Sonic Colours: Ultimate, an¨¢lisis

La trayectoria de la saga Sonic probablemente no tiene mejor an¨¢logo que el propio erizo azul: la mascota de Sega es capaz de alcanzar velocidades de v¨¦rtigo en cuesti¨®n de segundos, pero tambi¨¦n de perder con la misma rapidez los anillos coleccionados al estamparse contra alg¨²n peligro. Durante muchos a?os, esa ha sido la cruz de una franquicia que en tiempos de Mega Drive fue capaz de auparse al olimpo plataformero y rivalizar con el hasta entonces intocable Mario, pero que desde el salto a las tres dimensiones sufre para encontrar cualquier tipo de consistencia en la naturaleza y calidad de sus propuestas. Sonic Colours, por suerte, fue uno de los casos que todav¨ªa invitan al optimismo: a su llegada en 2010, el hasta ahora exclusivo de Wii sali¨® bastante airoso de ese ciclo de expectativas y decepci¨®n.

Aquella generaci¨®n se hab¨ªa inaugurado con el infame Sonic the Hedgehog (2006) antes de que Sonic y los Anillos Secretos se pasase al plataformeo on rails y Sonic Unleashed convenciese m¨¢s durante la mitad que no involucraba pelear contra hordas de enemigos manejando a un erizo-lobo. No es una situaci¨®n muy diferente a la actual. Aunque el juego que nos ocupa y Sonic Generations consiguieron que muchos volviesen a confiar en el Sonic Team, la buena fe se resquebraj¨® con Sonic Lost World y, sobre todo, Sonic Forces. Esta generaci¨®n ha sido un proyecto creado por fans, Sonic Mania, el que ha mantenido la ilusi¨®n viva, problema del que el Sonic Team debe ser consciente porque no ha precipitado su pr¨®ximo juego para coincidir con el 30? aniversario. En su lugar recibimos de nuevo Sonic Colours, pero esta vez remasterizado para encajar mejor en sistemas actuales (PC, PS4, One y Switch).

Ampliar

Vuelta a los or¨ªgenes

Esa exclusividad a punto de concluir con Wii es un factor relevante por partida doble porque no solo significa que ahora se lanzar¨¢ por primera en alta definici¨®n, tambi¨¦n que su gestaci¨®n se dio en un contexto algo diferente a las dem¨¢s entregas: as¨ª como Sonic y los Anillos Secretos y el posterior Sonic y el Caballero Negro fueron dise?ados para aprovechar los sensores de movimiento, Sonic Colours se plante¨® como una vuelta a los or¨ªgenes para atraer al p¨²blico de plataformas m¨¢s cl¨¢sicos que estaba cultivando Wii (Mario, Wario, Kirby y Donkey Kong recibieron entregas de scroll lateral primera vez en bastantes a?os). Esto se tradujo tanto en la predominancia de la perspectiva 2D (algo sobre lo que ahondaremos en un momento) como en una trama extremadamente sencilla, que dejaba fuera a casi todos los personajes recurrentes para centrarse en Sonic (¨²nico jugable), Tails y el Dr. Eggman.

El componente narrativo, curiosamente, es uno de sus posibles puntos contenciosos, aunque no solo porque algunos fans puedan echar de menos a Knuckles, Shadow y compa?¨ªa. Colours es de esos juegos donde la jugabilidad prima, y de hecho no es hasta despu¨¦s de superar el primer par de niveles cuando la secuencia inicial muestra c¨®mo Sonic y Tails han llegado a un parque de atracciones espacial creado por Eggman para investigar su cometido real. Esta clase de inmediatez, at¨ªpica en la etapa 3D de la saga, se puede ver como uno de sus atractivos, y a partir de ah¨ª el juego se sigue moderando bastante a la hora de hacer paradas para exponer un simplista argumento donde introduce tanto a dos robots lacayos de Eggman como a los Wisps, peque?as criaturas alien¨ªgenas que ayudan al erizo cedi¨¦ndole sus habilidades.

Ampliar

La pega aqu¨ª no reside tanto en esa simplificaci¨®n como en la ejecuci¨®n de su tono. O, m¨¢s concretamente, en el cariz tan infantiloide que adquiere el guion. El esfuerzo por hacerlo ¡°m¨¢s Nintendo¡± ¡ªsi nos tomamos la licencia de considerarlo as¨ª¡ª, evitando la saturaci¨®n de personajes, los dramas y los enrevesamientos de algunas entregas modernas se tradujo en una sobre correcci¨®n que empuj¨® demasiado hacia la otra direcci¨®n: a diferencia de personajes como Mario o Donkey Kong y su expresiva m¨ªmica, Sonic,Tails y Eggman siguen hablando por los codos aunque la trama no lleve a ning¨²n sitio, as¨ª que las secuencias se llenan con chascarrillos que ilustran la diferencia entre ¡°para todos los p¨²blicos¡± y ¡°para ni?os¡±. Es un problema menor porque, de nuevo, el tiempo dedicado a las secuencias supone un porcentaje peque?o del juego y se pueden saltar con un bot¨®n sin miedo a perder informaci¨®n importante. Pero es algo que seguramente mine a jugadores que valoren m¨¢s ese componente.

La faceta jugable, por su parte, tiende a salir mucho mejor parada, aunque tambi¨¦n tiene potencial contencioso para algunos fans. Como dec¨ªamos antes, el t¨ªtulo hered¨® bastantes momentos de velocidad punta en 3D, con la c¨¢mara justo detr¨¢s de Sonic o alejada para enfocarlo desde planos m¨¢s espectaculares mientras corre de forma autom¨¢tica o tenemos un control m¨¢s limitado (dashes laterales para cambiar de carril), pero la mayor parte del juego ¡ªa ojo, casi tres cuartas partes¡ª transcurre en 2D. Ya a su estreno en Wii a no todo el mundo convenci¨® este reparto, puesto que los momentos de carrera en 3D son m¨¢s espectaculares y el plataformeo 2D baja bastante el ritmo medio. Por supuesto, en ¨¦l sigue habiendo turbos, paneles aceleradores, rizos y muelles para moverse a toda velocidad, pero m¨¢s pronto que tarde nos encontramos resolviendo situaciones que requieren una pizca m¨¢s de calma y observaci¨®n.

Ampliar

El manejo de Sonic, por lo general ejemplar, puede dejar entrever algunas costuras en estas partes, tanto por unas f¨ªsicas que no est¨¢n ajustadas tan al mil¨ªmetro para el plataformeo 2D como otros exponentes del g¨¦nero (aunque la dificultad es suave y casi nunca escala a la categor¨ªa de problema real) como por la posibilidad de que el ataque teledirigido tome decisiones opuestas al jugador: el juego dispone de doble salto y a menudo resulta imprescindible para sortear ciertos obst¨¢culos; sin embargo, si estando en el aire la ret¨ªcula se centra en alg¨²n objetivo cercano (un enemigo, un muelle, un gancho), el bot¨®n de salto har¨¢ que Sonic se lance hacia ¨¦l de forma autom¨¢tica, lo que rara vez resulta en una muerte, pero s¨ª puede significar avanzar hacia el siguiente tramo del nivel sin posibilidad de volver atr¨¢s.

Los Wisps: habilidades a todo color

No es una simple forma de hablar si decimos que en Sonic Colours muchas veces es m¨¢s dif¨ªcil quedarse atr¨¢s que avanzar. En parte es algo accidental, pero solo en parte, porque el juego est¨¢ construido de modo que los rejugados de niveles acaparen el grueso de su vida ¨²til. Ver los cr¨¦ditos requiere correr sin p¨¦rdida ¡ªaunque suela haber m¨¢s de una ruta viable¡ª hasta el gran anillo final de cada uno de los m¨¢s de treinta niveles incluidos (jefes aparte), tarea que se puede completar en menos de tres horas, pero luego existe toda una capa de aprendizaje y exploraci¨®n extra de mano de las notas, los anillos con estrella rojos y los Wisps.

Ampliar

Porque estos aliens no est¨¢n de inicio, sino que se desbloquean a medida que avanzamos por los mundos (con cierta libertad en el orden) para luego aparecer en niveles previos y permitirnos alcanzar rincones inaccesibles durante la primera pasada. Claro que incluso limit¨¢ndonos a lo b¨¢sico, correr con vista a alcanzar r¨¢pido los cr¨¦ditos, los Wisps siguen siendo un componente clave del desarrollo. No en vano, el ¡°Colours¡± del t¨ªtulo alude a ellos y sus diferentes propiedades seg¨²n el color.

Los blancos rellenan la barra de turbo; los cian permiten convertir a Sonic en un l¨¢ser para lanzarlo a trav¨¦s de artefactos que crean carambolas para llegar a lugares inalcanzables de otro modo; los amarillos sirven para atravesar a toda velocidad zonas subterr¨¢neas y acu¨¢ticas; los naranja funcionan como cohetes que ascienden bastantes metros en l¨ªnea recta antes de dejarnos descender en ca¨ªda libre; los azules se usan tanto para destruir bloques normales como para cambiar el estado (de s¨®lido a invisible y viceversa) de otros bloques especiales; los verdes permiten volar a baja velocidad, aunque aceleran al coger hileras de anillos; los rosa se enganchan a muros para rodar en cualquier direcci¨®n, incluso boca abajo; y los morados transforman a Sonic en una bestia que aumenta de tama?o y acaba con todo a su paso.

Ampliar

A todos ellos, adem¨¢s, ahora hay que sumar una variedad de estreno, los de color jade, que permiten atravesar muros y suelos si hay ganchos especiales hacia los que proyectarse al otro lado. Naturalmente, su integraci¨®n no ha sido al tunt¨²n, sino que se han acomodado a los niveles ya existentes para que ofrezcan un modo alternativo de llegar a sitios antes accesibles con otro Wisp o recoger algunas de las fichas de parque in¨¦ditas de esta versi¨®n. Hablando de lo cual...

Ampliar

Ultimate: a?adidos, cambios y mejoras

Sonic Colours: Ultimate no incluye niveles nuevos, pero m¨¢s all¨¢ de las mejoras gr¨¢ficas, ofrece varios alicientes extra para dedicarle m¨¢s tiempo que a la versi¨®n original. Unos son las ya citadas fichas de parque, que pueden ser canjeadas para personalizar a Sonic con guantes, zapatos o efectos de aceleraci¨®n diferentes, as¨ª como comprar avatares para el perfil basados en otras sagas de Sega como Panzer Dragoon o Crazy Taxi. Es un detalle bastante menor, pero no resta y sirve para aumentar la densidad de los niveles con m¨¢s coleccionables.

Otro a?adido es el modo Rival Rush, una serie de carreras contra Metal Sonic que se desbloquean al conseguir la mitad de los anillos rojos de cada mundo. Solo hay una por mundo en cuesti¨®n, y funcionan como corredores fantasma en vez de como un rival real con el que podamos interactuar f¨ªsicamente, pero es otro a?adido que no resta y algunas de las pruebas terminan siendo bastante exigentes porque, m¨¢s all¨¢ de la marca de tiempo de la que debemos bajar, tambi¨¦n requieren completar las carreras del tir¨®n, sin servirse de los puntos de control repartidos por los niveles.

Ampliar

Hablando de puntos de control, otro cambio tiene que ver con el sistema de continuaciones. Anta?o, el jugador pod¨ªa conseguir vidas con la cara de Sonic para reanudar los niveles desde el ¨²ltimo punto de control en caso de morir. Si el contador llegaba a cero, tendr¨ªa que empezar desde el principio. Aqu¨ª ya no. En Ultimate siempre podemos retomar el ¨²ltimo control alcanzado y las vidas, ahora con cara de Tails, sirven para que el zorro de dos colas nos deje cerca del lugar en el ca¨ªmos o fuimos eliminados por un enemigo. Dada la suavidad general y la brevedad de la mayor¨ªa de fases no es un cambio de gran impacto, pero desde luego baja el nivel de exigencia al asegurar que esos puntos de control son permanentes.

Luego est¨¢ la banda sonora. La m¨²sica de Colours siempre ha sido uno de sus apartados m¨¢s valorados y con raz¨®n, as¨ª que algunos fans pudieron preocuparse al saber que se hab¨ªa arreglado con nueva instrumentalizaci¨®n. Si suenan mejor las versiones nuevas o las viejas es algo que queda al gusto de cada uno, aunque Ultimate toma una ruta algo diferente a lo habitual y ni cambia todo de golpe, ni deja opci¨®n a restaurar la original. En realidad usa todo: de los seis actos que hay en cada mundo, tres se ambientan con los remixes y otros tres con las versiones de 2010, por lo que ahora los niveles var¨ªan de forma m¨¢s constante de m¨²sica (eso obviando las fases de Sonic Simulator, el modo con multijugador a dos).

Ampliar

Por ¨²ltimo, pero seguramente no menos importante, llegamos al apartado gr¨¢fico. De momento solo hemos tenido acceso a la versi¨®n de PlayStation 4 y la hemos jugado en el modelo est¨¢ndar (no Pro o PS5 v¨ªa retrocompatibilidad). La mejor¨ªa es clara y no se limita a la resoluci¨®n (1080p en nuestro caso, aunque llega a 4K en plataformas aptas para ello), la iluminaci¨®n y algunos detalles de los escenarios tambi¨¦n se han retocado para darle un acabado m¨¢s actual. Bajo estas l¨ªneas os dejamos varias im¨¢genes comparativas para que las ampli¨¦is si quer¨¦is comprobarlo m¨¢s al detalle.

Ampliar

Ampliar

Ampliar

En tiempos de Wii, el Sonic Team sacrific¨® el framerate (all¨ª corr¨ªa a 30 frames por segundo, en vez de a 60 como los plataformas destacados de Nintendo) para lograr mayor nivel de detalle, algo que entonces le rest¨® fluidez, pero ahora juega a su favor porque mantiene muy bien el tipo al dar el salto a la alta definici¨®n. Naturalmente, todav¨ªa dista de pasar por un juego nativo de PS4, pero s¨ª parece algo m¨¢s acorde a PS3 que a la propia Wii. Por desgracia, tampoco es oro todo lo que reluce y esta versi¨®n tiene algunas asperezas que nos sorprenden: los tiempos de carga al entrar a los niveles son m¨¢s largos que en Wii, y en momentos puntuales (recalcamos lo de puntuales) el juego puede experimentar peque?as ralentizaciones. No es algo grave, pero s¨ª susceptible de ser mejorado v¨ªa actualizaci¨®n.

Por otro lado, las secuencias pregrabadas se han tenido que someter a un post-procesado para reescalarlas y no ofrecen la misma calidad de imagen que el resto del juego, a menudo evidenciando artefactos de compresi¨®n que se camuflaban mejor en su resoluci¨®n original. No es la primera ni ser¨¢ la ¨²ltima vez que ocurre algo as¨ª en una restauraci¨®n de este tipo, aunque se trata de borrones localizados en un trabajo que casi siempre da la talla. Ultimate cumple con lo prometido y es la mejor forma de revisitar o descubrir Sonic Colours. Como hace una d¨¦cada, el juego tiene sus altibajos (ni hemos citado a los jefes porque se repiten y pasan sin pena ni gloria), pero en l¨ªneas generales a¨²n se trata de uno de los esfuerzos m¨¢s solventes del Sonic Team desde que el erizo se convirti¨® en un personaje third party.

Ampliar