo y de ah¨ª a Juegos y Campeonatos del Mundo. Y entre medias, lesiones.
?Tuvo muchas?
Siete operaciones. ?Siete! Tobillo, las dos rodillas, los dos hombros, la costilla, la nariz... Yo me he roto todo.
Una le dio muchos problemas porque cur¨® mal, ?no?
No; tuve problemas porque no me oper¨¦. Los ligamentos cruzados de una rodilla.
?Y eso?
Porque a principio de una temporada, en unos entrenamientos en Estados Unidos me los romp¨ª, antes de empezar las carreras. Me llevaron a un m¨¦dico, por lo visto eminencia, que me dijo: ¡°Mira ni?a, tienes esto roto. Hay dos opciones. Una, te opero ahora y te pierdes toda la temporada y dos, te pones como una mula esa pierna, esa rodilla, el doble que la otra, y te opero a final de temporada¡±. ¡°Pues esta segunda¡±. Entonces, tras mis entrenamientos me hac¨ªa dos bajadas con un solo esqu¨ª con la pierna mala para ponerla fuerte. ?Qu¨¦ pasa? Que al faltarme ligamentos tengo ahora una artrosis galopante. Pero para mi vida normal puedo ir tirando con ella.
La que sufri¨® en los Juegos de Calgary 1988 fue dur¨ªsima.
S¨ª, m¨¢s que nada porque yo ya hab¨ªa decidido retirarme. Lo hab¨ªa anunciado ante la prensa y todo. Llegaba en forma, con ganas. Lo ¨²ltimo que imagin¨¦ que pod¨ªa pasar es que me cayera. La pista, la nieve era perfecta para m¨ª, gan¨¦ la primera manga. Lo duro fue eso. Decir: ¡°Jo, y ahora qu¨¦, me voy a ir con este mal sabor de boca¡±. Estuve tres meses muy jod... Luego que si mi familia, amigos, entrenadores, la Federaci¨®n, empezaron a chincharme. Y dije: ¡°Nada, cuatro a?itos m¨¢s¡±. Cuatro veranos, cuatro primaveras, pero dije: ¡°Venga, una vez m¨¢s¡±. Porque ten¨ªa edad, a¨²n pod¨ªa, porque no me quer¨ªa quedar con ese, ¡°y si ¡°. ¡°Y si llego y puedo...¡±.
Y lo hizo. Historia. 20 de febrero de 1992. En Albertville.
(Sonr¨ªe) Es que fue la primera medalla ol¨ªmpica de una mujer en Espa?a. Es alucinante, eh.
?Qu¨¦ recuerda de aquel d¨ªa?
Levantarme, mirarme al espejo y decir: ¡°Hoy va a ser un gran d¨ªa¡±. Eso es lo que me repet¨ªa desde semanas atr¨¢s. Como decidida, como diciendo: ¡°Me cag... en la mar, es tu ¨²ltima oportunidad¡±. El primer susto me lo llev¨¦ cuando llegu¨¦ a las pistas y vi a todos mis hermanos: hab¨ªan cerrado las tiendas de deporte para venir a verme. Dije: ¡°Ostras, qu¨¦ responsabilidad, est¨¢n aqu¨ª¡±. Hac¨ªan m¨¢s ruido que todos los suizos juntos. Llevaron banderas, capotes, montaron una en la meta... Aquello fue... no s¨¦ c¨®mo explicarlo: me dieron alas. Y eso que yo estaba muy asustada. El fantasma de Calgary rondaba por all¨ª.
?C¨®mo se prepar¨®?
Con un psic¨®logo, ?por tel¨¦fono! S¨ª, s¨ª. Yo no ten¨ªa psic¨®logo ni leches como ahora. Mi hija est¨¢ en el equipo nacional de rugby y yo alucino con lo que hay. Que si masajista, fisio, aguas termales, psic¨®logo... Digo: ¡°?Y yo? ?V¨ªa tel¨¦fono los dos meses antes?¡±. Porque yo ve¨ªa que estaba bien f¨ªsicamente, pero me faltaba algo. La cabeza, Calgary. Dec¨ªa: ¡°A ver si llegada la hora me va a fallar¡±. Entonces me puse en contacto con un psic¨®logo. Le vi una vez, en unos entrenamientos. ¡°Vamos a trabajar unas t¨¦cnicas de no s¨¦ qu¨¦¡±. Me dijo c¨®mo y yo sola lo hice.
El esqu¨ª tambi¨¦n es muy diferente ahora.
Claro. Como se concentran, los materiales, las facilidades. Es alucinante. Nada que ver con nosotros. Mi hermano Paco fue un h¨¦roe pero yo tambi¨¦n, a mi manera. Nuestra ¨¦poca no tiene nada que ver.
Paco fue un talento natural.
S¨ª, s¨ª. Ya te digo. ?l fue a la nieve. Le gustaba, le apasionaba y eso, unido a una cabeza privilegiada para competir, era un c¨®ctel perfecto. Hubiera sido un grande hiciese lo que hiciese, curling incluso.
Y eso que su hermano Juan Manuel ten¨ªa mejor t¨¦cnica...
Era fant¨¢stico pero le fallaba un poco la cabeza. No es que le fallara, es que Paco era mil veces mejor. Eso hace mucho. Estar convencido, el ansia de victoria, tener el objetivo claro. Son tantas cosas las que definen a un campe¨®n de un corredor...
Siempre le dec¨ªa: ¡°?chate al d¨ªa diez carcajadas por m¨ª¡±...
Ay, s¨ª. Me dec¨ªa: ¡°Blanca, lucha por ti, por tus hijos y por favor r¨ªete una vez al d¨ªa de mi parte, a ser posible con carcajada¡±. Ese era Paco. Ese desparpajo que ten¨ªa para todo. Para estudiar, jugar al mus. Todo le ven¨ªa bien, era positivo. Se pon¨ªa delante del Portill¨®n y dec¨ªa: ¡°A ver, cuantos segundos quer¨¦is que os saqu¨¦¡±. Y pum se tiraba para abajo y si le segu¨ªas bien y si no pues no.
Tuvieron que pasar 26 a?os para que Espa?a volviera a ganar una medalla en unos Juegos de invierno, en 2018, ?los vio?
S¨ª, s¨ª, me levant¨¦, con todos. Con Javier, Regino, Queral. Compet¨ªan los espa?oles y me pon¨ªa el despertador (r¨ªe).
Regino la gan¨® y Lucas se cay¨®. Qu¨¦ cerca est¨¢ la gloria del infierno en el esqu¨ª, ?no?
Muy cerca. En apenas cent¨¦simas. Yo he visto ganar una medalla de bronce por una cent¨¦sima. Imag¨ªnate la cuarta como estaba, hecha polvo. Una cent¨¦sima no es nada. De repente tienes el d¨ªa y te sale... Muchos factores influyen. El deporte es mec¨¢nico pero var¨ªan el trazado, la nieve, tantas cosas que un d¨ªa te despiertas en condiciones y bien, y te sale. Y aunque est¨¦s bien y todo puede que no salga, como a m¨ª en Calgary. Por eso sabe tan a gloria una medalla ol¨ªmpica. Porque pasa cada cuatro a?os, porque es muy puntual, porque te escribe la historia de por vida si es que tienes ese d¨ªa.
?D¨®nde guarda la suya?
Uy, pues si te digo que ayer la baj¨¦ de un trastero... La tengo aqu¨ª en una caja. La tuve mucho tiempo en el sal¨®n.
Y ser¨ªa ante lo que m¨¢s se fotografiaban sus visitas...
S¨ª, claro (carcajadas).
?Qu¨¦ se siente en el podio?
Buah. Es una explosi¨®n de sentimientos. Yo no par¨¦ de llorar. Ve¨ªa a mis hermanos gritando, haciendo fotos. Fue tan emocionante. Qu¨¦ pena no haber o¨ªdo el himno espa?ol. Habr¨ªa sido la bomba.
?A qu¨¦ se dedica ahora?
Soy entrenadora personal de electroestimulaci¨®n. Hago un poco de todo. Viajes de esqu¨ª, con empresas, con amigos, doy alguna charla de coaching...
?Vive en la ciudad?
Siempre vivi¨® entre la naturaleza, ?logr¨® hacerse a la ciudad?
?Tiene dos hijos, ?alguno mostr¨® afici¨®n por el esqu¨ª?
S¨ª, s¨ª. Mi hija... Recuerdo que en un telesilla, subiendo en Panticosa, era peque?ita, seis a?os o as¨ª. Y empez¨® a hacerme preguntas raritas. ¡°Oye, mam¨¢, ?y t¨² cuando empezaste¡±. ¡°No, no. No vas a hacer esqu¨ª. Vas a divertirte con el esqu¨ª pero no vas a competir¡±. ¡°?Por qu¨¦?¡±. ¡°Porque se pasa muy mal¡±. Y ah¨ª le cort¨¦ el rollo. Luego hizo voleibol, baloncesto, prob¨® judo, muchos deportes, hasta que dio con el rugby. El deporte individual te da la gloria si lo consigues pero el de equipo valores que no tiene el individual.
Usted se retir¨® en 1992, tras la medalla. Entonces ya s¨ª pod¨ªa.
S¨ª...
?Fue duro?
S¨ª, s¨ª. Es un shock para cualquier deportista. Estamos acostumbrados a la disciplina. Un horario, un tipo de comida..., y de repente, pum, eso desaparece. Y dices: ¡°?Y ahora qu¨¦ hago? Me sobra tiempo¡±. Est¨¢s descolocado totalmente. Y yo en mi caso acab¨¦ bastante saturada del esqu¨ª. Tuve ah¨ª un par de a?os que no quer¨ªa ni o¨ªr hablar. Luego poco a poco te vas volviendo a enganchar.
Particip¨® en varios realities de televisi¨®n.
S¨ª, yo he hecho todo tipo de locuras de esas. Me apetecen las aventuras, me divierten. Es otra manera de tener experiencias. La isla fue muy duro pero yo estaba feliz. Con hambre y eso, pero me encant¨®. Hacerte el fuego, vivir en esas condiciones.
?Ha vuelto a ver su carrera en Albertville?
S¨ª, este invierno.
?Y qu¨¦ sinti¨®?
Que yo era una tortuga, que ahora vuelan (r¨ªe). F¨ªjate que veo la de Paco en Sapporo porque tambi¨¦n la veo, cada invierno, cuando se acercan las fechas de los Juegos, y es un gato. Me gustar¨ªa ver a los que esqu¨ªan ahora con sus esqu¨ªes y con su material... Paco les ganaba fijo.