Paper Beast
- PlataformaPCPS47.6
- G¨¦neroAventura
- DesarrolladorPixel Reef
- Lanzamiento24/03/2020
- TextoEspa?ol
- EditorPixel Reef
Paper Beast, an¨¢lisis: lo nuevo del creador de Another World
PS4 y PlayStation VR reciben el ¨²ltimo juego de ?ric Chahi, creador de Another World. Analizamos una de las experiencias de realidad virtual del a?o.
Es muy reciente, pero, ?han o¨ªdo alguna vez la canci¨®n ¡°Entre poetas y presos¡±, de La Ra¨ªz? Tras terminar Paper Beast, la ¨²ltima obra de ?ric Chahi, nos sentamos ante la p¨¢gina en blanco que en su momento fue este an¨¢lisis y dicha canci¨®n se nos vino a la cabeza. Su estribillo se repet¨ªa una y otra vez en nuestra mente, como un eco. ¡°Somos los hijos de los versos; de los poetas y los presos; La voz que grita entre los huesos; de la cunetas para despertar; al universo¡±. Es una estupidez, una de esas ¡°conexiones locas¡± que todos hacemos, pero quiz¨¢s pueda servirnos para hablar del juego que tenemos entre manos. Al fin y al cabo, ¨¦ste tambi¨¦n es una peque?a locura y nos invita a reflexionar y dejarnos llevar por la intuici¨®n. Suena un poco m¨ªstico, pero no pod¨ªamos esperar otra cosa de Chahi, creador de obras clave en la historia de los videojuegos, como Another World y Heart of Darkness, o de t¨ªtulos como, m¨¢s recientemente, From Dust. As¨ª que eso haremos, dejarnos llevar por la intuici¨®n.
Siguiendo con la canci¨®n, ?ric Chahi es hijo de Francia (Yerres, 1967), o lo que es lo mismo, comparte cuna con la nouvelle vague y el cine de autor. Lo lleva en la sangre. Chahi es un poeta con su propia su visi¨®n del mundo, con su propio sello, y afortunadamente all¨¢ por los a?os ochenta eligi¨® la industria del videojuego para plasmar esa visi¨®n. Pero esta decisi¨®n tambi¨¦n le hizo preso. Preso de la tecnolog¨ªa, de los desorbitados presupuestos del sector y del miedo que estos provocan a las compa?¨ªas, a menudo atenazadas y recelosas de t¨¦rminos como ¡°innovar¡± o ¡°arriesgar¡±. Por ese motivo Chahi se ha prodigado tan poco en el sector durante los ¨²ltimos a?os, y cuando lo ha hecho siempre ha sido porque ten¨ªa novedades importantes e iba acompa?ado de equipos peque?os. Pasa lo mismo con Paper Beast, juego que firma con su nuevo y flamante estudio de Montpellier, Pixel Reef (2016); que usa para experimentar por primera vez con la realidad virtual; y en cuyos cr¨¦ditos no aparecen m¨¢s de veinte personas. Un proyecto peque?o, en exclusiva para PS4 y PlayStation VR, que tiene lo mejor y lo peor que siempre ha caracterizado al autor. Es decir, por un lado es ¨²nico y genuino, y por otro corto, a veces confuso y un pel¨ªn ambiguo.
Origami y bestias de papel
A grandes rasgos, Paper Beast es un juego de puzles y exploraci¨®n. Sin embargo, que nadie entienda ¡°exploraci¨®n¡± por recorrer laber¨ªnticos niveles plagados de secretos y detalles, o de pistas y herramientas que despu¨¦s nos sirvan para superar los distintos rompecabezas. Los niveles de Paper Beast son enormes extensiones de terreno vac¨ªo, en su mayor¨ªa desiertos y cuevas, y al margen de un coleccionable en cada uno de ellos, no hay que buscar nada m¨¢s, no hay nada oculto que no se pueda ver a simple vista. Cuando hablamos de exploraci¨®n nos referimos m¨¢s bien a interacci¨®n. A c¨®mo reaccionan la fauna y la flora de su universo a nuestra presencia. Lo que tenemos que explorar y descubrir es para qu¨¦ sirven las criaturas de cada fase, todas ellas formadas por papel. Tenemos que aprender a llamar su atenci¨®n, a protegerlas, usarlas o simplemente a relacionarnos con ellas. Un poco a la manera de Trico, de The Last Guardian. (Aunque si aquel os impacient¨®, id tocando madera).
Los puzles, por su parte, consisten la mayor¨ªa en ir de un punto A a un punto B, convirtiendo el juego por momentos en un ¡°simulador pastoril¡± en el que atravesamos hermos¨ªsimos parajes acompa?ados de nuestro reba?o de papel. Esto, que puede parecer muy simple y sencillo, nunca lo es. En todos nuestros viajes tendremos que hacer frente a la madre naturaleza. Por el camino habr¨¢ r¨ªos desbordados en los que podemos ahogarnos, zonas en las que el viento es tan fuerte que lanza a nuestros compa?eros por los aires, depredadores que nos rodean y asaltan si no tenemos cuidado, plantas que se revuelven contra los intrusos, extra?os efectos climatol¨®gicos... etc¨¦tera. Aqu¨ª es donde m¨¢s visible se hace la huella de ?ric Chahi y su ¨²ltima etapa, ya centrada en nuestros or¨ªgenes y el medio ambiente. Los v¨ªnculos con From Dust, por ejemplo, van m¨¢s all¨¢ de la tem¨¢tica y del mensaje que el juego tiene de fondo. Tambi¨¦n son pr¨¢cticos. As¨ª, y aunque no se prodigan demasiado, en Paper Beast hay objetos que permiten transformar el terreno a nuestro alrededor para levantar cordilleras, derretir o congelar superficies, e incluso los hay que manipulan el comportamiento del agua, como si de un ¡°god game¡± se tratara. Completar el t¨ªtulo pasa por aprender a usar estos objetos y a dirigir a las ¡°bestias de papel¡± que nos rodean, llev¨¢ndonos entre 3 y 5 horas superar la historia principal.
Un juego con mensaje
As¨ª explicadas, puede que sus mec¨¢nicas no parezcan nada del otro mundo y que el juego se nos antoje corto y ¡°m¨¢s de lo mismo¡±. Hasta cierto punto lo es, pero Paper Beast tambi¨¦n est¨¢ tocado por una varita. Tiene una magia y un carisma del que hoy d¨ªa carecen muchos juegos. Y todo gracias a ¡°la visi¨®n¡± de ?ric Chahi y su equipo, que han dotado al juego de una conmovedora y fascinante reflexi¨®n sobre nuestro planeta, sobre el medio ambiente y la influencia del ser humano en ¨¦l. El t¨ªtulo no es un cascar¨®n vac¨ªo. Tiene un mensaje muy bonito y que bien val¨ªa la pena contar. Encima la desarrolladora lo ha conseguido sin usar ni una sola l¨ªnea de di¨¢logo. No hay narradores en off, ni secuencias cinem¨¢ticas, ni grandes parrafadas que dicten sentencia y expliquen lo que estamos viendo. Todo es poes¨ªa en movimiento, interacci¨®n. Vamos a tomar conciencia de lo que se nos quiere contar seg¨²n vayamos implic¨¢ndonos en su mundo y modific¨¢ndolo en nuestro favor. Seremos nosotros mismos quienes interpretemos y tratemos de ordenar lo que vemos. Por no hablar de que el t¨ªtulo es capaz de romper la cuarta pared y reflexionar sobre s¨ª mismo y sobre el futuro, depar¨¢ndonos m¨¢s de una sorpresa. ?Record¨¢is la canci¨®n que cit¨¢bamos al principio? ¡°Una voz que grita para despertar al universo¡±. La intuici¨®n.
La confianza que el t¨ªtulo deposita en nosotros y nuestra capacidad de deducci¨®n no solo se aplica a su trasfondo, sino tambi¨¦n a los puzles. Paper Beast no comparte con nosotros nada m¨¢s que los controles, y estos apenas se componen de un par de botones. En ning¨²n momento nos llevar¨¢ de la mano por sus niveles, ni nos ayudar¨¢ en los desaf¨ªos que estos presentan. Durante la mayor parte del juego se agradece la libertad, pero veces no queda del todo claro si una zona es un simple paisaje de paso o si hay que hacer algo en ella. Hay situaciones y momentos un poco obtusos, en los que no sabemos qu¨¦ se espera de nosotros, ni si acaso se espera algo. Pero esto resulta muy puntual. La mayor parte de sus rompecabezas son muy sencillos, a veces incluso un tanto pobres, y sus soluciones las hemos visto en otros juegos del g¨¦nero y del propio?Chahi. Lo mismo ocurre con el endgame, un modo llamado Sandbox que hace las veces de editor y nos permite crear nuestro propio "bioma" colocando toda clase de criaturas, plantas y elementos naturales. Decimos "bioma" y no "nivel" porque no hay modo de manipular la IA, poner objetivos o generar alg¨²n tipo de reto o desarrollo. Estas creaciones tampoco se pueden compartir online y es una pena que el apoyo y refuerzo brindado por Sony no haya servido para potenciar la herramienta. Tal y como est¨¢, el modo Sandbox parece inacabado y queda relegado a una especie de prueba con la que solo trastearemos unos minutos. Un poco m¨¢s de recorrido en las mec¨¢nicas de su aventura y algo de cari?o a esta ¨²ltima opci¨®n le habr¨ªan hecho ganar enteros.
Impecable y art¨ªsticamente embriagador
El juego queda aderezado por un apartado t¨¦cnico impecable. Quiz¨¢s no sea muy exigente, vale, pero el caso es que a nivel de resoluci¨®n y framerate no tenemos ninguna pega, y tampoco en lo que al uso de la realidad virtual respecta. De hecho, la calibraci¨®n es excelente y no nos ha dado ning¨²n problema durante las horas que hemos pasado a su lado. Nada de mareos ni problemas a los mandos. Aunque se puede jugar con dos PlayStation Move (opci¨®n siempre preferente a la hora de hablar de esta tecnolog¨ªa), Paper Beast ha hecho un gran trabajo adapt¨¢ndose a todos y es uno de esos juegos de VR donde la experiencia con mando funciona a las mil maravillas. La ¨²nica pega que le podr¨ªamos achacar en el ¨¢mbito t¨¦cnico (y ser¨ªa sobre todo por buscarle los tres pies al gato) reside en las opciones visuales y de movimiento. Nos hubiera gustado poder manejar en los ajustes tanto la iluminaci¨®n (hay alg¨²n nivel demasiado oscuro) como el movimiento (que solo nos permite desplazarnos mediante teletransporte). Pero es un trabajo s¨®lido y notable, que suma a¨²n m¨¢s puntos gracias al campo sonoro. En ¨¦ste se hace alarde del sonido 3D (ahora tambi¨¦n llamado 8D), con el que se juega mucho, y contamos con unas atm¨®sferas sonoras y un acompa?amiento tan minimalista como esencial.
Sin embargo, donde destaca especialmente Paper Beast es a nivel art¨ªstico. Empezando por el dise?o de sus criaturas, todas ellas construidas en papel y con aspecto de origami. Las hay de distintos colores, tama?os y formas, con siluetas reales y reconocibles (perros, tortugas, insectos...), pero tambi¨¦n m¨¢s imaginativas (?dragones?, ?dinosaurios?). Podemos interactuar con ellas y las posibilidades cambian en funci¨®n de su peso, altura y, en definitiva, caracter¨ªsticas f¨ªsicas. Los escenarios tampoco se quedan atr¨¢s. A¨²n vac¨ªos, son parajes francamente bonitos, la mayor¨ªa de naturaleza virgen, desiertos y cuevas, pero algunos se atreven a mezclarse con elementos futuristas y extra?os, generando sensaciones parecidas al monolito de 2001: Una odisea del espacio. La elecci¨®n de su aspecto cartoon, con texturas planas y colores contrastados tampoco pasa desapercibida y seguramente haya ayudado al resultado t¨¦cnico. Por no hablar de los efectos climatol¨®gicos, como el viento y el agua, que entran por los ojos y permiten lucir uno de los aspectos m¨¢s comunes de la realidad virtual: las part¨ªculas. A menudo habr¨¢ cientos de cachitos de papel (e incluso criaturas enteras) siendo mecidos por el aire o arrastrados por la corriente. Entre estos ¨²ltimos efectos destacan los cielos, con algunas de las im¨¢genes m¨¢s bellas que hemos visto sobre nosotros en todas nuestras incursiones en realidad virtual. Fondos y horizontes hechos tanto a mano como din¨¢micos que son sencillamente para quedarse embobado.
Conclusi¨®n
Paper Beast es un juego de puzles y exploraci¨®n relativamente corto, sencillo y aunque satisfactorio, carente de mec¨¢nicas demasiado originales. Dicho esto, el t¨ªtulo tambi¨¦n es una experiencia ¨²nica en su especie. Por un lado, por el maravilloso mundo en el que nos sumerge. Sus criaturas de papel son adorables, y estudiarlas y aprender a relacionarse con ellas resulta fascinante. Sus escenarios tampoco se quedan atr¨¢s y, adem¨¢s de vistosos, posiblemente cuenten con los mejores cielos que hemos visto en realidad virtual. Por otro lado, seguramente el m¨¢s importante, Paper Beast es ¨²nico por el mensaje que tiene detr¨¢s. El juego no cuenta una historia, sino que comparte una magn¨ªfica reflexi¨®n sobre el ser humano y sus efectos en la naturaleza y el planeta. Lo hace sin una sola l¨ªnea de di¨¢logo, sin decir ¡°ni m¨²¡± ni llevarnos de la mano, y desarrolla su narrativa a trav¨¦s de nuestra propia interacci¨®n con el entorno y de nuestras propias conclusiones. Una apuesta muy inteligente que, a¨²n siendo parte de un proyecto menor, deja un gran sabor de boca y vuelve a demostrar el talento de su creador, ?ric Chahi.
Lo mejor
- El mensaje que tiene detr¨¢s; la forma de transmitirlo.
- Visualmente precioso.
- Nuestra relaci¨®n con los puzles y las criaturas, muy satisfactoria.
Lo peor
- Corto (entre 3 y 5 horas).
- Que su (limitado) editor no sea online y permita compartir creaciones.
- Algunas mec¨¢nicas se antojan pobres y ya vistas.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.