Locura, infarto y fin a una serie hist¨®rica: Denver, a semifinales

Quedaban 17,4 segundos para el final, cuando Donovan Mitchell recib¨ªa el bal¨®n. Los Nuggets ganaban de dos tras un gancho imposible de Nikola Jokic y se preparaban para defender la que podr¨ªa ser la ¨²ltima jugada del partido. Y as¨ª lo pareci¨® cuando Gary Harris le rob¨® el bal¨®n. Sin embargo, los Nuggets precipitaron el contraataque en lugar de quedarse con el bal¨®n y fallaron, por lo que los Jazz corrieron a la que iba a ser su ¨²ltima oportunidad de salvarse de la ignominiosa situaci¨®n de convertirse en el duod¨¦cimo equipo de la historia que se deja remontar un 3-1, El ¨²ltimo, por cierto, fueron los Warriors en las Finales de 2016... y esta vez no iba a ser distinta. El bal¨®n llegaba a Mike Conley, un hombre curtido en mil batallas que ha acabado siendo un mejor refuerzo para los Jazz de lo que demostraron los primeros partidos posteriores a su fichaje. El base, todo un ¨ªdolo en Memphis, se par¨® en la l¨ªnea de tres y lanz¨®, pero el aro escupi¨® el bal¨®n, que hizo la corbata y se sali¨®, con los jugadores de fondo de los Jazz llev¨¢ndose las manos a la cabeza.

Tras la jugada, Mitchell escond¨ªa la cara entre las manos mientras Jamal Murray iba a saludarle y a abrazarle. Ambos han sido los protagonistas absolutos de una serie hist¨®rica en la que han batido numerosos r¨¦cords. Los ¨²ltimos, de Mitchell, son los de ser el jugador que m¨¢s puntos anota en una primera ronda de la historia (superando a LeBron) y el que m¨¢s triples anota en una serie de playoffs con 33. El segundo, por cierto, es Murray, que se ha quedado en 32. Y sin embargo, hoy ninguno de ellos ha sido el principal protagonista, qued¨¢ndose el jugador de los Jazz en 22 puntos y su n¨¦mesis en Denver, en 17. Y habiendo anotado 475 puntos combinados en toda la eliminatoria, otro r¨¦cord. Eso s¨ª, hoy los protagonistas han sido los hombres interiores, una l¨®gica aplastante en un s¨¦ptimo partido en el los pulsos tiemblan y meterla de cerca es m¨¢s f¨¢cil que desde la l¨ªnea de tres.

Hoy, se han anotado 158 puntos combinados, la cifra m¨¢s baja en toda la serie y el ¨²nico encuentro en el que ninguno de los dos equipos ha superado la barrera de los 100 puntos. De hecho, excepto en el tercer encuentro, ambos lo hab¨ªan hecho sin excepci¨®n. Los nervios eran palpables y se han visto reflejados en el tiro, con Denver lanzando un 37,3% en tiros de campo y un 25,8% en triples por el 38 y 23,5 de los Jazz respectivamente. Y dentro de la irregularidad manifiesta de los dos equipos, la locura se ha apoderado tambi¨¦n de un encuentro que los te¨®ricos locales (ya que todo se celebra en el mismo campo) iban dominando por una ventaja de 19 puntos en el segundo periodo, pero que han visto c¨®mo eran remontados con la misma presteza con la que ellos hab¨ªan pasado del 3-1 al 3-3. Aunque, en este caso, con mejores noticias, ya que se acabaron llevando el choque.

Jokic y Gobert, un duelo de altura

Ante la inoperancia de los jugadores exteriores en el lanzamiento, toc¨® tirar de p¨ªvots para resolver el encuentro. Gobert ya llevaba tres faltas en el primer cuarto (y Mitchell en el segundo), pero se las apa?¨® para llegar vivo a la parte final de un encuentro en el que Jokic lleg¨® con cinco y reservado en defensa por un Mike Malone que no descartaba la pr¨®rroga. No en ataque, ya que meti¨® ese ya mencionado gancho ante la defensa de un superlativo Gobert que estuvo muy cerca de alcanzar su redenci¨®n particular, que al final se ha quedado en nada. El primer positivo por coronavirus, ese por el cual se par¨® la competici¨®n, firm¨® un partido majestuoso, derroch¨® pasi¨®n y tuvo unos minutos en el ¨²ltimo periodo en los que parec¨ªa llegar a todo y a todos, en defensa y en ataque. Como ¨²ltimo receptor de sus compa?eros y con jugadas tremendas en el otro lado de la pista, frenando parcialmente a Jokic y ayudando contra jugadores exteriores m¨¢s r¨¢pidos. Al final, 19 puntos y 18 rebotes para ¨¦l, insuficientes para llevarse la victoria y recibiendo una canasta de Jokic, a la postre ganadora, de la que no tuvo la culpa.

El serbio, por su parte, se coron¨®. Desdibujado durante la serie, no por su nivel, sino por las proezas de su compa?ero Murray, se hizo cargo del partido. Sus lanzamientos cogieron mucho arco para evitar a Gobert, fue casi el ¨²nico capaz de anotar ante ¨¦l en la zona y tuvo una buena serie de tiro (12 de 23), que le permiti¨® anotar hasta 30 puntos, que redonde¨® con 14 rebotes y 4 asistencias. Fue el mejor de su equipo con diferencia, acompa?ado de un Murray a rachas y de un Porter Jr., con buenos minutos pero que sigue sufriendo mucho en defensa, donde le provoca a Malone quebraderos de cabeza en los emparejamientos que solo compensa con su buen hacer en la ofensiva. El resto de la plantilla de Colorado s¨ª estuvo a la altura defensivamente, en contraste con el resto de partidos, donde la mansalva de puntos era protagonista una noche tras otra.

De una forma y otra, ser¨¢n los Nuggets y no los Jazz lo que se ver¨¢n con los Clippers en semifinales. Tras una serie hist¨®rica, casi epop¨¦yica, dos protagonistas cuyo duelo ya ha quedado para los anales y una generaci¨®n joven capaz de hacerse con la NBA, ya tenemos ganador. Denver, que ha disputado su tercer s¨¦ptimo partido consecutivo de playoffs (ante Spurs y Portland hace un a?o), ir¨¢ ahora a enfrentarse a un rival que, sobre el papel, es neta y completamente superior a ellos y que disputa otra Liga. Por lo tanto, nada que perder para ellos... y mucho que ganar. El resto, ya lo veremos. De momento, los Nuggets van a semifinales. Y los Jazz, a reflexionar.