Telling Lies, an¨¢lisis: explorando nuevas fronteras narrativas

Hablar de Telling Lies es un poco complicado. Se trata de un juego muy corto y sencillo del que a poco que te vayas de la lengua ya est¨¢s haciendo spoiler. Un indie del creador de Her Story que, como aquel, lo apuesta todo a la narrativa. Anunciado por sorpresa en el E3 2019, pas¨® de puntillas entre la marabunta de anuncios de la feria y lleg¨® a PC y plataformas m¨®viles la semana pasada sin hacer demasiado ruido. Pertenece al g¨¦nero de los point and click y los FMV (Full Motion Video), dos de los grandes propulsores de esta industria durante la d¨¦cada de los noventa. Y a¨²n usando las herramientas narrativas que ten¨ªa el sector por entonces, Telling Lies logra ser una de las experiencias m¨¢s originales, rompedoras e interesantes del a?o. Asienta la propuesta de su predecesor y consolida una alternativa real a los walking simulator y los juegos de Quantic Dream o Telltale Games.

Una experiencia distinta

Dec¨ªa David Lynch en Atrapa el pez dorado que hay cosas que sencillamente no se pueden expresar con palabras, que son pura emoci¨®n y abstracci¨®n, como por ejemplo escuchar m¨²sica o ver algunas de sus pel¨ªculas. ¡°La gente ans¨ªa darle un sentido intelectual y traducirlo a palabras, pero la explicaci¨®n est¨¢ en el interior de cada uno¡±. Es complicado hablar de Telling Lies porque con ¨¦l ocurre algo parecido. Podr¨ªamos lanzarnos a decir que es una de esas joyas que hacen avanzar la industria. O tambi¨¦n podr¨ªamos hablar de lo mucho que crece y madura el sector gracias a juegos as¨ª. El cuerpo y la palabra ¡°review¡± te piden describir todo lo que supone y simboliza, pero como dice Lynch, eso ser¨ªa un error, ser¨ªa entrar en terreno resbaladizo y estar¨ªamos valorando cosas sobre las que solo el tiempo deber¨ªa dictar sentencia. Telling Lies tiene que analizarse desde el interior, desde la emoci¨®n y la experiencia, y en ese caso, a nosotros el juego nos ha hecho sentir el mismo asombro y las mismas sensaciones que la primera vez que pisamos la playa de Dear Esther, que entramos en la casa de Gone Home y que exploramos el ¨¢rbol familiar de What Remains of Edith Finch.

Como aquellos, Telling Lies es un juego en el que empezamos con una mano por delante y otra por detr¨¢s. No sabemos qui¨¦n es el personaje al que estamos manejando y carecemos de contexto alguno. Tendremos que averiguarlo a base de explorar, pero a diferencia de lo que pasaba en los ejemplos anteriores, aqu¨ª lo que exploraremos no ser¨¢ una casa, sino el ordenador personal de alguien, y adem¨¢s la historia no es lineal, no vamos a pasar antes o despu¨¦s por diferentes secciones, sino que descubrir m¨¢s o menos depender¨¢ de nuestra astucia, atenci¨®n y de nuestras dotes detectivescas. El t¨ªtulo abre con una cinem¨¢tica en la que una chica se pone a los mandos de un port¨¢til y cuanto manejaremos a partir de ah¨ª es dicho port¨¢til, que funciona tal y como lo har¨ªa uno real. ?Qui¨¦n demonios es esa chica? ?De qui¨¦n es ese ordenador? ?Qu¨¦ se supone que tenemos que hacer a continuaci¨®n? ?A qui¨¦n pertenecen los archivos de v¨ªdeo que vamos a descubrir y por qu¨¦ los espiamos? El anzuelo con el queTelling Lies pretende atraparnos cuenta con un sedal y un cebo de la mejor calidad. El juego es intuitivo y muy directo, seremos presa del misterio desde el minuto uno.

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Una vez se despliega ante nosotros la pantalla del escritorio, la libertad y curiosidad nos abruman. Es como estar ante un ordenador real. O casi. En la parte superior podemos consultar qu¨¦ hora es, cu¨¢nta bater¨ªa nos queda y a qu¨¦ red Wi-Fi estamos conectados; contamos con diferentes aplicaciones y programas, como el m¨ªtico juego del solitario; hay un finder/explorador de archivos, una papelera, el caracter¨ªstico bloc de notas en el que apuntar lo que consideremos... etc¨¦tera, etc¨¦tera. Los detalles son tan enfermizos que, tal y como pasa con los de verdad, podemos configurar cosas como si el reloj es anal¨®gico o digital, o si queremos que muestre los segundos y el d¨ªa de la semana tambi¨¦n. En los fondos negros incluso podemos ver el reflejo de la protagonista sobre la pantalla, como pasar¨ªa con el nuestro. Es una sensaci¨®n tan rara, divertida y maravillosa como la de Her Story, que contaba con una propuesta muy parecida. Es curioso, pero es como si Sam Barlow, el creador de ambos juegos, hubiera dado con la tecla que tantos y tantos directores buscaron sin ¨¦xito en el cine a trav¨¦s de pel¨ªculas narradas desde un escritorio, como The Collinswood Story (Michael Costanza, 2002) u Open Windows (Nacho Vigalondo, 2014).

La gran diferencia con nuestros port¨¢tiles reside en que aqu¨ª contamos con una aplicaci¨®n de espionaje muy avanzada. Gracias a ella podemos recuperar todo lo que haya grabado la c¨¢mara frontal del ordenador mientras se usaba para llamar por Skype, FaceTime y suced¨¢neos. Y no solo lo que ha grabado nuestra c¨¢mara, sino tambi¨¦n las de aquellas personas a las que se estaba llamando (aunque esto ya suponga una licencia importante). De ese modo, el juego consiste en repasar estos v¨ªdeos una y otra vez (echarlos para delante, pausarlos, repetir una parte de los mismos, rebobinar...) para encontrar palabras clave que, una vez introducidas en el buscador, nos lleven a nuevos v¨ªdeos. A veces es un lugar, a veces el nombre de una persona y a veces, simplemente, una fecha. En ocasiones son formas de expresarse que se repiten y en otras, palabras con tanto peso como ¡°amor¡±. Poco a poco empezar¨¢n a surgir ante nuestros ojos multitud de personajes y tramas que tendremos que conectar y entender a nuestra manera. A lo mejor estamos conociendo a la familia de un personaje y de pronto, una palabra surge muchas veces y capta nuestra atenci¨®n. La metemos en el buscador y nos lleva a varios v¨ªdeos sobre el pasado de quien la dec¨ªa, sobre un momento crucial de su vida. Y a lo mejor mientras compartimos ese momento descubrimos una nueva historia sobre gente que no hab¨ªa salido hasta ahora, sobre amores, amistades, peleas e ideales. Y cuando vayamos por el quinto desv¨ªo diremos, ¡°un momento, ?no estaba yo investigando a una familia?¡±.

Telling Lies es una extensa tela de ara?a en la que siempre hay algo nuevo que llama nuestra atenci¨®n, siempre dejaremos cosas pendientes de resolver y no seremos capaces de dejar el juego sin conocer todos los detalles y secretos de la vida de sus personajes. Es tan adictivo como perturbador por nuestra parte. Al fin y al cabo estamos violando la privacidad de esa gente, ¡°hurgando en su correo¡±, espi¨¢ndoles por la ventana... y no podremos dejar de hacerlo.

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Las odiosas comparaciones con Her Story

Hemos de reconocer que si uno viene de Her Story, la idea no genera tanto impacto. Sigue sinti¨¦ndose fresca y original porque no hay muchos t¨ªtulos que la hayan copiado, pero ha perdido factor sorpresa y reduce gran parte de la gracia del juego a si nos gusta m¨¢s esta historia o aquella. A¨²n as¨ª existen varias diferencias importantes con respecto a la anterior obra de Sam Barlow. Para empezar, esta vez no contamos con una sola actriz, sino con un reparto muy amplio en el que encontramos rostros como los de Logan Marshall-Green (La invitaci¨®n, Upgrade), Alexandra Shipp (Tormenta en las nuevas cintas de X-Men), Kerry Bish¨¦ (Argo, Red State) y Angela Sarafyan (El sue?o de Ellis, El poder del dinero). En total una veintena de nombres cuyas actuaciones rayan todas a un nivel alt¨ªsimo nivel, tan maravilloso como el de Viva Seifert en Her Story.

En segundo lugar, el final no es tan abierto y dado a la interpretaci¨®n de cada uno como lo fue el anterior, que gener¨® opiniones muy contrastadas entre los jugadores. Esta vez la historia cuenta con principio, final y explicaci¨®n para todo, pero no ser¨¢ nada f¨¢cil de completar y seguramente nos lleve m¨¢s de una partida. Tiene una mayor cantidad de contenidos y secretos que su predecesor, siendo m¨¢s que probable que nos saltemos varias piezas del puzle si no tiramos de ayuda. Hay un tiempo l¨ªmite para nuestras pesquisas y una partida entera ronda las tres horas. Todo se siente mucho m¨¢s grande y ambicioso que el proyecto original. Por ¨²ltimo, y a diferencia de lo que pas¨® con Her Story, estamos de enhorabuena, porque Telling Lies llega completamente traducido al castellano de salida (traducido, que no doblado, as¨ª que punt¨²a doble).

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El mayor problema de Telling Lies es la ausencia de ciertas opciones que hacen palidecer el ritmo de la historia. La principal, reclamada por todos cuanto lo han jugado en Steam, es la ausencia de un bot¨®n para empezar los v¨ªdeos desde el principio. Siempre que nos metemos en un archivo arrancar¨¢ por la mitad y tendremos que rebobinar si queremos verlo desde el comienzo. El proceso es lento, mon¨®tono y hasta te destripa las reacciones de los personajes y los momentos importantes. Cierto es que no siempre hay informaci¨®n ¨²til al principio de los v¨ªdeos, y s¨ª, las ans¨ªas de verlo todo son las verdaderas responsables de que queramos empezar siempre desde el segundo uno, pero que no haya un bot¨®n para reproducir los v¨ªdeos as¨ª es algo que molestar¨¢ a cualquier jugador. Tambi¨¦n se echa de menos, por ejemplo, la existencia de una multipantalla. Como los v¨ªdeos son una conversaci¨®n y solo vemos y escuchamos a la persona ante la c¨¢mara, en m¨¢s de una ocasi¨®n pasaremos largos minutos viendo a un personaje en silencio, simplemente respirando y escuchando, con suerte reaccionando a algo. Claro que podemos acelerar la imagen y pasarnos esos vac¨ªos, pero al cabo de un tiempo estas pausas se har¨¢n aburridas, lentas y puede que nos inciten a pecar de ¡°ya que estamos, paso todo el v¨ªdeo a velocidad x2, charla incluida¡±. Agradecer¨ªamos poder dividir la pantalla y poner a un lado al que escucha y a otro al que habla, viendo dos v¨ªdeos de golpe. La sensaci¨®n de estar ante un ordenador de verdad es tan real que nos apetecer¨¢ hacer cosas que s¨ª podemos realizar con los nuestros, como esas dos, y vernos incapaces es frustrante y tedioso. El comenzar desde el principio y tener multipantalla deber¨ªan ser el objetivo n¨²mero uno de su pr¨®xima actualizaci¨®n.

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El segundo problema es que entre Her Story (2015) y Telling Lies (2019) apareci¨® en los cines de todo el mundo Searching (Aneesh Chaganty, 2018), una pel¨ªcula que, a diferencia de las antes citadas, maravill¨® con su forma de narrar una historia desde el escritorio de un ordenador. Aquella cinta abre tantas opciones (redes sociales, chats...) que ahora Telling Lies se siente algo parco de mec¨¢nicas y muy continuista con respecto a Her Story, donde la propuesta funcionaba mejor porque iba en consonancia con la historia. Al fin y al cabo, en aquel est¨¢bamos viendo interrogatorios policiales para ver si se nos hab¨ªa escapado algo. En este investigamos y exploramos mucho m¨¢s, pero parecemos atados a la misma herramienta y Searching dej¨® de manifiesto que el sendero de este tipo de obras tiene muchos m¨¢s caminos y rutas. Aunque la propuesta final sigue cautivando y siendo muy original, ya deja ver sus costuras y ni la historia ni el concepto resultan hoy d¨ªa tan brillantes como los de Her Story en su momento.