Los Magic post Howard: un techo bajo y un futuro incierto
La plantilla no da para m¨¢s y el Este les permite llegar a playoffs, pero los Magic siguen en tierra de nadie ocho a?os despu¨¦s de la partida de Howard, su ¨²ltimo gran h¨¦roe.
Por m¨¦ritos propios, Dwight Howard es una de las referencias menos valoradas de una franquicia determinada. Su salida por la puerta de atr¨¢s de los Magic supuso un duro golpe a una reputaci¨®n que empez¨® a caer en picado en los Lakers y no se ha empezado a recuperar hasta la presente campa?a. Ocho a?os despu¨¦s de su salida de Orlando, Howard busca la redenci¨®n en la ciudad que le vio nacer y en el equipo que le vio caer. Una odisea por los infiernos que es directamente proporcional al que ha vivido el lugar que dej¨® y que en este tiempo ha vivido siete r¨¦cords negativos, seis a?os consecutivos sin playoffs y dos primeras rondas que saben a poco. Sobre todo este a?o, donde afrontaron con mimbres y optimismo una temporada a la que no han dejado de acceder a la fase final gracias a la poca competitividad que hay en una Conferencia Este en la que nadie les ha mostrado una m¨ªnima resistencia a la hora de luchar por un octavo techo que representa un techo muy bajo y les deja con un futuro incierto.
Las formas y el fondo de la salida de Howard, unido a un car¨¢cter infantil que le convert¨ªa en el centro de atenci¨®n en el All Star y le relegaba un paso por detr¨¢s de las estrellas en playoffs, ha impedido que se valore justamente lo que ha representado en una franquicia con mercado peque?o y que ha tenido dos grandes h¨¦roes a lo largo de su larga historia: Shaquille y el propio Howard (adem¨¢s de Penny Hardaway, McGrady...). Superman y su sucesor, el hombre que le relev¨® en el apodo y que estaba llamado a hacerlo en todo lo dem¨¢s, pero que se qued¨® a lejos de la tierra prometida cuando se fue a una franquicia con una sombra infinitamente m¨¢s alargada que la suya y con un hombre, Kobe, que no estaba dispuesto a soportar una inmadurez que ya hab¨ªa vivido en Shaq una d¨¦cada antes. O'Neal tambi¨¦n hab¨ªa saltado de Orlando a Hollywood, pero mientras que ¨¦l empez¨® a coleccionar anillos de forma incansable mientras se convert¨ªa en el hombre m¨¢s dominante del planeta, Howard sali¨® por la puerta de atr¨¢s para hacer lo propio en los Rockets y pasar de puntillas por Hawks, Hornets y Wizards.
La historia ha sido paralela para los Magic, que se han visto envueltos en una crisis pantagru¨¦lica, motivada por decisiones cuestionables de la directiva y un mercado peque?o que no ha ayudado a reconstruir a un equipo que cuenta con una base s¨®lida pero insuficiente para aspirar a m¨¢s de una primera ronda. Y eso, en el Este, es bastante poco. En ocho a?os, la franquicia de Florida ha tenido un solo All Star (Vucevic en la 2018-19). De 2007 a 2012, Howard no se baj¨® de esa denominaci¨®n, y en 2009, a?o de las Finales, se apuntaron con ¨¦l Rashard Lewis y Jameer Nelson. Los vaivenes han sido una constante en la entidad, con cinco entrenadores desde que Stan Van Gundy saliera al mismo tiempo que Howard tras cinco temporadas entrenando al hombre que descubri¨® y por el que se acab¨® sinti¨¦ndose traicionado. Fue la ¨¦poca dorada de los Magic en el siglo XXI, la mejor desde que Shaq y Hardaway optaron al campeonato en los 90 y superando la tumultuosa etapa de McGrady y Grant Hill, que consolid¨® como estrella al primero y enterr¨® al segundo bajo un manto de lesiones que nos dejaron sin saber hasta d¨®nde podr¨ªa haber llegado semejante jugador.
Hasta Steve Clifford, los Magic no consiguieron superar las 40 victorias ni tener un r¨¦cord positivo. De hecho, desde Howard hasta ahora, han sumado 20, 23, 25, 35, 29, 25, 42 y 33 partidos ganados. N¨²meros paup¨¦rrimos que les han relegado a la ¨²ltima posici¨®n de la Divisi¨®n Sureste cinco a?os seguidos con Jacque Vaughn, James Borrego, Scott Skiles y Frank Vogel dando palos de ciego sin rumbo fijo ni objetivos concretos. La mala deriva se llev¨® por delante de los despachos a Rob Hennigan y trajo a John Hammond, lo que corrigi¨® ligeramente el rumbo despu¨¦s de que V¨ªctor Oladipo saliera inexplicablemente de la franquicia en 2016 junto a Ersan Ilyasova y Domantas Sabonis (??!!) a cambio de un Serge Ibaka que tap¨® los agujeros que Vucevic dejaba en defensa pero supo a poco si tenemos en cuenta el talento que se dej¨® escapar en un traspaso que pocos entendieron entonces y que nadie comprende ahora.
Un presente estancado y un futuro incierto
La temporada de los Magic no ha sido precisamente buena. Igual que el a?o pasado consiguieron 42 victorias y se colaron de forma meritoria en playoffs, arrancando adem¨¢s el primer partido a los Raptors, futuros campeones, en esta las expectativas se han visto truncadas. Habr¨¢ qui¨¦n se conforme con ese octavo puesto, pero han ido todo el a?o a remolque y se han quedado en 33 victorias (con 73 encuentros disputados) y lejos de equipos que han protagonizado temporadas muy deficientes, como Sixers y, sobre todo, Nets. Tampoco tienen talento para mucho m¨¢s, pero el juego ha retrocedido respecto al a?o pasado y la confianza que transmit¨ªan, de progreso y l¨ªnea continua ascendente, se ha quedado ahora en un frenazo del que nadie sabe c¨®mo van a salir. Si miras la plantilla ves que los mimbres son lo que son, y que sus jugadores consolidados hacen lo que tienen que hacer sin ser revulsivos a la ingente cantidad de estrellas que hay en la NBA.
Los Magic son la quinta mejor defensa de la competici¨®n, su mayor valor y lo que les permite sacar partidos adelante. Pero solo anotan 107,3 puntos por partido, el s¨¦ptimo peor ataque. Tienen una ofensiva repartida pero no colaborativa, con siete jugadores por encima de la decena de puntos, pero m¨¢s por la falta de talento individual al margen de Vucevic (19,6+10,9 este curso) que por un estilo que pretende ser duro atr¨¢s pero que carece de soluciones a la hora de anotar. Los Magic son el cuarto peor equipo en tiros de campo, el quinto en porcentaje de triples y tambi¨¦n el cuarto en porcentaje de tiros de dos. Su clasificaci¨®n en rebotes (16? equipo de la Liga) es muy deficiente, y solo tienen a tres jugadores que superen los cinco por partido. Peor en asistencias, ocupando el puesto 18 de la Liga en ese apartado y con solo Fultz por encima de las 5 (5,1). El propio Fultz representa una esperanza para la franquicia, y aunque sigue mejorando (12,1 puntos por partido), lo hace a pasos cortos y est¨¢ lejos de ser el hombre que cambie el rumbo de una franquicia.
Por el resto, Vucevic est¨¢ camino de los 30 a?os y es un buen jugador que intenta adaptarse a los nuevos tiempos y ha lanzado 8,8 triples por partido en primera ronda ante los Bucks, en la que ha promediado 28+11+4 con un 50,5% en tiros de campo, un 40,9% en triples y un 90,9% en tiros libres. Hay quien dir¨ªa que ya ha alcanzado su techo, pero aunque no lo haya hecho su gran nivel permite mantener a los suyos en buena parte de la temporada, pero nada m¨¢s. Aaron Gordon ha superado el sainete de hombre que solo sabe hacer mates y progresa adecuadamente (14,4 puntos y 7,7 rebotes), Evan Fournier es la ¨²nica amenaza exterior (18,5 con casi un 40% en triples) y Terrence Ross y D.J Augustin cumplen junto a un Jonathan Isaac que ha tardado en dar un paso adelante que todos esperaban. Una plantilla correcta y con gente joven (26,1 a?os de media y promesas en progresi¨®n), pero con miembros que pertenecen a la burgues¨ªa de la Liga y que dan para lo que est¨¢n dando, pero que tendr¨¢n dificultades para meterse en playoffs si equipos como Hawks, Bulls o Pistons salen de su bache particular. O si los Wizards vuelven a despertar; este a?o se han quedado cerca a pesar de su mala temporada y si se hubieran dedicado a algo m¨¢s que atacar podr¨ªan haber dado alg¨²n susto a Orlando.
Del resto poco se puede sacar y la necesidad de hacer un cambio en la plantilla es tan necesario como complicado, si tenemos en cuenta la idiosincrasia de Florida y la dificultad tradicional que ha tenido para atraer agentes libres de primera l¨ªnea. Aminu se ha pasado casi toda la temporada lesionado, Carter-Williams no ha vuelto a ser el hombre que gan¨® el Rookie del A?o y Mo Bamba promet¨ªa mucho y ha sido (muy) poco. Todos los jugadores est¨¢n en edad para ser traspasados (el m¨¢s veterano, Augustin, tiene 32 a?os), pero por ninguno podr¨ªan sacar un pastel especialmente grande (ni siquiera por Vucevic) que cambie el rumbo. Augustin y Carter-Williams pasar¨¢n a ser agentes libres, mientras que Fournier tiene una opci¨®n de jugador de 17 millones de d¨®lares que se espera que ejecute. El l¨ªmite salarial no es un problema y Vucevic (100 millones garantizados hasta 2023) es el ¨²nico con el que liberar¨ªan un espacio que tampoco necesitan. Gordon tiene que cobrar 54 millones hasta 2022 y Ross 50 hasta 2023, mientras que Fultz tiene contrato hasta 2021.
Lo malo para ellos es la dificultad para sacar algo de provecho de cualquiera de estos jugadores, mientras que lo bueno es que la base joven sigue atada y en manos de Clifford, un buen t¨ªo con buenos fundamentos y que maneja bien las defensas pero que est¨¢ demostrando tener en Orlando los mismos l¨ªmites que ya parec¨ªa tener en los Hornets, con Kemba Walker como l¨ªder en pista y Michael Jordan de todo lo dem¨¢s. Ser¨¢ la progresi¨®n de esa camada juvenil la que marque los pr¨®ximos a?os de un proyecto cuyo techo parece bajo y que dan la sensaci¨®n de estar m¨¢s cerca de quedarse fuera de playoffs que de superar una primera ronda de la que no pasan desde 2010. Con Howard, claro. Esa referencia a veces no del todo valorada (por m¨¦ritos propios, ya lo hemos dicho), que gan¨® tres veces el premio a Mejor Defensor, fue m¨¢ximo reboteador y taponados en m¨²ltiples ocasiones y estuvo de manera constante en los mejores quintetos de la temporada y defensivos. Y lider¨® a los Magic a las Finales de 2009, las segundas de su historia. Desde luego, las cosas han cambiado en Florida, donde tiene lugar una burbuja en la que ya no est¨¢n los Magic, que han ca¨ªdo 4-1 ante los Bucks. Un presente con un techo peque?o y un futuro, ya se sabe, incierto.