El triunfal regreso de Tokio no se vio correspondido con una mejora en el torneo liguero. El equipo jugaba en conserva y s¨®lo reaccionaba cuando el marcador se tornaba adverso. El partido pendiente con el Spartak se sald¨® con un apurado dos a uno que permit¨ªa pasar a la segunda fase de la Copa de Europa como uno de los dos mejores segundos. El Manchester fue el otro clasificado como segundo de grupo y termin¨® siendo campe¨®n.

El par¨®n invernal europeo permiti¨® a Hiddink concentrar a sus hombres en el objetivo liguero. El d¨ªa de Reyes se recuper¨® el partido aplazado con el Salamanca (3-1) y cuatro d¨ªas despu¨¦s el equipo blanco se jug¨® en Mallorca la posibilidad de situarse en segunda posici¨®n. Se perdi¨® el encuentro (2-1) y la sexta plaza no satisfizo a nadie. El entrenador era cuestionado desde diversos ¨¢ngulos y las templadas declaraciones de Sanz ayudaron a capear provisionalmente el temporal. El presidente madridista, a pesar de los ¨¦xitos logrados bajo su mandato, llevaba sobre sus espaldas una sucesi¨®n de t¨¦cnicos en el banquillo sin duda acomplejante. Dos derrotas consecutivas ante el Bar?a (3-0) y el Athletic (0-1) rompieron la cuerda, excesivamente tensa, y el 23 de febrero fue cesado el t¨¦cnico holand¨¦s.

Dos d¨ªas m¨¢s tarde retornaba al club John Benjamin Toshack, que en ese momento entrenaba en Turqu¨ªa al Besiktas, por lo que fue necesario pagar (en su primera llegada al club hubo que abonar 40 millones al Real en concepto de traspaso) 80 millones. Su debut frente al Betis tambi¨¦n se sell¨® con una derrota en el Villamar¨ªn en el descuento. Mientras tanto llegaba una dura eliminatoria con el Dinamo de Kiev. Los campeones de Europa a duras penas empataron en casa con los ucranianos (1-1) y en la devoluci¨®n de visita su figura Shevchenko marc¨® de nuevo, esta vez por partida doble, y elimin¨® a los campeones.

Los ¨²ltimos partidos de Liga presentaron un balance positivo y se super¨® en la clasificaci¨®n a Mallorca, Valencia, Celta y Depor, obteniendo el subcampeonato.

En la Copa se elimin¨® al Villarreal en octavos de final y al Racing santanderino en cuartos, todav¨ªa con Hiddink en el banquillo (se le despidi¨® la noche de la vuelta ante el equipo c¨¢ntabro). Las semifinales tuvieron lugar en junio.

Toshack ya estaba al frente del equipo y el primer partido en Mestalla mostr¨® todos los defectos del equipo. El gal¨¦s aline¨® un equipo ins¨®lito, reservando a varios titulares para el inminente choque liguero con el Atl¨¦tico, y regal¨® la eliminatoria. 6-0 fue el resultado rotundo de las huestes de Ranieri y la afici¨®n madridista se sinti¨® profundamente abochornada. Se ten¨ªa una magn¨ªfica plantilla y se cerraba la campa?a 1998-99 con el hist¨®rico triunfo de la Intercontinental y fracaso en todos los objetivos. Como escribi¨® Shakespeare en Hamlet: algo huele a podrido en Dinamarca.

El 21 de junio de 1999, al d¨ªa siguiente de finalizar la Liga, se produjo el ¡®Mot¨ªn de los ocho¡¯. El domingo 20, la irrupci¨®n de Julio Senn y Francisco Javier Porquera en el despacho del director general Manuel Fern¨¢ndez Trigo, con la autorizaci¨®n del vicepresidente Onieva, en busca de determinada documentaci¨®n, fue el desencadenante de lo sucedido. Esa noche, tras conocer el hecho, se reuni¨® en un restaurante madrile?o el grupo de los ocho directivos disidentes, con Pirri, L¨®pez Serrano y Samper, planificando su estrategia y dando cuenta de ella, telef¨®nicamente, a Sanz quien mostr¨® su absoluto desacuerdo con la misma.

El lunes 21 celebran "junta directiva" los ocho disidentes en las oficinas del club a las siete de la tarde. A las once de la noche el vicepresidente primero Juan Manuel Herrero manifiesta en rueda de prensa que su grupo, formado por ocho directivos (Stampa, M¨¦ndez, Calvillo, Escudero, G¨®mez Sequeira, Fern¨¢ndez Centeno y Bustos), hab¨ªa solicitado a Lorenzo Sanz el cese de Onieva o la convocatoria de elecciones con car¨¢cter inmediato. Herrero acusaba a Onieva de invadir el terreno de otros directivos y cargos del club y reprobaba la gesti¨®n econ¨®mica y administrativa de Onieva.

El d¨ªa 22 reaccionaba el presidente con el nombramiento de cuatro nuevos directivos: Jaime Uss¨ªa, Ignacio Rodrigo, Juan Antonio Barrado y Leandro Crespo. Seg¨²n Sanz: ¡°Se est¨¢ da?ando la imagen del Real Madrid, pero esta restructuraci¨®n de la junta directiva ya estaba pensada. No ha sido de la noche a la ma?ana y la masa social nos estaba reclamando lo que hemos hecho hoy¡±. Sanz reclamaba la dimisi¨®n de los ocho disidentes, dimisi¨®n que s¨ª presentaba el asesor jur¨ªdico Juan Antonio Samper, implicado en el tema, y relegaba a Fern¨¢ndez Trigo a misiones relacionadas con el pr¨®ximo centenario de la sociedad. Poco m¨¢s tarde abandonar¨ªa el club tras negociar unas ventajosas condiciones econ¨®micas de por vida: 50 millones de pesetas anuales y con car¨¢cter vitalicio.

El d¨ªa 23 dimit¨ªan los ocho directivos record¨¢ndole a Sanz su obligaci¨®n de abrir el proceso electoral. Un d¨ªa m¨¢s tarde se inhiben del caso la Direcci¨®n General de Deportes de la Comunidad de Madrid y el Consejo Superior de Deportes por lo que los disidentes deciden ir a los tribunales de justicia. Pasar¨¢n dos a?os y los tribunales dictaminar¨¢n sentencia a favor de Sanz.

En el plano deportivo, durante la pausa estival Toshack y Sanz pusieron en marcha el llamado Plan Renove.

El gal¨¦s recomend¨® los fichajes de Baljic y Geremi a los que conoc¨ªa de su estancia en Turqu¨ªa. Adem¨¢s se consigui¨® el concurso del central brasile?o Julio C¨¦sar, del c¨¦ltico M¨ªchel Salgado (pago de la cl¨¢usula de 2.000 millones), del espa?olista, ex romano, Iv¨¢n Helguera, del argentino Bizzarri y del ingl¨¦s McManaman. Ascendieron del filial el joven guardameta Iker Casillas, el lateral Dorado y el delantero Meca. Pero el gran fichaje del verano fue el fen¨®meno franc¨¦s Nicolas Anelka, que militaba en el Arsenal londinense. Jugador joven, con enorme proyecci¨®n de futuro y dotado de cualidades t¨¦cnicas y f¨ªsicas para ser uno de los grandes futbolistas de la emergente generaci¨®n, desde el primer momento de su llegada a Madrid demostr¨® una cierta inestabilidad ps¨ªquica. Aterriz¨® en Barajas la noche del 4 de agosto en medio de enorme expectaci¨®n. Los 5.540 millones del coste de su fichaje se definieron como la locura m¨¢s grande en la historia del Real Madrid¡­ pero una locura encantadora. Su contrato contemplaba una duraci¨®n de siete a?os.

Las bajas fueron de primera magnitud: Mijatovic, Suker y Panucci, adem¨¢s de las de Contreras, Fernando Sanz, Jaime, Rojas, Tena y Tote, cedido al Benfica.

La pretemporada fue buena en resultados con la excepci¨®n del partido contra el Celta (0-3) en el Trofeo Xacobeo. El XXI Trofeo Bernab¨¦u se qued¨® en Madrid al derrotar al Milan por 4-2 en un bonito choque.

La Liga represent¨® para Toshack un reto que el gal¨¦s no pudo superar. Anelka no respondi¨® a las expectativas que hab¨ªa despertado. No encajaba en el equipo y no marcaba goles. La lesi¨®n de Illgner motiv¨® las dudas sobre si era Bizzarri o Casillas el m¨¢s adecuado para defender la porter¨ªa. Ambos comenzaron sus actuaciones cometiendo fallos lo que rest¨® confianza al equipo y el 17 de noviembre, exactamente el mismo d¨ªa pero con nueve a?os de por medio, Toshack fue destituido como entrenador y relevado por Vicente del Bosque. Desde finales de octubre directivos, jugadores y aficionados estaban en contra del gal¨¦s. Una racha de ocho partidos consecutivos sin ganar hab¨ªa acabado con la paciencia de todos. Se hablaba de posibles sustitutos como Antic, Passarella y Valdano. Hab¨ªa s¨ªntomas de indisciplina. Anelka creaba mil y un problemas que no encontraban soluci¨®n. El Real Madrid ocupaba el octavo puesto en la clasificaci¨®n a siete puntos del Rayo Vallecano, despu¨¦s de haber estado a diez de la cabeza y a tres de puestos de descenso. No se vio volar ning¨²n cerdo sobre el Bernab¨¦u ni Toshack rectific¨® ninguna de sus intempestivas declaraciones (¡°Si me pagan me voy¡±). Le pagaron y se fue. Lo tuvo todo para triunfar salvo una cosa: ganas de trabajar.

Sin embargo, en la Copa de Europa se super¨® con comodidad la primera fase, encabezando el grupo E, compuesto con el Oporto, Olympiakos y Molde.

Vicente Del Bosque, hombre de la casa desde sus tiempos de jugador juvenil, supo restablecer, poco a poco, la confianza de la plantilla.

La segunda fase comportaba mayores dificultades, pero antes del par¨®n invernal se ganaron los dos choques, al Dinamo en Kiev y al Rosenborg en el Bernab¨¦u.

En la Liga no se levantaba cabeza y cuatro resultados adversos, en especial la derrota ante el Zaragoza (1-5), desataron el nerviosismo en las gradas. Incluso, Sanz quiso dar un golpe de tim¨®n y le ofreci¨® a Jorge Valdano el cargo de director general con plenos poderes deportivos. Las fiestas navide?as, con la sorpresa de la venta de Seedorf al Inter, sirvieron para acudir a Brasil a participar en el primer Mundial de Clubes, rebautizado por algunos peyorativamente como Mundialito. Hubo que aplazar dos jornadas de Liga y ello provoc¨® que Joan Gaspart desatara sus fobias antimadridistas.

Se realiz¨® una pobre actuaci¨®n, a pesar de derrotar en la primera fase a Al Nassr egipcio y al Raja de Casablanca y obtener un empate con el local Corinthians. La diferencia de goles adjudic¨® una segunda plaza en el grupo A y el derecho a disputar el tercer puesto al Necaxa mexicano. Este partido finaliz¨® en empate y los aztecas vencieron en los penaltis. Pareci¨® que se recuperaba a Anelka pero una lesi¨®n grave contra los marroqu¨ªes, ante los que el equipo dio una imagen de indolencia y Roberto Carlos y Guti se autoexpulsaron, le puso fuera de combate por alg¨²n tiempo.

Del Bosque resolvi¨® las dudas en la porter¨ªa otorgando su confianza al jovenc¨ªsimo Casillas y el equipo fue mejorando en resultados y rendimiento. Al reanudarse la competici¨®n europea, el equipo hab¨ªa remontado posiciones en la Liga y compart¨ªa la segunda plaza con el Zaragoza a seis puntos del Deportivo coru?¨¦s.

El 29 de febrero se perdi¨® (2-4) con el Bayern muniqu¨¦s en el Bernab¨¦u y una semana despu¨¦s tambi¨¦n en la capital de Baviera (4-1). El pesimismo embargaba los esp¨ªritus cuando el Dinamo empat¨® en Chamart¨ªn. Hab¨ªa que jugarse el todo por el todo en el desplazamiento a Noruega. Era el ser o no ser en Europa. Ra¨²l consigui¨® un gol sobre el c¨¦sped del Lerkendal Stadium a los tres minutos del silbido inicial. Al final del tiempo reglamentario, 90 minutos angustiosos de juego m¨¢s el preceptivo descanso, los aficionados respiraban por haber obtenido el pase para cuartos de final.

La lucha por la clasificaci¨®n europea hab¨ªa dejado en segundo plano las competiciones espa?olas. El Deportivo se alejaba, amenazado de cerca por el Bar?a, y en la Copa se pasaban m¨¢s apuros de los previstos para superar al Zaragoza y M¨¦rida. El sorteo ofreci¨® en semifinales un doble cruce Madrid-Barcelona. Se preve¨ªa una final Bar?a-Madrid y result¨® ser Espanyol-Atl¨¦tico.

S¨®lo quedaba la posibilidad de triunfo en la Copa de Europa y gran parte de las esperanzas se perdieron cuando el Manchester United arranc¨® un empate sin goles en el Santiago Bernab¨¦u. Dos semanas m¨¢s tarde se asisti¨® en Old Trafford a uno de esos acontecimientos que han jalonado la historia del club m¨¢s laureado del siglo XX. El equipo de Del Bosque realiz¨® un encuentro excepcional. Todos los hombres rayaron a gran altura, tanto individual como colectivamente, y al cabo de una hora de juego el electr¨®nico se?alaba un 0-3 impensable pero l¨®gico por lo que estaba sucediendo sobre el terreno ingl¨¦s. La jugada de Redondo, los goles de Ra¨²l, las paradas de Casillas, el mando de Helguera, los marcajes de Campo y Karanka, el trabajo de Macca¡­ todos luchando, cerrando huecos y abriendo espacios. Perfecto.

Al final los ingleses maquillaron el resultado con dos goles pero no pudieron impedir el pase de los blancos a la semifinal (2-3). El partido de Manchester sirvi¨® para que se recuperase una confianza absoluta en el poder¨ªo del equipo y ello se puso de manifiesto en el primer encuentro con el Bayern. Nada fue igual a lo que hab¨ªa sucedido dos meses antes. La seguridad defensiva merengue anul¨® a la delantera muniquesa y esta vez Anelka mostr¨® parte importante de las calidades que se le supon¨ªan, por lo que se pudo viajar a M¨²nich con la relativa tranquilidad de un resultado 2-0.

En el Olympischstadion el temor del tempranero gol de Jancker se disip¨® con la igualada de Anelka. Eran necesarios tres goles m¨¢s para que los alemanes apeasen al Madrid de su torneo y s¨®lo consiguieron uno. Las puertas de Par¨ªs estaban abiertas y habr¨ªa final espa?ola. Un d¨ªa despu¨¦s, se supo que el rival ser¨ªa el Valencia, verdugo del Bar?a en la otra semifinal. Por vez primera en su historia la final del m¨¢s importante de los torneos europeos de clubes tendr¨ªa como protagonistas a dos equipos de un mismo pa¨ªs.

Los dos equipos finalistas llegaron a Par¨ªs el 22 de mayo y se recluyeron en sus cuarteles respectivos. Los valencianos en el Chateau de la Tour en Govieux; los madridistas en el Trianon Palace de Versalles. Las hinchadas invadieron Par¨ªs, en autom¨®vil, autocar, ferrocarril o avi¨®n; llegaban por miles y daban colorido especial a las calles parisinas. Los valencianistas con la ilusi¨®n primeriza y el fundamentado optimismo por el espl¨¦ndido comportamiento de su equipo en el final de temporada. Los madridistas con la incertidumbre por el bajo rendimiento en los ¨²ltimos partidos ligueros y la experiencia esperanzadora de que en las grandes ocasiones el Real Madrid da lo mejor de s¨ª mismo.

85.000 espectadores llenaban el Estadio de Saint Denis, la mayor¨ªa espa?oles, tal vez m¨¢s de 50.000, alojados en sectores separados para evitar posibles enfrentamientos y con el Pr¨ªncipe de Asturias en el palco presidencial. La deportividad de ambas hinchadas fue digna de elogio. Del Bosque recurri¨® una vez m¨¢s a los tres defensas centrados (hubo dudas sobre la conveniencia de alinear a un Hierro renqueante y al final jug¨® s¨®lo un cuarto de hora), con los laterales adelantados arropando a los tres hombres del centrocampo y Anelka y Morientes en la punta del ataque. C¨²per dispuso a los suyos con defensa de cuatro, cinco centrocampistas y ¡®Piojo¡¯ L¨®pez de solitario delantero. Tras el tanteo inicial pronto se pudo observar que el Valencia jugaba nervioso, mientras que los madridistas superaban a sus rivales en todos los sectores del campo. A siete minutos del intermedio lleg¨® el primer gol. Incorporado al ataque, Salgado centr¨® al segundo palo y Morientes cabece¨® a placer. Esta vez Ca?izares no pudo salvar su puerta como en ocasiones anteriores y el gol premiaba la superioridad del equipo blanco, ese d¨ªa uniformado de negro.

Al comienzo de la reanudaci¨®n pareci¨® que el equipo naranja sal¨ªa con otra disposici¨®n pero fue fugaz espejismo. El Madrid luchaba para despojar de la pelota a sus adversarios y lo consegu¨ªa f¨¢cilmente. Pasada la hora de juego McManaman recog¨ªa un rechace valencianista y desde el borde del ¨¢rea empalmaba un disparo imparable.

Se esperaba el gol de Anelka en Par¨ªs y el tercero lo marc¨® Ra¨²l en jugada t¨ªpica del franc¨¦s. Fue Savio quien lanz¨® un pase muy adelantado cogiendo de rev¨¦s a la l¨ªnea defensiva valenciana. Ra¨²l en carrera se present¨® ante Ca?izares, le sorte¨® en regate abierto y dif¨ªcil, y con poco ¨¢ngulo cruz¨® un remate con la derecha que Djukic no pudo salvar. Era la confirmaci¨®n de una merecida victoria. Faltaba un cuarto de hora y el Valencia, impotente, baj¨® los brazos. Del Bosque tuvo el gran detalle de sustituir a Anelka por Sanch¨ªs para que el veterano capit¨¢n tuviese el premio y la gran satisfacci¨®n de recoger la Copa de Europa de manos del pr¨ªncipe Felipe.

Era la Octava, tal y como hab¨ªa prometido Lorenzo Sanz y en la que colaboraron a su conquista: Roberto Carlos (17 partidos), Helguera (16), M¨ªchel (15), Ra¨²l (15), Redondo (15), Morientes (14), McManaman (13), Casillas (12), Iv¨¢n Campo (12), Savio (11), Hierro (10), Karanka (10), Guti (10), Julio Cesar (9), Anelka (9), Geremi (8), Seedorf (6), Karembeu (5), Baljic (5), Sanch¨ªs (5), Bizzarri (4), Eto¡¯o (4), Ognjenovic (2), Illgner (1), Aranda (1) y Meca (1).

Luego el colorido sigui¨® sobre el c¨¦sped, en las calles parisinas, en la fuente de Cibeles... El 25 de mayo todo el entusiasmo de m¨¢s de cien mil personas se manifest¨® en la llegada del equipo de Barajas a Cibeles, en un viaje en el que el directivo Leandro Crespo acapar¨® un protagonista que molest¨® a los jugadores, y con fin de fiesta espectacular en el Bernab¨¦u.

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La trayectoria de Lorenzo Sanz en el Real Madrid

Cap¨ªtulo 1: Ram¨®n Mendoza se marcha ahogado por la econom¨ªa.

Cap¨ªtulo 2: La lujosa renovaci¨®n de Sanz devuelve la ilusi¨®n al madridismo

Cap¨ªtulo 3: Fabio Capello lider¨® el primer proyecto de Lorenzo Sanz

Cap¨ªtulo 4: La ansiada S¨¦ptima Copa de Europa lleg¨® con Lorenzo Sanz

Cap¨ªtulo 5: El Madrid conquista en Tokio su segunda Copa Intercontinental.

Cap¨ªtulo 6: La Octava lleg¨® en la primera final espa?ola de la historia

Cap¨ªtulo 7: Lorenzo Sanz pierde las elecciones con Florentino P¨¦rez