Pepa Senante: ¡°600 pesetas fue lo que cobr¨¦ en baloncesto¡±
As premiar¨¢ en su Gala anual de diciembre al deporte femenino y por eso hoy inicia una serie de entrevistas con todas las mujeres que abrieron la puerta: las pioneras. La primera es Pepa Senante, capitana de la primera selecci¨®n femenina de baloncesto en Espa?a.
?D¨®nde empez¨® a jugar al baloncesto?
En el colegio Jes¨²s Mar¨ªa. A m¨ª me tiraba mucho el hockey patines. En mi familia siempre hemos sido muy deportistas. A mis padres les gustaba el hockey, el tenis, que jugaban amateur. Pero en hockey patines no hab¨ªa entrenadoras y, a las monjas, que nos entrenara un hombre no les hac¨ªa mucha gracia. All¨ª estaba Ita Poza, en el equipo de baloncesto, y empezamos mis dos hermanas y yo. Por qu¨¦ no lo s¨¦. Ten¨ªa 11 a?os.
Y unos a?os despu¨¦s, formaba parte de la primera selecci¨®n de baloncesto femenina creado en Espa?a...
Fue por Ita. Entrenaba tambi¨¦n en la Asunci¨®n, Vel¨¢zquez, Santa Isabel. Cuando salimos del colegio nos coment¨® si quer¨ªamos juntarnos para hacer un equipo de baloncesto.
16 de junio de 1963 es fecha para siempre del baloncesto espa?ol. Primer partido de la selecci¨®n femenina en Malgrat de Mar. Y usted ah¨ª, capitana.
Hubo una concentraci¨®n en la Almudena, que estaba ah¨ª, en Ciudad Universitaria, de la secci¨®n femenina. Vino gente de Barcelona, de Cote, Picadero, dos de Valencia, de Granada... El entrenador era Cholo M¨¦ndez. Y all¨ª, en la concentraci¨®n, fue cuando nos fuimos dando cuenta. Hubo descartes, t¨² sigues...
Las cr¨®nicas de la ¨¦poca cuentan que hab¨ªa 2.000 personas en la grada.
?2.000? Ay, no lo s¨¦. No s¨¦ cu¨¢nta gente hab¨ªa. Yo lo recuerdo como en una nube. Era al aire libre, con canastas de madera y bal¨®n de cuero. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, el segundo, fue ya a cubierto, en el Circo Price.
?Eran conscientes de estar haciendo historia?
Entonces no. Ahora empezamos a darnos cuenta de que algo bueno hicimos, con los homenajes que nos han hecho. Pero entonces no, ya te digo. Entonces s¨®lo salimos a jugar. Ten¨ªas el t¨ªpico nervio pero se iba en la primera carrera.
Entonces, las equipaciones se deb¨ªan devolver, ?no?
Es que eran otros tiempos, muy lejanos. S¨ª. Jugando con la selecci¨®n lo que te daban era la parte de arriba del ch¨¢ndal, camiseta roja. Ah, y tambi¨¦n el pantal¨®n; era azul, como de espuma. Devolv¨ªas el pantaloncito y la camiseta; las zapatillas y los calcetines los pon¨ªas t¨².
?Cu¨¢nto costaban?
Ay, ?no me acuerdo!
?D¨®nde las compraban?
En la calle Ponzano, hab¨ªa una tiendecita. Sol¨ªamos hacerlo de la marca Eya, espa?ola.
Su equipo era el CREFF en la liga, que comenz¨® entonces.
Por Ita. Colegios Reunidos de Educaci¨®n F¨ªsica Femenina.
?C¨®mo eran los viajes?
En tren, ?toda la noche! Lo llam¨¢bamos el tren de los indios. Era tal cual, todo de madera, viaj¨¢bamos en segunda. El m¨¢s largo, a Vigo: sal¨ªamos a las siete de la tarde y lleg¨¢bamos a las ocho de la ma?ana.
Cada una llevaba algo de comer, he le¨ªdo.
S¨ª. Una tortilla, otras s¨¢ndwich... Para hacerlo m¨¢s entretenido.
?Usted?
Yo y mi hermana Almudena... ?lo que hac¨ªa mi madre! Cocos con leche condensada. El postre.
?Cocos con leche condensada? Eso ahora mismo parece impensable.
Lo pienso mucho, te lo prometo. Lo de la nutrici¨®n. Es absolutamente otra cosa. Yo no s¨¦ si hubiera aguantado todas esas cosas. Es un sacrificio.
?Cobr¨® alguna vez por jugar a baloncesto?
?Nada! Cuando jugamos por primera vez en la selecci¨®n no cobramos. S¨ª recuerdo que, d¨®nde nos alojamos, ?la cama y todo pr¨¢cticamente ten¨ªamos que hac¨¦rnosla nosotras! ?Lavarnos la ropa? Nosotras. Y no barr¨ªamos porque no lo hac¨ªamos, que si no, tambi¨¦n.
?Pero nunca cobr¨® nada, nada?
Bueno, en mi ¨²ltimo partido, ante Australia. ?Nos dieron una dieta de 600 pesetas (3,6 euros)! Lo ¨²nico. Nosotras jug¨¢bamos porque nos gustaba, nos llenaba, no por otra cosa.
?Combinaban el baloncesto con otras cosas?
Inevitable. La primera ¨¦poca estudiabas y, despu¨¦s, con otros trabajos, claro.
?Usted?
Yo era entrenadora de baloncesto en colegios.
?C¨®mo Ita Poza?
S¨ª, eso.
?Pero eso le daba para vivir o segu¨ªa con sus padres?
Segu¨ªa con mis padres. Lo m¨ªo era como una ayuda econ¨®mica a la casa.
?Alguna de las chicas a las que entren¨® lleg¨® lejos?
S¨ª. Ana Herrero estuvo en la selecci¨®n. Era del Sagrado Coraz¨®n de Ferraz.
?En qu¨¦ nota m¨¢s diferencia de entonces a ahora?
En la preparaci¨®n f¨ªsica. Recuerdo un entrenamiento en la casa de campo con Bernardino Lombao, campe¨®n de 1.500. Habl¨® con Ita y nos llev¨® all¨ª, con Sagrario Aguado, que era atleta, para prepararnos f¨ªsicamente. Y aquello era... Lo m¨¢s.
Porque sus entrenamientos, nada que ver con ahora, ?no?
Con Ita entren¨¢bamos cuatro d¨ªas fijo y cinco a lo mejor. Muchas no estaban. Estudiaban, o trabajaban, faltaban. Entren¨¢bamos en el Jes¨²s Mar¨ªa. Lo hicimos varias temporadas. Ella lo era todo. Entrenadora, preparadora f¨ªsica...
?Y los vestuarios?
Me acuerdo de un partido en Ruman¨ªa, o en Polonia. Las duchas de los vestuarios eran comunes. ?Estaba el equipo rival y tambi¨¦n nosotras! Recuerdos que cuando nos fuimos a duchar nos encontramos. Fue un shock.
?C¨®mo miraba la sociedad que mujeres jugaran al baloncesto entonces?
En principio no gustaba. Nos consideraban chicotes. Pero fueron entrando poco a poco. Yo recuerdo que en los campeonatos escolares cada vez hab¨ªa m¨¢s gente vi¨¦ndonos.
Usted ha contado que les dieron hasta ¡°paraguazos¡±. Cu¨¦ntemelo.
Eso nos pas¨® en un partido en Granada. Era al aire libre, al lado de Los C¨¢rmenes. Pusieron el nuestro cuando m¨¢s o menos acababa el de f¨²tbol y entonces, los hombres que hab¨ªa en aquel, se pasaron a ¨¦ste. Estabas en el banquillo y el p¨²blico pegado a ti, detr¨¢s. Recuerdo que protestamos algo, no s¨¦ qu¨¦, y nos dieron en la cabeza con un paraguas. Pero fue anecd¨®tico. No pas¨® de ah¨ª.
?Pod¨ªa seguir el baloncesto en la tele?
?Si en aquella ¨¦poca la tele no hab¨ªa llegado a¨²n a mi casa! No. Yo iba a verlo a los campos cuando no jugaba. Al Canoe, al Vallehermoso...
Ha dicho que se notaba entonces que otras selecciones hab¨ªan empezado antes, ?tanto?
S¨ª. Se notaba mucho. Jugaban m¨¢s, se mov¨ªan mejor, ten¨ªan otro ritmo.
?Su partido m¨¢s especial?
Uno que jugamos en Gerona. A m¨ª me sali¨® un partido bueno. Y luego otro en Stuttgart, contra Alemania. Perdimos de dos y, tambi¨¦n, yo jugu¨¦ bien.
?Hay algo en lo que envidie al baloncesto de ahora?
En lo f¨ªsico.
Lo ha repetido varias veces: ?les costaba a ustedes correr, terminar los partidos?
Qu¨¦ va. Nunca lo hab¨ªa pensado pero, para nada. Ita deb¨ªa hacerlo muy bien... Lo envidio porque veo una potencia f¨ªsica extraordinaria. Y luego, c¨®mo les dejan botar el bal¨®n. ?En aquella ¨¦poca era doble! Ahora pueden acariciar el bal¨®n y bajarlo. Ahora pueden hasta llev¨¢rselo debajo del brazo. Muchas veces digo: ¡®Ay si hubiesen dejado que nosotras lo bot¨¢ramos as¨ª...¡±. Me da mucha envidia.
?Es verdad que, como la selecci¨®n empezaba y sol¨ªa perder, hubo quien les dijo: ¡°Decidme qu¨¦ quer¨¦is conocer y jug¨¢is all¨ª y al menos podr¨¦is hacer turismo¡±?
?Fue Saporta!
?Saporta?
S¨ª. Lo hac¨ªa con todos los equipos. La famosa bola caliente. En f¨²tbol tambi¨¦n lo hac¨ªa. Sacaba el primero, el que fuera. Y, depende de lo que t¨² quisieras, la bola caliente eras t¨². ¡°En el fondo da igual quien sea¡±, le dec¨ªamos. ?Si como mucho al segundo partido nos eliminaban!
?Y, si ped¨ªan, qu¨¦ quer¨ªan?
Portugal, Suiza. Adonde era m¨¢s f¨¢cil desplazarse.
?Las mejores jugadoras que usted vio?
Del equipo nuestro, el CREFF, mi hermana Almudena, reboteaba muy bien, y Chelo Nava. Era seria, defend¨ªa como una fiera y tiraba que no te quiero contar. Tambi¨¦n Tere P¨¦rez Villota, que defend¨ªa poco, pero siempre estaba al contraataque para meter unas canastas que... Y Esperanza Bern¨¢ldez, p¨ªvot como Reyes: no salta mucho pero coge todos los rebotes. Luego en la selecci¨®n las hermanas Couchoud, eran las m¨¢s altas, sobre todo Amparo, 1,75.
?1,75? ?Cu¨¢nto med¨ªa usted?
?1,60! Y entonces. Ahora me habr¨¦ quedado en 1,55. Era base.
?Qu¨¦ jugadoras le gustan de hoy?
Me encanta Marta Xargay, muy competitiva, buen¨ªsima. Laila (Palau) es buena pero con mucha floritura. Carolina M¨²jica, de las anteriores, tambi¨¦n muy buena. Y Blanca Ares a m¨ª no me gustaba su manera de jugar pero era buena.
Supongo que las ver¨¢ y sentir¨¢ que, un poco, son sus hijas, sus herederas...
Claro. No veas qu¨¦ orgullo es verlas ganar t¨ªtulos, Europeos, medallas en Mundiales, en Juegos Ol¨ªmpicos... Me encanta ver c¨®mo van saliendo de la cantera. Digo: ¡°Mira, aqu¨ª est¨¢ mi nieta¡±, ¡°All¨ª mi bisnieta¡±.
?Ve los partidos?
Depende de cu¨¢l sea y lo que se juegue. Si es mucho me tengo que ir a la cocina. Me ocurre con Nadal. Le digo a mi hijo: ¡°Miguel ?ngel, que no puedo verlo, no puedo¡±. Siempre tiene que ganar. Y ellas tambi¨¦n.
?Guarda en casa algo de su ¨¦poca como jugadora?
No, aparte de fotos... Ah, bueno, ?s¨ª! El ch¨¢ndal de una jugadora de Australia, en mi ¨²ltimo partido. Nos lo cambiamos. No s¨¦ d¨®nde pero est¨¢ en casa.
?Con qu¨¦ edad se retir¨®?
A los 30 me cas¨¦, pues... con 28 a?os.
?Tan joven? ?Era normal?
Porque hubo un malentendido. Yo me cas¨¦ con Miguel ?ngel Calleja, periodista de El Pa¨ªs, de baloncesto. Resulta que hubo un partido de liga que nosotras jugamos muy mal y ¨¦l hizo la cr¨®nica. A Ita y a m¨¢s gente les sent¨® un poco mal, me pidieron que yo hablara con ¨¦l ya que sal¨ªamos juntos. Yo me negu¨¦ y, a ra¨ªz de ah¨ª, las cosas se pusieron ¨¢speras. Decid¨ª dejarlo.
?Cu¨¢ntos partidos jug¨® con la selecci¨®n?
No muchos. En nueve a?os, quiz¨¢ ocho. Perd¨ªamos casi todos. Yo ganar¨ªa dos o tres. Pero quiz¨¢ porque no ten¨ªamos continuidad. Ah¨ª notabas sobre todo la diferencia con otras selecciones, que llevaban m¨¢s tiempo, estaban m¨¢s rodadas.
Despu¨¦s de eso usted tambi¨¦n fue comentarista de TVE...
Creo que fui la primera jugadora en hacerlo. Cuando se preparaban los Juegos de Barcelona, TVE dio algunos partidos de la selecci¨®n y yo coment¨¦. Fue muy divertido. Empec¨¦ con Paco Grande y luego con Nacho Calvo, que ahora hace tenis. Recuerdo el primer partido, con Paco, me dijo: ¡°?Qu¨¦ quieres? ?T¨² me comentas o yo te voy preguntando a ti, durante el partido¡±. Pero empezaron a jugar y yo fui hablando. Al final Paco me dijo: ¡°No me has dejado preguntarte¡±. Pero es que yo me di cuenta de que era mejor que yo fuera comentando cosas seg¨²n iban pasando y ¨¦l narrara.
O sea, como se hace ahora. ?Ah¨ª tambi¨¦n fue pionera!
No, no. Me sali¨® as¨ª (r¨ªe).
Hace cinco a?os, la FEB reuni¨® a aquellas trece mujeres que jugaron el primer partido de la selecci¨®n, aquel 16 de junio de 1963.
Para m¨ª fue una ilusi¨®n porque, salvo en mi ¨¦poca de TVE, que me fueron a ver las de Barcelona, apenas hab¨ªa tenido contacto con las de fuera, y fue muy bonito. Sobre todo ver rivales de mi ¨¦poca en el CREFF. ¡°T¨² empujabas no s¨¦ en los partidos¡±, ¡°T¨² no s¨¦ cu¨¢l¡±, nos dec¨ªamos (sonr¨ªe).
Recordar¨ªan mucho...
S¨ª (r¨ªe), de aquellos viajes en el tren de los indios, de la tortilla, de los s¨¢ndwich...
Y de sus bolas de coco...
Eso, eso... ?En serio ahora no podr¨ªamos comerlas?