Tunic
- PlataformaXBO8.3PC8.3NSW8.3PS58.3XBS8.3PS48.3
- G¨¦neroAventura, Acci¨®n
- DesarrolladorAndrew Shouldice
- Lanzamiento16/03/2022 (XBO, PC, XBS)27/09/2022 (NSW, PS5, PS4)
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorFinji
Tunic, An¨¢lisis. Descubriendo la leyenda del zorro
Andrew Shouldice y Finji convierten un planteamiento sencillo en un videojuego profundo, repleto de capas, secretos y mucha magia. Dif¨ªcil de olvidar.
Tunic es un videojuego con duende. Uno de esos que desprenden carisma, cari?o por la historia del medio. La obra de Andrew Shouldice parece hecha a mano, pura artesan¨ªa que absorbe por su mundo y brota por su planteamiento. He aqu¨ª una grata sorpresa que va m¨¢s all¨¢ de las influencias y que, sobre todo, es mucho m¨¢s que la suma de sus partes. Confuso, cr¨ªptico, rec¨®ndito, muy desafiante. Uno de esos juegos que calan hondo con el paso de las horas.
No ha sido f¨¢cil llegar hasta aqu¨ª, sin embargo. Desde 2015 hasta ahora han sucedido muchas cosas alrededor del proyecto del dise?ador canadiense, comenzando por el viaje independiente emprendido por ¨¦l mismo. Hay mucho del autor en esta aventura, que no deja de ser un enorme rompecabezas en el que las decisiones vitales son un viaje dentro de nosotros mismos. Su mundo, en esencia, es una gran mazmorra. Cuando el equipo de ID@Xbox le puso el ojo encima al originalmente llamado Secret Legend, algo llam¨® la atenci¨®n en esta propuesta de puzles, acci¨®n con vista isom¨¦trica y una estructura de mapeado que limita el progreso a merced de la utilizaci¨®n de ciertos objetos o habilidades.
La desorientaci¨®n como mec¨¢nica: un secreto detr¨¢s de otro
Las primeras horas en mundo de Tunic son algo difusas. Las explicaciones brillan por su ausencia de manera deliberada, y es esa una de las principales claves conceptuales del t¨ªtulo: el aprendizaje por descubrimiento. Como si de un t¨ªtulo de los a?os ochenta se tratase, Shouldice contradice muchos de los est¨¢ndares actuales del medio, donde todo est¨¢ previamente mascado y hay siempre indicios o pistas para saber qu¨¦ tienes qu¨¦ hacer. Aqu¨ª no. Diferentes p¨¢ginas perdidas de un enrome libro conforman una gu¨ªa de viaje con indicaciones, referencias y explicaciones de mec¨¢nicas que no se presentan de ninguna forma. Ensayo y error, constantemente. Est¨¢s perdido y nadie va a venir a rescatarte. Despiertas, est¨¢s en medio de una meseta y nada tiene sentido. Depende de ti darle ese sentido, encontrar las tres gemas que abrir¨¢n las puertas de todos los misterios.
Ese golpe de realidad no gustar¨¢ a mucha gente, especialmente quienes confundan el estilo art¨ªstico amigable de este zorro antropom¨®rfico con espada y escudo con una aventura plenamente desafiante; en ocasiones, opaca. Hay que aceptar las reglas de Tunic para entenderlo, apreciarlo y disfrutarlo. Te da tanto de principio a fin que es imposible no esbozar una sincera sonrisa al ver los t¨ªtulos de cr¨¦dito: no deja de agregar mec¨¢nicas de principio a fin.
En esta casa somos especialmente amantes de los videojuegos que evolucionan y profundizan en su esquema de control en el ?durante?. Nada tiene que ver el abanico de opciones iniciales con el inventario, habilidades o mec¨¢nicas disponibles al final. Por eso se justifica tan bien su backtracking, la exploraci¨®n o la disposici¨®n de elementos en pantalla aparentemente accesorios; pero en realidad interactivos. Todo est¨¢ ah¨ª, delante de tus ojos, pero no todo es visible a simple vista. La importancia de encontrar las p¨¢ginas del manual correspondientes al mapa es total porque hay recovecos, pistas y soluciones a puzles del escenario que no puedes resolver a simple vista; de ah¨ª que tengamos una c¨¢mara fija, dise?ada para estar constantemente en tiro diagonal.
Verdugo y conquistador. Tunic castiga, pero tambi¨¦n premia
Con el paso de las horas te das cuenta de que las similitudes con The Legend of Zelda no son tantas, pero que encantar¨¢ a los aficionados de la obra de Nintendo. Ese sabor A Link to the Past, mezclado con la primera entrega de la serie, le sientan de maravilla. La complejidad en el dise?o de escenarios del t¨ªtulo de Shouldice es superlativa. Tanto por su construcci¨®n m¨¢s vertical, con capas por doquier, como tambi¨¦n por una gesti¨®n del backtracking para quitarse el sombrero. ?Nueva mec¨¢nica? Rec¨®rrelo de nuevo. Todo. Hemos explorado todos los escenarios multitud de veces. A veces, porque est¨¢bamos perdidos y no sab¨ªamos c¨®mo llegar al otro lado de un puente partido en dos. Otras porque ten¨ªamos una nueva habilidad que nos brinda, ipso facto, una nueva capa de exploraci¨®n en la totalidad del overworld.
Uno de los problemas de Tunic es que a veces se salta sus propias reglas y te obliga a chocar demasiadas ocasiones con los l¨ªmites del escenario para comprobar si se esconde alg¨²n hueco invisible por la perspectiva de la c¨¢mara. Esas ?trampas? pueden funcionar una o dos veces como soluci¨®n ingeniosa para sorprenderte por ciertos secretos, pero a la larga puede traducirse en un obst¨¢culo m¨¢s dependiente del azar que del ingenio. Seguramente algunas de estas situaciones se podr¨ªan haber resuelto de una forma menos liosa e igualmente efectiva. Por suerte, Shouldice compensa cualquier bloqueo a base de elegancia en su ejecuci¨®n mec¨¢nica.
Los controles funcionan a la perfecci¨®n, con un sistema de combate en tiempo real en el que el posicionamiento y el c¨¢lculo de la caja de impacto se tornan elementales para no acumular bajas una y otra vez. Hay diferentes magias y objetos, tanto de contacto como desde la distancia, as¨ª que cada jugador puede configurar su estilo de juego y activar atributos concretos para aumentar la resistencia, la vida, etc. Tunic va de frente, no se oculta y castiga sin remordimientos: es un t¨ªtulo dif¨ªcil, que te puede hacer perder muchos minutos de partida si no vas guardando tu progreso manualmente all¨¢ donde puedes hacerlo.
Ese pulso con tu habilidad recuerda inevitablemente a las obras de FromSoftware, pero permitidnos explicar esta similitud, que no comparaci¨®n. La presencia de una barra de vida y otra de estamina ¡ªque se gasta mediante las esquivas, no por los ataques¡ª, sumado a las posturas de ciertos jefes, hacen que cada enfrentamiento requiera de un estudio concienciado de la situaci¨®n. Que prestemos atenci¨®n trescientos sesenta grados y nos situemos en el lugar adecuado si no queremos desfallecer. Adem¨¢s, cada baja tiene precio. Tus hallazgos, especialmente el dinero o ciertos objetos, quedar¨¢n en tu lecho de muerte por tiempo limitado. Tunic no se anda con rodeos y dura lo que tiene que durar. Ni m¨¢s, ni menos. Hemos tardado casi 20 horas en terminarlo ¡ªcon unos cuantos secretos pendientes¡ª, si bien su creador asegura que todo depende de la habilidad de cada jugador y la cantidad de veces que volvamos sobre nuestros pasos sedientos de secretos ocultos. Calculad una horquilla de entre las 15 y 25 horas.
Una caja de arena
La editora Finji tiene un radar especial para capturar obras con carisma. Night in the Woods, Wilmot¡¯s Warehouse, Chicory: A Colorful Tale¡ Tunic est¨¢ a la altura de los mencionados. No solo por su idiosincrasia, sino por sus aires de excelencia en ciertos tramos de la aventura. El mundo de Tunic es en realidad una enorme mazmorra sin ataduras, te da libertad para que seas t¨² quien elija cu¨¢l de los cuatro puntos cardinales explorar primero. Hay cierto momento del viaje en que entiendes cu¨¢l es tu objetivo y qu¨¦ tienes que hacer para alcanzarlo. A partir de ah¨ª, depende de cada uno por d¨®nde comenzar y cu¨¢nto implicarse en las tareas prescindibles.
Hablaremos de ¨¦l durante meses porque alguien habr¨¢ encontrado algo que pas¨® desapercibido para los dem¨¢s, porque muchos de sus compradores se perder¨¢n sin saber c¨®mo seguir, o simplemente elucubrando sobre algunos de los mensajes ambiguos de su relato. Hay magia en en Tunic. Shouldice ha materializado este proyecto pr¨¢cticamente solo, acompa?ado de un par de artistas que dan color y forma a un despliegue audiovisual en el que sobran las palabras. Art¨ªsticamente llama la atenci¨®n el uso que hace del color y la iluminaci¨®n, no tanto por su variedad sino por el tratamiento din¨¢mico de algunas variantes crom¨¢ticas. Y hasta aqu¨ª vamos a leer. Hemos echado en falta alguna melod¨ªa m¨¢s o el encaje de ciertos temas en momentos de m¨¢xima tensi¨®n; quiz¨¢ por limitarse a ser un mero acompa?amiento de lo que sucede y no volcarse tanto en la sensaci¨®n de inmersi¨®n en la partida, como s¨ª hemos visto en otras obras de la editora de M¨ªchigan. Con todo, Tunic es un videojuego independiente de primera categor¨ªa, de esos dif¨ªciles de olvidar y que no dejaremos de recomendar.
Hemos realizado este an¨¢lisis con un c¨®digo digital suministrado por ICO Partners en su versi¨®n de Steam (PC). Tambi¨¦n est¨¢ disponible en Xbox. Recomendamos jugar con mando.
Conclusi¨®n
Tunic ha colmado con creces las expectativas. Hab¨ªamos depositado muchas esperanzas sobre la obra de Andrew Shouldice por su propuesta y despliegue art¨ªstico; por suerte, todo lo que hab¨ªamos visto en su demo y tr¨¢ileres era en realidad la punta del iceberg. Finji se anota otro t¨ªtulo ¨²nico de la escena independiente, una aventura de acci¨®n, puzles y exploraci¨®n con personalidad propia. No deja de sorprender de principio a fin y encadena secretos uno detr¨¢s de otro. Funciona a los mandos, se expresa a las mil maravillas a nivel mec¨¢nico y cumple con creces en su sistema de combate. Dif¨ªcil, l¨®brego, pero extremadamente gratificante. Un meritorio ejercicio de confianza y perseverancia: la espera ha merecido la pena.
Lo mejor
- Su mundo, una enorme mazmorra interconectada.
- No deja de evolucionar a nivel mec¨¢nico: puro videojuego.
- Sistema de combate y su variedad de jefes finales.
- La forma de dar respuestas a sus misterios.
Lo peor
- Puede ser excesivamente lioso de primeras.
- Decisiones de dise?o que pasan por alto sus propias reglas.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.