Conf¨ªa en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades¡±, dec¨ªa Miguel de Cervantes Saavedra. Le¨ªda la frase as¨ª, a golpe de tuit, suena estupenda. Luego hay que sufrir el d¨ªa a d¨ªa. El minuto a minuto. El segundo a segundo. La protagonista de esta historia tuvo que esperar 50 a?os para empezar a liberarse. Sin embargo, en muchas ocasiones, por m¨¢s que pase el tiempo y los a?os, muchas protagonistas no encuentran una dulce salida a esas amargas dificultades por el simple hecho de ser mujeres. Por eso esta historia sirve de inspiraci¨®n para tod@s. As¨ª que, como dir¨ªa Bram Stoker: ¡°Adelante, tu mente es astuta, pero tiene demasiados prejuicios. No dejes que tus ojos vean lo que tus o¨ªdos escuchan¡±. Nuestros o¨ªdos vienen escuchando durante muchos a?os demasiadas historias protagonizadas por hombres. Tambi¨¦n en la monta?a. La primera ascensi¨®n al Everest se produjo en 1953 con Edmund Hillary, cuando la coronaci¨®n de la primera mujer vino 22 a?os despu¨¦s, en 1975, con Junko Tabei: hasta entonces parec¨ªa que el protagonismo de una mujer en el techo de la Tierra era s¨®lo para Miss Hawley, la periodista norteamericana e hist¨®rica cronista de las expediciones al Himalaya que se encargaba de ¡®oficializar¡¯ todas las ascensiones al Everest. Luego, en otro escenario m¨ªtico de la escalada, como The Nose, en el Capitan (en Yosemite), tuvieron que pasar 35 a?os para que una mujer hiciera historia: el m¨ªtico Warren Harding alcanz¨® cumbre por primera vez en 1958, mientras que la no menos m¨ªtica, la norteamericana Lynn Hill, marc¨® un hito en 1993 al ser la primera persona en escalar en libre esta m¨ªtica v¨ªa. Hoy es turno de abrir los ojos a relatos menos conocidos, como el de las ¡°Cholitas Escaladoras¡±. Cinco mujeres de origen ind¨ªgena de la ciudad boliviana de El Alto (4.200 metros sobre el nivel del mar) que suben las monta?as con sus faldas coloridas, la identidad m¨¢s marcada y que remite a la vida en el campo en Bolivia.
Una historia de liberaci¨®n y empoderamiento, s¨ª. Tambi¨¦n un alegato al derecho universal de tod@s las personas de disfrutar de la monta?a sin distinci¨®n alguna de raza, color, sexo, idioma, religi¨®n, opini¨®n pol¨ªtica o de cualquier otra ¨ªndole, origen nacional o social, posici¨®n econ¨®mica, nacimiento o cualquier otra condici¨®n. No protagonizan una carrera por llegar antes que nadie. Tampoco de buscar r¨¦cords deportivos. Ni de alimentar egos. Es la justa reivindicaci¨®n de unas mujeres que anhelaban la libertad a trav¨¦s de las monta?as. Un d¨ªa Lidia Huayllas, con 50 a?os, dijo basta en 2015: ¡°Quiero conquistar la cima del Huayna Potos¨ª (6.090) con mi pollera (una falda tradicional). A nosotras nos han discriminado por ser aymaras y por ser mujeres. La mujer siempre esta? cocinando o lavando. Pero las mujeres tambi¨¦n podemos escalar. En la monta?a no tengo ning¨²n pensamiento, solo estar en la libertad¡±. A ella se unieron Dora Mague?o, Cecilia Llusco, Elena Quispe, Liita Gonzales y 11 aymaras m¨¢s junto a un periodista de AP, que se enter¨® de la expedici¨®n y se apunt¨® para que nuestros ojos viesen historias que no solemos escuchar. Luego vinieron el Acotango (6,050), Parinacota (6.350), Pomarapi (6.650), Illimani (6.462) y Aconcagua (6.962), el 23 de marzo de 2019. Esta ¨²ltima cima (el pico m¨¢s alto de Am¨¦rica) les catapult¨® a la fama gracias al magn¨ªfico documental ¡®Cholitas¡¯, bajo la direcci¨®n de Jaime Murciego y Pablo Iraburu. La premiere mundial de 'Cholitas' tuvo lugar en diciembre de 2019, en la ¨²ltima edici¨®n del Bilbao Mendi Film Festival, donde se llev¨® el Premio del Jurado. Cuando llegaron de gira a nuestro pa¨ªs en el mes de marzo de 2020 estall¨® la crisis de la COVID, por lo que tuvieron que suspender su gira.
Aprovechando la celebraci¨®n del D¨ªa de la Tierra, del pasado 22 de abril, tenemos una buena excusa para detenernos en la Pachamama, la encargada de propiciar la fertilidad en las tierras. Para los quechuas, es la Madre Tierra, deidad m¨¢xima de los cerros peruanos, bolivianos, y del noroeste Argentino. La palabra "pacha" design¨® en un principio s¨®lo un tiempo o edad del mundo, un cosmos o universo, para pasar luego a referirse a un lugar o espacio, y a la misma Tierra generadora de la vida, ya como un s¨ªmbolo de fecundidad. Los Achachilas son los antepasados que habitan las monta?as. Junto con la Pachamama, son los grandes protectores del pueblo aymara. Cholita es un t¨¦rmino condescendiente empleado para referirse a las mujeres ind¨ªgenas en Bolivia. Las cholitas escaladoras se definen as¨ª en redes sociales: ¡°Somos un grupo de mujeres aymaras. Esposas de gu¨ªas. Pertenecemos a la Asociaci¨®n de Gui?as "AAPTAM" legalmente establecidos dentro la asociaci¨®n, con personalidad jur¨ªdica. Registrado en Gobernacio?n de patamental de La Paz. Fue fundado el grupo de Cholitas Escaladoras de Bolivia en 17 de diciembre de 2015 a la cabeza de Eulalio Gonzales, presidente de la asociaci¨®n de esa gesti¨®n, y la don?a Lidia Huayllas Estrada coordinadora y Representante del grupo de las cholitas Escaladoras de Bolivia¡±. Dora Mague?o, una de las escaladoras, asegura que "se ha perdido el miedo a llevar pollera y eso significa que se pueden hacer m¨¢s actividades". El alma m¨¢ter, Lidia Huayllas, explica, en un fant¨¢stico podcast de la NPR (National Public Radio), los problemas de racismo y machismo que sufre la poblaci¨®n ind¨ªgena: ¡°No nos aceptaban aqu¨ª con la pollera ir a estudiar. Y todos ten¨ªamos que vestir de... de pantal¨®n y con una chaqueta para poder ingresar a la escuela. Cuando ten¨ªamos que ir, digamos, a una oficina y todo. A la mujer de pollera no permit¨ªan entrar. Cuando ten¨ªas que ir a una parte importante, ten¨ªas que vestir pantal¨®n y una chaqueta¡±. La Constituci¨®n boliviana de 2009 reconoce 36 lenguas ind¨ªgenas oficiales y una ley aprobada en 2010 proh¨ªbe y penaliza el racismo y la discriminaci¨®n. Hasta entonces una mujer por el simple hecho de llevar pollera pod¨ªa ser expulsada de establecimientos o lugares p¨²blicos.
Lidia sufri¨® toda esta discriminaci¨®n desde que era una cr¨ªa. La educaron con la idea de que la mujer deb¨ªa ser obediente. Su marido es gu¨ªa tur¨ªstico y le acompa?aba hasta los 5.100 metros para dar de comer a los turistas que volv¨ªan entusiasmados de la cumbre. Siempre miraba la monta?a, pero hasta 50 no tuvo la valent¨ªa (ni tampoco el dinero) de verbalizar lo que llevaba so?ando toda su vida: ¡°Quiero subir¡±. No hay edades para cumplir sue?os. Ni antes ni despu¨¦s. Fue cuando ten¨ªa que llegar para ella. Lo hizo como acto de protesta por el terrible feminicidio que existe en Bolivia, donde asesinan a una mujer cada dos d¨ªas. Los hombres dudaban de sus capacidades y se burlaban de sus intenciones. ¡°Como estaba un poco gordita, dije tal vez no va¡ Est¨¢n adaptadas a la altura, pero t¨¦cnicamente no estaban, pues era su primera salida. La altura es all¨¢ llegando a la cumbre es mucho m¨¢s dif¨ªcil¡±, reconoc¨ªa Elio, el marido de Lidia. Tuvieron que reunir 200 d¨®lares cada una para hacer frente a los gastos de la aventura. A excepci¨®n de Liita Gonzales (la hija de Dora), que es maestra de escuela (una de las parcelas reservada a las mujeres ind¨ªgenas junto a las labores de la casa y el cuidado de l@s ni?@s), todas las cholitas est¨¢n casadas. Sus maridos, gu¨ªas de monta?a para turistas extranjeros, las acompa?aron en la ascensi¨®n y las proporcionaron el material necesario, sobre todo, crampones (dispositivos met¨¢licos de tracci¨®n que se colocan en la suela de determinados tipos de bota para posibilitar o mejorar la adherencia de ¨¦sta a superficies heladas o nevadas). La noche anterior realizaron una ceremonia ancestral para pedirle a la Madre Tierra que le diera permiso para subir la monta?a. Derramaron licor en el suelo en busca de protecci¨®n. Despu¨¦s prendieron un fuego para quemar unas hojas de coca a modo de ofrenda: "El ascenso a una montan?a es una inspiraci¨®n y pasio?n, lo que uno siente con amigas y amigos del grupo, y siempre pidiendo permiso a la Pachamama y a los Achachilas". As¨ª es como conquistaron el Huayna Potos¨ª en 2015. Luego llegaron seis cumbres m¨¢s, la ¨²ltima, la m¨¢s medi¨¢tica, en el Aconcagua. La que trajo un documental debajo del brazo y la felicitaci¨®n p¨²blica de Evo Morales. Su pr¨®ximo reto dicen que es el Everest. Est¨¢n un poco m¨¢s cerca de lo que parec¨ªa hace unos a?os era imposible. Hollar la cima de la igualdad. Mientras, como buenas monta?eras, nos regalan una magn¨ªfica lecci¨®n: lo importante no es el dinero que tengas ni los medios que dispongas, sino las ganas de sentirte libre¡
Muy contento por la haza?a alcanzada por nuestras cinco hermanas, conocidas como las ¡°cholitas escaladoras¡±, que lograron llegar a la cima del Aconcagua, el pico m¨¢s alto del continente. Son un orgullo para #Bolivia ??. ?Muchas felicidades! pic.twitter.com/jSzsbE22zC
¡ª Evo Morales Ayma (@evoespueblo) January 25, 2019
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