Las mil caras de Tetris y su historia sin fin

Un concepto sencillo de entener y dif¨ªcil de dominar. Desde la d¨¦cada de los ochenta, Tetris ha acompa?ado a generaciones de jugadores; tambi¨¦n ha aparecido en todo tipo de dispositivos. Lo hemos visto en consolas, ordenadores, m¨®viles, tabletas y m¨¢quinas port¨¢tiles. Su f¨®rmula se ha copiado hasta la saciedad, e incluso se ha combinado con mec¨¢nicas jugables de otros juegos de puzles. Tampoco se han quedado atr¨¢s los clones ilegales ni la futura pel¨ªcula basada en la franquicia, si es que llega a ver la luz uno de estos d¨ªas.

No todas las entregas han estado a la altura, pero en los ¨²ltimos a?os, hemos vivido un renacer de la franquicia. Tetris Effect, del incombustible Tetsuya Mizuguchi, es un festival audiovisual que no solo entra por los ojos y los o¨ªdos, sino que tambi¨¦n ofrece una jugabilidad redonda. Tetris 99, la sorpresa en forma de battle royale lanzada gratuitamente para los suscriptores de Nintendo Switch Online, ha sorprendido a propios y extra?os. ?Solo puede quedar uno! Un jugador, porque en lo que se refiere a los videojuegos, todav¨ªa queda mucha tela por cortar. Mientras tanto, miremos al pasado para describir el presente y echar un vistazo al futuro.

Tetris: a las puertas de una nueva Rusia

La historia de Tetris va ligada a los ¨²ltimos a?os de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. "La velocidad con la que el Estado sovi¨¦tico se desintegr¨® tom¨® por sorpresa a casi todos", dec¨ªa Archie Brown, profesor em¨¦rito de la Universidad de Oxford, en declaraciones a BBC World. Los factores que precipitaron el final del r¨¦gimen comunista fueron diversos, pero la llegada al poder de Mija¨ªl Gorbachov abri¨® las puertas a las reformas: por un lado, la perestroika trat¨® de rebajar la intervenci¨®n de los ¨®rganos sovi¨¦ticos en la econom¨ªa; por el otro, glasnost quiso poner fin a algunos resquicios de la represi¨®n estalinista.

La intenci¨®n reformadora de Gorbachov termin¨® convirti¨¦ndose en el ¨²ltimo clavo de la tumba sovi¨¦tica. Seg¨²n Brown, "no fue un caso t¨ªpico en el que la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica condujera a la liberalizaci¨®n y la democratizaci¨®n, m¨¢s bien fue la liberalizaci¨®n y la democratizaci¨®n lo que llev¨® al sistema a su punto de crisis; ambas permitieron que el descontento se expresara¡±. En 1991, la fuerte oposici¨®n del Partido Comunista se movi¨® para derrocar al l¨ªder, pero fracas¨® debido al apoyo popular y al respaldo p¨²blico de Boris Yeltsin. Aun as¨ª, Mija¨ªl Gorbachov renunci¨® al cargo el 25 de diciembre de ese mismo a?o. Un d¨ªa despu¨¦s, firm¨® la disoluci¨®n de la otrora todopoderosa URSS. "El viejo sistema colaps¨® antes de que el nuevo comenzara a funcionar", reconoc¨ªa el pol¨ªtico en su discurso de despedida.

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A principios de la d¨¦cada de los ochenta, disuelta la troika, en ese momento compuesta por Leonid Br¨¦zhnev, Aleks¨¦i Kosygin y Nikol¨¢i Podgorni, Br¨¦zhnev se elev¨® por encima de los dem¨¢s. Esta etapa se caracteriz¨® por la corrupci¨®n y los esc¨¢ndalos, tambi¨¦n por una pol¨ªtica econ¨®mica inoperante y desastrosa. Br¨¦zhnev fue un l¨ªder sovi¨¦tico con cierta presencia e influencia internacional, pero eso no evit¨® los innumerables problemas que heredaron sus sucesores. El peri¨®dico La Vanguardia se refiere a esta legado de la siguiente manera: ¡°La herencia pol¨ªtica de Br¨¦zhnev fue recibida por una gerontocracia de dirigentes hist¨®ricos que no asumieron los problemas reales de aquel gigantesco entramado. Solo cuando lleg¨® al Kremlin el joven y decidido Gorbachov, tres a?os despu¨¦s de su muerte, la conciencia del fracaso del sistema comenz¨® a imponerse¡±. En ese contexto turbulento y de cambio naci¨® Tetris, sin duda uno de los t¨ªtulos m¨¢s reconocidos y jugados de la corta pero intensa historia de los videojuegos.

Alexey Pajitnov viv¨ªa y trabajaba en la ciudad moscovita a principios de los a?os ochenta. Era uno de los matem¨¢ticos del departamento inform¨¢tico en la Academia de Ciencias de Mosc¨², por lo que pasaba su d¨ªa a d¨ªa entre ordenadores ya anticuados. Si pedimos a cualquier persona que se defina a s¨ª misma, muchas veces surgir¨¢ un adjetivo que escuchamos a menudo en nuestra vida cotidiana: normal. ?Pero qu¨¦ es la normalidad? Tanto en el contexto hist¨®rico de las postrimer¨ªas de la URSS como en la actualidad, la normalidad hace referencia a una realidad sin estridencias, uniforme. Uno es normal si sigue los c¨¢nones de la sociedad, si no se sale de la l¨ªnea impuesta por las constricciones sociales. En el mundo sovi¨¦tico, todav¨ªa bajo el r¨¦gimen comunista y a?os antes de la llegada al poder de Gorbachov, todo el mundo jugaba su papel desde la normalidad. ¡°Yo era un programador e investigador normal¡±, se define Pajitnov en unas declaraciones recogidas en el libro Replay: La historia de los videojuegos, escrito por Tristan Donovan y editado en Espa?a por H¨¦roes de Papel. ¡°Trabajaba unas once horas al d¨ªa: empezaba relativamente tarde y paraba sobre las doce o doce y media de la noche. Cada d¨ªa era lo mismo. Todos los programadores j¨®venes son adictos al trabajo, en su mayor¨ªa, y yo era uno de ellos. Nada especial, era muy habitual¡±.

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De lo ordinario surge a veces lo extraordinario. Puede que Pajitnov fuera una pieza m¨¢s del engranaje sovi¨¦tico, pero su creaci¨®n tiene poco de normal, pues no solo es un videojuego conceptualmente sobresaliente, sino que se trata de una idea que ha cruzado fronteras y ha sobrevivido al paso del tiempo de manera estoica. Tetris no envejece, su f¨®rmula funcionaba en los ochenta, sigue siendo v¨¢lida en el segundo lustro de los a?os diez de nuestra era y continuar¨¢ as¨ª en los per¨ªodos venideros.

El inter¨¦s de este inform¨¢tico ruso por los rompecabezas fue la llama que encendi¨® su pasi¨®n por los videojuegos. Durante su jornada laboral no creaba software de entretenimiento, sino que trabaja en estudiar aplicaciones inform¨¢ticas. Sin embargo, cuando ten¨ªa un momento libre, lo dedicaba a dise?ar puzles matem¨¢ticos para divertise. ¡°Me inici¨¦ en los videojuegos por los rompecabezas, por los juegos de mesa convencionales, los castillos de madera y los problemas y acertijos¡±, revela en el libro. Asegura que siempre consider¨® los juegos como ¡°retos mentales¡± y que la fascinaci¨®n por ellos ven¨ªa de lejos, de su m¨¢s tierna infancia. ¡°De peque?o, participaba en todo tipo de concursos y estaba en un programa especial del colegio, as¨ª que era adicto a las matem¨¢ticas y a los problemas y rompecabezas matem¨¢ticos. Me gustaba el desaf¨ªo¡±.

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Un d¨ªa cualquiera, Pajitnov descubri¨® un rompecabezas en una tienda de juguetes moscovita: el Pentomin¨®s. Seg¨²n el libro de Donovan, ¡°consist¨ªa en un conjunto de figuras planas de pl¨¢stico, cada una compuesta de cinco cuadrados de igual tama?o y dispuestos en formas diferentes. El objetivo era sacarlos de la caja y volver a colocarlos dentro, casi como un puzle. Fue entonces cuando se ilumin¨® su mente y pens¨® que pod¨ªa trasladar la idea a un videojuego, aunque en este caso las piezas caer¨ªan desde la parte superior de la pantalla. Los ordenadores de entonces eran bastantes primitivos y menos potentes que los dispositivos dom¨¦sticos de Occidente: ¡°Nuestra mejor m¨¢quina era equiparable al nivel del resto de Occidente, pero con un retraso de entre cinco y ocho a?os. El Elektronika 60 fue una de las primeras microm¨¢quinas de Rusia; casi val¨ªa de sobremesa. No era muy potente, pero s¨ª muy pr¨¢ctico¡±, rememora el creador de Tetris. Este ordenador no ten¨ªa gr¨¢ficos, de modo que se vio obligado a construir las piezas digitales de Pentomin¨®s, ¡°que hizo de cuatro cuadrados en lugar de cinco¡±. De ah¨ª el nombre de Tetris (por tetra, cuatro). ?Y qu¨¦ decir de su m¨²sica? El tema principal, un arreglo de una canci¨®n popular rusa (Korobeinikiki), ha quedado cincelada en el imaginario colectivo y resulta indisociable.

Cuando recibieron el primer PC compatible con IBM, Vadim Gerasimov, compa?ero de trabajo de Pajitnov, llev¨® a cabo la conversi¨®n del t¨ªtulo y mejor¨® los gr¨¢ficos y otros aspectos de la producci¨®n. ¡°En cuanto termin¨® la conversi¨®n, se la dimos a nuestros amigos y aquello se distribuy¨® solo rapid¨ªsimamente, como un virus¡±, apunta Pajitnov. Una f¨®rmula tan potente se hubiera vendido al instante en otros pa¨ªses, pero no en la Rusia comunista. ¡°La ley sovi¨¦tica prohib¨ªa estrictamente la creaci¨®n de negocios y rechazaba el concepto de derechos de autor o la propiedad intelectual; no se pod¨ªa hacer nada en beneficio personal, todo pertenec¨ªa al Estado¡±. Esta informaci¨®n, escrita por Dovovan, profundiza a continuaci¨®n en el hecho de que en suelo ruso tampoco hubiera tenido sentido vender el juego, pues los usuarios de ordenadores eran muy escasos y no exist¨ªa un mercado para ello, por lo que las tiendas no vend¨ªan juegos de ordenador.

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En 1986, Robert Stein se acerc¨® a Pajitnov para obtener la licencia de Tetris. ¡°Mi ingl¨¦s no era muy bueno¡±, se sincera el creativo. ¡°Me mand¨® la propuesta de la licencia e intent¨¦ contestarle que me alegraba de que estuviera interesado, que me gustaba su propuesta y que ten¨ªamos que iniciar una negociaci¨®n, lo cual supuse que era una fase necesaria en todo acuerdo. Pero, de alguna forma, ¨¦l interpret¨® que estaba aceptando sus condiciones¡±. A partir de entonces, Stein empez¨® a vender los derechos de Tetris de manera global, algo que ocasion¨® no pocos problemas, pues realmente no los pose¨ªa. Con la perestroika en marcha, una agencia gubernamental creada para gestionar las exportaciones de software conocida como Elorg, empez¨® a tomar las riendas. "La reuni¨®n iba bien hasta que Pajitnov mencion¨® que Tetris estaba a la venta en Occidente. De repente, el ambiente se torn¨® fr¨ªo. El director de la agencia, Alexander Alexinko, inform¨® a Pajitnov de que solo Elorg ten¨ªa autoridad para cerrar tales acuerdos. Elorg se dispuso a retomar inmediatamente el control de la situaci¨®n. La agencia contact¨® con Steain y le dijo que el acuerdo quedaba anulado". Afortunadamente, el empresario logr¨® convencer a la agencia y retuvo los derechos para ordenadores dom¨¦sticos. Es parad¨®jico que Pajitnov no percibiera rendimiento econ¨®mico hasta tiempo despu¨¦s de la ca¨ªda del comunismo, cuando por fin vencieron los derechos que habia cedido al ejecutivo ruso.

Game Boy y Tetris, amor a primera vista

¡°Para m¨ª, la Game Boy se hizo para Tetris y Tetris se hizo para Game Boy¡±. As¨ª de contundente se muestra Henk Rogers en declaraciones a la revista Retro Gamer (reportaje disponible tambi¨¦n en la versi¨®n espa?ola, n¨²mero 25). Se trata de la persona que protagoniz¨® las duras negociaciones para obtener los derechos de Tetris, unos derechos que se encontraban en el limbo y que se consiguieron tras muchos esfuerzos y vaivenes pol¨ªticos. Tetris era la f¨®rmula adecuada para una consola port¨¢til como Game Boy: ¡°Ten¨ªa una pantalla monocromo peque?a, pero Tetris era perfecto, porque los bloques eran f¨¢ciles de distinguir y de manipular¡±. El t¨ªtulo consist¨ªa en rotar las piezas, encajarlas y formar l¨ªneas para que desaparecieran y no llegaran a invadir la pantalla, una mec¨¢nica sencilla que sin embargo enganchaba al momento. Dada la naturaleza port¨¢til de la consola, era ideal para partidas r¨¢pidas en cualquier lugar. Que el juego viniera incluido en el bundle de Game Boy fue un aut¨¦ntico acierto. Tal y como explican en Retro Gamer, ¡°se convirti¨® en el puzle m¨¢s vendido de todos los tiempos, con m¨¢s de 30 millones de copias despachadas¡±.

¡°Tetris mantiene el r¨¦cord mundial como el juego m¨¢s portado, pues cubre m¨¢s de 70 plataformas¡±, destaca la publicaci¨®n. ¡°Est¨¢ disponible en 185 pa¨ªses y traducido a 50 lenguas. Adem¨¢s, The Tetris Company registra m¨¢s de 220 versiones oficiales del juego. No hay que olvidar que se han desarrollado numerosos clones o t¨ªtulos que no cuentan con el benepl¨¢cito de la compa?¨ªa. En cualquier caso, el juego fue convertido a un sinf¨ªn de dispositivos. NES, por ejemplo, recibi¨® tres versiones del cl¨¢sico, aunque solo una de ellas estaba firmada por Nintendo. Entre todos esos productos, Mirrorsoft comercializ¨® ports para ZX Spectrum, Amstrad CPC, Commodore 64, Atari ST y Amiga, entre otras. Spectrum Holobyte hizo lo propio con Apple II, Atari ST, Amiga o el sistema operativo Dos. M¨¢quinas como Sega Mega Drive o MSX 2 tampoco se quedaron sin sus respectivas versiones, pero m¨¢s tarde llegar¨ªan secuelas y reinterpretaciones de la obra original.

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El cl¨¢sico se renueva: algunas secuelas curiosas

Maya Rogers, hija de Henk Rogers, figura como consejera delegada de Blue Planet Software, empresa que se dedica a licenciar la marca Tetris a desarrolladores externos y velar por su buen uso. En entrevista con Retro Gamer, expone los cambios y las oportunidades que se han abierto en los ¨²ltimos a?os. Los dispositivos m¨®viles, tabletas y tel¨¦fonos, han abierto una nueva v¨ªa de negocio, pero tambi¨¦n han modificado la forma de consumo yla jugabilidad: ¡°Si comparas el Tetris original con lo que es hoy es muy diferente. Los smartphones han cambiado c¨®mo se juega a Tetris. Ahora se controla con toques de pantalla. Trabajamos muy duro haciendo prototipos y desarrollando nuevos Tetris para que est¨¦n en todas las plataformas¡±. Una de las versiones destacadas para m¨®viles es Tetris Blitz, que como su propio nombre sugiere, se desarrolla a la velocidad del rel¨¢mpago. Se concibi¨® para partidas r¨¢pidas, de menos de dos minutos, bajo un modelo freemium. Por supuesto, los controles se adaptaron a las necesidades t¨¢ctiles de estos terminales. Consolas como Nintendo DS tambi¨¦n ofrecieron esa posibilidad jugable, bien representada en Tetris DS.

En 2014, SEGA desarroll¨® una propuesta muy interesante que mezclaba dos sagas distintas: Puyo Puyo y Tetris. As¨ª las cosas, este t¨ªtulo, que sali¨® originalmente para PS3, Wii U, PS Vita y Nintendo 3DS, aunque luego cont¨® con versiones para PS4, Xbox One y Nintendo Switch, fusion¨® las dos f¨®rmulas de un modo fren¨¦tico, sin perder ni un ¨¢pice de su enfoque estrat¨¦gico. Ese mismo a?o vio la luz Tetris Ultimate, cuyo modo multijugador online destacaba por encima de todo.

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De vuelta a un pasado m¨¢s lejano, Tetris Battle Gaiden es uno de los preferidos de Pajitnov. Fue publicado por Bullet-Proof en 1992, en exclusiva para SNES, y ¡°era realmente innovador¡±, reflexiona en Retro Gamer. ¡°Crearon niveles extra por encima del t¨ªpico Tetris y cuando recog¨ªas especiales los pod¨ªas usar como defensa o ataque. Desafortunadamente, se program¨® a toda prisa y no lo pulieron lo suficiente¡±. Para el creativo, un juego de este tipo necesitaba 3 o 4 a?os de cocci¨®n para ¡°equilibrarlo¡± y que fuera ¡°divertido¡±.

A lo largo de la corta historia de los videojuegos, se han lanzado muchos productos destacables de la saga Tetris. A las obras que hemos recopilado, cabr¨ªa mencionar juegos como Tetris Giant, Super Tetris 3 o el variad¨ªsimo Tetris Party Deluxe. Adem¨¢s, tambi¨¦n se dise?aron versiones m¨¢s extravagantes, como Tetrisphere. ¡°Era un proyecto muy extra?o que hice con un amigo de entonces, Ken Lobb¡±, se sincera Pajitnov en Retro Gamer. ¡°Trabaj¨¢bamos en Microsoft juntos y estaba fascinado con la idea de ubicar Tetris en una esfera, pero era demasiado complicado, aunque fue interesante trabajar en ello¡±. El videojuego, definido por el creador de Tetris como ¡°muy intelectual¡±, fue desarrollado por H20 Entertainment y sali¨® a la venta para Nintendo 64. Lo peliguado del asunto es que exig¨ªa mucho al jugador, en el sentido de que deb¨ªa someterse a un largo proceso de aprendizaje para dominarlo a la perfecci¨®n. Consist¨ªa en eliminar los bloques para poner al descubierto el n¨²cleo de la esfera. De acuerdo con Retro Gamer, ¡°quiz¨¢ por primera vez, un juego de Tetris exprim¨ªa los l¨ªmites gr¨¢ficos de una m¨¢quina¡±.

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Cuando el Efecto Tetris se encuentra con el battle royale

Tetris se introduce en el cerebro y provoca reacciones en el individuo que se vinculan a ciertos placeres b¨¢sicos. El llamado Efecto Tetris, estudiado por la prestigiosa Universidad de Harvard, es un fen¨®meno curioso que aparece en algunas personas tras una exposici¨®n prolongada a Tetris. Los jugadores llegan a so?ar con las piezas e incluso las imaginan caer al mirar edificios reales. Como publicaba MeriStation en un art¨ªculo sobre el Efecto Tetris, ¡°ni siquiera es considerado patolog¨ªa, sino que se trata de casos aislados, en ocasiones err¨®neamente definidos como algo anecd¨®tico; pero la realidad emp¨ªrica dice que afectan a la conducta de muchas personas¡±.

¡°Tal vez lo hayas experimentado t¨² tambi¨¦n despu¨¦s de jugar a los anteriores juegos del Tetris (yo lo he hecho): ves unos ladrillos o cajas apiladas e inconscientemente empiezas a imaginar c¨®mo moverlos para que encajen y eliminarlos. O si miras fijamente el techo cuando te vas a dormir, ¡®ves¡¯ las emblem¨¢ticas formas del Tetris cayendo en tu mente. Eso es lo que los investigadores llaman el Efecto Tetris¡±. Estas palabras las escribi¨® el propio Tetsuya Mizuguchi en el blog oficial de PlayStation. El creativo japon¨¦s lanz¨® el a?o pasado Tetris Effect, cuyo nombre es una clara referencia al fen¨®meno que hemos descrito a lo largo de estas l¨ªneas.

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Seg¨²n Mizuguchi, ¡°la intenci¨®n del juego es amplificar y mejorar ese mismo sentimiento m¨¢gico que no puedes sacarte de la cabeza, y no solo con las formas que caen, sino con im¨¢genes, sonidos, m¨²sica¡­ ?Todo!¡±. Y es que Tetris Effect juega con la mente del jugador y se convierte en una experiencia sensorial que se ampl¨ªa a¨²n m¨¢s si se disfruta con las gafas de realidad virtual. El t¨ªtulo, exclusivo de PlayStation 4, logra que ¡°cada una de las m¨¢s de 30 fases te sumerjan en un mundo fant¨¢stico y diferente que reacciona y evoluciona en funci¨®n de c¨®mo juegas: los elementos de fondo, el sonido, los efectos especiales, hasta las propias piezas de Tetris laten, bailan, brillan, producen m¨²sica y explotan en perfecta sincronizaci¨®n con tu forma de jugar¡±, explica el director nip¨®n.

Otra propuesta de gran inter¨¦s es Tetris 99, juego que fue anunciado por sorpresa durante el Nintendo Direct de febrero y que saca a relucir una nueva faceta del rompecabezas ideado por Pajitnov. PUBG, Fortnite, Apex Legends son videojuegos online masivos que comparten una premisa com¨²n: solo puede quedar uno. El g¨¦nero battle royale es hoy uno de los m¨¢s populares. ?Y qu¨¦ ocurre si se combina la exitosa f¨®rmula de Tetris con las particularidades de este g¨¦nero? Tetris 99. Como sugiere el t¨ªtulo, casi un centenar de personas se baten en un enfrentamiento en el que deben colocar las piezas, pero al mismo tiempo, atacar o defenderse de los ataques de los rivales. El juego necesita nuevos modos y alguna clase de tutorial para facilitar el aprendizaje, pues los conceptos no quedan del todo claros. Su sencillez esconde un producto estrat¨¦gico y tan adictivo como siempre. Tanto Tetris Effect como Tetris 99 demuestran que la f¨®rmula de Pajitnov sigue vigente, que por mucho que pase el tiempo, la diversi¨®n contin¨²a. Y as¨ª seguir¨¢. ?Con qu¨¦ propuestas? El futuro lo dir¨¢.