La historia (m¨¢s conflictiva) del PC: Windows y el despido y retorno de Jobs a Apple
Nuestro PC de hoy es el resultado de la competencia, m¨¢s o menos cruenta, entre distintos personajes, compa?¨ªas y tecnolog¨ªas. La m¨¢quina que ahora disfrutamos era la apuesta de los que mejor lo han hecho o menos escr¨²pulos han demostrado, dejando atr¨¢s a otras tecnolog¨ªas que nos hubieran llevado por caminos bien distintos.
- Tercera parte: De c¨®mo Gates se hizo con la idea de Windows, Jobs le acus¨® de traidor y resulta que nunca hubo tal traici¨®n. De c¨®mo el PC con Windows dominar¨ªa el mundo. De c¨®mo el mejor anuncio de la historia se ha emitido una sola vez. De c¨®mo un director de Pepsi despedir¨ªa a Jobs de su propia Apple. De c¨®mo fuera de la empresa Jobs se forrar¨ªa a¨²n m¨¢s gracias a Toy Story. De c¨®mo Apple ruega el retorno de Jobs, que decide volver para acabar convertido en LEYENDA.
En la primera de las dos entregas anteriores os contamos c¨®mo se conciben las primeras computadoras durante la segunda guerra mundial, con la disputa de la paternidad de este invento (y su patente) por parte de varios genios. En la segunda entrega os narramos c¨®mo esas computadoras gigantescas y de coste millonario se fueron convirtiendo en los PC que ahora disfrutamos, y la determinante participaci¨®n de un fabricante IBM, y g¨¦nios contempor¨¢neos como Bill Gates, Steve Jobs o Steve Wozniak. En esa parte os narramos de qui¨¦n era orginalmente la idea de un interfaz gr¨¢fica; qui¨¦n tuvo la idea matriz de Windows. En esta tercera entrega os contaremos qu¨¦ ocurri¨® una vez que Gates "traicionara" a Apple e IBM y c¨®mo los caminos de estos personajes se separaron y volvieron a cruzar en una historia que es tan perfecta para la ficci¨®n que cuesta creer que fuese cierta.
Volviendo a la d¨¦cada de los 80, Xerox y Jobs, el de la manzana propone comprar la tecnolog¨ªa que hab¨ªa visto en el Xerox Alto a cambio de una participaci¨®n de acciones en su empresa. En Xerox aceptan encantados, dado que era un beneficio indiscutible a cambio de una tecnolog¨ªa con la que no hab¨ªan sabido qu¨¦ hacer en una d¨¦cada.
La primera crisis de Apple
Apple ya era una empresa monstruosa para la ¨¦poca y, como tal, dif¨ªcil de conducir. Wozniak era un ingeniero, no un empresario y ?qu¨¦ decir de Jobs? que era un visionario capaz de sacar dinero de las piedras, pero al que no le gustaba gestionarlo. La direcci¨®n de Apple pas¨® por Mike Markkula, un br¨®ker que tuvo el acierto de prestar dinero a los fundadores de Apple cuando m¨¢s lo necesitaban, entrando con pleno derecho en la empresa en 1977, pero no contaba con el suficiente empaque para tal labor. Por esa raz¨®n Jobs busc¨® un CEO, un presidente para Apple, y se fue a por el que cre¨ªa el mejor.
Jobs contact¨® con John Sculley, por aquel entonces CEO en Pepsi. Hay una frase ya hist¨®rica mediante la que Jobs habr¨ªa ofrecido el puesto a Sculley: ¡°?Quieres vender agua azucarada el resto de tu vida, o quieres tener una oportunidad para cambiar el mundo?¡±. Acept¨® la direcci¨®n de Apple, dejando las manos libres a Wozniak y Jobs para seguir con el desarrollo del sucesor del Apple II, el bautizado como Apple Macintosh.
Sin embargo, el desarrollo de esta m¨¢quina no iba todo lo bien que cab¨ªa esperar y, de nuevo, hemos de volver a hablar de Bill Gates.
Cuando Jobs decidi¨® adoptar el entorno gr¨¢fico adquirido a Xerox, inmediatamente pens¨® en Bill Gates para implementarlo en su futura Apple. La relaci¨®n con Gates era perfecta, dado que ambos se hab¨ªan enriquecido mutuamente gracias a las tarjetas de software implementadas en el Apple II, adem¨¢s de que Gates se hab¨ªa hecho con gran parte del mercado con su ¡°comprado¡± MS DOS.
Wozniak ha manifestado posteriormente que ya advirti¨® entonces a Jobs de que no deb¨ªa fiarse de Gates, que en cierto modo ya se la hab¨ªa jugado a IBM con su sistema operativo y que era un trabajo que se ten¨ªa que desarrollar ¡°en casa¡±. Jobs hizo caso omiso y acab¨® mostrando su prototipo de Macintosh y su interfaz gr¨¢fica de ventanas a Bill Gates.
Sin embargo, s¨ª que hizo algo de caso a Wozniak y en el acuerdo con Gates obligaba a ¨¦ste a no lanzar ning¨²n tipo de entorno gr¨¢fico similar hasta despu¨¦s del lanzamiento del Apple Macintosh, previsto en enero de 1983. El desarrollo del software comenz¨®. Gates mostr¨® a Jobs su procesador de texto, que bautiz¨® como Word, su hoja de c¨¢lculo, Excel y su entorno BASIC. Por aquel entonces Andy Hertzfeld, miembro del equipo original de Macintosh, volvi¨® a advertir a Jobs de que Gates estaba desarrollando paralelamente un entorno gr¨¢fico propio, dado el inter¨¦s de los ingenieros de Microsoft por cuestiones que trascend¨ªan aquello para lo que hab¨ªan sido contratados.
No sabemos lo que hubiera pasado si todo hubiese ido seg¨²n lo previsto, pero pronto fue evidente que el Macintosh no estar¨ªa listo para enero de 1983. Seg¨²n su propia interpretaci¨®n del acuerdo que hab¨ªa firmado con Jobs, Gates entend¨ªa que ten¨ªa libertad para hacer lo que quisiera con la interfaz gr¨¢fica prevista para los Mac, independientemente de que estos a¨²n no se hubiesen lanzado.
En noviembre de 1983 Bill Gates anuncia un acuerdo con IBM mediante el que dotar¨ªa a sus ordenadores de un sistema operativo, sucesor de MS DOS, completamente basado en un entorno gr¨¢fico, con ventanas, iconos, un procesador de texto llamado Word, una hoja de c¨¢lculo llamada Excel¡ El nuevo y revolucionario sistema operativo se llamar¨ªa Microsoft Windows.
Jobs recibi¨® aquel anuncio como una pu?alada de Gates. Entend¨ªa que ¨¦l hab¨ªa traicionado su confianza personal, as¨ª como la profesional y, adem¨¢s, le hab¨ªa vendido su idea a su rival directo, IBM.
Es conocido que Jobs hizo llamar a Gates a la sede de Apple en Cupertino y que all¨ª, delante de su consejo de administraci¨®n, se hart¨® de llamarle ladr¨®n y mentiroso. A las acusaciones Gates contest¨® que ¨¦l tambi¨¦n hab¨ªa viso el Xerox Alto, que Microsoft no hab¨ªa robado el concepto a Apple, sino que ambos se lo hab¨ªan robado a Xerox.
Windows estaba muy lejos de estar terminado, pero Gates y Microsoft se hab¨ªan apuntado el tanto, casi definitivo, de haberse atribuido la interfaz gr¨¢fica como propia. Por el contario, Jobs ten¨ªa algo m¨¢s que un anuncio; ten¨ªa los Apple Macintosh perfectamente operativos y listos para la venta, con un sistema operativo del que Gates solo ten¨ªa el anuncio.
Las primeras Mac salieron al mercado en enero de 1984. Jobs volc¨® todo su carisma en aquella m¨¢quina, con una presentaci¨®n que ser¨ªa la primera en lo que Steve convertir¨ªa en arte.
Las primeras ventas de los Mac estuvieron a la altura, las ventas superaban a la producci¨®n, como ahora, pero pronto se detuvieron abruptamente. Esas computadoras no estaban a la altura en prestaciones con lo que ofrec¨ªan los ordenadores cl¨®nicos, adem¨¢s mucho m¨¢s baratos que los Mac, una circunstancia que sin duda le sonar¨¢ a todo el mundo.
Los Mac acabaron siendo un fracaso en ventas. Apenas se vend¨ªan unos cientos de unidades al mes. El para¨ªso que hab¨ªa sido Apple, donde todo eran amigos y ¡°buen rollo¡±, de repente se convirti¨® en un infierno.
El primero en sufrirlo fue Wozniak. Seg¨²n ha contado ¨¦l mismo, Jobs se hab¨ªa vuelto extremadamente mani¨¢tico, obsesivo. Se mov¨ªa por Apple como un gur¨² incomprendido y culpaba de cualquier fracaso a cualquiera, sin reconocer nunca su responsabilidad. Woz se segu¨ªa considerando un ingeniero. ?l quer¨ªa seguir creando, no verse en este tipo de tempestades empresariales, con lo que dej¨® Apple. Ten¨ªa dinero suficiente y quer¨ªa vivir, con lo que desde entonces se ha dedicado a dise?ar y a ense?ar, actividades con las que se encuentra en plenitud. Hoy d¨ªa, con 68 a?os, Woz es profesor adjunto en la universidad de Sydney, donde imparte clase, cuando quiere, v¨ªa videoconferencia, aunque tambi¨¦n ha sido profesor de ni?os de primaria en su California natal. En definitiva, Wozniak supo retirarse a tiempo y disfrutar de la vida, aunque ello haya supuesto que no se hagan pel¨ªculas sobre ¨¦l y que no mantenga el reconocimiento debido por su invenci¨®n de la computadora tal y como hoy la entendemos.
El segundo en salir de Apple, sorprendentemente, fue el propio Jobs.
En Apple Steve Jobs segu¨ªa apostando por sus Macintosh. Entend¨ªa que en un lado estaban todos esos cl¨®nicos mediocres, capitaneados por IBM, y que enfrente, como ¨²nica alternativa a ese monopolio, estaba ¨¦l.
Sobre esa premisa Jobs consigui¨® otro hito, esta vez en forma de anuncio publicitario. En 1984, en pleno descanso de la Super Bowl, en el momento de mayor audiencia televisiva del a?o, con unos cien millones de norteamericanos frente al televisor, Jobs present¨® su anuncio del Macintosh. Este anuncio es historia de la televisi¨®n y, si no lo conoc¨¦is, no os lo perd¨¢is aqu¨ª:
El anuncio, dirigido por un joven Ridley Scott, cost¨® casi un mill¨®n de d¨®lares para ser rodado y Apple tuvo que pagar cerca de otro mill¨®n por reproducirlo. Como hab¨¦is podido comprobar, la secuencia de un minuto reproduce la distop¨ªa del universo creado por George Orwell en su novela 1984, precisamente el a?o en curso en aquel momento. Recordemos que esta novela describe un mundo donde todo es controlado por ¡°el GRAN HERMANO¡±, una autoridad que limita todo tipo de libertades o desarrollos personales, un mundo en el que todo es gris, plano, carente de personalidad, donde todos los ciudadanos viven subyugados. Sobre ese escenario, mientras el Gran Hermano reproduce sus consignas en una gran pantalla, es Apple la que aparece, representado por una mujer que, maza en mano, destroza su imagen.
Apple en un minuto hab¨ªa convertido a IBM a en el Gran Hermano, un ente que todo lo abarca y todo lo controla, mientras que ellos, Apple, eran el ¨²nico foco de resistencia, la ¨²nica esperanza para una humanidad que, de otro modo, estar¨ªa abocada a la sumisi¨®n.
La jugada fue maestra, como otras tantas de Apple. Pero es que no solo se limitaba a eso. Jobs contrat¨® un ¨²nico pase de ese anuncio. No se volver¨ªa a ver m¨¢s en televisi¨®n y hablamos de un mundo donde por supuesto no exist¨ªa Youtube y las posibilidades de verlo se limitaban a algunas grabaciones caseras en VHS. De ese modo el mundo se dividi¨® en dos: los que hab¨ªan visto el anuncio y los que lo conoc¨ªan porque se lo hab¨ªan contado. Un escenario ideal para que aquella proyecci¨®n se magnificase hasta alcanzar el estatus que tiene hoy de mejor anuncio de la historia.
Si bien el anuncio fue un ¨¦xito, los Mac no remontaban vuelo y su espacio se limitaba ante el franco avance de IBM y los cl¨®nicos. El sistema operativo MS DOS se hab¨ªa convertido en est¨¢ndar y faltaba por llegar la puntilla al entorno Macintosh.
El 20 de noviembre de 1985 Microsoft lanza Windows. La historia de Microsoft hasta hoy es de sobra conocida. Una compa?¨ªa que ha sido acusada varias veces de monopolio y de abuso de posici¨®n dominante. Pero subyaciendo a todo eso est¨¢ la historia; ¨¦sta que os hemos contado, como Bill Gates compr¨® DOS a un tercero por unos miles de d¨®lares para revend¨¦rselo a IBM por cientos de miles, o como no tuvo reparos en vender como propia, nuevamente, una tecnolog¨ªa que Jobs le hab¨ªa confiado. Esta sombra ha perseguido a Microsoft desde entonces, sin entorpecer, eso s¨ª, su ¨¦xito empresarial. Hoy d¨ªa nadie pone en duda y es aceptado que una compa?¨ªa de su tama?o trate de comprar cualquier otro software que les pueda suponer competencia y, una vez que lo ha hecho, lo adapta como propio o sencillamente lo entierra.
Pero volvamos a Jobs y ¡°su¡± Apple. Tras la marcha de Wozniak Steve es el alma de una compa?¨ªa a la que el resto del cuerpo no acompa?a. Jobs sigue empe?ado en rescatar el concepto de Macintosh, mientras los n¨²meros de Apple demuestran que es un proyecto deficitario y que lo que realmente da dinero son las sucesivas revisiones de su Apple II.
Jobs hab¨ªa trabajado en el Macintosh Office, que se lanzar¨ªa en ese mismo 1985. Estaba convencido de que ser¨ªa un rival capaz de someter al IBM PC, pero para ello no pod¨ªa ser tan caro como desde Apple le calculaban. Su estrategia habr¨ªa sido bajar el precio del nuevo Mac restando presupuesto del desarrollo y m¨¢rquetin de Apple II. Eso es lo que le traslad¨® al director Sculley, recibiendo la negativa de ¨¦ste.
Jobs no acept¨® que alguien a quien ¨¦l mismo hab¨ªa contratado le dijese c¨®mo deb¨ªa dirigir ¡°su¡± empresa, as¨ª que convoc¨® al consejo de administraci¨®n para exponerles lo que pretend¨ªa hacer en un momento en el que Sculley iba a estar de viaje. Mike Sculley, de un modo u otro, averigu¨® lo que se hab¨ªa previsto y anul¨® el viaje, present¨¢ndose en el consejo. All¨ª razon¨® que Mac no era deficitario por una simple cuesti¨®n de precio y que la estrategia de Jobs no solo no generar¨ªa beneficios con los nuevos Mac, sino que viciar¨ªa los de Apple II, que en ese momento sosten¨ªan la empresa, gan¨¢ndose el apoyo de los oyentes.
El consejo de administraci¨®n se posicion¨® al completo con Sculley, incluyendo a Markkula, dejando absolutamente solo a Jobs. En este punto hay dos versiones de la historia. La primera dice que Sculley pidi¨® a Jobs que dejase Apple. Personalmente me cuesta creer que esto fuera as¨ª, por lo que me inclino por la segunda; que Jobs, frustrado e indignado, decidiese dar el portazo y dejar la compa?¨ªa. En ese momento le sobraban dinero, prestigio e ideas y su c¨®nyuge en la creaci¨®n de Apple, Wozniak, tambi¨¦n se hab¨ªa ido.
Jobs no solo dej¨® Apple, sino que vendi¨® todas sus acciones de la compa?¨ªa, excepto una. Este detalle, si bien supon¨ªa la desvinculaci¨®n pr¨¢ctica con la empresa que hab¨ªa parido, le permit¨ªa acudir como accionista a las juntas.
Con Jobs fuera de la empresa, John Sculley tuvo las manos libres para convertir Apple en lo que ¨¦l entend¨ªa que deb¨ªa ser: una m¨¢quina de hacer dinero. En sus diez a?os como director de la compa?¨ªa, Apple pas¨® de multiplicar por diez sus ingresos, de los 800 millones que generaba en 1983, a los 8.000 millones que gener¨® en 1993. Para ello dej¨® morir Macintosh y potenci¨® sucesivas generaciones sobre Apple II. Por otra parte hizo una ¡°limpieza¡± en Apple que concluy¨® en 1986 con el despido de unos 1.200 empleados.
Mientras tanto el PC basado en Windows dominaba el mercado. Las computadoras Apple se limitaban a entornos profesionales y esa ser¨ªa una de las razones por las que esta plataforma resurgir¨ªa. El PC que todo el mundo ten¨ªa en casa se ve¨ªa como una herramienta com¨²n, dom¨¦stica, mientras que Apple se asociaba con entornos profesionales, principalmente en los del dise?o y multimedia. Los Macintosh ganaron una cuota de mercado en esos ¨¢mbitos que a¨²n se mantiene.
Por otra parte, aunque no con la transversalidad que caracteriz¨® a Jobs, Apple segu¨ªa innovando. Durante la direcci¨®n de Sculley se lanzaron los primeros port¨¢tiles Apple, los Macintosh Portable, que ser¨ªan r¨¢pidamente adaptados bajo la denominaci¨®n PowerBook. Estos port¨¢tiles introdujeron el formato que ahora mantiene casi todos los nuevos, con teclado, rat¨®n y monitor integrados.
Tambi¨¦n se crearon los Newton, iniciadores de la fiebre por las PDA que supusieron la base tanto de las tabletas digitales, como de los ¡°Smart phones¡±. Sin embargo, Apple estaba estancada con su divisi¨®n inform¨¢tica. El PC se hab¨ªa normalizado, se hab¨ªa convertido en herramienta fundamental para tareas tanto profesionales, como l¨²dicas, pero los Mac no crec¨ªan a la misma velocidad. Se hab¨ªan limitado a un peque?o nicho de mercado, una parte del profesional, y los clientes no ya no eran los suficientes para mantener un emporio. Sculley fue despedido, pero ¨¦l tampoco era el problema. Se hab¨ªa orde?ado la vaca de los Apple II durante una d¨¦cada, demasiado tiempo sin ideas nuevas, mientras que alrededor los compatibles hab¨ªan despegado.
Para colmo, tras la salida de Jobs, Apple apost¨® por procesadores desarrollados por su eterno rival, IBM. Apple e IBM montaban procesadores PowerPC desarrollados por estos ¨²ltimos, junto con Motorola, mientras el resto del mundo apostaba por procesadores Intel y AMD. Esta decisi¨®n no hizo m¨¢s que acelerar el aislamiento de los Mac, considerados cada vez m¨¢s como un sistema ex¨®tico, raro, para el cual apenas hab¨ªa soporte, donde las aplicaciones no eran las comunes y conocidas y destinado a gente ¡°rara¡±. Apple entr¨® en clara recesi¨®n. Hab¨ªa que hacer algo¡
Mientras tanto, Jobs una vez dej¨® Apple se encontraba libre para desarrollar sus proyectos, pero opt¨® por una opci¨®n realmente conservadora. Inmediatamente despu¨¦s de dejar su compa?¨ªa de toda la vida, levant¨® el tel¨¦fono y llam¨® a los ingenieros de Apple que consideraba m¨¢s cercanos, de confianza, y con ellos cre¨® NeXT Computers.
NeXT se dedic¨®, como no, a la fabricaci¨®n de ordenadores. Fij¨® como clientes los ¨¢mbitos profesionales y universitarios, donde vendieron estaciones de trabajo. Lo revolucionario de las NeXT no ser¨ªa su hardware, que de hecho adolec¨ªa de graves problemas de compatibilidad y rendimiento en comparaci¨®n con los PC cl¨®nicos, sino su software.
Jobs adopt¨® las estrategias de IBM y junto con sus NeXT se inclu¨ªa un sistema operativo y aplicaciones que conformaban un entorno pr¨¢cticamente cerrado, pero muy eficiente. El sistema operativo NeXTSTEP, una combinaci¨®n de C, con Unix, orientada a objetos, que daba aut¨¦ntico sentido a una plataforma de NeXT. Como curiosidad, Jobs dej¨® su impronta en el dise?o del NeXT m¨¢s exitoso, el Cube, precisamente con una caja para el sistema perfectamente c¨²bica de 30x30x30 cm.
Adem¨¢s de NeXT, Jobs dirigi¨® su atenci¨®n a la animaci¨®n por ordenador y adquiri¨® una empresa de nombre ¡°The Graphic Group¡±. Invirti¨® en la misma y le cambi¨® el nombre por Pixar. Unos pocos a?os despu¨¦s era subsidiaria de Lucasfilm y hac¨ªa pel¨ªculas para Disney. En 1995 estren¨® Toy Story y fue tal ¨¦xito que cambio definitivamente el cine de animaci¨®n. Pero eso, precisamente, es otra historia.
El reencuentro de Jobs y Gates. ?Paz entre caballeros?
Por todos es conocido que la soluci¨®n que encontr¨® Apple para sus males fue la de rogar a Jobs que volviera a coger sus mandos. Y as¨ª Jobs volvi¨® por todo lo alto, en septiembre de 1997, afianzando su figura de mes¨ªas. Parece un argumento de pel¨ªcula, como as¨ª lo ha sido varias veces, pero as¨ª es la realidad empresarial.
Jobs volvi¨® a Apple y lo puso todo patas arriba. Obviamente lo primero que hizo fue adquirir su anterior empresa, NeXT, integr¨¢ndola dentro de Apple y ¡°pag¨¢ndose a s¨ª mismo¡± 400 millones de d¨®lares por la compa?¨ªa. Apple no contaba con relevancia, estaba pr¨¢cticamente hundida con todos sus desarrollos anticuados y falta de un proyecto que pudiese sostenerle a futuro. En ese momento Jobs tom¨® otra de esas decisiones geniales que pasar¨ªan a la historia y que a¨²n motivan reportajes como ¨¦ste.
Poneos en situaci¨®n; Jobs retoma sus artes de conferenciante en los denominados Macworld, ferias que cada a?o presentan las novedades de Apple y en las que Jobs ha sido referente de c¨®mo hacerse con un auditorio y presentar un producto. En su primer Macworld, en Boston, en el mismo a?o 1997 en el que fue ¡°recuperado¡± por Apple, ante una audiencia entregada, tras dos minutos de aplausos, Jobs comienza su intervenci¨®n.
Comienza la introducci¨®n hablando del pasado, de las compa?¨ªas, de la competitividad y del futuro. Comienza a presentar software para sus nuevas Mac; Microsoft Explorer, Microsoft Office, Java¡ y en un momento dado da paso a alguien en una pantalla gigante. Era Bill Gates en una videoconferencia desde Redmond.
Aquello era sencillamente incre¨ªble. Todo el mundo que segu¨ªa aquella conferencia conoc¨ªa el pasado entre Jobs y Gates y consideraba a este ¨²ltimo como un traidor ego¨ªsta que hab¨ªa impedido el dominio de Apple y hab¨ªa ocasionado con ello la salida de su querido Jobs de la compa?¨ªa¡ y ahora era ¨¦ste el que lo presentaba en pantalla en plena Macworld¡ La cara de Gates en pantalla mientras era abucheado durante unos interminables segundos en los que no pod¨ªa ni iniciar su exposici¨®n, son uno de esos momentos cl¨¢sicos de la historia de la inform¨¢tica que, a¨²n hoy, inspira ¡°memes¡± y virales.
Desde ese momento Microsoft y Apple colaborar¨ªan, software y hardware, hasta hoy. Gates y Jobs han coincidido en eventos y han sido entrevistados centenares de veces sobre su historia conjunta; todo han sido alabanzas al otro, ¡°pelillos a la mar¡± y hablar de un futuro siempre prometedor.
Sin embargo, detr¨¢s de la historia siempre ha habido algo de leyenda. Jobs y Gates, desde su ¡°affaire¡± con el primer interfaz gr¨¢fico, siempre hab¨ªan hablado mal uno del otro. Gates describ¨ªa a Jobs como un neur¨®tico incapaz de controlar sus emociones y que volcaba su frustraci¨®n en los dem¨¢s, mientras que Jobs de Gates dec¨ªa que tanto ¨¦l, como la compa?¨ªa que dirig¨ªa, eran totalmente carentes de imaginaci¨®n. Pero en alg¨²n momento debi¨® haber una llamada de Jobs a Gates y lo que esa leyenda cuenta es que Jobs le puso todas las cartas sobre la mesa a Gates en plan: ¡°Bill, mi empresa est¨¢ a punto de desaparecer y eso no va a ser nada bueno para la tuya. Est¨¢n juzgando a Microsoft por competencia abusiva, por monopolio¡ lo que menos te interesa es que Apple desaparezca. Ambos necesitamos que Apple vuelva a ser fuerte de nuevo¡±. Y as¨ª, o de otro modo, quiz¨¢ nunca se sepa, Microsoft rescat¨® a Apple. Es la plasmaci¨®n empresarial de la trama cl¨¢sica de los superh¨¦roes de los 80; Un superh¨¦roe no tiene sentido si no tiene enfrente un archienemigo.
Gates continuar¨ªa con su exitosa carrera, con el dominio de Windows, de Office¡ pero, seg¨²n cuenta otra de esas leyendas, qued¨® muy tocado emocionalmente tras verse abucheado por los fans de Apple. Jobs se hab¨ªa elevado hasta casi ser un semidios en la tierra, mientras que ¨¦l era el villano, el vil demonio ladr¨®n con el que deb¨ªa competir. Esa podr¨ªa ser una de las causas de que Gates creara la fundaci¨®n ben¨¦fica ¡°Bill & Melinda Gates Fundation¡±, que cada a?o dona decenas de millones de d¨®lares como fil¨¢ntropos o para proyectos humanitarios.
Sea como fuere, con la direcci¨®n de Jobs y el apoyo de Gates, Apple resurgi¨®. Lleg¨® el iMac de Jobs, una computadora que de nuevo se mostraba revolucionaria por su concepci¨®n y dise?o. Jobs contaba ya con Sir Jonathan Paul Ive, Jony Ive para los amigos, que consolid¨® su labor de dise?ador en Apple con aquel iMac y que luego ha mantenido con iPod, iPhone, iPad... Personalmente me parece el dise?o m¨¢s espectacular que ha tenido un PC comercial. Las cifras de Apple empezaban a rebotar. Y eso no era m¨¢s que el principio.
Un d¨ªa Jobs lleg¨® muy enfadado a su trabajo. Su reproductor MP3 se le antojaba peque?o, lento e ineficaz. Lo arroj¨® con fuerza encima de la mesa de los ingenieros de su empresa y les pidi¨® que le hicieran un reproductor de MP3 en condiciones. En el siguiente Macworld Apple presentaba el iPod, y con ¨¦l la leyenda se hac¨ªa m¨¢s grande.
En cuesti¨®n de meses iPod era el reproductor MP3 por excelencia. No solo era el mejor, adem¨¢s aportaba algo que Apple hab¨ªa conseguido ir amasando con el tiempo: prestigio. Llevar un iPod no era lo mismo que llevar un Creative, por poner un ejemplo, aunque este ¨²ltimo ofreciese mejores prestaciones. Estaba el prestigio de llevar un dispositivo con la manzana de Apple. Pero de esto no os vamos a hablar ahora, porque es algo que todos conoc¨¦is.
Aunque quiz¨¢ no conozc¨¢is la siguiente an¨¦cdota alrededor de Apple, la manzana y su iPod. Era tal el ¨¦xito de este dispositivo que desde Hewllet-Packard contactaron con Jobs tanteando el terreno por el que ir¨ªa el siguiente movimiento de Apple en cuanto a reproductores MP3, dado que ellos pretend¨ªan sacar uno propio. HP siempre hab¨ªa mantenido contacto con Jobs, desde su infancia, como hemos visto en p¨¢rrafos anteriores, y ahora le ped¨ªan sincera ayuda.
Jobs protagoniz¨® otra de sus jugadas maestras y convenci¨® a HP para que no desarrollasen su MP3. No ten¨ªa sentido que ambas compa?¨ªas compitiesen sobre un mismo segmento, as¨ª que lo que Jobs propuso fue que HP vendiera los iPod de Apple, como productos HP. De este modo Jobs vender¨ªa m¨¢s iPod y HP tendr¨ªa en su cat¨¢logo el mejor y m¨¢s prestigioso reproductor MP3. El acuerdo parec¨ªa redondo para HP, pero no supieron calcular su alcance.
Por una parte las ventas de ¡°su¡± MP3 fueron un fracaso por algo tan simple como que nadie quer¨ªa un iPod que no fuese de Apple. Ser¨ªa el mismo producto, incluso un poco m¨¢s barato, pero todos los compradores quer¨ªan el original, el de la manzanita. ?Alguno de vosotros ha llegado a ver un iPod de HP? Nosotros tampoco.
Y para Apple, la operaci¨®n fue una obra maestra. Lo m¨¢s obvio es que vendieron m¨¢s iPod que nunca, mientras que hab¨ªan evitado que HP les hiciera la m¨¢s m¨ªnima competencia y, por encima de todo, consiguieron indirectamente que todos los productos HP incluyesen preinstalada la aplicaci¨®n iTunes, dado que era necesaria para ¡°sus¡± iPod, cerrando as¨ª el paso a su competencia de Windows Media Player. Simplemente genial.
Y podr¨ªamos seguir hablando de m¨¢s genialidades de Jobs y Apple, pero nos estar¨ªamos apartando de lo que debe ser el eje principal de esta serie de reportajes, las computadoras, los PC.
Solo un ¨²ltimo apunte¡ Cuando Jobs disfrutaba del enorme ¨¦xito de sus iPod, volvi¨® a la mesa de sus ingenieros y les dijo algo como ¡°Hoy estamos triunfando con esto, pero ma?ana alguien conseguir¨¢ meter un reproductor MP3 en un tel¨¦fono y estaremos acabados. Vamos a meterlo nosotros. Quiero mi iPod y mi tel¨¦fono en uno¡±. En la Macworld siguiente Jobs presentar¨ªa el primer iPhone, el primer Smart Phone. De nuevo cambiar¨ªa nuestro mundo.
Y es tan admirable como triste que Jobs, mientras sacaba adelante sus iPhone, dejaba pasmado al mundo con sus conferencias y se iba asentado en su papel de gur¨² de la tecnolog¨ªa, de rey Midas, sab¨ªa que el c¨¢ncer le devoraba por dentro. Despu¨¦s de que le diagnosticaran el c¨¢ncer de p¨¢ncreas que acab¨® con su vida en 2003, ¨¦l sigui¨® trabajando. Adem¨¢s lo hizo con m¨¢s ansia que nunca, apremiado porque era consciente de que el tiempo se le acababa.
En este punto, y aunque pueda resultar cruel decirlo as¨ª, el car¨¢cter de Jobs le llev¨® a tomar una decisi¨®n que pudo acabar cost¨¢ndole, literalmente, la vida. Una vez los m¨¦dicos le informaron de que ten¨ªa un c¨¢ncer en el p¨¢ncreas y hab¨ªa que operarlo, Jobs decidi¨® no hacerlo y confi¨® su curaci¨®n a una alimentaci¨®n limpia y meditaci¨®n. Aquello no funcion¨® y cuando finalmente dicidi¨® pasar por quir¨®fano el c¨¢ncer se hab¨ªa extendido demasiado. Esa demora fue determinante. Aunque en principio el resultado era ¨®ptimista, pronto se confirm¨® que el c¨¢ncer no le permitir¨ªa vivir. Poco antes de confirmar esa fat¨ªdica circunstancia, Jobs di¨® uno de sus discursos m¨¢s recordados ya que, en lugar de hablar de tecnolog¨ªa, habla de la vida y la muerte. Muy recomendable. Os lo dejamos aqu¨ª:
En 2011 no pudo m¨¢s y tuvo que dejar sus funciones en la direcci¨®n de Apple, aunque sigui¨® trabajando hasta el d¨ªa anterior a su fallecimiento. Ten¨ªa 56 a?os y una carrera detr¨¢s sencillamente asombrosa. Una de esas biograf¨ªas que da gusto conocer y as¨ª poder admirar y dar justo valor a lo que esta persona ha sido capaz de conseguir, de lo que nos ha hecho avanzar, de c¨®mo ha afectado las vidas de todos y cada uno de nosotros. Nos quedamos con una parte del comunicado con el que Apple anunci¨® el fallecimiento: ¡°La brillantez, pasi¨®n y energ¨ªa de Steve fueron la fuente de incontables innovaciones que enriquecen y mejoran nuestras vidas. El mundo es mucho mejor debido a Steve.¡±
Parte 1: Una criatura con varios padres.
Parte 2: IBM, Apple y Microsoft