An¨¢lisis de Taxi Life: A City Driving Simulator, apatrullando (una parte de) Barcelona

Los videojuegos de simulaci¨®n se han convertido estos ¨²ltimos a?os en un recurso habitual para estudios medianos o peque?os que pretenden dar la campanada con juegos cuyo ¨¦xito depende de la viralizaci¨®n o no de su propuesta. Ejemplos hay muchos; desde simuladores de lavar objetos a la construcci¨®n de ordenadores gaming, pasando por hacer el cabra, conducir tu propio cami¨®n de mercanc¨ªas o gestionar una explotaci¨®n agr¨ªcola, entre otros. Ahora llega la hora de ser taxista; pero no en cualquier lugar. Y es que Taxi Life: A City Driving Simulator nos lleva a las calles m¨¢s c¨¦ntricas de Barcelona al volante de nuestro propio taxi en un simulador de conducci¨®n y gesti¨®n que ha llamado poderosamente la atenci¨®n desde su anuncio. Veamos en nuestro an¨¢lisis si sus creadores, los polacos Simteract junto a la editora Nacon, han logrado completar un t¨ªtulo para PC, PS5 y Xbox Series X|S que pueda llamar la atenci¨®n de aquellos que gusten de llevar turistas de aqu¨ª para all¨¢, conozcan o no las calles de la capital catalana.

Una de las mejores recreaciones de Barcelona

Y es que uno de los principales reclamos de Taxi Life: A City Driving Simulator es la recreaci¨®n de la Ciudad Condal, una de las m¨¢s detalladas en el panorama del videojuego. Algunos recordar¨¢n alg¨²n que otro videojuego cuyos escenarios trataron de recrear Barcelona de un modo u otro -como The Wheelman con Vin Diesel, Tony Hawk¡¯s Underground 2, Project Gotham Racing 2 o Asphalt 8: Airborne-, aunque ninguno ha logrado trasladar sus calles como el t¨ªtulo que nos ocupa, de eso no hay duda. Recordemos que Barcelona es uno de los destinos tur¨ªsticos m¨¢s emblem¨¢ticos del mundo, por lo que no es de extra?ar que se haya considerado este escenario para ofrecer un simulador de conducir taxis. Y a pesar de que la premisa pueda sonar extravagante, aquello de recoger clientes y llevarlos a sus destinos est¨¢ m¨¢s que asentado en la industria, especialmente por cierta saga m¨ªtica de Sega al son de The Offspring. Aunque en esta ocasi¨®n debemos tomarnos las cosas con m¨¢s calma.

Y llegados a este punto, nos toca abordar un contratiempo destacado de su propia base. Y es que desde el primer momento se publicit¨® Taxi Life: A City Driving Simulator con una recreaci¨®n 1:1 de Barcelona; sin embargo, nos encontramos que Simteract tan solo ha recreado una cuarta parte de la ciudad -siendo generosos-, abarcando la zona c¨¦ntrica, el casco antiguo y parte del barrio de l¡¯Eixample. Tanto es as¨ª, que nos perdemos zonas muy destacadas de la capital catalana, tales como la Sagrada Familia -se ve a lo lejos-, la monta?a de Montju?c, el Park G¨¹ell, la Diagonal o el Camp Nou, por citar algunos lugares ic¨®nicos. Eso s¨ª, los lugares que s¨ª se han representado como la Pla?a Catalunya, el Arc de Triomf, el Passeig de Gr¨¤cia, Les Rambles, el Parc de la Ciutadella, la Estatua de Col¨®n o el puerto se han recreado de forma muy fidedigna, con una suerte de vallas hologr¨¢ficas limitando la zona de juego. Un gran chasco en este sentido, ya que el mapa que nos queda tampoco es muy extenso comparado con lo que podr¨ªamos haber tenido.

Tras situarnos, veamos qu¨¦ ofrece Taxi Life: A City Driving Simulator a nivel de jugabilidad y simulaci¨®n. Su propuesta no enga?a a nadie; debemos seleccionar un cliente del mapa, conducir hasta ese lugar, recogerlo y llevarlo a su destino a tiempo y conduciendo lo mejor posible, sin saltarnos las normas de circulaci¨®n -todas- y sin sufrir accidentes, por peque?os que sean. De ello depender¨¢ que la barra de paciencia del usuario no se agote y fracasemos en la carrera; a m¨¢s barra m¨¢s recaudaci¨®n. Adem¨¢s, nos podr¨¢n pedir que bajemos las ventanillas, pongamos el aire acondicionado o la radio -o apagarlos- para recibir mejores propinas.

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Todo ello nos lleva a un ritmo de juego lento, pausado, que trata de emular el d¨ªa a d¨ªa de un taxista en una gran ciudad; incluso debemos prestar atenci¨®n a diferentes comandos del coche, tales como encender o apagar el motor, las luces, los limpiaparabrisas y otros elementos de la cabina, usar los intermitentes o respetar los sem¨¢foros o los l¨ªmites de velocidad, siempre y cuando no queramos recibir m¨¢s multas de las que podamos pagar. Sobre el papel se antoja relativamente interesante; el problema viene cuando Taxi Life: A City Driving Simulator pone en pr¨¢ctica todos estos elementos a trav¨¦s a una inteligencia artificial que en ning¨²n momento est¨¢ a la altura.

?Inteligencia? artificial y rendimiento

Hablamos de comportamientos totalmente err¨¢ticos de transe¨²ntes y veh¨ªculos, dando lugar a situaciones del todo risibles que en ning¨²n momento emulan la realidad. Peatones que pasan una y otra vez por el mismo paso de peatones, coches que se quedan parados deliberadamente con el sem¨¢foro en verde, otros que nos embisten estando parados porque s¨ª y un largo etc¨¦tera que empa?an el disfrute a los mandos, o lo que deber¨ªa ser una circulaci¨®n realista en una gran urbe. Y si tocamos -ni tan siquiera atropellar- un transe¨²nte recibiremos una importante sanci¨®n econ¨®mica. Si bien tendremos que lidiar con eventos improvisados como obras, accidentes o inclemencias climatol¨®gicas, desde Simteract a¨²n tienen que mejorar mucho en este aspecto para lograr una buena inmersi¨®n, esencial en un simulador de estas caracter¨ªsticas.

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El objetivo de Taxi Life: A City Driving Simulator es que, como taxistas, podamos crecer e incluso fundar nuestra propia empresa, aunque los est¨ªmulos son m¨¢s bien vagos. Su mec¨¢nica nos invita a realizar carreras -de dificultad variable e incluso algunos retos- para ganar dinero con el que mejorar y reparar nuestro veh¨ªculo -tanto en prestaciones como en est¨¦tica-, comprar nuevos coches de diferentes categor¨ªas, poner gasolina, limpiarlo e incluso contratar otros taxistas para que trabajen para nosotros, para as¨ª aumentar el ritmo de ganancias. Incluso obtenemos puntos de experiencia para desbloquear ciertas ventajas en un sencillo ¨¢rbol de habilidades, aunque el impacto en el juego es m¨¢s bien escaso. A todo ello debemos sumar varias c¨¢maras -desde interior a subjetiva, pasando por la cl¨¢sica exterior- y un manejo que aborda la simulaci¨®n pura, tanto a la hora de acelerar como de frenar, adem¨¢s del ¨¢ngulo de giro del coche.

A nivel visual nos encontramos con un t¨ªtulo sobrio, sin grandes florituras, con modelados simples por lo general y que se repiten hasta la saciedad, tanto en coches -basados en modelos reales aunque sin marca- como en peatones. Si bien muchos lugares est¨¢n representados con mimo y son totalmente reconocibles, se siente como un juego de la pasada generaci¨®n, siendo generosos. Aunque lo peor llega con su inaceptable rendimiento; y es que no es de recibo que una propuesta gr¨¢fica tan simple sufra a nivel de fps como lo hace este Taxi Life: A City Driving Simulator. Un sinf¨ªn de ca¨ªdas de frames que pueden llegar a provocar tirones que nos hagan modificar la trayectoria del veh¨ªculo y dar al traste con la carrera en curso. Por otro lado, las f¨ªsicas no son las mejores -ciertos bugs son para enmarcar- y el popping es m¨¢s acusado de lo que nos gustar¨ªa. Solo algunos reflejos, especialmente con lluvia o con el sol bajo, son m¨ªnimamente llamativos. Actualizaci¨®n: gracias a la liberaci¨®n de un nuevo parche el rendimiento del juego ha mejorado notablemente; ya no sufrimos los parones de d¨¦cimas de segundo tan acusados, aunque a¨²n se notan ligeras bajadas de framerate en determinadas situaciones.

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A nivel sonoro tampoco logra destacar, con una ciudad falta de vida, de nuevo con alg¨²n que otro bug que resulta de lo m¨¢s molesto, como cl¨¢xones que no dejan de sonar. La m¨²sica de la radio tampoco invita a ser escuchada gracias a un pu?ado de emisoras por g¨¦neros con temas sin licencia que se hacen repetitivos a la cuarta carrera. Las pocas voces que oiremos son en ingl¨¦s, algo extra?o si tenemos en cuenta que en Barcelona hay m¨¢s gente aut¨®ctona -con m¨¢s nombres anglosajones que otra cosa- que turistas, mientras que los subt¨ªtulos s¨ª est¨¢n correctamente localizados tanto en castellano como en catal¨¢n.