¡°I¡¯m back¡±: Michael Jordan y la frase que cambi¨® la historia
El 18 de marzo de 1995 Michael Jordan pronunci¨® la famosa frase con la que anunciaba su primer retorno a la NBA. Un episodio que cambi¨® la historia del baloncesto.
¡°I¡¯m back¡±. Con esta sencilla frase cambi¨® la historia del baloncesto moderno. Esas dos cort¨ªsimas palabras le bastaron a Michael Jordan para anunciar su regreso a las pistas un 18 de marzo de 1995. Fue en un bolet¨ªn de prensa que dio la vuelta al mundo y que se magnific¨® todo lo que pudo dentro de una NBA que siempre ha sabido aprovechar este tipo de anuncios para llegar a todos los rincones del planeta. No era para menos. David Stern se frotaba las manos con un retorno que iba a hacer estallar de nuevo las audiencias televisivas, mantenidas solo parcialmente en los dos anillos consecutivos de los Rockets de Hakeem Olajuwon, entrenados por Rudy Tomjanovich. Los dos ¨²nicos que permitieron Jordan (que no estaba) y su eterna (y eternizada) figura en ocho a?os.
El anuncio corri¨® como la p¨®lvora y ocup¨®, como dos a?os antes lo hab¨ªa hecho el de su retirada, las p¨¢ginas de todos los peri¨®dicos. ¡°Los Beatles y Elvis han regresado¡±, coment¨® Larry Brown, por aquel entonces entrenador de los Indiana Pacers, antes del primer partido de Jordan desde su regreso. Los Bulls cayeron en Indian¨¢polis con 19 puntos y una caprichosa serie de tiros (7 de 28) del escolta, pero el encuentro atrajo m¨¢s audiencia televisiva que cualquier otro de temporada regular de la historia, un hecho sin precedentes que se transform¨® en un fen¨®meno que fue cada vez a m¨¢s.
Fotos de Michael Jordan que quiz¨¢s desconoc¨ªas
Hay muchas teor¨ªas sobre por qu¨¦ Jordan se fue de la NBA. Phil Jackson mantuvo siempre que le vio abatido en ciertos momentos de la regular season, algo que nunca hab¨ªa apreciado en el escolta, que en las Finales de 1993 contra los Suns anot¨® 31, 42, 44, 55, 41 y 33 puntos. Desde luego, en forma estaba y su entrenador incluso apel¨® a Dios para que continuara jugando. ¡°Te ha dado el talento para hacer feliz a la gente¡±, dijo el Maestro Zen. ¡°Dios me est¨¢ diciendo que cambie¡±, replic¨® Jordan. Luego se hicieron p¨²blicas determinadas noticias que hablaban del deseo de la estrella de retirarse despu¨¦s del Dream Team que gan¨® los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona en 1992, aunque fue la muerte de su padre en julio de ese mismo a?o, asesinado justo un mes despu¨¦s de confirmar el three peat en el ¨¢rea de descanso de una carretera de Lumberton, Carolina del Norte, la que te¨®ricamente le empuj¨® a dejar el baloncesto y dedicarse al b¨¦isbol, cumpliendo una promesa hecha a su difunto progenitor.
La versi¨®n oficial, esa en la que el propio jugador aseguraba que ya no disfrutaba del baloncesto como antes, siempre contrast¨® con la oficiosa, la de las malas lenguas, que hablaron de ingentes deudas de juego que se convirtieron en un esc¨¢ndalo que David Stern era ya incapaz de esconder. La teor¨ªa, nunca demostrada, hablaba de un pacto entre el comisionado y Air Jordan, cuya historia de partida y regreso vino muy bien para la construcci¨®n del relato que origin¨® el propio Stern y que permitieron que los tres ¨²ltimos a?os de los Bulls fueran recordados casi como una epopeya.
El Jordan humano
Sean ciertos o no los rumores, la realidad es que el a?o de su retorno fue el ¨²nico de su carrera en el que Michael Jordan se mostr¨® vulnerable y el ¨²nico en el que se consigui¨® batir a los Bulls con el escolta en pista desde que en 1990 los Pistons de los Bad Boys y sus Jordan Rules les apearan en las finales del Este. Y tambi¨¦n el ¨²nico en el que bajaron de las 50 victorias con Phil Jackson en el banquillo, que en el curso anterior hab¨ªa llevado a Chicago a un inopinado r¨¦cord de 55-27 a pesar de la ausencia del hijo pr¨®digo. La 1994-95 cont¨® con m¨¢s dificultades; la franquicia nadaba en un mar de dudas y las discusiones entre Scottie Pippen y Jerry Krause, General Manager, perjudicaban la qu¨ªmica espiritual, tan importante siempre para el t¨ªo Phil. Eso no se tradujo en el nivel del alero, que estaba cuajando la mejor temporada a nivel individual de su carrera, pero s¨ª en una plantilla inconsistente y que ten¨ªa problemas en los finales de partido.
De una forma u otra, la influencia de Jordan se not¨® de forma autom¨¢tica, y su sola presencia permiti¨® a los Bulls pasar de un r¨¦cord de 34-31 a uno de 47-35. Con el escolta, vencieron 13 de los ¨²ltimos 17 partidos, un final que les permiti¨® colarse en el quinto puesto del Este cuando antes hab¨ªan tonteado con quedarse incluso fuera de playoffs. Jordan solo tard¨® cinco partidos en tocar la gloria y asombrar al mundo anotando 55 puntos en el Madison Square Garden y promedi¨® 26,9 en esos 17 duelos, con 7 rebotes y 5 asistencias. Pero su cuerpo, casi cincelado en ¨¦bano, no era el de antes y la inactividad se vio reflejada en el 41% en tiros de campo con el que estaba lanzando. Los Bulls ganaron a los Hornets en primera ronda, pero fueron batidos en semifinales por los Magic de Shaquille O¡¯Neal y Penny Hardaway, que volaban hacia las Finales. El p¨ªvot promedi¨® 24 puntos, 13 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones en esa serie, mientras que Jordan se fue a los 31 por duelo, pero con errores en los instantes decisivos de los partidos impropios de ¨¦l. En el sexto y definitivo se qued¨® en 24 puntos (pocos para ¨¦l) con 8 de 19 en tiros, y aunque mostr¨® un buen nivel defensivo (4 robos y 4 tapones), perdi¨® balones muy importantes (6 p¨¦rdidas a la conclusi¨®n) que les cost¨® la eliminatoria.
El Jordan inhumano
Tras la calma vino la tempestad. Jordan se entren¨® como un poseso ese verano tras la eliminaci¨®n y la tiran¨ªa de los Bulls volvi¨® a ser la t¨®nica que domin¨® la Liga. Y lo hizo m¨¢s que nunca. La 1995-96 acab¨® con un 72-10 que fue hist¨®rico y con el escolta arrasando: 30,4 puntos, 6,6 rebotes y 4,3 asistencias con casi un 50% en tiros de campo y haciendo triplete de MVPs: temporada regular, All Star y Finales, en las que se impusieron a los Sonics de Gary Payton, Shawn Kempt y George Karl en los banquillos en una serie que empezaron dominando 3-0 y que acab¨® 4-2. Antes, tuvieron su venganza ante los Magic en las finales del Este con un 4-0 que no tuvo respuesta. Tampoco hubo historia al a?o siguiente, esta vez con un r¨¦cord de 69-13 y ganando en las Finales a los Jazz con el famoso tiro ganador de Steve Kerr (tambi¨¦n 4-2), que hab¨ªa al equipo justo despu¨¦s de primera retirada de Jordan.
En ese segundo three peat, confirmado en la segunda victoria seguida ante unos Jazz que en esa ocasi¨®n llegaba como favoritos y tras otra temporada de 60 victorias (62 en concreto), la intendencia del primer triplete (DJ Armstrong, John Paxson, Horace Grant) fue sustituida por jugadores de m¨¢s renombre todav¨ªa. M¨¢s all¨¢ del propio Kerr, important¨ªsimo en ciertos momentos pero con poco protagonismo en cuanto a minutos, Toni Kukoc y sobre todo, Dennis Rodman complementaron a Pippen y Jordan junto a Ron Harper, Luc Longley o John Salley. Esos tres a?os, en especial los dos primeros, fueron de los m¨¢s dominantes que cualquier equipo ha tenido en la historia, y la posterior jerarqu¨ªa de los Lakers de Shaq y Kobe o m¨¢ recientemente la de los Warriors ha hecho olvidar parcialmente, tambi¨¦n por un tema generacional en el que la afici¨®n idolatra m¨¢s a los jugadores con los que se ha criado, a esos Bulls. Si los tres primeros campeonatos elevaron a Jordan al olimpo, los tres ¨²ltimos terminaron de encumbrar su leyenda.
Jordan no volver¨ªa a ser tras su regreso el jugador que hab¨ªa promediado 37 puntos por partido diez a?os antes o que hab¨ªa unido por primera vez en la historia el MVP de la temporada y el premio a Mejor Defensor en el mismo a?o (1988, con un 35+8+8 de promedio). Pero su inteligencia era mayor, la manera que ten¨ªa de involucrar m¨¢s a sus compa?eros a pesar de dar menos asistencias o de influir en el rival con su mera presencia. El f¨ªsico privilegiado fue perjudicado menos que otros con la edad, pero su declive, aunque m¨¢s lento, fue sustituido por una serie de fundamentos que le completaron como jugador. Y no le hicieron peor, todo lo contrario; sin ir m¨¢s lejos, promedi¨® 29 puntos y 6 rebotes en 1998 y con 35 a?os, juntando por segunda vez en su carrera los tres MVPs. Y su ¨²ltimo t¨ªtulo de m¨¢ximo anotador, el d¨¦cimo de una carrera en la que se retir¨®, como en tantas otras cosas, con m¨¢s que nadie.
El ¡°I¡¯m back¡± 2.0
A¨²n hubo en la carrera de Jordan un cap¨ªtulo m¨¢s, un ep¨ªlogo que se inici¨® con un nuevo ¡°I¡¯m back¡±. Se hab¨ªa retirado oficialmente tras las Finales de 1998, y el lockout que se llev¨® a cabo era en esos momentos inminente, como tambi¨¦n los choques de la directiva de los Bulls con Jordan, Pippen y Phil Jackson, con Jerry Krause a la cabeza. Finalmente, los tres tomaron su propio camino a pesar de que durante el a?o no hab¨ªan descartado un posibe asalto al s¨¦ptimo anillo. Jordan se retir¨® y lleg¨® a los despachos de los Wizards en 2001, y muchos todav¨ªa vert¨ªan hip¨®tesis sobre un posible regreso antes de que ese mismo a?o le dijera a su confidente Ashmad Rashad en una entrevista emitida en la televisi¨®n estadounidense que hab¨ªa un 0,01% de posibilidades de que regresara a las pistas. Nunca un porcentaje tan peque?o gener¨® tantas esperanzas.
Al menos para algunos, pues el segundo regreso de Jordan, al contrario que el primero no cont¨® con la un¨¢nime aprobaci¨®n del aficionado ni de los analistas. Muchos de ellos pensaban que el tiro ganador en el sexto partido de las Finales de 1998 en el Delta Center por encima de Byron Russell era el broche de oro ideal para una carrera hist¨®rica. Sin embargo, la confirmaci¨®n de su vuelta lleg¨® dos semanas despu¨¦s de los atentados del 11-S, algo que influy¨® notablemente. Distraer a un pa¨ªs consternado por un atentado semejante ven¨ªa como anillo al dedo a la clase pol¨ªtica y a una NBA que vio la posibilidad de contar una ¨²ltima historia sobre la leyenda. Eso s¨ª, el escolta volvi¨® a dar su propia versi¨®n de los hechos: ¡°Vuelvo por amor al juego¡±, dijo.
Las dos ¨²ltimas temporadas de Jordan no estropearon una carrera sin falla. 23+5+5 en la primera, en la que los Washington Wizards, con los que jug¨® estas campa?as, iban quintos del Este antes del All Star y las lesiones del escolta, que le atormentaron provocando que los capitalinos se quedaran sin fase final. La ausencia de playoffs se repiti¨® al a?o siguiente, esta vez con los 82 partidos disputados y 20 puntos por partido, el m¨ªnimo de su carrera (que se dice pronto). Su ¨²ltimo retorno, con dos All Stars m¨¢s incluidos, no tuvo el ¨¦xito del primero, pero los llenos en cada estadio se repitieron hasta su ¨²ltimo partido (16 puntos) en Philadelphia, ante los Sixers de Iverson y Larry Brown, el hombre contra el que, iron¨ªas del destino, se hab¨ªa estrenado en la vuelta a las pistas de 1995.
La constataci¨®n de que pod¨ªa seguir rindiendo a gran nivel a pesar de sus 40 a?os se hizo evidente, como tambi¨¦n que el primer regreso ser¨ªa el que cambi¨® la NBA moderna. El original, por as¨ª decirlo. Ese I¡¯m back que cop¨® portadas y cambi¨® el signo de una historia que no se puede escribir ni contar sin la figura de Michael Jordan. Nadie sabe que habr¨ªa pasado si no se hubiera retirado. Tampoco si nunca hubiera vuelto. Sabemos que volvi¨® y que lo hizo por la puerta grande, un 18 de marzo de 1995. Historia antigua, pero esencial para entender la actual. Y es que mucho de lo que hay hoy proviene de lo de entonces. Y de un ser m¨¢gico, ¨²nico y legendario. Un jugador que lo cambi¨® todo.
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