La historia (m¨¢s conflictiva) del PC. Segunda Parte
Nuestro PC de hoy es el resultado de la competencia, m¨¢s o menos cruenta, entre distintos personajes, compa?¨ªas y tecnolog¨ªas. La m¨¢quina que ahora disfrutamos era la apuesta de los que mejor lo han hecho o menos escr¨²pulos han demostrado, dejando atr¨¢s a otras tecnolog¨ªas que nos hubieran llevado por caminos bien distintos.
Con la primera entrega de este reportaje intentamos describir c¨®mo las computadoras primitivas se gestaron simult¨¢neamente en distintos puntos del mundo gracias a aut¨¦nticos visionarios que creyeron posible materializar el sue?o que cambiar¨ªa el mundo. Vimos c¨®mo estas personas aportaron su trabajo en una direcci¨®n com¨²n, a veces voluntariamente, otras desconoci¨¦ndolo, y c¨®mo el ej¨¦rcito fue decisivo en aquel desarrollo, concibiendo las primeras computadoras como un arma m¨¢s que buscaba derrotar al fascismo en Europa.
En esta segunda parte narraremos un conflicto que, quiz¨¢ no supera a aquel en cuanto a ¨¦pica y trascendencia para la humanidad, pero s¨ª es una de las historias empresariales m¨¢s apasionantes de la era moderna. Hablaremos de genios, de sus ideas, de ordenadores personales, de mucho, mucho dinero y de una historia de confianza y traici¨®n. Hoy hablaremos de IBM, la Apple de Steve Jobs y la Microsoft de Bill Gates.
Hab¨ªamos dejado a IBM dominando a su antojo el mercado mundial de las computadoras. El concepto de PC, Ordenador Personal, estaba a¨²n muy lejos de tener sentido ya que lo que IBM fabricaba eran enormes sistemas dedicados a las empresas. Un mercado exclusivo ya que, fundamentalmente, ning¨²n otro mercado podr¨ªa pagar lo que aquellas m¨¢quinas costaban.
IBM fabricaba las computadoras y no las vend¨ªa a las empresas, sino que alquilaba su servicio ?os suena? Su modelo de negocio consist¨ªa en instalar la computadora en la empresa cliente y enviar sus t¨¦cnicos para que la programaran y explotaran. Las salas donde se instalaba aquella costosa tecnolog¨ªa estaba vetada al resto de los humanos, que ve¨ªan a los t¨¦cnicos de IBM como una especie de chamanes m¨ªsticos, ¨²nicos seres capaces de descifrar un or¨¢culo inalcanzable para ellos. De este modo IBM amas¨® muchos millones de d¨®lares y penetr¨® en toda aquella instituci¨®n, gobierno o empresa que pudiera pagar. Y ninguno de estos clientes ser¨ªa tan imprudente como para invertir tal cantidad de dinero con una empresa que no ofreciese las garant¨ªas que les suger¨ªa IBM, con lo que la competencia era casi nula. Un monopolio casi absoluto al que solo la General Electric, la compa?¨ªa de Thomas Alva Edison, pod¨ªa hacer frente, pero para la que las computadoras solo eran una parte de su negocio y prefirieron dejar hacer a IBM.
Tal crecimiento acab¨® haciendo tambalear la estructura sobre la que IBM se levantaba. Manten¨ªan siete modelos de IBM totalmente diferentes entre s¨ª y los problemas que esto generaba crec¨ªan exponencialmente a medida que sumaban nuevos clientes. Cada m¨¢quina se programaba de un modo, ten¨ªa unas funciones limitadas y su hardware era exclusivo. Dicho de un modo simple, eran todo lo opuesto a ¡°compatible¡±.
El primer intento de solucionarlo fueron los System/360, computadoras en las que se pas¨® de priorizar el hardware en s¨ª, para centrarse en las aplicaciones. As¨ª la empresa dej¨® de alquilar una m¨¢quina, para alquilar una serie de servicios y despu¨¦s elegir entre una gama de computadoras para ejecutarlas atendiendo a su potencia y precio.
El salto cualitativo fue tremendo, ya que desde System/360 todas las computadoras trabajaban sobre el mismo software y el hardware era ampliable e intercambiable entre ellas. La nueva arquitectura fue un ¨¦xito, suponiendo un importante paso en la penetraci¨®n de las computadoras, si bien este avance a¨²n se limitaba al mercado empresarial, universitario y gubernamental, lo que permiti¨® a IBM disfrutar de una d¨¦cada muy placentera con su negocio de computadoras ¡°mainframe¡± profesionales.
Pero llegaron los a?os 70 y la situaci¨®n iba a cambiar. Mucho. Comenzaba la era de las Computadoras Personales, o PC.
Como casi siempre, son varias las aportaciones que van sumando hasta que alguien da con la tecla adecuada y la convierte en ¨¦xito. Antes de hablar de esa persona, citaremos la que fue la aportaci¨®n m¨¢s importante para ese desarrollo, una que sin duda a todos nos suena: el microprocesador de Intel.
Intel fue fundada en 1968 por dos f¨ªsicos. Uno era Robert Noyce, quien ostenta el honor de haber inventado el circuito integrado, aunque es m¨¢s conocido por haber establecido las bases de lo que hoy es Silicon Valley, en California. De hecho, casi dos d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte, se le sigue denominando cari?osamente como "el Alcalde" de aquella prol¨ªfica zona de la bah¨ªa de San Francisco.
El otro f¨ªsico era un tal Gordon Moore, que ya en 1965 estableci¨® la Ley que lleva su nombre y, seg¨²n la cual, cada dos a?os de duplica el n¨²mero de transistores en un microprocesador. Una Ley que ha permanecido vigente hasta ahora, precisamente un momento en el que comprobamos que se est¨¢n alcanzando unos l¨ªmites insuperables que pronto impedir¨¢n que se siga cumpliendo.
Ambos trabajaban en Fairchild Semiconductor, compa?¨ªa californiana que, junto con Texas Instruments, comercializ¨® los primeros circuitos integrados. Mientras que los tejanos patentaron circuitos integrados primero, su construcci¨®n basada en el germanio ten¨ªa los d¨ªas contados frente a los circuitos de Fairchild, ya fabricados con la actual tecnolog¨ªa del silicio.
Noyce y Moore se sent¨ªan desaprovechados en Fairchild, centrada en calculadoras y electr¨®nica b¨¢sica, y decidieron crear su propia empresa, Integrated Electronics, Intel. Dos a?os despu¨¦s pon¨ªan en el mercado el primer microprocesador Intel, el Intel 4004, capaz de procesar 60.000 operaciones por segundo, si bien su destino segu¨ªa siendo las calculadoras electr¨®nicas. Intel sab¨ªa que esa tecnolog¨ªa tan solo estaba dando sus primeros pasos y siguieron evolucionando sus micros. Al a?o siguiente, 1972, lanzaron su 8008, con posibilidades inform¨¢ticas completas y, por fin en 1974, Intel lanza el 8080.
Se trataba de un microprocesador de 8 bit funcionando a 2 MHz capaz de ejecutar 200.000 instrucciones por segundo. Este procesador lo cambi¨® todo. Por supuesto era seguido muy de cerca por IBM, que ya se hab¨ªa convertido en el principal cliente de Intel, y contaba con una caracter¨ªstica determinante: su precio. Y es que la producci¨®n en silicio permiti¨® un abaratamiento de la tecnolog¨ªa que por fin la acercaba al usuario dom¨¦stico.
El Intel 8080 fue integrado por distintas compa?¨ªas en sus computadoras. Una de ellas fue MITS, empresa de Albuquerque, Nuevo M¨¦jico. Su computadora, el Altair 8800, no destacaba especialmente en su tecnolog¨ªa, pero era peque?a y barata. Podr¨ªamos decir que fue la primera computadora realmente asequible con un precio que, en su lanzamiento, 1975, rondaba los 600$ (unos 2700 euros de hoy).
Sin embargo, el impacto de la Altair 8800 en la historia de la inform¨¢tica vendr¨ªa por otra v¨ªa.
Gates
William Henry Gates III, Bill para los amigos, naci¨® en Seattle en 1955 en una familia acomodada, lo que le permiti¨® una educaci¨®n de primer orden en centros dotados con las por aquel entonces incipientes computadoras. El primer contacto que tuvo de ni?o con una de estas m¨¢quinas fue con un teletipo procedente de la armada. Esta m¨¢quina se basaba en tiras de papel perforado y era de las primeras en utilizar el est¨¢ndar ASCII.
Gates se obsesion¨® con esta m¨¢quina y sus posibilidades, fuera de las propias de un aparato de comunicaciones. Lleg¨® a programar para ella una especie de juego de tres en raya, totalmente funcional, en la que una persona jugaba contra la m¨¢quina.
Por aquel entonces los estudiantes pod¨ªan acceder a computadoras ¡°mainframe¡±, como parte de su educaci¨®n, unas horas a la semana. Gates, junto con tres amigos, lleg¨® a localizar y explotar un bug de una de estas m¨¢quinas precisamente para aumentar el tiempo que pod¨ªan estar trabajando en ella. Fueron descubiertos y expulsados de la universidad temporalmente. Por supuesto otro de los expulsados era Paul Allen. Lejos de desistir, Gates y Allen ofrecieron a la universidad seguir localizando los bugs de sus computadoras a cambio de disponer durante m¨¢s tiempo de ellas.
Gates y Allen estudian en Harvard cuando la Altair 8800 llega al mercado. Acaban de cumplir 19 a?os. Inmediatamente ven el potencial de la m¨¢quina, pero tambi¨¦n que adolece de accesibilidad dado que no cuenta con una v¨ªa para programarla. Ambos deciden crear un lenguaje de programaci¨®n para la Altair y vend¨¦rselo a la MITS. Efectivamente consiguen impresionar a sus ¡°clientes¡± y estas computadoras elevan exponencialmente su potencial con el sistema de Gates y Allen. Estos dos estudiantes hab¨ªan vendido el primer software para una computadora dom¨¦stica, algo totalmente determinante para la historia del PC, como ya sabemos.
Gates toma la complicada decisi¨®n de dejar la universidad y viajar m¨¢s de 3500 kil¨®metros hasta Albuquerque, lugar donde hab¨ªan vendido su primer software, estableciendo all¨ª una empresa junto a su inseparable Paul Hallen. La llamar¨ªan Microsoft.
Wozniak
La decisi¨®n de Gates por Albuquerque fue circunstancial. De otro modo habr¨ªa acabado en la mucho m¨¢s interesante San Francisco, alrededor de la cual no dejaban de agruparse las empresas tecnol¨®gicas m¨¢s punteras del mundo.
Y ah¨ª, en California, hab¨ªa nacido en 1950 un tal Stephen Gary Wozniak, de or¨ªgenes polacos, ten¨ªa un extra?o hobby para un chico de su edad; los ordenadores. Lo explica ¨¦l mismo en una de sus numerosas entrevistas: "Durante mi juventud, no hab¨ªa manera de que nadie tuviera su propio ordenador. Pensad que costaban como una casa. Nadie en mi entorno, salvo yo mismo, hac¨ªa nada sobre ordenadores. No exist¨ªan las tiendas, no hab¨ªa libros, no se daban clases. Solo unos enormes ordenadores que ocupaban habitaciones enteras".
Estas condiciones dan aut¨¦ntico m¨¦rito a lo que Wozniak hizo. Porque s¨ª, ¨¦l s¨ª, fue el inventor del PC, de la computadora personal, tal y como hoy la concebimos.
Wozniak devoraba cualquier publicaci¨®n sobre hardware e inform¨¢tica. Su ubicaci¨®n en la bah¨ªa de San Francisco le permit¨ªa seguir muy de cerca a IBM, Intel, Texas Instruments, participando en los cursos de formaci¨®n de HP y llegando a conseguir un trabajo en esta compa?¨ªa como programador. Comprobaba con satisfacci¨®n c¨®mo los productos de estas compa?ias eran cada vez m¨¢s asequibles y en sus ratos libres, en un club de "frikis" como ¨¦l, trasteaba con memorias, PCBs y procesadores. Al igual que Gates, Wozniak vio en la Altair 8800 un proyecto inacabado. Una m¨¢quina con un tremendo potencial, pero desaprovechada. Y tambi¨¦n al igual que Gates, sab¨ªa que las carencias de la m¨¢quina pasaban por c¨®mo se relacionaba con su usuario. Era hostil y limitada a expertos.
Como puro entretenimiento, Wozniak empez¨® a unir componentes comunes en otras computadoras, pero haciendo una aportaci¨®n definitiva, la forma en la que los humanos y las computadoras se comunicar¨ªan a partir de entonces. El usuario introduce la informaci¨®n mediante un teclado y la computadora muestra la suya en un monitor.
Jobs
Nunca sabremos d¨®nde habr¨ªa acabado aquella idea. No sabemos si otra persona habr¨ªa desarrollado otro interfaz, otro hardware de comunicaci¨®n, otra relaci¨®n humano/computadora. De hecho HP ten¨ªa un prototipo similar al de Wozniak, con monitor y teclado, pero nunca pretendi¨® explotarlo. Y no lo sabremos porque Wozniak ten¨ªa un amigo con un excelente olfato para los negocios: Steven Paul Jobs.
Steve Jobs tambi¨¦n naci¨® tambi¨¦n en San Francisco, si bien su infancia fue bien distinta a la de los personajes citados hasta ahora. Hijo de un inmigrante sirio y una estadounidense, fue entregado en adopci¨®n a un matrimonio que estableci¨® su domicilio, precisamente, en Palo Alto, California, donde se estaban concentrando las principales empresas de electr¨®nica e inform¨¢tica.
Jobs siempre habr¨ªa estado interesado por la electr¨®nica y la cercan¨ªa de su domicilio con la compa?¨ªa Hewlett-Packard le permiti¨® participar en programas divulgativos de esta empresa dirigidos a menores. Jobs estaba fascinado por las computadoras que all¨ª ve¨ªa y tuvo la suerte de poder contactar con una computadora con tan solo 11 a?os.
El mismo Jobs ha contado repetidas veces una an¨¦cdota sobre aquellos a?os. Jobs pretend¨ªa hacer un contador de frecuencias para un proyecto de electr¨®nica en su escuela y necesitaba algunas piezas para acabarlo. Su decisi¨®n fue buscar el tel¨¦fono de William Hewlett, fundador y presidente de la empresa que lleva su nombre, y decirle algo as¨ª como: ¡°Hola, usted no me conoce, me llamo Steve Jobs, tengo 12 a?os y me gustar¨ªa saber si podr¨ªa darme algunos componentes que le sobren para mi proyecto de la escuela¡±. Hewlett no solo le ayud¨® en lo que le ped¨ªa sino que, tras hablar durante m¨¢s de media hora, qued¨® tan impresionado con el joven Jobs que le garantiz¨® un puesto de trabajo en HP en cuanto considerase adecuado ocuparlo.
Otra an¨¦cdota de la adolescencia lo sit¨²a ya junto con Wozniak, al que hab¨ªa conocido en los cursos veraniegos de HP, que le sacaba cinco a?os, y con el que congeniaba perfectamente dada la devoci¨®n de ambos por las computadoras. Hab¨ªan o¨ªdo hablar de una ¡°vulnerabilidad¡± en las llamadas telef¨®nicas que permit¨ªa que fuesen gratuitas. En cada llamada la computadora de AT&T emisora produc¨ªa unos c¨®digos ac¨²sticos que viajaban en la misma l¨ªnea que la voz, hasta la computadora receptora, que los identificaba y tarificada en consonancia. Woz y Jobs construyeron unas cajas ac¨²sticas que reproduc¨ªan aquellos c¨®digos sonoros, enga?ando a las centralitas y consiguiendo hacer llamadas gratuitas desde cualquier cabina telef¨®nica y a cualquier n¨²mero del mundo. Es sabido que llegaron a llamar al Papa Juan Pablo II haci¨¦ndose pasar por el presidente Nixon¡
Con tales antecedentes no es de extra?ar que Jobs se aburriera de la universidad, para la que tampoco ten¨ªa dinero, y la abandonara. Fueron unos a?os confusos en los que coquete¨® con la marihuana y el LSD, con un retiro espiritual en la India en busca de su identidad y convirti¨¦ndose al budismo Zen.
De vuelta en EEUU es contratado por Atari y pronto se le encarga el dise?o de un ambicioso proyecto: el sucesor de su exitoso videojuego PONG. Atari quer¨ªa un juego para un solo jugador y encarg¨® este dise?o a Jobs. El juego ser¨ªa BREAKOUT, un modo de juego del que la versi¨®n m¨¢s conocida en Espa?a ser¨ªa ARKANOID. Este encargo es muy indicativo de lo que siempre ha sido Steve Jobs. Atari le pag¨® por sacar adelante el proyecto 750 $, con un suplemento de 100 d¨®lares por cada chip electr¨®nico que fuese eliminado del prototipo inicial.
Jobs sab¨ªa que el verdadero experto en electr¨®nica era su amigo Wozniak, con lo que acudi¨® a ¨¦l. Le coment¨® que Atari le pagar¨ªa 750$ por sacar adelante Breakout y que repartir¨ªa al 50% el dinero con ¨¦l si consegu¨ªan pulir la electr¨®nica. Wozniak se tir¨® cuatro d¨ªas trabajando para conseguir eliminar 50 chips del prototipo y recibi¨® por ello la mitad del encargo, 375$, mientras que Jobs, solo por gestionarlo, cobr¨® la otra mitad, m¨¢s 5000$ de la prima que, por supuesto, no comparti¨®.
En aquel entonces ambos amigos pertenec¨ªan a un club de inform¨¢tica casera, donde Jobs por fin coincidi¨® con el prototipo de Woz. La historia de que trabajaban en un garaje, por rom¨¢ntica que sea, ha sido repetidas veces negada por ambos. ?Para qu¨¦ estar en un fr¨ªo garaje pudiendo estar en el sal¨®n de casa?
A Jobs hay que atribuirle el m¨¦rito de advertir desde el primer momento el potencial de la computadora de su amigo ¡°Woz¡±. Se dio cuenta de que cualquiera, sin conocimiento alguno de inform¨¢tica, ser¨ªa capaz de interactuar desde el primer momento con una computadora y eso era algo que, hasta entonces, hab¨ªa estado limitado a t¨¦cnicos con una gran formaci¨®n a sus espaldas. Hab¨ªa que vender aquello.
Wozniak siempre ha reconocido que el mayor talento que ve¨ªa en Jobs era su olfato para todo lo que pudiera generar dinero. Con aquel prototipo se encendieron todas las alertas de Jobs y supo que aquello les pod¨ªa hacer ricos. Sin embargo, les pudo la impaciencia y pusieron en venta el desarrollo de ¡°Woz¡±, que no hab¨ªa sido precisamente concebido para la venta. Con un montaje artesanal utilizando l¨¢minas de madera y problemas para encontrar y rentabilizar los componentes, el precio al que se puso a la venta el bautizado como Apple I fue de 666,66 $ (unos 2800 € actuales). Las ventas fueron un desastre, no lleg¨¢ndose a sobrepasar las 200 unidades vendidas, principalmente entre amigos y familiares.
Jobs supo reconocer sus errores e inmediatamente quiso poner todo lo revolucionario de aquella tecnolog¨ªa de su amigo en un producto que s¨ª estuviese dise?ado para la venta. Tuvo el gran m¨¦rito de cambiarle la imagen a las computadoras de una forma definitiva. Junto con Wozniak dise?¨® un chasis que integraba el monitor, la computadora y el teclado, en un conjunto compacto e integrable tanto en un despacho, como en un sal¨®n.
Pero el detalle definitivo para cambiar la percepci¨®n hacia las computadoras fue el nombre de la compa?¨ªa que construir¨ªan sobre ese primer prototipo: Apple. Son muchas las historias que rodean a este nombre y su logo. Tanto Wozniak como Jobs nunca han confirmado ninguna y solo desmentido algunas de ellas. Se ha contado que Jobs cultivaba manzanas, que eran su fruta favorita, que quer¨ªa algo simple y que no tuviese nada que ver con ordenadores, o que simplemente buscaban un nombre que estuviese por delante de Atari en todos los listados alfab¨¦ticos y lo primero que se les ocurri¨® fue ¡°Apple¡±.
En la primera parte de este art¨ªculo citamos la historia de Alan Turing y su suicidio mordiendo una manzana con cianuro. Encaja tanto con Apple que es la versi¨®n m¨¢s extendida, dada su carga rom¨¢ntica y reivindicativa. Incluso el uso de los seis colores para pintar la manzana se asocia con la bandera del colectivo LGTB. Y se da por buena, dado que nunca Wozniak ha querido negarla.
Sin embargo, hay bastantes indicios que apuntan en otra direcci¨®n. El fundamental es que el primer logo de Apple mostraba a Isaac Newton en su reconocida imagen en la que una manzana ca¨ªa sobre ¨¦l mientras le¨ªa bajo un ¨¢rbol. Una leyenda muy ilustrativa para su Ley de la Gravitaci¨®n Universal y que podr¨ªa haber servido de inspiraci¨®n para Jobs. De hecho este primer logo de Apple incluye una cita referida a este cient¨ªfico: ¡°Newton¡ a mind forever voyaging through strange seas of thought.¡±
Este logo ten¨ªa todo lo malo que puede tener un logo. No se ve¨ªa apenas la manzana, no se entend¨ªa su significado, no se pod¨ªa incluir en los objetos y si se reduc¨ªa de tama?o era un manch¨®n, as¨ª que Jobs busc¨® a un verdadero profesional de los logos¡ y dio con el mejor.
La conocida manzana de Apple la dise?¨® otro ilustre de la bah¨ªa de San Francisco. Como habr¨¦is podido comprobar, aquella zona de California gener¨® un buen n¨²mero de genios. Se trata de Rob Janoff, hoy famoso dise?ador cuya carrera se dispar¨® con aquella manzana, para despu¨¦s ser contratado por medio Silicon Valley para sus logos, incluidos Microsoft e IBM.
Janoff se caracteriza por sus dise?os minimalistas as¨ª que cuando le pidieron un logo para una compa?¨ªa que se llamaba ¡°manzana¡±, eso es precisamente lo que dibuj¨®. Una sim¨¦trica y perfectamente proporcionada manzana. La raz¨®n por la que le arranc¨® un mordisco la ha explicado ¨¦l mismo en numerosas ocasiones. Sin el mordisco el logo pod¨ªa parecer una cereza o un melocot¨®n. El mordisco lo aclaraba. En cuanto al dise?o arco¨ªris, tambi¨¦n ha explicado que se trataba de destacar un logo que en blanco y negro ni hubiese sido tan visible, ni hubiera transmitido la frescura que pretend¨ªa la compa?¨ªa.
As¨ª que, sinti¨¦ndolo mucho, las posibilidades de que la manzana de Apple sean un homenaje a Alan Turing y que el dise?o multicolor pretenda coincidir con la bandera LGTB es, casi con toda seguridad, tan solo un bonito cuento. Aun as¨ª, dado que oficialmente ni Wozniak, ni Jobs, la han negado nunca y, por el contrario, han permitido que la leyenda se mantenga, no seremos nosotros los que les contradigamos ahora.
En definitiva, Apple ten¨ªa logo y una m¨¢quina preparada para la venta con una tecnolog¨ªa revolucionaria. Ten¨ªan el Apple II y aquella m¨¢quina representa el comienzo de una leyenda.
En junio de 1977 se puso a la venta esta primera computadora que ya podr¨ªamos considerar, a todos los efectos, un PC comercial. Inclu¨ªa todo el hardware requerido para interactuar con ella, contaba con un sistema operativo, entre 4 y 64 kb, disquetera de 5,25, altavoces y un revolucionario monitor con conexi¨®n NTSC en versiones que pod¨ªan ser de 40x48 en 167 colores o llegar hasta los 280x192 en 6 colores. Wozniak hab¨ªa dise?ado la computadora que ¨¦l consideraba perfecta ("To me, a personal computer should be small, reliable, convenient to use and inexpensive") y Jobs le hab¨ªa dado forma y carisma. Ten¨ªa que ser un ¨¦xito de ventas y lo fue.
Pese a que el precio no era tan barato como afirmaba Woz, 1298 $ (unos 5200 € actuales), supon¨ªa que cualquiera pod¨ªa comprar el aparato, llegar a su casa, enchufarlo y empezar a aprovecharlo. Se vendi¨® al ritmo m¨¢ximo que pod¨ªa ser fabricada. Seg¨²n las cifras de Apple, el primer a?o ganaron con Apple II unos 775.000 $, pero tan solo tres a?os despu¨¦s, en 1980, las ganancias superaban los 118 millones de d¨®lares. Apple ya era un gigante.
Sin embargo, no todas las causas del ¨¦xito de Apple II resid¨ªan en su fabricante. Si los de California llegaron a esas cimas fue por una colaboraci¨®n de un joven que acababa de crear su empresa en Albuquerque.
Al igual que cuando conoci¨® la Altair 8800, cuando Bill Gates tom¨® contacto con Apple II supo advertir sus carencias y, lo que es m¨¢s importante, c¨®mo solucionarlas. Una incipiente Microsoft desarroll¨® una ¡°soft card¡±, un PCB con procesadores y software instalado que se pod¨ªa conectar directamente a las Apple II y les a?ad¨ªa funciones como procesador de texto, hoja de c¨¢lculo o Base de Datos. S¨ª, aquello era en cierto modo el nacimiento de Office.
Pronto no se conceb¨ªa la existencia de una Apple II sin que se le a?adiera la placa de software de Microsoft, que mejoraba enormemente sus posibilidades. De este modo Apple y Microsoft crecieron exponencialmente, uno gracias al otro, en perfecta simbiosis.
Fue el momento en el que Gates conoci¨® a Jobs. El inicio de una relaci¨®n, conflictiva, pero siempre provechosa, entre dos de los grandes genios del siglo XX. Pero a¨²n faltaba alguien, los terceros en discordia, IBM.
Mientras Jobs y Gates arrancaban su fortuna, el gigante IBM segu¨ªa a lo suyo. Sus grandes computadoras ¡°mainframe¡± y las sucesivas generaciones de su System/360 copaban pr¨¢cticamente todo el mercado empresarial. El negocio iba bien, los beneficios segu¨ªan llegando, pero la amenaza ya estaba ah¨ª.
En IBM comprendieron que gran parte de las empresas pod¨ªan operar perfectamente con m¨¢quinas m¨¢s baratas que las suyas y sin asistencia t¨¦cnica alguna. A Apple con su Apple II se hab¨ªan unido HP,? Commodore, con su VIC-20 (antecesor del exitoso Commodore 64) o Atari con sus series 440 y 800 y las expectativas eran que ese tipo de compa?¨ªas no iban a dejar de aumentar, dado el progresivo abaratamiento de la tecnolog¨ªa y su mayor potencia gracias al Sr. Moore, que all¨¢ en Intel estaba demostrando lo acertada de su Ley. Por cada m¨¢quina de estas que compraba una empresa, era una menos que vend¨ªa IBM y eso hab¨ªan de solucionarlo.
La respuesta fue el IMB PC, la m¨¢quina que realmente disparar¨ªa el mercado de los PC. Y el culpable de ello no fue precisamente IBM, sino otra vez el lampi?o Bill Gates, en una acci¨®n que comenzar¨ªa, para bien o para mal, su leyenda.
IBM PC y la primera jugada maestra de Gates.
IBM quer¨ªa una m¨¢quina para competir con la ¡°gama baja¡± que representaban las PC. Hay que tener muy en cuenta que el verdadero negocio de IBM era, y sigue siendo, el servicio que presta alrededor de sus computadoras, no las computadoras en s¨ª. Por esta raz¨®n ni se molest¨® en desarrollar hardware alguno. Se limitaron a coger componentes de distintos fabricantes y a montarlos a su medida. S¨ª, efectivamente, un PC cl¨®nico.
Era algo que pod¨ªan hacer pr¨¢cticamente de un d¨ªa para otro, pero carec¨ªan de un elemento que particularizara sus m¨¢quinas. Un sistema operativo. ?Y a qui¨¦n llamaron para comprar uno? Efectivamente, a Gates.
Gates se reuni¨® en Florida con la plana Mayor de IBM, muy satisfechos con el conocimiento que Gates ten¨ªa sobre Apple II y con el trabajo que hab¨ªa hecho sobre ella. As¨ª que IBM pidi¨® a Gates un Sistema Operativo para su inminente IBM PC. En aquel momento Gates pod¨ªa haber dicho la verdad, que no ten¨ªan ning¨²n sistema operativo, ni tiempo para dise?ar uno. Pero no lo hizo, porque si bien Gates no ten¨ªa sistema alguno, s¨ª que ten¨ªa conocidos y contactos suficientes para procur¨¢rselo.
As¨ª el astuto Bill contact¨® con alguien, una peque?a empresa que pod¨ªa haber pasado a la historia, o quiz¨¢ tampoco, pero que en ese momento fue decisiva. Al menos lo fue para Gates. Una empresa y unos personajes que, como la gran mayor¨ªa, perdieron su oportunidad de alcanzar el ¨¦xito. Art¨ªculos como ¨¦ste narran un proceso que ahora parece sencillo, una consecuci¨®n de ideas que siempre salen bien, pero la realidad es que nunca se habla de todos aquellos que lo intentaron, pero fracasaron. Los creadores del primer sistema operativo realmente importante de Microsoft, son unos de estos olvidados.
As¨ª que Gates hab¨ªa encontrado un sistema operativo y lo compr¨®. Pag¨® por ¨¦l 50.000 d¨®lares. La empresa que lo vendi¨® suponemos que qued¨® satisfecha con el precio. O al menos lo estuvo hasta que se percataron que Gates se lo hab¨ªa revendido a IBM en un acuerdo que le har¨ªa multimillonario. Hablamos del sistema operativo DOS que, gracias a esos 50.000, ser¨ªa MicroSoft DOS.
Pero ah¨ª no acababa la jugada maestra de Gates. Cuando mostr¨® MS DOS a IBM y obtuvo su aprobaci¨®n, cosa f¨¢cil ante la premura que ten¨ªan por poner en el mercado el IBM PC, Gates renunci¨® a cobrar por ¨¦l, no sabemos cu¨¢nto, si todo o solo una parte, pero renunci¨® al dinero de IBM a cambio de una ¨²nica condici¨®n: que ¨¦l pudiera vender MS DOS a otros clientes a parte de IBM. Aceptaron, sin saber el alcance de esta decisi¨®n. Sin saber que era la segunda decisi¨®n equivocada alrededor de IBM PC, la que les llevar¨ªa a perder pr¨¢cticamente toda la relevancia en el incipiente mercado de PC.
Y es que IBM efectivamente fue un ¨¦xito. Las empresas los compraron masivamente. Eran baratos, con posibilidades muy accesibles gracias al ¡°sencillo¡± sistema operativo MS DOS y, sobre todo, porque ten¨ªan detr¨¢s a IBM. Y as¨ª fue al principio por el simple peso de la gran IBM, pero era un proyecto con problemas end¨¦micos, como pronto se demostr¨®.
Los dos errores que frustraron el ¨¦xito m¨¢s absoluto del IBM PC, y que esta empresa no consiguiese el monopolio en los PC que s¨ª ten¨ªa entre las grandes computadoras, fueron el usar componentes que cualquiera pod¨ªa comprar de forma independiente, y el permitir que su Sistema Operativo fuera vendido por Microsoft fuera de IBM. Dicho de un modo simple; cualquiera pod¨ªa montarse un IBM PC en su casa sin tener que pagar un d¨®lar a IBM.
Aquello marc¨® otro paso definitivo hacia la normalizaci¨®n del PC. Hoy d¨ªa la mayor¨ªa de nosotros montamos computadoras con componentes de distintos fabricantes y un sistema operativo sucesor de aquel MS DOS. Y esa mayor¨ªa de usuarios ya era evidente entonces. La configuraci¨®n de ¡°PC cl¨®nico¡± se extendi¨® rapid¨ªsimamente. Los distintos fabricantes de computadoras adoptaron MS DOS y lo inclu¨ªan en sus m¨¢quinas, no porque fuese un buen Sistema Operativo, sino porque IBM lo estaba estandarizando. El Sistema Operativo de Gates, con su tosco y poco intuitivo C:\>, permiti¨® entrar a Microsoft, ya definitivamente, en la mayor¨ªa de los hogares y empresas del mundo. Solo unas m¨¢quinas permanec¨ªan ajenas a esta explosi¨®n. Al igual que ahora, Apple iba a lo suyo.
La paternidad de Windows
Y llegamos al conflicto m¨¢s conocido en la historia de las computadoras. Una guerra sin cuartel de la que todos hemos o¨ªdo hablar con mayor o menor profundidad. Preguntamos ?Qui¨¦n invent¨® el sistema operativo con ventanas, con un interfaz gr¨¢fico accionable mediante un rat¨®n?
Hablamos de un sistema Windows, por lo que la respuesta obvia ser¨ªa que Microsoft, pero los m¨¢s versados sabr¨¢n que Gates ¡°rob¨®¡± aquella idea a Steve Jobs, iniciando una enemistad que se mantendr¨ªa durante a?os¡ Quiz¨¢ entre vosotros haya frikis como el que os escribe, a los que les apasiona este tipo de historias, y sabr¨¢ que el sistema operativo Windows parte de un desarrollo que no era de Jobs, ni de Apple, sino de Xerox¡ Pues bien, daremos una vuelta de tuerca m¨¢s y os diremos que no, que tampoco fue Xerox.
La historia m¨¢s conocida cuenta como Jobs buscaba ideas para seguir revolucionando su ya enorme y multimillonaria empresa. No le bastaba seguir aumentando la capacidad y n¨²mero de transistores de sus Apple II, como hac¨ªa su competencia, sino que buscaba ¡°algo m¨¢s¡±. Y no tuvo que salir del mismo Silicon Valley para encontrarlo.
Xerox llevaba a?os desarrollando software y hardware en un ¡°Think Tank¡± denominado Palo Alto Research Center que distaba escasos kil¨®metros de la central de Apple. Necesitar¨ªamos un art¨ªculo a parte para contar todo lo bueno que Xerox hizo entre los 60 y los 90, pero nos basta decir, como lo malo, que no supieron sacar partido a gran parte de aquellos desarrollos.
Uno de estos desarrollos est¨¦riles fue, ni m¨¢s ni menos, que el GUI (Graphical User Interface), o Interfaz Gr¨¢fica de Usuario, es decir, im¨¢genes en pantalla, ventanas, iconos y un puntero manejado con un rat¨®n para activarlos.
Ese interfaz se hab¨ªa desarrollado completamente en 1973, muchos a?os antes de que Apple reapara en ¨¦l, en una computadora bautizada como Xerox Alto. El Alto era una computadora totalmente funcional que se manejaba con un teclado y un rat¨®n de tres botones, moviendo un cursor por una pantalla en la que el usuario pod¨ªa pulsar botones. Cuando Jobs vio est¨¢ maquina inmediatamente entendi¨® el alcance que pod¨ªa tener esa tecnolog¨ªa, algo que, incomprensiblemente, no hab¨ªan sabido calcular en Xerox, que ni siquiera hab¨ªa llegado a desarrollarla y mucho menos comercializarla.
Antes de seguir con Jobs y Gates, es merecido profundizar algo m¨¢s de lo habitual en esta tecnolog¨ªa ya que, al contrario de lo que indican muchas fuentes, tampoco fue dise?ada por Xerox. Se le atribuye a Charles Thacker, otro de esos pesos pesados en la historia de Silicon Valley al que se atribuye tambi¨¦n la invenci¨®n de la LAN Ethernet y de la impresora l¨¢ser y que, curiosamente, acab¨® trabajando para Microsoft y desarrollando el sistema operativo de sus tabletas. Thacker habr¨ªa desarrollado la conocida computadora Xerox Alto, pero ¨¦l tambi¨¦n obtuvo la idea de otro genio.
Y es que realmente la interfaz gr¨¢fica de usuario, el ¡°entorno Windows¡±, era muy anterior. Data del comienzo de los a?os 60 y fue desarrollado en la Universidad de Stanford por un tal Doug Engelbart. Engelbart es hoy reconocido como el inventor del rat¨®n, como efectivamente lo es. Lo que no es tan conocido es que desarroll¨® el rat¨®n como medio de interactuar con la interfaz que hab¨ªa dise?ado. Esta interfaz formaba parte de un proyecto universitario denominado como ¡°Aumento del Intelecto Humano¡±. En este proyecto Engelbart, junto con otros colegas, investigaba algo tan fundamental como lo es la interacci¨®n del hombre con la m¨¢quina; la escala humana con la que se deben medir las m¨¢quinas.
Este concepto hab¨ªa sido pasado por alto por el resto de creadores. Las computadoras creadas hasta entonces no se adaptaban al humano, sino que era el humano el que ten¨ªa que adaptarse a ellas. Engelbart descendi¨® a la base m¨¢s primitiva de la comunicaci¨®n humana: los gestos, el apuntar con un dedo, la coordinaci¨®n ojo/mano. Sobre esa base dise?¨® un entorno que cualquier ser humano puede comprender, incluso un ni?o que no tenga ni idea de inform¨¢tica. Solo hay que ver lo que uno quiere y apuntar sobre ello. Engelbart no solo invent¨® un hardware para apuntar, el rat¨®n, sino que adem¨¢s dise?¨® el entorno gr¨¢fico donde hacerlo, los iconos, el hipertexto, las ventanas¡
Cuando en alguna discusi¨®n friki habl¨¦is sobre Gates, Jobs y de c¨®mo tomaron la idea que les hizo mitos de un proyecto de Xerox, podr¨¦is dar la puntilla asegurando que Xerox a su vez hab¨ªa tomado todo el concepto de un proyecto sobre el intelecto humano desarrollado muchos a?os antes, en 1963.
En la siguiente entrega llegaremos a los a?os m¨¢s calientes del conflicto Apple Vs Microsoft, con la apropiaci¨®n de Gates del entorno Windows,? el "despido" del propio Jobs de Apple por parte del director que ¨¦l contrat¨®, el monopolio "ilegal" de Microsoft, de c¨®mo Jobs acab¨® creando Pixar y se forr¨® a¨²n m¨¢s con Toy Story y de c¨®mo finalmente todo ese dinero movi¨® monta?as.
Parte 1: Una criatura con varios padres.
Parte 2: IBM, Apple y Microsoft