El ba?o de ¨¦xito de la S¨¦ptima fue ligeramente mitigado por la nueva decepci¨®n padecida en el Campeonato del Mundo que tuvo lugar en Francia, donde la selecci¨®n nacional no super¨® la fase inicial.

Tal y como se rumoreaba no se renov¨® el contrato a Jupp Heynckes que se despidi¨® el 27 de mayo siendo provisionalmente sustituido por Jos¨¦ Antonio Grande. Su vacante fue cubierta por el holand¨¦s Guus Hiddink aunque con anterioridad se produjo el culebr¨®n Camacho. El gran capit¨¢n de las remontadas gloriosas firm¨® su contrato por dos a?os con el club de toda su vida el 17 de junio de 1998, pero no lleg¨® a presentarse con el equipo. El d¨ªa 9 de julio presentaba la dimisi¨®n por no aceptar la junta directiva las condiciones contractuales de su cuadro t¨¦cnico de ayudantes. La directiva estimaba que en el caso de que Camacho presentara la dimisi¨®n, sus ayudantes quedaban incluidos en la misma. Carcel¨¦n, segundo entrenador, acept¨® la cl¨¢usula, pero Lorenzana, preparador f¨ªsico, se opuso.

Hiddink, nacido en Wisch el 8 de noviembre de 1946, hab¨ªa sido un mediocre jugador en varios conjuntos de su pa¨ªs y en algunos norteamericanos durante las vacaciones veraniegas. Su carrera como t¨¦cnico hab¨ªa comenzado en el De Graafschap antes de proseguir con ¨¦xito en el PSV de Eindhoven, primero como ayudante (1984-86) y despu¨¦s como m¨¢ximo responsable (1986-90), periodo en el que gan¨® la Copa de Europa en 1988. Antes de incorporarse al f¨²tbol espa?ol como entrenador del Valencia (1991-93) hab¨ªa dirigido al Fenerbahce turco. Durante tres temporadas fue seleccionador de Holanda y tras el mundial franc¨¦s, finalizada su funci¨®n, qued¨® libre para ingresar en el club de Chamart¨ªn. Firm¨® su compromiso el 15 de julio.

Las incorporaciones de Contreras y Rojas y el fichaje de Jarni fueron las ¨²nicas novedades de la nueva temporada, pobre bagaje, disculpado por la deteriorada situaci¨®n econ¨®mica y el mantenimiento de la plantilla euroganadora. Abandonaron, sin embargo el club Dani (Mallorca), V¨ªctor y Amavisca (Racing) y Ca?izares (Valencia). El guardameta se hab¨ªa comprometido con el equipo de la ciudad del Turia ante la cuant¨ªa de su oferta econ¨®mica, la retirada de Zubizarreta y la presencia como titular en el Madrid de Illgner.

Adem¨¢s se produjo el caso Mista, joven jugador de enorme proyecci¨®n, que firm¨® por el Tenerife teniendo contrato en vigor.

La pretemporada, con base inicial en Nyon, fue muy suave, dado que muchos jugadores hab¨ªan participado en la Copa del Mundo con sus respectivas selecciones. El 8 de septiembre fue la presentaci¨®n ante los aficionados en el XX Trofeo Bernab¨¦u, con un triunfo rotundo (4-0) ante el Pe?arol de Montevideo, lo que mitigaba el disgusto de la derrota con el Chelsea (0-1), en M¨®naco, para adjudicar la Supercopa de Europa.

Comenz¨® la Liga con dos triunfos, pero en la tercera jornada se empat¨® con el Bar?a en Chamart¨ªn, antes de triunfar en San Mam¨¦s y alcanzar el liderato en solitario. Apareci¨® el Betis por el Bernab¨¦u y se llev¨® una sorprendente victoria (0-1), pero lo peor es que se empezaron a perder puntos en casa y, antes de viajar a Tokio, se ocupaba la cuarta plaza de la clasificaci¨®n a cuatro puntos de un sorprendente Mallorca.

El 15 de febrero de 1999 inici¨® sus retransmisiones una emisora televisiva dedicada en exclusiva al Real Madrid. Conocida popularmente como canal blanco, ten¨ªa como nombre Realmadrid televisi¨®n, que bajo la direcci¨®n fundacional de Javier Ares y posteriormente de Nacho Aranda, super¨® muy pronto las m¨¢s optimistas estimaciones de crecimiento de abonados.

El camino en la Champions League tampoco fue tan brillante como el a?o anterior. Antes del desplazamiento a Jap¨®n se hab¨ªan disputado cinco de los seis encuentros del grupo y la clasificaci¨®n estaba en el aire. Tras ganar (2-0) en Sevilla al Inter de Mil¨¢n se hab¨ªa perdido en Mosc¨² con el Spartak (2-1). El primer encuentro hab¨ªa tenido lugar en el S¨¢nchez Pizju¨¢n por la sanci¨®n de la UEFA como consecuencia del derribo de la porter¨ªa el d¨ªa del Borussia de Dortmund. Ya en el Bernab¨¦u se gole¨® al Sturm Graz (6-1), con el que se estuvo a punto de repetir goleada en su estadio Schwarzenegger (1-5).

El partido de Mil¨¢n fue un infierno y, a pesar de ello, se mantuvo el tipo hasta poco antes del final. Seedorf hab¨ªa empatado el gol conseguido por el ex madridista Zamorano ocho minutos antes. A cinco minutos del final el empate estaba pr¨¢cticamente asegurado cuando Roberto Baggio, que hab¨ªa salido al campo poco antes en lugar del delantero chileno, consegu¨ªa dos goles en sendas genialidades que sentenciaban el encuentro.

El Inter se situaba en cabeza con diez puntos, el Madrid ten¨ªa nueve y el Spartak ocho. En la jornada que faltaba por disputar los italianos visitaban al floj¨ªsimo equipo austriaco y los madrile?os se jugaban la te¨®rica segunda plaza en duelo directo con los rusos en Madrid.

Se aplaz¨® el encuentro con el Salamanca en la 12? jornada para tomarse el tiempo necesario para el largo y cansado desplazamiento a Jap¨®n, donde desde el a?o 1980 se ven¨ªa celebrando la Copa Intercontinental bajo el patrocinio de la marca nipona Toyota.

El rival era el equipo brasile?o Vasco da Gama, campe¨®n de la Copa Libertadores al haber derrotado en la final al Barcelona de Ecuador en los dos partidos, por 2-0 en R¨ªo de Janeiro y 1-2 en Guayaquil. Hubiera sido curioso que el triunfo de los ecuatorianos hubiese desembocado en un Madrid-Barcelona en la capital del imperio del Extremo Oriente.

El Real Madrid hab¨ªa sido el primer vencedor del torneo en el lejano 1960, a?o de su creaci¨®n. Hab¨ªa tenido la oportunidad de renovar ¨¦xito despu¨¦s de la conquista de la Sexta en 1966, pero la v¨ªctima de 1960 result¨® verdugo en esta ocasi¨®n y Pe?arol se llev¨® la copa a Montevideo. Ahora el Madrid llegaba a la final por tercera vez y el deseo de victoria lat¨ªa en el interior del madridismo.

Jap¨®n era un pa¨ªs con escasa tradici¨®n futbol¨ªstica pero que desde hac¨ªa varios a?os se hab¨ªa incorporado a la din¨¢mica del juego m¨¢s popular del mundo. Su estadio Ol¨ªmpico de Sendagaya, conocido popularmente por Kokoritsu, en Tokio, era la sede de la Intercontinental desde 1980 y ten¨ªa una capacidad para 60.337 espectadores, todos sentados. Presentaba un magn¨ªfico aspecto como escenario de la gran final cuando los jugadores salieron al terreno de juego con el equipo arbitral. Se hab¨ªa cuestionado la conveniencia de que el juez fuese el chileno Mario S¨¢nchez, dado el roce pol¨ªtico entre Espa?a y Chile producido por la solicitud espa?ola de la extradici¨®n y juicio del ex dictador Pinochet. En los grader¨ªos se encontraban unos quinientos espa?oles y varios miles de brasile?os. De estos ¨²ltimos, curiosamente, un grupo significativo tom¨® partido por el Madrid al ser torcida de equipos tradicionalmente rivales del Vasco. Por la diferencia horaria el encuentro se pudo ver en Espa?a a las once y diez de la ma?ana y a trav¨¦s de un canal de pago.

Las tres derrotas consecutivas del Madrid en sus ¨²ltimas actuaciones llevaron al ¨¢nimo de Hiddink la adopci¨®n de la t¨¢ctica de tres defensas centrales, por detr¨¢s de una l¨ªnea de cuatro, dejando en punta a Mijatovic, con Ra¨²l y Savio como enlaces. Desde el comienzo se vio que el Madrid se tomaba el partido con la m¨¢xima seriedad, presionando por todo el terreno y obligando a los cariocas a llevar el juego alternativamente hacia una de las bandas. Savio y Roberto Carlos, los dos brasile?os madridistas, se mostraron los m¨¢s ofensivos y un centro de este ¨²ltimo, paralelo a la l¨ªnea de gol, se convirti¨® en el primer tanto al intentar despejarlo el defensor Nasa. Era un gol de fortuna pero que ven¨ªa a premiar el esfuerzo de los jugadores merengues.

En el segundo periodo los vasca¨ªnos asentaron su juego y se fueron imponiendo. Donizete y Juninho mostraron su categor¨ªa y pusieron en peligro varias veces la meta de Bodo Illgner.

El c¨¢ntaro iba con demasiada frecuencia a la fuente y como en el cuento termin¨® rompi¨¦ndose. En un rechace de Illgner el bal¨®n cay¨® a los pies de Juninho que no perdon¨®. Se creci¨® el Vasco y empuj¨® al Madrid hacia su cubil. Se pasaron ciertos apuros pero ol¨ªa a pr¨®rroga. Faltando siete minutos un pase largo de Seedorf lleg¨® hasta Ra¨²l. La joven estrella madrile?a realiz¨® una jugada antol¨®gica, majestuosa, y deposit¨® el bal¨®n en las redes de Carlos Germano. Era la gran victoria.

Todav¨ªa Fernando Sanz, s¨ª, el discutido defensor hijo del presidente, tuvo una intervenci¨®n milagrosa que salv¨® un nuevo empate. Restaban dos minutos que parecieron eternos hasta que se desat¨® la feliz algarab¨ªa del triunfo.

El Real Madrid hab¨ªa ganado su segunda Copa Intercontinental treinta y ocho a?os despu¨¦s de la primera.

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La trayectoria de Lorenzo Sanz en el Real Madrid

Cap¨ªtulo 1: Ram¨®n Mendoza se marcha ahogado por la econom¨ªa.

Cap¨ªtulo 2: La lujosa renovaci¨®n de Sanz devuelve la ilusi¨®n al madridismo

Cap¨ªtulo 3: Fabio Capello lider¨® el primer proyecto de Lorenzo Sanz

Cap¨ªtulo 4: La ansiada S¨¦ptima Copa de Europa lleg¨® con Lorenzo Sanz

Cap¨ªtulo 5: El Madrid conquista en Tokio su segunda Copa Intercontinental.

Cap¨ªtulo 6: La Octava lleg¨® en la primera final espa?ola de la historia

Cap¨ªtulo 7: Lorenzo Sanz pierde las elecciones con Florentino P¨¦rez