Fabio Capello hab¨ªa nacido en la poblaci¨®n de Pieris, en la provincia de Gorizia, el 18 de junio de 1946, reci¨¦n acabada la guerra mundial. Se hizo futbolista y con quince a?os se incorpor¨® al SPAL de Ferrara, entonces habitual en la serie A italiana. Antes de cumplir los dieciocho debut¨® el 29 de marzo de 1964 en la Primera Divisi¨®n del calcio. Entre 1967 y 1970 actu¨® en el Roma, fichando a continuaci¨®n por la Juventus. Tras seis temporadas en la vecchia signora recal¨® en el Milan, donde colg¨® las botas. Las de jugador, porque se integr¨® en el cuerpo t¨¦cnico del club, en 1981 de las secciones inferiores y desde 1987 como segundo de Arrigo Sacchi. En 1991 sustituy¨® a su maestro en el banquillo del primer equipo milan¨¦s y tras cinco a?os de permanencia al frente del mismo dio el salto al Real Madrid. Adem¨¢s hab¨ªa sido portador en 32 ocasiones de la maglia azzurra en las que, a pesar de ser centrocampista, logr¨® ocho goles para Italia.

Realmente su curr¨ªculum avalaba el prestigio con el que lleg¨® a Madrid.

El 20 de mayo de 1996 firm¨® el contrato en las oficinas de la casa blanca que le un¨ªa por tres a?os al club.

Hab¨ªa llegado a Barajas el d¨ªa anterior a las tres de la tarde y tras dejar el equipaje en el hotel Eurobuilding se traslad¨® al estadio para asistir a los encuentros que sucesivamente opon¨ªan al Real Madrid con el M¨¦rida (1? divisi¨®n) y Almer¨ªa (2? divisi¨®n). A las nueve se reuni¨® a cenar con su representante Carlos Uriarte y los directivos madridistas, retir¨¢ndose a descansar pasadas las doce de la noche.

Por la ma?ana se reuni¨® sucesivamente con Manuel Fern¨¢ndez Trigo, Jos¨¦ Mart¨ªnez Pirri, Ram¨®n Mart¨ªnez y Arsenio Iglesias. A la una y cuarto fue presentado a los medios de comunicaci¨®n. M¨¢s de doscientos periodistas se agolpaban en la sala de la Asociaci¨®n de la Prensa de la calle de Juan Bravo. ¡°Trabajar¨¦ para ganar la Liga. El Real Madrid necesita renovar el equipo y por eso tienen que marcharse jugadores excepcionales como lo es M¨ªchel. No tengo miedo. El Real Madrid es un reto que acepto con emoci¨®n y orgullo. Es una aventura estimulante y conf¨ªo en poder recuperar los viejos ¨¦xitos y el prestigio de este club. Conmigo el que no corre no juega, ya lo he advertido. El primer espect¨¢culo que reclama la afici¨®n es la victoria de su equipo, lo dem¨¢s viene despu¨¦s. Es un honor estar aqu¨ª¡±. Estas fueron sus frases m¨¢s significativas antes de retornar a Italia a las tres de la tarde para emprender una gira por Corea y China con el equipo milan¨¦s.

Su incorporaci¨®n se produjo el 1 de julio. Desde el primer momento demostr¨® que ten¨ªa sus ideas muy claras y que iba a imponerlas.

Los jugadores se sorprendieron al recibir dos cartas (¡®Normas del se?or entrenador I y II¡¯) que conten¨ªan una serie de normas de obligado cumplimiento que no cayeron bien en la plantilla. Los jugadores del Real Madrid no estaban acostumbrados a ser considerados como colegiales.

En la pretemporada surgieron las primeras incidencias. Durante uno de los primeros entrenamientos, Quique S¨¢nchez se queja de una u?a del pie. Capello manifiesta que un jugador que se queja de tal problema no puede pertenecer a su equipo y a pesar de los dos a?os de contrato que todav¨ªa le restan en el club le da la baja. Eso indica a los jugadores que el italiano no habla por hablar. La autoridad la tiene el m¨ªster y la ejerce con todas sus consecuencias.

El 16 de agosto se conocen las maniobras de Alfonso para incorporarse definitivamente al Betis. Capello quiere a Finidi, al argentino Almeyda y al brasile?o Flavio Concei?ao. Las arcas est¨¢n vac¨ªas y no se puede satisfacer sus deseos. Los directivos creen que hay plantilla suficiente para afrontar los retos de la temporada.

En el Corriere dello Sport aparecen una declaraciones del t¨¦cnico que levantan ampollas: ¡°Dicen que tenemos una gran plantilla y s¨®lo tengo once jugadores. No entiendo la planificaci¨®n que han hecho de la pretemporada. S¨®lo piensan en el dinero y no en el equipo. En un mes con el equipo he cogido m¨¢s aviones que en todas las Copas de Campeones con el Milan. Esto lo vamos a terminar pagando. Necesitamos m¨¢s jugadores¡±.

El presidente Sanz reacciona de inmediato y se re¨²ne en un sal¨®n del hotel Carlton bilba¨ªno con su entrenador. No trasciende lo tratado pero se estima que se ha llegado a un acuerdo entre las partes. El presidente declara: ¡°Lo ¨²nico que le he comentado es que si hay algo que no le gusta, que nos lo diga a nosotros. Estamos haciendo un proyecto de futuro y por unas palabras no podemos echar todo por tierra. Creo que Capello no tiene motivos para quejarse. Hemos aclarado algunas palabras que no me gustaron y ya est¨¢ todo en orden¡±.

En el trofeo Bernab¨¦u se derrota al Benfica (4-0) y el p¨²blico sale satisfecho pero a Capello se le suelta de nuevo la lengua: ¡°S¨®lo tengo catorce jugadores y un grupo de chavales. Hacen falta refuerzos. As¨ª no se puede seguir. Tienen que llegar nuevos jugadores¡±.

Exigi¨® el fichaje de un guardameta con altura f¨ªsica y experiencia. Sanz le proporcion¨® de inmediato a Bodo Illgner, que pudo debutar en el comienzo del campeonato.

El alem¨¢n ha sido durante su estancia en Madrid un jugador que cumpli¨® bien su oficio cuando fue requerido para ello, pero que no lleg¨® a integrarse en la plantilla. Su mujer Bianca, agente FIFA, siempre ha parecido ser quien tomaba todas las decisiones importantes, no s¨®lo familiares sino deportivas.

El juego del equipo se demostr¨® como excesivamente mecanicista, sin concesiones ni alegr¨ªas para la imaginaci¨®n creativa de sus componentes, provocando el relativo disgusto de los seguidores merengues y cierta desconfianza en los directivos. La prensa, mayoritariamente, critic¨® su estilo (el italiano tras empezar con una relaci¨®n afable se fue distanciado a medida que pasaba el tiempo de los periodistas), aprovechando cualquier resultado insatisfactorio, como los empates en La Coru?a, Sevilla y Santander, donde se dijo que el equipo no se lo hab¨ªa tomado en serio hasta que se vio en desventaja.

Mayores motivos hubo cuando las igualadas se produjeron en el Bernab¨¦u contra Tenerife y Logro?¨¦s o en Almendralejo. Se cape¨® el temporal y los resultados en general acompa?aron. Capello sobrevivi¨® a todos y a todo, fundamentalmente por la voluntad de Sanz, que no por su confianza. Poco a poco, con los resultados favorables, fueron cesando las cr¨ªticas adversas e incluso el juego del equipo mejor¨® en espectacularidad, olvid¨¢ndose las acusaciones de aburrimiento.

En v¨ªsperas de Navidad, Capello manifest¨® la necesidad de reforzar la defensa por su sector diestro. El portugu¨¦s Secretario no cumpl¨ªa lo que se esperaba de ¨¦l y Chendo acusaba el paso de los a?os a pesar de su proverbial entusiasmo. Se utiliz¨® a Alkorta y a Fernando Sanz pero ninguno satisfizo al t¨¦cnico italiano. Lleg¨® Panucci y Fabio Capello ces¨® en sus permanentes quejas.

El partido contra el Bar?a contempl¨® un claro triunfo blanco. La afici¨®n se volc¨® en su apoyo y tuvo la satisfacci¨®n de poder homenajear a Mijatovic cuando marc¨® el gol de la tranquilidad (2-0) despu¨¦s de una semana dif¨ªcil para el montenegrino por la situaci¨®n cl¨ªnica de su hijo Andrea.

El triunfo ante el Atl¨¦tico en el Calder¨®n (1-4), con debut de Panucci y extraordinaria actuaci¨®n de Ra¨²l cuando acababa de ser expulsado Mijatovic, venci¨® la balanza del lado del mister en el ¨¢nimo de los aficionados. Se mantuvo la imbatibilidad hasta la 25? jornada y el Rayo fue el sorprendente triunfador. No se mereci¨® perder en Vallecas y la derrota no tuvo repercusiones. En Tenerife, la isla maldita, se logr¨® el empate el d¨ªa 30 de marzo, fecha de la presentaci¨®n del brasile?o Z¨¦ Roberto que se hab¨ªa incorporado en enero tras un viaje presidencial a Brasil y Uruguay.

Sin embargo, las derrotas padecidas en el Camp Nou y San Mam¨¦s redujeron al m¨ªnimo la diferencia con los cul¨¦s. Se hab¨ªa disfrutado de diez puntos y ahora s¨®lo se ten¨ªan dos de ventaja. El sprint final demostr¨® que los madridistas eran m¨¢s fuertes, por tener la ventaja de no estar disputando esa temporada alguna competici¨®n europea. El Bar?a perdi¨® rid¨ªculamente en Alicante, con un H¨¦rcules a punto de consumar su p¨¦rdida de categor¨ªa, y los blancos no desaprovecharon sus oportunidades. El Real Madrid volv¨ªa a proclamarse campe¨®n de Liga, a pesar de las dudas que algunos fomentaron y otros compartieron.

S¨ª llam¨® la atenci¨®n de los observadores que, despu¨¦s de varios a?os, el estadio Santiago Bernab¨¦u volviera a llenarse, jornada tras jornada, independientemente de la val¨ªa del rival. El p¨²blico respond¨ªa ante el ¨¦xito y hasta le parec¨ªa bien la disciplina de Capello frente al vedettismo de los jugadores. Las sustituciones de Suker se hicieron habituales ante el disgusto del jugador. Guti, Secretario y Fernando Sanz se quejaban de la falta de inter¨¦s que ten¨ªa el entrenador por ellos.

Pero todo ello lo asum¨ªan los aficionados como l¨®gico dado el rendimiento que daban sobre el terreno de juego. Nunca llegaron a entender las desavenencias entre el t¨¦cnico y el presidente, aunque se habl¨®, y mucho, de la situaci¨®n de Fernando Sanz como discutido jugador de la plantilla y su posible influencia filial en contra del entrenador que no le alineaba.

Su principal defensor fue Fernando Hierro: ¡°Es Capello quien nos ha dado el car¨¢cter de campeones. Gracias a ¨¦l hemos podido remontar muchos encuentros. Hemos cre¨ªdo en nuestras posibilidades y no hemos arrojado nunca la toalla¡±.

El entrenador italiano hab¨ªa firmado un contrato por tres a?os y su car¨¢cter ganador cay¨® bien a los aficionados madridistas que no comprend¨ªan c¨®mo se cuestionaba su continuidad en el club. Parec¨ªa un culebr¨®n televisivo y mucho m¨¢s cuando se hizo p¨²blico que renunciaba a cumplirlo en toda su integridad para retornar a Mil¨¢n al t¨¦rmino de una temporada triunfal.

El 10 de febrero Sanz recibe en su despacho a Mijatovic y Suker. Ambos le dan a conocer las ofertas que han recibido de clubes ingleses pero, sobre todo, que no se encuentran a gusto con Capello. ¡°Mientras el equipo gane, no podemos hacer nada¡± comenta a continuaci¨®n Sanz con sus directivos. De nuevo trasciende la noticia y Capello manifiesta que el presidente no le respalda. El 17 de febrero consigue que Sanz le reconozca en un documento que le dejar¨¢ en libertad al finalizar la temporada siempre y cuando en los tres a?os siguientes no entrene al Bar?a. Todo se sabe, y peri¨®dicos y emisoras se hacen eco de estas noticias, las ampl¨ªan y amplifican.

El vestuario es un volc¨¢n. La directiva se divide en posturas contrapuestas. Ignacio Silva, vicepresidente econ¨®mico, pide a Sanz la destituci¨®n del tesorero Juan Onieva. Sanz da su confianza a Onieva y Silva dimitir¨¢ al finalizar la temporada. Capello tiene la puerta abierta para marcharse y declara que el 15 de mayo anunciar¨¢ su futuro. Sin embargo, el 18 de abril, tras derrotar al Sevilla y ampliar a diez puntos la ventaja sobre el Bar?a, Sanz y Capello se re¨²nen para plantear la siguiente temporada, fichajes, bajas, lugares de preparaci¨®n, cuadro t¨¦cnico¡­ Capello reconoce que tiene una oferta del Milan por tres a?os y duda en forzar su salida del club blanco o permanecer. R¨¢pidamente se sabe que ha pedido las bajas de Suker, Secretario, Buyo, Chendo y Alkorta; que quiere la incorporaci¨®n de Henry, Karembeu, Rodrigo, Morientes y un central de primera fila. Tambi¨¦n pretende la cesi¨®n de Fernando Sanz, Guti y ?lvaro y el regreso de Dani, Jaime y Contreras. Circulan toda clase de rumores y suposiciones. La situaci¨®n se deteriora y Sanz y Capello saben que no van a seguir juntos, aunque p¨²blicamente ambas partes lo nieguen. Por fin, el 28 de abril, Capello da la primicia en una emisora: ¡°Me voy. La decisi¨®n est¨¢ tomada. Cuando la gente no es correcta no se puede trabajar. Es imposible hacerlo en un club en el que hay una conversaci¨®n entre dos personas y al d¨ªa siguiente aparece todo en la prensa¡±. De inmediato el presidente reacciona: ¡°Nos ha tomado el pelo. Se ha cabreado porque le han comunicado que no hablar¨ªa con ¨¦l hasta despu¨¦s del partido con el Barcelona. Se cabre¨® cuando le dije que no le permitir¨ªa que entrenara al equipo azulgrana y todo el mundo sabe que en enero se reuni¨® con Gastart. A m¨ª me habr¨ªa gustado que hubiera estado diez a?os en el Madrid, pero ¨¦l no quiere¡­ ?Qu¨¦ esperaba Capello? ?Que me arrodillase ante ¨¦l? A partir de ahora le dar¨¦ una palmadita y adi¨®s muy buenas¡±.

Se gan¨® la Liga y se fue Fabio Capello a un Milan en crisis en el que fracas¨®.

La verdadera nota desgraciada de la temporada fue la grav¨ªsima lesi¨®n de una de las mayores esperanzas blancas: ?lvaro Benito Villar. En partido internacional de selecciones Sub-21 contra Eslovaquia, su rodilla se hizo a?icos cortando de ra¨ªz la magn¨ªfica proyecci¨®n del joven jugador.

La ausencia europea incorpor¨® esta vez al Madrid a las eliminatorias coperas desde la segunda ronda. Salamanca y Valladolid fueron dejados en la cuneta con cuatro triunfos blancos, pero en octavos de final el sorteo dispuso un choque de m¨¢xima rivalidad: Bar?a-Madrid.

Todav¨ªa luchaban en esos momentos por el t¨ªtulo liguero y se present¨® el doble duelo como anticipo del desenlace final. Ambos partidos estuvieron rodeados de la expectaci¨®n l¨®gica y de una emoci¨®n desbordante. En el Camp Nou venci¨® el Barcelona. Fue un choque muy igualado que se resolvi¨® por el mayor acierto azulgrana. Ronaldo inaugur¨® el marcador, pero igual¨® enseguida Suker. En la segunda parte Hierro adelant¨® a los blancos y ¨¦l mismo fue el autor del empate al batir involuntariamente a Illgner. Resolvi¨® el brasile?o Giovanni a doce minutos del fin.

La vuelta en el Bernab¨¦u, siete d¨ªas despu¨¦s, el 6 de febrero, tuvo los mismos ingredientes. Lleno absoluto, espectacularidad y emoci¨®n sin l¨ªmites. El Bar?a jug¨® al contraataque buscando la definici¨®n de Ronaldo. En el primer tiempo no se movi¨® el tanteador. Faltaban 20 minutos cuando una desgraciada intervenci¨®n de Roberto Carlos ampli¨® la ventaja del club blaugrana. Los jugadores madridistas reaccionaron con entusiasmo y juego, descuidando incluso su defensa. No hab¨ªa t¨¢cticas ni sistemas en pos de una victoria heroica que no lleg¨®. Un penalti transformado por Suker impidi¨® la derrota, pero falt¨® otro gol que hubiese adjudicado la clasificaci¨®n por el valor de los goles en campo contrario.

La temporada arrojaba un balance favorable en lo deportivo. T¨ªtulo liguero, plantilla competitiva y participaci¨®n europea. Dejaba la duda del comportamiento futuro de una directiva desunida, de la incorporaci¨®n de un nuevo responsable del equipo y, sobre todo, si en estas circunstancias se podr¨ªa encarar con ¨¦xito la conquista de la S¨¦ptima.

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La trayectoria de Lorenzo Sanz en el Real Madrid

Cap¨ªtulo 1: Ram¨®n Mendoza se marcha ahogado por la econom¨ªa.

Cap¨ªtulo 2: La lujosa renovaci¨®n de Sanz devuelve la ilusi¨®n al madridismo

Cap¨ªtulo 3: Fabio Capello lider¨® el primer proyecto de Lorenzo Sanz

Cap¨ªtulo 4: La ansiada S¨¦ptima Copa de Europa lleg¨® con Lorenzo Sanz

Cap¨ªtulo 5: El Madrid conquista en Tokio su segunda Copa Intercontinental.

Cap¨ªtulo 6: La Octava lleg¨® en la primera final espa?ola de la historia

Cap¨ªtulo 7: Lorenzo Sanz pierde las elecciones con Florentino P¨¦rez