Tras un tortuoso desarrollo de m¨¢s de tres a?os, por fin llega hasta nosotros The Wheeler, un t¨ªtulo protagonizado por el alter ego virtual del actor Vin Diesel. Diesel, con quien tuvimos la oportunidad de conversar no hace mucho, se declaraba ferviente seguidor de los videojuegos y declaraba que la productora que dirige se encuentra en preparaci¨®n para lanzar un juego de rol online basado en la edad antigua. El polifac¨¦tico actor muestra en The Wheeler un car¨¢cter similar al que le hiciera famoso en la pel¨ªcula A Todo Gas, dando vida a Milo Burik, un polic¨ªa Americano encubierto que aterriza en Barcelona en una misi¨®n secreta, tomando el rol de chico malo.
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La habilidad de Burik al volante le permite afrontar empresas de gran riesgo, ya sea llevando personas o mercanc¨ªas a bordo, en un rol muy similar al de Jason Statham en la serie Transporter. The Wheelman nos propone, pues, tomar el control de Burik en sus peripecias por Barcelona, mientras trata con las diferentes bandas locales, as¨ª como con la polic¨ªa. Ya en los inicios, el t¨ªtulo recuerda poderosamente a la serie Driver, por la atenci¨®n que se le ha dado al control de los veh¨ªculos. Sin embargo, nos hallamos ante un sandbox en toda regla, en el que Milo deber¨¢ acometer misiones tanto a pie como a los mandos de diversos medios de locomoci¨®n.
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Gr¨¢ficos
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El apartado visual de Wheelman est¨¢ encabezado por una muy meritoria recreaci¨®n de la ciudad de Barcelona. Casi la totalidad de la urbe catalana sirve de escenario para las carreras y persecuciones del t¨ªtulo, en las que no faltar¨¢n algunos a?adidos extra para darle un toque m¨¢s interesante al desarrollo de las partidas. Sin embargo, la identidad de la capital catalana se mantiene perfectamente, y resulta f¨¢cil identificar los determinados lugares a simple vista. El gps mostrar¨¢ en todo momento el nombre de la calle en la que estemos situados.
La recreaci¨®n de los personajes alcanza su exponente de mayor calidad en el protagonista, un clon virtual id¨¦ntico del actor original. El resto del reparto no comparte la misma suerte, mostr¨¢ndose en general un punto por debajo del aspecto de Milo. El aspecto urbano y mediterr¨¢neo se ha respetado al m¨¢ximo, por lo que no encontraremos persecuciones nocturnas bajo luces de ne¨®n, apost¨¢ndose por un enfoque bastante m¨¢s realista. Pese a todo, el toque cinematogr¨¢fico queda patente en acciones como el robo a¨¦reo, en el que Burik salta de su veh¨ªculo actual hasta otro cercano en plena marcha, s¨®lo para desalojar a su conductor y pasar a asentarse en el nuevo transporte.
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En general, el trabajo realizado es simplemente correcto, destacando en lo negativo el nivel de detalle de los ciudadanos y algunos de sus bugs gr¨¢ficos, como aparecer andando tranquilamente por el techo de un coche cercano. Pese a todo, el motor se mueve de forma s¨®lida, retratando con buena calidad a los veh¨ªculos y ofreciendo sus mejores detalles en las maniobras especiales como el tiro cicl¨®n, cuando se pasa a una vista en c¨¢mara lenta. Sin que llegue a suponer un aspecto flojo, el nivel gr¨¢fico se limita a cumplir con su cometido sin ofrecer m¨¢s espect¨¢culo que ver al propio Milo en acci¨®n.
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M¨²sica y Sonido FX
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El apartado sonoro destaca positivamente por la variedad de m¨²sica inclu¨ªda y por el notable trabajo de localizaci¨®n de las voces para nuestro pa¨ªs. En cuanto al primer aspecto, contaremos con diversas emisoras de m¨²sica a bordo de los veh¨ªculos, con las que sintonizar los g¨¦neros musicales que deseemos. Los hay desde m¨²sica americana hasta electr¨®nica, mucho m¨¢s propia de nuestro panorama musical. En general, la calidad es remarcable, incluyendo muchas de ellas incluso un locutor que ir¨¢ ofreciendo entradillas a los temas, as¨ª como comentarios ocasionales. La duraci¨®n de las canciones y su buen n¨²mero hace dif¨ªcil que nos topemos de forma reiterada con ellas, por lo que contaremos con un repertorio m¨¢s que suficiente para no acabar hartos al poco de empezar la partida.
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Hablando ahora del repertorio de voces y efectos, como dec¨ªamos, se ha trabajado especialmente la localizaci¨®n a nuestro idioma, incluyendo bastantes frases en Catal¨¢n y Castellano, reflejando las lenguas mayoritarias de la ciudad condal. Por ello, los transe¨²ntes nos llamar¨¢n la atenci¨®n en cualquiera de las dos, y lo har¨¢n a menudo, ya que tienden a permanecer cerca de nuestro veh¨ªculo cuando nos encontramos en plena carrera. Nuevamente el conjunto de voces es m¨¢s que interesante, ofreci¨¦ndose una buena variedad y resultando satisfactorio. Se ha? prestado atenci¨®n al detalle, para conseguir un resultado final correcto y remarcable como positivo.?
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Por ¨²ltimo el nivel interpretativo vocal cumple su tarea, dando la impresi¨®n de perder algo de sincron¨ªa con el movimiento de labios de los personajes. Se echa en falta algo m¨¢s de fuerza en algunos momentos en los que la situaci¨®n as¨ª lo requiere, y en el que la voz no llega a ofrecer el tono esperado. Con todo, resulta una representaci¨®n solvente, que cumple con su papel sin mayores problemas, y que ser¨¢ apreciada especialmente por aquellos que contemplen las secuencias intermedias, en las que se alcanza el mayor grado de utilizaci¨®n de los di¨¢logos.
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Jugabilidad
Como apunt¨¢bamos al inicio, Wheelman bebe directamente de varias fuentes, entre las que est¨¢n los sandbox de referencia y la serie Driver. Enfoc¨¢ndose como un t¨ªtulo h¨ªbrido, encontramos una jugabilidad que nos propone viajar a Barcelona y hacernos un hueco entre los criminales locales por nuestros propios m¨¦ritos. Para ello, dispondremos de un completo mapa de la ciudad, en el que aparecer¨¢n marcados diferentes tipos de objetivos a completar. Las misiones alternar¨¢n su tipo entre persecuciones, robos de veh¨ªculo, eliminaci¨®n de rivales y destrucci¨®n del mobiliario urbano. El completar tareas secundarias al margen de la trama principal nos otorga acceso a ciertos almacenes de armas, diseminados por Barcelona en lugares ocultos.
Por ello, resulta posible afrontar ¨²nicamente la historia central, pero no dispondremos de las diferentes armas que se abrir¨¢n ante nosotros siemrpe que completemos tareas secundarias en el modo de aniquilaci¨®n de rivales. Es una buena forma de mantener al jugador entretenido y oblig¨¢ndole a trabajar para no quedarse rezagado en cuanto a arsenal ofensivo. Controlaremos a Milo en una perspectiva en tercera persona, siendo posible entrar en combate con armas de fuego, robar coches y ejecutar maniobras avanzadas al volante. Estas maniobras avanzadas, as¨ª como la propulsi¨®n de nuestro veh¨ªculo, estar¨¢n disponibles cuando se rellene el llamado medidor de enfoque, dependiente de que hagamos una conducci¨®n al l¨ªmite para llenarse m¨¢s o menos r¨¢pido.
Durante la aventura queda claro que Milo prefiere trabajar con el volante que con las manos, y por ello muchos encargos tendr¨¢n que ver directamente con el uso de veh¨ªculos. Para salirse de lo habitual, se nos ofrece la posibilidad de utilizar nuestro coche como un arma, embistiendo lateralmente a los enemigos que nos rodeen. Una simple pulsaci¨®n del mando lanzar¨¢ el coche violentamente hacia un lado, y podremos golpear a cualquiera que estuviera cerca. Podremos dejar a los enemigos fuera de juego de esta manera, golpe¨¢ndolos reiteradamente mientras su veh¨ªculo se debilita. Asimismo, podremos ocupar cualquier veh¨ªculo ajeno tanto estando parados como en movimiento, con la mencionada y espectacular maniobra de robo a¨¦reo. El combate montado en coche es bastante entretenido, y uno de los elementos m¨¢s destacables hacia la innovaci¨®n en The Wheelman.
La pobre e inconexa trama nos llevar¨¢ a trabajar para los diversos grupos de la ciudad, cumpliendo encargos y gan¨¢ndonos su respeto para poder recibir m¨¢s encargos posteriores. La din¨¢mica de trabajos es bastante ¨¢gil y se nos ofrecen en grandes cantidades, por lo que resulta dif¨ªcil permanecer sin algo que hacer m¨¢s que la misi¨®n principal. Eso s¨ª, muchas tareas cuentan con un l¨ªmite de tiempo bastante ajustado y pueden costar bastante de realizar al principio, siendo The Wheelman bastante exigente con la habilidad inicial requerida para completar estas tareas. Para facilitar las cosas, el control, muy arcade, pone las cosas f¨¢ciles en el manejo de los veh¨ªculos, respondiendo de forma r¨¢pida y precisa a las maniobras extremas a las que lo someteremos.
Pese a que se ofrecen en grandes cantidades, las misiones no resultan demasiado variadas. La trama principal, por suerte, nos llevar¨¢ a realizar objetivos m¨¢s entretenidos y vistosos, por lo que al final existe una buena compensaci¨®n entre misiones alternativas y obligatorias. L¨¢stima que los personajes resulten tremendamente vac¨ªos y faltos de carisma, siendo superados por un poco hablador Burik, que incluso sin decir m¨¢s que lo justo, posee mucha m¨¢s presencia que el resto. En la l¨ªnea, la IA de los enemigos responde de forma moderada, siendo bastante sencillo el sacarlos fuera de juego. Probablemente la mayor dificultad a la hora de realizar los desaf¨ªos es la propia habilidad, ya que un choque o una equivocaci¨®n de calle en el itinerario nos condenar¨¢, la mayor¨ªa de las veces, a tener que rehacer la fase.