Gears 5, an¨¢lisis: comienza una nueva era

Guerra, hermandad, valor. Las tres palabras que definen a una franquicia imperecedera. The Coalition se somete al segundo juicio de la comunidad en una secuela valiente, que apuesta por la evoluci¨®n asentada en la tradici¨®n, en las ra¨ªces que les ha llevado a estar donde est¨¢: un third person shooter de los que marcaron ¨¦poca. Su primer trabajo, como ellos mismos confesaron, se bas¨® ¨²nicamente en la voluntad por ofrecer la experiencia Gears of War que a todos nos es familiar. Cinco a?os se dicen pronto; un lustro en el que Epic Games fue uno de los principales responsables del ¨¦xito de Xbox Live.

En 2019 las cosas han cambiado. Dejamos de lado el ¡®of war¡¯ para vivir a los mandos Gears 5. Ya en el propio t¨ªtulo del juego vemos una declaraci¨®n de intenciones por parte de Rod Fergusson y su equipo. Deb¨ªan soltar lastre; deb¨ªan mudar la piel para sellar su propia identidad. Gracias a los que hicieron posible que llegaran donde est¨¢n ahora mismo, pero es hora de alzar la voz para confirmar que, s¨ª, este es el juego made in The Coalition con el que todos volveremos a enamorarnos del rugir de las sierras.

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Campa?a, evoluci¨®n desde la tradici¨®n

La compa?¨ªa ha guardado con especial recelo todo lo relativo al modo campa?a. Sab¨ªamos del protagonismo de Kait, quien sin buscarlo se convirti¨® en el principal hilo argumental de la pasada entrega. Hab¨ªa grandes dudas sobre qu¨¦ encontrar¨ªamos, cu¨¢l ser¨ªa la apuesta a nivel jugable con la que romper el esquema cl¨¢sico durante el cien por cien de la traves¨ªa. Lo que no pod¨ªamos esperar es que, precisamente, esa apuesta pasara por secciones de mundo abierto.

La euforia por conocer qu¨¦ deparar¨¢ la libertad de movimiento en entornos amplios es frenada en el inicio. Gears 5 comienza con un primer acto que combina una diversidad de situaciones que le convierten en uno de los mejores actos jam¨¢s creados en la historia de la franquicia. De una selva al m¨¢s puro estilo Indiana Jones, pasamos al mism¨ªsimo cuartel de la CGO a modo de pausa narrativa, volvemos a enfundarnos el traje de combate en una ciudad del exterior y terminamos con una misi¨®n final de las que quitan el sentido, jefe final incluido.

Esa variedad de localizaciones se traduce en un aumento de situaciones. Porque The Coalition plantea ir m¨¢s all¨¢ de la oleada mon¨®tona y las esponjas de balas que siempre han caracterizado el avance locust. Ahora, el combate cl¨¢sico se combina con secciones de sigilo, cooperaci¨®n e incluso acci¨®n tematizada de la que no queremos revelar. Estos cuatro cap¨ªtulos est¨¢n marcados por una sucesi¨®n de decisiones de dise?o correctas. Decisiones como, por ejemplo, la inclusi¨®n de una barra de salud en la parte superior de los enemigos especiales, los m¨¢s poderosos del juego. Todo el combate refleja sensaciones m¨¢s org¨¢nicas, tanto por el feeling del armamento al disparar (depurado al extremo) como por las reacciones del adversario.

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Al hablar de sigilo no lo hacemos como una mec¨¢nica que haya alterado el esquema de control. La f¨®rmula Gears es innegociable, por lo que su inclusi¨®n ha sido pensada ¨²nicamente desde una perspectiva simple, directa, lejos de basarse en unas reglas espec¨ªficas. Esto permite que el ritmo de la acci¨®n no decaiga, al mismo tiempo de forzar al usuario a limpiar la zona lo m¨¢ximo posible para aliviar el encuentro final con los adversarios impuestos en combate, sobre todo en dificultad locura.

Encuentros que, en esta ocasi¨®n, est¨¢n protagonizados ¨²nicamente por la colmena, al contrario que su antecesor. Los Deebees pecaron de ser una facci¨®n aburrida de combatir, excesivamente est¨¢tica. Su presencia en Gears 5 ha sido relegada a formar parte de las tropas del enjambre. Y si nos centramos en sus capacidades, han pasado a ser justo lo contrario: r¨¢pidos y din¨¢micos. Eso s¨ª, durante la campa?a tambi¨¦n veremos sus versiones b¨¢sicas en una cadena de misiones secundarias, as¨ª como en horda.

Hace m¨¢s de un par de p¨¢rrafos, recalcamos la importancia del trabajo realizado en todo lo que se cierne alrededor del combate. No son pocos los jugadores que se unen a la corriente de opini¨®n de que es ¡°lo mismo de siempre¡±. Craso error, y es que en este aspecto los cambios se han de palpar mando en manos. Son ajustes que no se escapan del ojo experto, de aquellos que han permanecido ligados siempre al carmes¨ª. Nos referimos a la reducci¨®n de salud de las tropas b¨¢sicas, elevar el tono de los ¨¦lite y subir el poder de los enemigos especiales (Sciones, en la mayor¨ªa de casos). Hay una jerarqu¨ªa impuesta en pleno tiroteo que nos hace ver el ataque de una forma diferente a lo que est¨¢bamos acostumbrados.

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Se gana profundidad con la participaci¨®n de Jack, nuestro acompa?ante rob¨®tico que cierra el tr¨ªo de personajes disponibles para jugar al mismo tiempo. Como humanos, podemos darle ¨®rdenes en pleno combate a trav¨¦s de las habilidades activas que equipemos. Desde colocar minas el¨¦ctricas, pasando por destellos cegadores, escudos de energ¨ªa, la posibilidad de piratear enemigos para que combatan a nuestro lado, entre otras. En cooperativo es todo un gusto poder coordinarse con ¨¦l, m¨¢xime si es otro jugador quien le controla.

Gears abraza la libertad

De pronto, una vez terminados los proleg¨®menos del primer cap¨ªtulo del acto 2, llega la hora de la verdad: arrancar el esquife. Esta suerte de trineo velero ser¨¢ el encargado de trasladarnos a lo largo y ancho de los dos mundos abiertos disponibles en Gears 5, lo que nos lleva a conocer un sistema de progresi¨®n argumental in¨¦dito hasta el momento. Las misiones principales, cuando la situaci¨®n as¨ª lo trace, pueden realizarse en cualquier orden, incluso desviarnos para realizar misiones secundarias o explorar algunos enclaves perdidos por el mapa.

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La zona explorable enga?a. Pese a que el tama?o del mapa asombra para un TPS que vive de la acci¨®n directa, al poco veremos que el contenido ¨²til est¨¢ muy centrado en lugares espec¨ªficos. Los lugares que no hayamos visitado se mostrar¨¢n en el mapa con una interrogaci¨®n, por lo que tampoco hay que temer la p¨¦rdida de varias de las tareas complementarias. Eso s¨ª, hay mucha arma reliquia que pasa desapercibida, versiones modificadas del armamento original. Se encuentran desperdigadas por el mapa y pueden guardarse en uno de los compartimentos del esquife para utilizarlas en otro momento.

Lo que m¨¢s puede sonar sorprendente es la posibilidad de realizar actividades paralelas al camino principal. Pese a que en nuestra cabeza pens¨¢bamos en secundarias con su propio trasfondo o que vayan m¨¢s all¨¢ del t¨ªpico combate de turno, lo cierto es que la mayor¨ªa se inclinan m¨¢s a lo segunda. Algunas nos llevar¨¢n a luchar contra un jefe en una especie de combate puzle, mientras que otras aluden directamente a la t¨ªpica oleada de turno. Su naturaleza reside en ofrecer al jugador la posibilidad de obtener habilidades especiales para Jack. Por ejemplo, si antes pod¨ªamos cegar al objetivo, ahora con el m¨®dulo adquirido en la cadena de misiones C¨®ndor podremos congelar temporalmente.

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La pregunta del mill¨®n: ?Qu¨¦ aporta el mundo abierto a Gears 5? En el acto 2, mucho; se adquieren conocimientos sobre lo que hay detr¨¢s de Kait y Del, sobre la CGO y el maltrato que sufren los exiliados. Si nos centramos en el tercer acto, nos tememos que bastante poco, por no decir casi nada. Es ah¨ª donde la campa?a pega un baj¨®n terrible no solo en cuanto a calidad, sino a nivel narrativo. El ritmazo con el que cuenta todos los escenarios nevados choca con lo anodino que resulta el desierto. Se hace bola tragar con dos planos libres que sirven ¨²nicamente como veh¨ªculo hacia el Gears que todos conocemos, el que realmente brilla. Quiz¨¢ lo l¨®gico hubiera sido incluir un acto entre uno y otro, que aligerara la carga que supone echarse al camino en el esquife. En nuestro caso, la campa?a en cooperativo a dos jugadores en dificultad experto nos ha tomado 14 horas completarla con todas las misiones secundarias y el 89% de coleccionables. Recomendamos hacer la primera partida as¨ª, puesto que estamos ante una de las entregas que m¨¢s apuesta por los encuentros cooperativos.

De hecho, la p¨¦rdida de calidad en el segundo tramo de la historia es dif¨ªcil de entender. Los dos primeros actos son un derroche de inspiraci¨®n que certificaban el buen hacer del estudio al evolucionar la f¨®rmula. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de lo hablado del desierto, donde el juego se vuelve m¨¢s mundano (salvo cierto combate en el desenlace y alg¨²n encuentro concreto), la recta final que aguarda en el cuarto acto nos devuelve a los viejos fantasmas. Vuelven las oleadas incesantes de enemigos y la falsa creencia de que ¡®m¨¢s es mejor¡¯. Todo, cuanto m¨¢s poderoso sea, se junta para elevar la dificultad de manera artificial. Si ya en elevada (llamada experto) se abusa del instakill en ciertas secciones, en locura es eso, una locura.

La pesadilla de Kait

Los esfuerzos por reforzar la parte narrativa son un hecho constatado desde que The Coalition tomara el mando. Gears 5 es, quiz¨¢, uno de los Gears donde m¨¢s relevancia le da a la hora de construir los personajes, sus motivaciones, sus miedos¡­ Kait es la protagonista de un viaje personal que la lleva a lo m¨¢s rec¨®ndito de los secretos de la CGO. La joven ya logr¨® acaparar los focos silenciosamente en Gears of War 4, lo que la lleva a la secuela en plena b¨²squeda de sus ra¨ªces.

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Es dif¨ªcil hablar del guion sin entrar en revelaciones sensibles. Lo que os podemos contar es que la brillantez en este apartado sigue la misma curva de conclusiones que en lo jugable. Durante la primera mitad de la historia se plantea un elenco de personajes que van m¨¢s all¨¢ del blanco y el negro; por sucesos que no podemos comentar, la opini¨®n que ten¨ªamos sobre unos se ve manchada por una decisi¨®n que les marcar¨¢ de por vida. Los di¨¢logos son m¨¢s profundos de lo que pod¨ªamos esperar de un t¨ªtulo de esta franquicia, floree unca dualidad entre dos grupos que parec¨ªa apuntar alto.

A partir de la segunda mitad, el maldito tercer acto, todos los esfuerzos se echan a perder para volver a una relaci¨®n de amistad poco coherente con lo vivido horas atr¨¢s. El baj¨®n en el guion es otra p¨¦rdida palpable, abusando de las co?as manidas y frases que no llevan a ning¨²n lado. Del, por ejemplo, vuelve a ser un personaje falto de personalidad. En general no hay progreso en las ¨²ltimas horas.

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Nos parece una bala perdida, una oportunidad de oro para crear un ambiente hostil entre las filas aliadas. Todo el conjunto parece precipitado en la otra gran parte del modo campa?a, como si las etapas de desarrollo se ajustaran en demas¨ªa; como si hubiera que cerrar de alg¨²n modo este desaguisado, sea como fuere. Es una pena. Al final del d¨ªa, Gears 5 siembra la misma semilla de siempre: la del conflicto interminable, la de ¡®los buenos¡¯ y ¡®los malos¡¯.

Un competitivo imperecedero

Durante el pasado mes de julio os dej¨¢bamos nuestras impresiones sobre el modo competitivo de Gears 5. La beta nos dej¨® bastante satisfechos con los ajustes jugables. En aqu¨¦l momento no dudamos en calificarlo como la mejores experiencia multijugador dentro de la saga. La pulidez del gunplay vista en el modo campa?a se traslada proporcionalmente aqu¨ª, donde m¨¢s necesitaba depurar las sensaciones. No hay mejor duelo de gnashers en la actualidad, el list¨®n que han colocado es alt¨ªsimo.

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M¨¢s que nunca hay una divisi¨®n entre los modos sociales de los competitivos. Los primeros vienen encabezados del novedoso modo arcade, la puerta de entrada, para muchos, de la experiencia en l¨ªnea. Hasta el momento, modos de juego como duelo por equipos (una versi¨®n light de zona de guerra) hab¨ªan desempe?ado este rol, pero con su incorporaci¨®n en el cat¨¢logo de Xbox Game Pass el n¨²mero de usuarios potenciales se eleva por encima de lo esperado en un lanzamiento tradicional. Por ello, arcade mezcla lo mejor de la f¨®rmula junto a los arquetipos predeterminados, personajes que tienen sus propios rasgos y que a medida que eliminan a rivales pueden comprar nuevo armamento. Para evitar caza a novatos, el grupo m¨¢ximo permitido es de dos jugadores. En cuanto a los competitivos, nada nuevo bajo el panorama de las clasificatorias y rangos de habilidad.

Algunas armas dar¨¢n que hablar. Como la introducci¨®n de una nueva versi¨®n mejorada del lancer, capaz de disparar hasta tres salvas de misiles mientras cuenta con la misma capacidad de fuego que el modelo sierra, salvo por el aumento de la cadencia (ser¨¢ un arma obtenible por el escenario). El gen competitivo que se le ha querido hacer hincapie en esta versi¨®n del online se siente desde el primer minuto con tan solo ver la relevancia de la forma en la que disparamos. Las pistolas vuelven a tomar el protagonismo de tiempos atr¨¢s, y el fogueo de las autom¨¢ticas desde coberturas tendr¨¢ su recompensa a modo de headshot.

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Hay algunos ¡®peros¡¯. Breves, sin duda, que merecen la pena se?alar en cuanto a mapas se refiere. De los 11 que encontramos de lanzamiento (siete para el modo versus), algunos de los in¨¦ditos sufren del efecto Gears of War 3, de ampliar los mapas en demas¨ªa para acabar con el cuerpo a cuerpo y plantear un combate zonal desde la distancia. Me refiero a escenarios como B¨²nker o Vasgar, que chocan con los excelentes resultados que deja Distrito, Campo de Entrenamiento o Icebound, siendo los dos primeros ya conocidos por quienes disfrutaron de la beta. Vuelven otras arenas de la talla de Reclamado o Foundation, que se espera que en el futuro entre tambi¨¦n en la rotaci¨®n.

Todo en Gears 5 se ve fomentado por la cooperaci¨®n entre amigos, incluso desde el punto de vista de la progresi¨®n. Le damos la bienvenida al sistema de honor, que recompensa el trabajo colaborativo entre nuestros fieles compa?eros de partidas, incluyendo un peque?o historial de lo que hemos realizado con esa persona. Al llegar a ciertos niveles de honor obtendremos una bonificaci¨®n de experiencia que se activar¨¢ cada vez que juguemos junto a ¨¦l. Las posibilidades son infinitas si se juntan varios jugadores; siempre debemos ir acompa?ados.

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Hablando de la progresi¨®n, se ha dividido el nivel global entre dos segmentos. Por un lado tenemos el nivel del perfil, que nos otorga estatus en los marcadores y genera recompensas conforme ¡®le damos la vuelta¡¯, en jerga gearsiana. Por otro lado, el rango, aumentado conforme completamos objetivos diarios y medallas. Al clasificar progresivamente obtendremos objetos cosm¨¦ticos exclusivos de esta barra de progreso, por lo que m¨¢s que nunca se recompensa la obtenci¨®n de medallas entre las cuatro vertientes que conforman su oferta.

Aniquilar a todos; huir de todos

De las cuatro formas de entender Gears 5, dos de ellas est¨¢n centradas en exclusiva al cooperativo. Como el brutal modo horda, que vive en su versi¨®n 4.0 la mejor cara vista desde su introducci¨®n. El sistema de cartas y clases del anterior sufre una metamorfosis necesaria, eliminando todo atisbo de microtransacciones para dejar paso ¨²nicamente al avance que logra el propio jugador. Sigue presente el sistema de cartas, ahora ligado a los niveles de personajes. Mejorarlas requerir¨¢ de una moneda que puede ser obtenida a trav¨¦s del juego.

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Cada uno de los personajes que conforman el elenco de protagonistas de la horda cuenta con sus propias habilidades pasivas, ventajas y estilo de juego. No todos los personajes pueden construir fortificaciones, ni todos pueden obtener potenciadores de da?o para algunas armas. Por ejemplo, Kait tiene la posibilidad de adquirir hasta diez pasivas de aumento de da?o en la gnasher durante la partida, a costa de no poder ayudar al equipo en la construcci¨®n.

Adem¨¢s de las pasivas adquiribles, la salsa de estos personajes es su habilidad definitiva, lo que verdaderamente les define. Siguiendo el ejemplo de Kait, puede convertirse en invisible para ejecutar a los enemigos con su cuchillo sin levantar sospechas. Todos los rasgos de los personajes crean un sistema que les dota de personalidad jugable, de verdad hace falta formar una escuadra donde apenas haya puntos flacos y todos se amolden a c¨®mo juegan.

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Alcanzar la oleada 50 no es una empresa f¨¢cil. Tendremos que vernos con Deebees, Enjambre y una mezcla de ellos a trav¨¦s de toda la traves¨ªa. Los jefes, igual que los vistos en la campa?a, con la salvedad de ciertos enemigo que aparece en una forma diferente respecto a la manera en la que la conocimos¡­ Cabe recalcar lo impresionante que resulta disfrutarlo en una Xbox One X. Es, sin lugar a dudas, uno de los t¨ªtulos que mejor aprovecha las capacidades de la consola. El resultado es espectacular en todos los sentidos, desde los 4K hasta los 60 fps por segundo. El juego es un portento en este sentido y exprime la consola premium de Microsoft de manera destacada. Si est¨¢s pensando en jugar en la versi¨®n de PC, te recomendamos echar un vistazo a los requisitos m¨ªnimos y recomendados de Gears 5 para PC.

En el otro lado del cuadril¨¢tero se encuentra escape, otro modo de cooperaci¨®n que debuta como el gran a?adido de Gears 5. El contraste entre este y horda se complementa a la perfecci¨®n. Mientras que en uno debemos sobrevivir machacando a todos los que haya a nuestro paso, aqu¨ª debemos sobrevivir de una manera creativa, eludiendo del rival por encima de escupir plomo. Limitado a tres jugadores, el sistema de personajes es calcado al explicado al comienzo de este ladillo, la ¨²nica diferencia reside en la forma de disfrutar de ¨¦l.

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Escape cuenta con cuatro mini campa?as de lanzamiento, todas ellas cambiantes dependiendo de la dificultad seleccionable. Son bastante intensas, su principal baza es que ofrece una forma de jugar a Gears 5 completamente diferente al resto. Como su propio nombre indica, debemos huir de la colmena antes de que el gas t¨®xico que hemos plantado al inicio de la misma nos engulla. Merece mucho la pena visitarla, sirve como ox¨ªgeno para el resto de experiencias. Si jugarlo no os es suficiente, pod¨¦is crear vuestro propio mapa y subirlo a la nube. Eso s¨ª, echamos en falta alg¨²n tutorial en profundidad que nos gu¨ªe sobre c¨®mo funciona el creador.