Asoma el drama del lockout: ?qu¨¦ pasa si no hay temporada NBA?
La NBA se enfrentar¨ªa a un futuro muy delicado si los jugadores deciden parar la competici¨®n. Las franquicias tienen la potestad de romper el actual convenio colectivo.


La NBA super¨® un reto descomunal y cre¨® una burbuja sanitaria perfectamente segura en Walt Disney World, con 22 franquicias compitiendo en uno de los estados, Florida, donde m¨¢s crudos est¨¢n siendo los efectos de una pandemia que est¨¢ azotando con fuerza Estados Unidos, un pa¨ªs en el que la respuesta del gobierno Trump ha sido muy deficitaria. Esa era la gran amenaza para el reinicio acordado tras parar la competici¨®n el 11 de marzo. Pero hab¨ªa otra: la situaci¨®n social, una conmoci¨®n tras la muerte de George Floyd (el 25 de mayo) en Minneapolis. Las protestas recorrieron Estados Unidos, un clamor por la justicia social y el fin del racismo sist¨¦mico y los abusos policiales contra las minor¨ªas. Un sector de los jugadores ten¨ªa muchas dudas sobre si hab¨ªa que jugar o no, si conven¨ªa usar la competici¨®n como altavoz o si los partidos acabar¨ªan sirviendo para crear una distracci¨®n que quitar el foco de unas demandas sociales que afectaban muy especialmente a la comunidad afroamericana, a la que pertenecen, aproximadamente, tres cuartas partes del colectivo de jugadores NBA (unos 450).
Ahora, los disparos por la espalda de la polic¨ªa a otro afroamericano, Jacob Blake, en Kenosha (Wisconsin) ha reavivado el disgusto social y ha hecho que los jugadores se pregunten si finalmente no fue un error volver a competir en Florida. Muchos sienten que por mucho que lleven mensajes en las camisetas o que se muestre el logo de Black Lives Matter en los parqu¨¦s, solo consiguen llamar la atenci¨®n sin promover cambios reales y sustanciales. Y por eso pararon ayer y debatir¨¢n hoy el futuro de la temporada 2019-20, que estaba inmersa en la primera ronda de playoffs. La opci¨®n de parar est¨¢ sobre la mesa, pendiente de ver si los propietarios transmiten nuevos planes en los que se promueva m¨¢s activamente la transformaci¨®n social. Desde el punto de vista econ¨®mico, por otra parte, el impacto econ¨®mico de una cancelaci¨®n definitiva ser¨ªa devastador para una NBA que antes de esta crisis generaba unos 8.000 millones de d¨®lares al a?o. Ahora, las p¨¦rdidas est¨¢n siendo cuantiosas, incluso con el tremendo logro del reinicio, en una liga en la que la presencia del p¨²blico en los pabellones sigue suponiendo en torno al 40% de los ingresos totales.
Aparece la larga sombra del lockout
Adrian Wojnarowski cont¨® que en la reuni¨®n de ayer mi¨¦rcoles hubo mucha tensi¨®n entre los jugadores. Y que los miembros del sindicato (NBPA) que preside Chris Paul hablaron con claridad del efecto que tendr¨ªa un par¨®n definitivo, sin descartar un m¨¢s que posible lockout. Se intent¨® cerrar una postura com¨²n y un plan de acci¨®n, pero las emociones estaban a flor de piel y todo qued¨® en suspenso hasta las reuniones de hoy jueves.
Los jugadores tendr¨¢n que decidir en conciencia, pero con la certeza de lo que implicar¨ªan sus pasos si deciden poner punto y final a la temporada. En ese caso, todos los expertos en el entramado laboral de la NBA creen (como suced¨ªa cuando en junio se debat¨ªa el reinicio) hay una hoja de ruta bastante previsible. La Liga activar¨ªa la "raz¨®n de causa mayor" a la que puede acogerse por la pandemia del coronavirus y dar¨ªa por roto el convenio colectivo. A eso seguir¨ªa un cierre patronal, el temido lockout que pondr¨ªa en jaque, de entrada, la temporada 2020-21. Y abocar¨ªa a franquicias y sindicatos a la negociaci¨®n de un nuevo convenio, el alma de las relaciones laborales en la NBA y el eje que establece el reparto de beneficios sobre el que se basan los salarios y las condiciones y normas de los contratos. Todo saltar¨ªa por los aires.
Hasta ahora, Liga y sindicato han ido negociando los plazos de posible aplicaci¨®n de esa "causa de fuerza mayor" (en este caso, la pandemia) o la congelaci¨®n de un porcentaje de los sueldos de los jugadores para ir ahorrando en caso de que tocara cubrir p¨¦rdidas masivas. El martes se inform¨® de un nuevo retraso en las fechas l¨ªmite, que pasaron del 10 de septiembre al 18 de octubre, cuando ya habr¨ªa acabado la temporada y se dispondr¨ªa de m¨¢s informaci¨®n sobre la siguiente, que retrasar¨¢ las fechas del draft, la agencia libre y, finalmente, la puesta en marcha de los partidos. Michele Roberts, directora ejecutiva de la NBPA (el sindicato) bendijo este movimiento: "Si todo el mundo sigue actuando de buena fe, se podr¨¢ renegociar el convenio colectivo sin tener que romperlo".
Esto cambiar¨ªa si se deja de jugar. Antes del verano se hablaba de un agujero que podr¨ªa llegar a los 2.000 millones de d¨®lares si no hab¨ªa finalmente temporada. La NBA genera unos beneficios, en el momento m¨¢s lucrativo de su historia, de unos 8.000 millones al a?o. El valor de las franquicias se ha disparado a un promedio de m¨¢s de 1.900 millones, y el salario medio de los jugadores supera los 7 millones. Una bonanza basada en la expansi¨®n internacional, la percepci¨®n de la NBA como una Liga joven, din¨¢mica y plural y unos nuevos acuerdos que han multiplicado los ingresos de forma exponencial. El cambio de Adidas por Nike para vestir a las franquicias dej¨® 1.000 millones por ocho a?os, una subida del 245%. El actual contrato televisivo es de 24.000 millones por nueve a?os (2016-25). Pagan Turner (TNT) y Disney (ABC, ESPN). La media anual es de unos 2.700 millones. En el anterior acuerdo apenas raspaba los 930.
El convenio estipula qu¨¦ parte de los ingresos obtenidos directamente por la actividad del baloncesto (entradas, merchandising, televisi¨®n, patrocinios directos, restauraci¨®n...) va para las franquicias y cuanto se llevan los jugadores. Ese desglose del BRI (Basketball Related Income) es la llave de las relaciones entre patronal y sindicato en la NBA y qued¨® establecido en el ¨²ltimo convenio en torno al 50% para cada colectivo. Seg¨²n los precedentes y las proyecciones de ese BRI se establece el salary cap, el dinero que cada franquicia puede gastar durante una temporada en salarios: 109,1 millones la pasada campa?a y 116 previstos para la pr¨®xima que ser¨¢n ya sin duda unos cuantos menos (como m¨ªnimo). En la temporada 2015-16 (y este dato explica la explosi¨®n de la NBA en los ¨²ltimos a?os) ese salary cap apenas superaba los 70 millones. La nueva inyecci¨®n de dinero de las televisiones permiti¨® que los sueldos se disparar¨¢n a m¨¢ximos hace no mucho inimaginables.
El actual convenio, por cierto, caduca en el verano de 2024, aunque ambas partes, propietarios y jugadores, podr¨¢n romperlo un a?o antes, al cierre de la temporada 2022-23, siempre y cuando anuncien que lo van a hacer antes del 15 de diciembre de 2022. Pero surge otra sombra, la de esa fuerza mayor a la que pueden aferrarse las franquicias si no hay m¨¢s partidos ni m¨¢s ingresos. El plazo para aplicar esa ruptura unilateral era de 60 d¨ªas desde que par¨® la temporada (11 de marzo) pero NBA han ido acordando las citadas pr¨®rrogas, que ahora mantienen activa esa posibilidad hasta octubre. Si las franquicias creen que la situaci¨®n econ¨®mica provocada por esta crisis (la pandemia y las protestas sociales) hace imposible mantener las condiciones fijadas en al actual convenio, lo romper¨¢n. Es as¨ª de sencillo.
Incluso sin lockout, el futuro es incierto. No hay forma de saber cu¨¢ndo volver¨¢ el p¨²blico a las gradas y sigue siendo una opci¨®n que toda la temporada 2020-21 se dispute sin aficionados. Eso supone, seg¨²n los c¨¢lculos que se han hecho desde la primavera, la p¨¦rdida del 40% de esos ingresos directos (BRI) que pasar¨ªan de 8.000 millones a unos 4.800. El salary cap de las pr¨®ximas temporadas podr¨ªa caer por debajo de los 100 millones si jugadores y franquicias no negocian medidas que suavicen el impacto econ¨®mico de esta crisis para ambas partes.
El ¨²ltimo convenio, que entr¨® en vigor en 2017, se acord¨® con negociaciones que no necesitaron lockout, un tremendo ¨¦xito social para la NBA. Pero en 2011 el cierre patronal dej¨® la temporada regular (empez¨® en Navidad) en 66 partidos por equipo, 16 menos de los 82 de una regular season convencional. En ese acuerdo cedieron mucho unos jugadores que hasta entonces se llevaban un 57% del BRI. Todav¨ªa se recuerda tambi¨¦n el lockout de 1999, que dej¨® la regular season en solo 50 partidos por equipos, sin All Star Weekend y con fecha de inicio en el 5 de febrero, cuando la sombra de la cancelaci¨®n total ya era muy alargada. Hay mucho en el aire. Sobre todo para (en la NBA hay unos 450 jugadores) aquellos con contratos m¨¢s bajos y menos margen econ¨®mico para sostener un pulso a las franquicias. Pero algunos creen que las condiciones sociales exigen acci¨®n... y sacrificios. Estamos ante un punto de inflexi¨®n en la historia de la NBA y, seguramente de todo el entramado del deporte profesional estadounidense.