Parte 1. Una criatura con varios padres.
La Historia (m¨¢s conflictiva) del PC
Nuestro PC de hoy es el resultado de la competencia, m¨¢s o menos cruenta, entre distintos personajes, compa?¨ªas y tecnolog¨ªas. La m¨¢quina que ahora disfrutamos era la apuesta de los que mejor lo han hecho o menos escr¨²pulos han demostrado, dejando atr¨¢s a otras tecnolog¨ªas que nos hubieran llevado por caminos bien distintos. Veamos el recorrido de estos triunfadores y de c¨®mo y por qu¨¦ se impusieron al resto.
?- Primera parte. De como la primera computadora nace y muere bajo las bombas en la Alemania nazi, mientras que en Estados Unidos un genio desarrollaba otra computadora y otro, igual de inteligente, le vend¨ªa este desarrollo a la armada con el fin de hacer m¨¢s letales aquellas mismas bombas. De c¨®mo otro genio desarrollaba arquitecturas computacionales en los ratos libres que le dejaba la creaci¨®n de la bomba at¨®mica. Y de como una compa?¨ªa igualmente norteamericana supo aprovechar todo aquello y convertir sus siglas, IBM, en equivalente a computadora, ya sea enviando hombres al espacio, o aplastando a la competencia bajo un monopolio ilegal.
Podemos considerarnos una generaci¨®n muy afortunada. En tan solo un par de d¨¦cadas hemos tenido la suerte de presenciar cambios tecnol¨®gicos, sociales y culturales como no se hab¨ªan producido en la ya larga historia de nuestra civilizaci¨®n. Hemos asistido al nacimiento de Internet y su conversi¨®n en un elemento imprescindible para cualquiera de nuestras actividades vitales. Hemos sido testigos de c¨®mo nuestra forma de comunicarnos, de organizar nuestra vida, nuestro trabajo y, en lo que m¨¢s nos corresponde, nuestra forma de divertirnos, nuestro ocio, ha cambiado de forma radical de lo que ven¨ªa siendo por m¨¢s de un siglo.
El elemento determinante en esta revoluci¨®n es el ordenador personal, el PC, y su normalizaci¨®n como elemento de consumo accesible. Y decimos que lo es, no que lo ha sido, dado que a¨²n hoy sigue siendo la puerta de acceso a tecnolog¨ªas que prometen seguir revolucionando nuestra forma de vivir, como son la Inteligencia Artificial, la Realidad Virtual o el Internet de las cosas.
En este 2019 viviremos cambios paradigm¨¢ticos en la industria del PC en general y del hardware gr¨¢fico en particular. Nada mejor que conocer de d¨®nde venimos para poder prever hacia d¨®nde vamos.
En esta primera entrega cumplimos con lo que creemos que es obligado, resumir, de la forma m¨¢s amena e interesante posible, el nacimiento del PC. Es el primer GRAN CONFLICTO que os vamos a narrar, el de la paternidad del PC. A d¨ªa de hoy muchos se apuntan la paternidad del que seguramente sea el invento m¨¢s importante del Siglo XX, pero es imposible que todos ellos puedan recibir ese honor ?o s¨ª?.
En las siguientes l¨ªneas os describiremos el qui¨¦n y el c¨®mo de aquellos a?os. Y no porque sea una informaci¨®n que sea determinante conocer, sino porque es una historia sencillamente fascinante que deseamos poner a vuestra disposici¨®n, donde unos genios locos fueron capaces de desarrollar m¨¢quinas hasta entonces imposibles, combinando rel¨¦s y v¨¢lvulas de vac¨ªo, mientras por otro lado desarrollaban la bomba at¨®mica que arrasar¨ªa Jap¨®n, calculaban c¨®mo enviar cohetes para bombardear Berl¨ªn o trataban de descifrar las comunicaciones de los submarinos U-Boot alemanes.
Personajes capaces de construir m¨¢quinas de 260 toneladas, con una longitud de 30 metros y llamarla computadora. De c¨®mo los gobiernos financiaron lo que parec¨ªa una locura en su af¨¢n por mejorar sus prestaciones militares. Narraremos c¨®mo estos genios se inspiraban en sus iguales, llegando a espiarlos tambi¨¦n, en la carrera por crear la computadora definitiva. Seguiremos narranco c¨®mo unos norteamericanos aprovecharon todo aquello y convirtieron una empresa de censado civil en la macrocompa?¨ªa que permiti¨® a la NASA enviar seres humanos a la Luna. En definitiva, tocaremos a varios, no todos, de los que hoy se nombra como padres de la inform¨¢tica moderna, aquellos que definitivame iniciaron la revoluci¨®n tecnol¨®gica y cultural que nos ha tra¨ªdo hasta lo que hoy somos. Vamos a ello...
Una criatura con cuatro padres... al menos.
La inmensa mayor¨ªa de nuestros lectores tienen menos de 40 a?os, por lo que muy pocos de vosotros habr¨¦is conocido un mundo sin ordenadores, sin internet, sin tel¨¦fonos m¨®viles. Y aunque tan solo hayan pasado cuatro d¨¦cadas, describir aquella sociedad se antoja como hablar de una prehistoria tecnol¨®gica. As¨ª que toca hacer un esfuerzo e imaginar un mundo en el que no solo no hab¨ªa ordenadores, sino que no se conceb¨ªa su necesidad. Aquel m¨¦rito, el de decir ¡°esto no solo se puede hacer, sino que va a ser muy ¨²til y ser¨¦ yo quien lo demuestre¡±, se le concede a Konrad Zuse.
Zuse, ingeniero alem¨¢n nacido en 1910, encontraba especialmente pesada la gran cantidad de operaciones que le exig¨ªa su trabajo. Como hacemos casi todos, fantaseaba con c¨®mo conseguir que su trabajo se hiciera solo y, como buen ingeniero, comenz¨® a valorar seriamente la invenci¨®n de un ¡°robot¡± que trabajara por ¨¦l. Por lo que habr¨ªa que levantar un monumento a Zuse, y a su querencia por querer evitar el trabajo, es que ¨¦l s¨ª dio el primer paso para conseguirlo.
Paralelamente, en Estados Unidos, IBM llevaba a?os trabajando en automatizaci¨®n de tareas y sistemas, con grandes avances en la computaci¨®n mediante tarjetas perforadas, arcaico sistema que sirvi¨® de base a las computadoras ¡°modernas¡±. Sin embargo, y aunque hay que saber que la invenci¨®n del PC como hoy lo conocemos llega de la aportaci¨®n de distintas personas y compa?¨ªas, es la de Zuse la que nos parece m¨¢s encomiable. Veremos por qu¨¦.
El m¨¦rito de Zuse radica en que es el primero en convertir la teor¨ªa en pr¨¢ctica. En la historia hab¨ªa habido centenares de "herramientas" destinadas a hacer c¨¢lculos de forma autom¨¢tica. El mismo Leonardo Da Vinci, en el Siglo XV, hab¨ªa dise?ado lo que denomin¨® "m¨¢quina de sumar". Posteriormente se dise?aron y construyeron m¨¢quinas capaces de generar c¨¢lculos mediante el giro manual de rodillos y otras tecnolog¨ªas puramente mec¨¢nicas. En el Siglo XIX en el Reino Unido ya se conoc¨ªa la posibilidad de crear m¨¢quinas electr¨®nicas, movidas por electricidad, capaces de realizar c¨¢lculos de forma autom¨¢tica. Pero nadie fue capaz de pasar de la teor¨ªa a la pr¨¢ctica, de fabricar realmente una m¨¢quina como aquella. Hasta Zuse.
Con veintis¨¦is a?os Konrad Zuse dej¨® su prometedor trabajo de ingeniero dise?ando aviones para la Luftwaffe de G?ring y volvi¨® a casa de sus padres. Imaginad la cara de este matrimonio alem¨¢n en la postguerra cuando su hijo abandona un provechoso puesto de ingeniero para inventar una m¨¢quina que sumase sola. Pero el joven Konrad se mantuvo en sus trece y dos a?os despu¨¦s, en 1938, tras acabar con sus ahorros y los de sus padres, logr¨® completar la primera computadora programable de la historia, que bautiz¨® como Zuse1 ¨® Z1. Se trataba de una calculadora basada en cinta perforada y rel¨¦s el¨¦ctricos que automatizaban procesos, una tecnolog¨ªa que Zuse conoc¨ªa gracias a la fuerte colaboraci¨®n que por entonces IBM ten¨ªa con la Alemania de Hitler al que surt¨ªan de maquinaria de tabulaci¨®n de datos.
La Z1 pod¨ªa sumar, restar, multiplicar y dividir, si bien nunca lleg¨® a funcionar correctamente. Sus errores se deb¨ªan a la dificultad de fabricar manualmente, en un desv¨¢n, una tecnolog¨ªa con tales exigencias de precisi¨®n. No obstante la teor¨ªa era la correcta y el camino hacia nuestros PC hab¨ªa dado comienzo.
Desgraciadamente la Segunda Guerra Mundial acab¨® de la forma m¨¢s abrupta posible con el proyecto de Zuse. emterrado literalmente en los escombros de una Berl¨ªn arrasada por los aliados, y no fue hasta a?os despu¨¦s, 1946, cuando recuper¨® sus objetivos y estableci¨® la hoy considerada como primera compa?¨ªa de computadoras de la historia, la Zuse-Ingenieurb¨¹ro Hopferau.
Un m¨¦rito que no se le puede discutir a este alem¨¢n es el de haber vendido el primer PC "civil"? de la historia. Ser¨ªa la cuarta revisi¨®n de su ¡°invento¡±, una Z4, y fue vendida a una empresa suiza en 1950. Despu¨¦s de aquella, IBM llegar¨ªa con sus mucho m¨¢s reconocidas Mark I. Los norteamericanos adquirieron las patentes de Zuse, que sufr¨ªa las dificultades inherentes a una Alemania estrangulada por las deudas contra¨ªdas a causa de la Segunda Guerra Mundial, y fueron estos los que acabaron normalizado realmente las computadoras entre la d¨¦cada de los cincuenta y sesenta, como despu¨¦s veremos.
En cuanto al visionario Zuse, sigui¨® desarrollando computadoras. A¨²n consigui¨® otro gran avance al sustituir la cinta perforada por cinta magn¨¦tica en su Z12. Pese a ello su compa?¨ªa fue devorada por una mayor, la tambi¨¦n alemana Siemens.
Como curiosidad a?adir que la Universidad de Berl¨ªn rog¨® a Zuse que construyera una reproducci¨®n de su Z1, con el fin de contar con la que habr¨ªa sido la primera computadora electro-mec¨¢nica de la historia y dado que la original fue destruida en los bombardeos de Berl¨ªn en 1943.
Se cedi¨® a Zuse tecnolog¨ªa, personal universitario y fondos ilimitados para el proyecto y, tras dos a?os de trabajo y 800.000 marcos gastados, Zuse reprodujo su Z1. La computadora consta de nada menos que 30.000 componentes, algunos de ellos recuperados de la Z1 original de 1938, supera los mil kilos de peso y s¨ª, esta vez funciona perfectamente. Sus ¡°specs¡± son tambi¨¦n historia. Con un ciclo u operaci¨®n por segundo podr¨ªamos decir que su velocidad es de 1 Hz. Para realizar una suma requiere de tres ciclos de reloj, m¨¢s los ciclos necesarios para leer y escribir en la memoria, con lo que el tiempo total es de cinco segundos. Una resta requiere cinco ciclos de reloj, una multiplicaci¨®n diecis¨¦is y una divisi¨®n dieciocho.
Si alguna vez viaj¨¢is a Berl¨ªn y ten¨¦is la oportunidad de visitar su Museo de Tecnolog¨ªa, podr¨¦is ver esta Z1, la reproducci¨®n fabricada por el propio Zuse. Solo viendo este aut¨¦ntico monstruo se pueden poner en valor la tenacidad de Zuse y su determinaci¨®n para llegar a aquello desde la nada. Y todo por querer ahorrarse unas cuantas operaciones matem¨¢ticas en el trabajo¡
Konrad Zuse falleci¨® en Hesse en 1995, pocos meses despu¨¦s de publicar su libro ¡°La computadora ¨C Mi vida¡±. En esta ciudad se levant¨® una escultura como humilde homenaje al padre de la computadora que, tristemente, no ha logrado el reconocimiento que otros personajes posteriores han alcanzado al otro lado del Atl¨¢ntico.
Porque en Estados Unidos, mientras Zuse ensamblaba rel¨¦s en el desv¨¢n de sus padres, otro ingeniero b¨²lgaro buscaba el mismo objetivo, una m¨¢quina autom¨¢tica de computaci¨®n, en el s¨®tano de una universidad. Se trataba de John Atanasoff, al que tambi¨¦n se atribuye la paternidad de las computadoras, sobre todo en Estados Unidos, donde realiz¨® su investigaci¨®n.
La tecnolog¨ªa de Atanasoff se bas¨® en la utilizaci¨®n de tubos de vac¨ªo en sus circuitos l¨®gicos y circuitos electr¨®nicos, alcanzando un nivel de sofisticaci¨®n muy superior a la Z1 de Zuse y tan solo cuatro a?os despu¨¦s, en 1942. Atanasoff, junto con un reci¨¦n licenciado Clifford Berry construyeron una m¨¢quina realmente revolucionaria implementando por primera vez tres conceptos que se han mantenido desde entonces en las computadoras: El funcionamiento totalmente electr¨®nico, prescindiendo por primera vez de engranajes, rel¨¦s y piezas mec¨¢nicas, el uso del lenguaje binario (de 0 y 1) y la disposici¨®n de una memoria regenerativa que se complementaba con el sistema de computaci¨®n.
Atanasoff desconoc¨ªa el trabajo que a miles de kil¨®metros de distancia manten¨ªa Zuse. Su computadora fue presentada en 1942 con el nombre de ABC (Atanasoff Berry Computer) y era radicalmente diferente a la del alem¨¢n en su concepci¨®n. ?sta constaba de algo menos de 300 tubos de vac¨ªo y casi dos kil¨®metros de cable, con un peso de 320 kg. Pese a su menor tama?o, la ABC era capaz de resolver mucho m¨¢s que las cuatro operaciones b¨¢sicas de la m¨¢quina de Zuse, consiguiendo realizar ecuaciones de hasta 29 variables. No obstante, no era del todo infalible, lo que impidi¨® que fuese adoptada como herramienta de trabajo por los ingenieros para los que hab¨ªa sido dise?ada y que hab¨ªan financiado su construcci¨®n. Sin duda Atanasoff podr¨ªa haber corregido estas deficiencias pero, al igual que ocurri¨® con Zuse, la Segunda Guerra Mundial trunc¨® sus desarrollos. Una reproducci¨®n de la ABC de Atanasoff se construy¨® para ser expuesta en la universidad en cuyo s¨®tano fue construida la original, en Iowa. En el siguiente v¨ªdeo pod¨¦is ver el funcionamiento explicado (en ingl¨¦s) de esta r¨¦plica.
La casualidad tuvo el capricho de que ambos creadores de la computadora fallecieran con tan solo unos meses de diferencia, en 1995, con toda seguridad satisfechos al observar c¨®mo su creaci¨®n ya hab¨ªa sido determinante para esta civilizaci¨®n y se confirmaba como una de las invenciones m¨¢s importantes del Siglo XX.
?Todo vale por la patria!
Si bien hoy d¨ªa pr¨¢cticamente no se duda de los meritorios avances tecnol¨®gicos tanto de Zuse como de Atanasoff, no es dif¨ªcil encontrar fuentes que atribuyen la invenci¨®n de la computadora a otra persona, el norteamericano John W. Mauchly.
Mauchly fue un profesor de f¨ªsica universitaria que, mientras Zuse y Atanasoff montaban sus primeros rel¨¦s y v¨¢lvulas de vac¨ªo, daba clases en la universidad de Filadelfia. En 1941 una publicaci¨®n cient¨ªfica alude al desarrollo de Atanasoff como al de una maravilla tecnol¨®gica capaz de resolver complicados c¨¢lculos algebraicos en segundos. En ese periodo Mauchly se estaba especializando en ingenier¨ªa militar y no tard¨® en advertir el potencial de una maquina como la descrita en los c¨¢lculos que exig¨ªa la tecnolog¨ªa bal¨ªstica de la ¨¦poca, en un momento en el que la Segunda Guerra Mundial se percib¨ªa como inminente.
Inmediatamente Mauchly contact¨® con Atanasoff y tras unos meses de contacto viaj¨® a Iowa, al mismo s¨®tano donde ¨¦ste desarrollaba su ABC. Por aquel entonces el prototipo era funcional y Atanasoff era consciente de su potencial, por lo que, acertadamente, decidi¨® patentarlo. Lo que no fue acertado fue delegar esa gesti¨®n en la universidad en la que trabajada, dado que, por una raz¨®n u otra, esa patente no se lleg¨® a realizar. Esta dejaci¨®n generar¨ªa una de las pol¨¦micas sobre propiedad intelectual m¨¢s interesantes del siglo XX, como ahora veremos.
Atanasoff continu¨® con el desarrollo de ABC, una tecnolog¨ªa que cre¨ªa protegida mediante una patente inexistente, mientras que Mauchly le visitaba peri¨®dicamente para admirar sus progresos y discutir sobre posibilidades de mejora.
Durante ese tiempo Mauchly nunca le reconoci¨® a Atanasoff que hab¨ªa iniciado su propio desarrollo de una computadora. No le habl¨® de los contactos que hab¨ªa mantenido con la armada estadounidense y c¨®mo hab¨ªa convencido a los militares de lo revolucionaria que resultar¨ªa esta tecnolog¨ªa una vez aplicada al ¨¢mbito militar, como tampoco le coment¨® que estaba recibiendo de estos financiaci¨®n sin l¨ªmite y cualquier log¨ªstica que necesitase en el desarrollo de esa m¨¢quina capaz de calcular con precisi¨®n la bal¨ªstica de bombas, obuses y torpedos.
Mauchly, urgido por los militares ya en plena Segunda Guerra Mundial, se vio obligado a construir un modelo operativo de su proyecto. Ser¨ªa ENIAC, acr¨®nimo de Electronic Numerical Integrator And Computer, cuya fabricaci¨®n comenz¨® en 1943 y fue finalmente entregada a la armada en 1946. ENIAC precisaba de un peque?o pabell¨®n para su instalaci¨®n, dado que ten¨ªa una longitud de treinta metros y pesaba 27 toneladas, ocupando la friolera de 167 m2. Contaba con 167.000 tubos de vac¨ªo y millones de condensadores, rel¨¦s, resistencias¡ Su potencial era asombroso para la ¨¦poca, lo cual justificaba la financiaci¨®n y construcci¨®n de este monstruo. Sin embargo requer¨ªa de un esfuerzo tremendo para ser operada. Su consumo el¨¦ctrico superaba al de una peque?a ciudad de la ¨¦poca y requer¨ªa una refrigeraci¨®n constante para evitar que se fundiera.
No obstante las mayores dificultades llegaban a la hora de programar la ENIAC para las funciones que se le demandaban. Esto requer¨ªa operar sobre m¨¢s de 6000 interruptores en un proceso que se prolongaba durante varios d¨ªas. Cualquier error en este proceso daba al traste con los resultados conseguidos, totalmente centrados en el c¨¢lculo de bal¨ªstica militar. La programaci¨®n o, dicho de otro modo, la aut¨¦ntica raz¨®n por la que la ENIAC serv¨ªa para algo, corr¨ªa a cargo de seis mujeres que fueron seleccionadas entre las mejores matem¨¢ticas para esta funci¨®n tan secreta como militarmente determinante.
En este punto muchos de vosotros que quiz¨¢ no conoc¨ªas la ENIAC y este tipo de ¡°mega-computadoras¡± s¨ª que ten¨¦is referencias del uso de estas m¨¢quinas en la segunda Guerra Mundial gracias a otra historia mucho m¨¢s conocida, la de Alan Turing.
Turing, matem¨¢tico brit¨¢nico, est¨¢ considerado otro de los padres de la inform¨¢tica moderna, gracias a sus aportaciones en computaci¨®n que quedaron desarrolladas en la conocida como Tesis Chuch-Turing. Sin embargo Turing es mucho m¨¢s reconocible por haber utilizado una de estas proto-computadoras en la Segunda Guerra Mundial para descifrar las comunicaciones alemanas encriptadas mediante el sistema Enigma. Esta encriptaci¨®n permit¨ªa 10.000 billones de variantes, con lo que era materialmente indescifrable. O as¨ª lo fue hasta que se cruz¨® con Alan Turing y su computadora Colossus.
La Colossus contaba con una programabilidad limitada y totalmente dirigida a la decodificaci¨®n de mensajes. F¨ªsicamente era mucho m¨¢s peque?a y f¨¢cil de operar que ENIAC, dada su especializaci¨®n en este tipo de tarea. Turing, junto con su correspondiente equipo de mujeres matem¨¢ticas, consigui¨® descifrar el ¡°c¨®digo enigma¡± y no son pocos los que atribuyen a este logro, el de vulnerar por fin las comunicaciones alemanas, como paso decisivo hacia la victoria final aliada.
Si a¨²n no lo hab¨¦is hecho, os recomendamos el visionado de la oscarizada pel¨ªcula ¡°The imitation game¡±, que recoge con bastante credibilidad este episodio hist¨®rico. Por otra parte, fuera del ¨¢mbito computacional y criptogr¨¢fico, se recuerda a Turing por la negaci¨®n que sufri¨® de sus logros y el acoso que sufri¨®, pese a ellos, por su condici¨®n de homosexual. Esta sexualidad era ilegal en el Reino Unido y Turing fue juzgado y condenado a la castraci¨®n qu¨ªmica por su condici¨®n sexual, lo que le produjo da?os, tanto f¨ªsicos como emocionales, irrecuperables.
Turing cedi¨® a este acoso hom¨®fobo y acab¨® suicid¨¢ndose mordiendo una manzana con cianuro, aunque no son pocos los que sostienen la teor¨ªa de que no fue ¨¦l quien inyect¨® el veneno y que fue, por tanto, asesinado. Ten¨ªa solo 41 a?os. Si bien nunca se ha confirmado oficialmente, la manzana mordida que usa Apple como logo es un homenaje a la vida e injusta muerte de este gran matem¨¢tico.
Volviendo a Estados Unidos, la ENIAC y Mauchly, mientras esta computadora se constru¨ªa, su creador, consciente de sus posibilidades de mejora, ya dise?aba su segunda versi¨®n, bautizada como EDVAC.
En el desarrollo de EDVAC Mauchly recibir¨ªa la ayuda de un matem¨¢tico h¨²ngaro que hab¨ªa emigrado a Estados Unidos huyendo de la persecuci¨®n nazi a los jud¨ªos, John von Neumann. Neumann pasar¨ªa a la historia por dos cosas. Una de ellas es su participaci¨®n en el conocido Proyecto Manhattan, desarrollando el m¨¦todo de implosi¨®n de la bomba at¨®mica, arma que pondr¨ªa un luctuoso final a la Segunda Guerra Mundial tras matar a cerca de cuatrocientos mil civiles entre Hiroshima y Nagasaki.
Sin embargo su aportaci¨®n positiva a la historia lleg¨® con la arquitectura de computadoras bautizada con su nombre, Arquitectura de Von Neumann. Esta arquitectura establece ya las bases de la computaci¨®n tal y como la conocemos hoy, con un procesador, memoria RAM, unidades de almacenamiento y dispositivos de entrada y salida.
Von Neumann hizo p¨²blica su arquitectura, recibiendo una excelente acogida entre los cada vez m¨¢s numerosos desarrolladores que apostaban por la computaci¨®n digital, siendo adoptada por la gran mayor¨ªa de los mismos. Sin embargo omiti¨® el origen de sus teor¨ªas y la m¨¢s que probable participaci¨®n de Mauchly en las mismas.
De este modo Mauchly se encontr¨® en una pugna con Von Neumann por la propiedad intelectual de la arquitectura bautizada con el nombre de ¨¦ste, mientras que por otro lado Atanasoff le reclamaba a ¨¦l pr¨¢cticamente lo mismo, denunciando su apropiaci¨®n de los conceptos del ABC que present¨® como propios al ej¨¦rcito norteamericano para procurarse el encargo y construcci¨®n de su computadora ENIAC.
Para mitigar estas penas ten¨ªa el gran ¨¦xito que supuso el funcionamiento de su segunda computadora, la EDVAC, que estuvo operativa para los militares norteamericanos entre 1951 y 1961, proporcionando un gran rendimiento y fiabilidad y, sobre todo, convenciendo definitivamente a los militares de que las computadoras eran un elemento imprescindible.
A modo de curiosidad decir que la fiabilidad de EDVAC s¨ª que se vio comprometida al menos en una ocasi¨®n. En uno de sus largos procesos de c¨¢lculo ofreci¨® unos resultados absurdos, propios de una aver¨ªa. Los t¨¦cnicos repasaron los miles de componentes y kil¨®metros de cable sin hallar la causa del error, hasta que una de las matem¨¢ticas que programaban EDVAC, la Oficial Grace Murray Hopper, descubri¨® una polilla aplastada bajo uno de los rel¨¦s. Su frase de ¡°Solved, it was a BUG¡± dar¨ªa origen a que a partir de entonces, a cualquier problema inform¨¢tico, se le denomine como ¡°bug¡±, bicho.
Mauchly vio complicada a¨²n m¨¢s su carrera de conflictos por la propiedad intelectual y patentes tanto de ENIAC, como de EDVAC, que finalmente acabaron con la invalidaci¨®n de la patente del primero en 1973, treinta a?os despu¨¦s de su creaci¨®n. La patente de ENIAC fue anulada por la Corte Federal de Estados Unidos al considerar que esta computadora se fundamentaba en los conceptos, documentaci¨®n y prototipos que Atanasoff mostr¨® a Mauchly sin ser conocedor las intenciones de este ¨²ltimo de desarrollar su propia computadora con fines militares. Si bien esta sentencia deber¨ªa poner fin a la controversia entre las propiedades intelectuales de Atanasoff y Mauchly, los argumentos de este ¨²ltimo tienen suficiente consistencia para que no pocos defiendan que efectivamente es uno de los padres de la computaci¨®n, desarrollando su trabajo mucho m¨¢s all¨¢ de lo que Atanasoff podr¨ªa haber avanzado.
Por supuesto el trabajo del pobre Konrad Zuse no ha sido valorado hasta muy recientemente, enterrado, como tantas otras tecnolog¨ªas alemanas, en la turbulenta postguerra de un pa¨ªs castigado por la provocaci¨®n y posterior participaci¨®n en la Segunda Guerra Mundial.
Los albores de la era moderna. Ahora la lucha es por el negocio.
Como hemos visto, los genios que la parieron la computaci¨®n alternaban sus c¨¢lculos sobre v¨¢lvulas de vac¨ªo y transistores con los propios de crear la bomba at¨®mica, bombardear Berl¨ªn o descifrar las comunicaciones de los U-boot. La tecnolog¨ªa hab¨ªa llegado a un punto en el que en distintos puntos del planeta varios genios asumieron qu¨¦ se pod¨ªa hacer y c¨®mo hacerlo, poni¨¦ndose manos a la obra.
En desacuerdo con el cl¨¢sico setentero ¡°War¡± de Edwin Starr en el que gritaba ¡°Guerra ?para qu¨¦ es buena? Absolutamente para ?NADA!¡±, hemos de reconocer que un mundo que se recuperaba de la Primera Guerra Mundial y se sab¨ªa abocado a una Segunda, fue un terreno abonado para que las computadoras pudiesen ser ¡°rentables¡±. Sin la inversi¨®n de cientos de miles de d¨®lares de los militares, proyectos como ENIAC o Colossus no podr¨ªan haber dejado de ser m¨¢s que otro de esos proyectos de cient¨ªfico chiflado. Con su utilidad militar, un gran inter¨¦s (y presupuesto) gubernamental y numerosos cient¨ªficos y universidades interesados en hacerse con ¨¦l, la tecnolog¨ªa de la computaci¨®n creci¨® de forma exponencial en unos pocos a?os, en una carrera mucho m¨¢s veloz de la que hemos sido testigos en nuestra generaci¨®n, que no es poco.
Por hacer una ¨²ltima referencia a aquellos genios de los a?os cuarenta, decir que Mauchly, harto de problemas de patentes y licencias, dej¨® el desarrollo de nuevas computadoras. Tambi¨¦n hay que decir que parte de esa decisi¨®n se la hizo tomar la universidad de Moore, en la que trabajaba, al exigirle cobrar parte de las patentes de sus desarrollos. De este modo Mauchly volvi¨® a su actividad docente.
El verano de 1946, Mauchly y sus colaboradores durante el desarrollo de ENIAC, Eckert y Goldstine, expusieron en la citada universidad las ponencias tituladas ¡°Teor¨ªa y t¨¦cnicas por el dise?o de ordenadores digitales¡±. Entre los asistentes hab¨ªa una gran cantidad de t¨¦cnicos de una empresa que lo cambiar¨ªa todo. IBM
And the winner is... IBM.
Antes de pasar p¨¢gina a unos a?os tan importantes como los narrados p¨¢ginas atr¨¢s, debemos reconocer que nuestro recorrido por ellos ha sido simplificado al m¨¢ximo, procurando evitar una lectura demasiado aburrida. Este objetivo no justifica que hagamos lo mismo que la historia ha hecho injustamente con personajes como Zuse o Turing y es que nosotros hemos omitido a decenas, centenares de personas que en estos a?os resultaron determinantes para el nacimiento y desarrollo de la computaci¨®n.
Hemos omitido a Charles Baddage y a su compa?era Ada Byron, hija del poeta ingl¨¦s Lord Byron, que ya en 1830 establecieron los principio de la computadora digital, si bien la tecnolog¨ªa del siglo XIX les impidi¨® llevarla adelante. Omitimos a Franc¨¦s Joseph-Marie Jackard, que ide¨® el sistema de tarjetas perforadas en el que Zuse bas¨® su trabajo. Tambi¨¦n a Herman Hollerit, la primera persona que demostr¨® la utilidad real de las computadoras en el procesamiento de datos con sus logros censando la poblaci¨®n. De Hollerit hay que a?adir que cre¨® su propia empresa de censo y computaci¨®n que acabar¨ªa siendo una de las tres patas sobre las que se levantar¨ªa IBM¡ Todos ellos son considerados tambi¨¦n como padres de la inform¨¢tica. Intentaremos disculparnos por todas esas omisiones volviendo a insistir en que el nacimiento de la computadora no puede ser considerado como un hecho puntual, ya sea en un momento o lugar concreto, ya que es producto de la interacci¨®n, intencionada o no, de distintas personas, en diferentes pa¨ªses, con aportaciones m¨¢s o menos complementarias, que fueron convergiendo hasta que por fin, alguien supo conseguir aquello que realmente ha hecho posible que ahora mismo todos estemos frente a una computadora: la normalizaci¨®n de la inform¨¢tica. Hablamos de IBM.
Nos atrevemos a apostar a que muchos de vosotros, antes de la lectura de este reportaje, a la pregunta de qui¨¦n invent¨® el ordenador personal responder¨ªa que IBM. La realidad es que IBM no invent¨® nada. O al menos no lo hizo en aquellos primeros a?os. La compa?ia se crea en 1911 como una especie de ¡°joint venture¡± en la que varias empresas acuerdan unirse como estrategia para potenciar la penetraci¨®n de sus productos. Las empresas fundadoras aportaban sus patentes, entre las que estaban la escala de computaci¨®n, el dial de grabaci¨®n, la m¨¢quina el¨¦ctrica de grabaci¨®n o la computaci¨®n censal del ya citado Herman Hollerit. De hecho el principal servicio que pretenden ofrecer gira alrededor de la tabulaci¨®n autom¨¢tica de datos, censos, como indica el nombre que adoptan: Computing Tabulating Recording Corporation, o CTR. No ser¨ªa hasta 1924 cuando adoptan un nombre m¨¢s general, como es sin duda International Business Machines, o IBM.
En principio la compa?¨ªa, que se establece en Nueva York, abarca la producci¨®n de maquinaria que automatizaba tareas, desde el c¨®mputo de frutas, a las primeras m¨¢quinas autom¨¢ticas o robots primigenios que ayudaban en la industria. Sin embargo la mayor apuesta de IBM siempre fue la computaci¨®n y el procesamiento de datos. Su primer presidente Thomas J. Watson, supo captar la atenci¨®n del gobierno norteamericano ofreci¨¦ndole la capacidad de censar y mantener registros de toda su poblaci¨®n, obteniendo contratos millonarios.
Las iniciativas de IBM respecto a las computadoras inicialmente chocaron con el problema de que precisamente no eran eso: iniciativas. Sus desarrollos part¨ªan de los avances de genios como los citados Zuse y Atanasoff, construyendo computadoras que pretend¨ªan competir con las de estos en un momento en el que llegar un a?o tarde supon¨ªa, al igual que ahora, estar completamente obsoleto.
Sin embargo IBM contaba con dos cosas que no ten¨ªa la competencia. Por un lado un gran presupuesto, que no dejaba de engordar gracias a sus equipos de tabulaci¨®n de datos, y por otro, una gran plataforma empresarial que segu¨ªa creciendo y ganando posibilidades.
As¨ª, sus primeras computadoras, si bien no fueron ni las primeras, ni las m¨¢s avanzadas, fueron las m¨¢s accesibles y pronto empezaron a ganar espacio. Mientras Zuse iba vendiendo sus primeras Z4, de una producci¨®n limitad¨ªsima, IBM pod¨ªa proporcionar computadoras similares, basadas primero en interruptores electromec¨¢nicos, luego en v¨¢lvulas de vac¨ªo, de forma m¨¢s r¨¢pida y barata. Mientras Mauchly proporcionaba a la armada norteamericana su ENIAC, o Turing programaba sus Colossus para la brit¨¢nica, IBM proporcionaba sus computadoras utilizadas para funciones secundarias. Nunca iban por delante, pero siempre estaban ah¨ª, disponibles. Y as¨ª fue hasta que tomaron la iniciativa. Una iniciativa que ya no soltar¨ªan en varias d¨¦cadas.
Las primeras computadoras de IBM se bautizaron como MARK I. Efectivamente es el mismo nombre del primer carro de combate de la historia o de la primera armadura de Ironman. Las Mark I fueron concebidas como un encargo militar del gobierno norteamericano, al que IBM surt¨ªa de la m¨¢s variada producci¨®n, desde la consabida maquinaria censal, a los fusiles autom¨¢ticos Browning o la famosa carabina M1.
La armada requer¨ªa m¨¢s computadoras y entraron en producci¨®n las MARK II y las MARK III, llegando a la d¨¦cada de los cincuenta con una producci¨®n casi totalmente volcada en esta rama del negocio. Es a partir de este momento en el que IBM se convierte en decisiva en el desarrollo de la inform¨¢tica.
A los vetustos Mark les sustituyen los primeros IBM. El IBM 701 segu¨ªa teniendo fines militares y se basaba en v¨¢lvulas de vac¨ªo, pero por fin el tama?o de una computadora era inferior al de un coche. Detr¨¢s de ¨¦l llegaron el IBM 650 y en 1956 se presenta el IBM 704.
Esta computadora, el 704, la vamos a coronar como el primer ¡°PC Gamer¡± de la historia, dado que permit¨ªa jugar con ¨¦l a las damas. Dejando a un lado las bromas, el 704 result¨® paradigm¨¢tico porque fue la primera computadora capaz de ¡°aprender¡± de las operaciones de realizaba. Podr¨ªamos considerarlo como el nacimiento de lo que ahora conocemos como Inteligencia Artificial.
A partir de este momento las aportaciones de IBM a la industria se convierten en est¨¢ndares a implementar. En 1957 desarrollan un sistema de almacenamiento en disco. Hab¨ªan inventado el disco duro, con una tecnolog¨ªa id¨¦ntica a la que a¨²n hoy mantenemos en nuestros PC.
En 1959 IBM abandon¨® definitivamente las v¨¢lvulas de vac¨ªo apostando por los transistores, siendo la primera compa?¨ªa en comercializar computadoras completamente basadas en esa tecnolog¨ªa. El primer ordenador de transistores ser¨ªa el IBM 7090, que tambi¨¦n ser¨¢ recordado como la primera computadora se sali¨® de los l¨ªmites militares y de investigaci¨®n, para adentrarse en el ¨¢mbito empresarial. No podemos hablar a¨²n de una adopci¨®n de la computadora en el mercado privado, dado que se vendieron unas trescientas unidades de estos IBM. Y no nos parecen pocas, teniendo en cuenta que cada una costaba unos tres millones de d¨®lares.
IBM mantuvo su tendencia de hacer cada vez computadoras m¨¢s ¡°asequibles¡±, dentro de lo visto hasta entonces. Pero lo que realmente hicieron mejor fue saber ocupar vac¨ªos antes siquiera de que se generaran; de cubrir necesidades que hasta entonces no se hab¨ªan tenido en cuenta. Supieron surtir de soluciones a industrias como la aeron¨¢utica, la mar¨ªtima, dando un salto de imagen y prestigio definitivo al estar constantemente presentes en el mayor hito de esta civilizaci¨®n hasta la fecha, la conquista del espacio, los viajes a la Luna. La NASA no se concebir¨ªa sin IBM y estos se ocuparon de que todo el mundo, literalmente, lo supiera. Mientras todas las televisiones del mundo retransmit¨ªan im¨¢genes del control de Cabo Ca?averal, lo que toda la humanidad ve¨ªa era a personas como ellos haciendo cosas incre¨ªbles gracias a unas m¨¢quinas con un logo de tres letras: IBM.
Mientras tanto segu¨ªan con sus aportaciones tecnol¨®gicas. En 1968 presentan la memoria RAM, en m¨®dulos, tal y como ahora la conocemos. Aquella DRAM (Memoria Din¨¢mica de Acceso Aleatorio) se basaba en el uso de transistores y condensadores, exactamente igual que lo hace ahora.
En esa ¨¦poca IBM ya hab¨ªa abandonado cualquier otra actividad empresarial ajena a la inform¨¢tica. En 1964 lanzan el System/360 que ser¨ªa la primera computadora capaz de intercambiar perif¨¦ricos y programas con otros equipos de la misma tecnolog¨ªa. Hab¨ªa nacido el primer ¡°compatible¡±. La tecnolog¨ªa estaba lanzada ya hac¨ªa el PC que ahora conocemos.
Tal era el ¨¦xito de IBM que en 1969 hablar de una computadora era hablar de IBM. Sencillamente no hab¨ªa m¨¢s. No ten¨ªan competencia porque su inversi¨®n en desarrollo y potencial de fabricaci¨®n hacia absolutamente imposible que otra compa?¨ªa pudiera disputarles parte del pastel. Es por esta raz¨®n que la corte norteamericana juzg¨® a la compa?¨ªa por monopolio, por ejercer una posici¨®n absolutamente dominante en el mercado. Este proceso judicial se prolong¨® por nada menos que catorce a?os, hasta 1973, y poco se puede extraer de ¨¦l, salvo que IBM aprendi¨® muy bien cu¨¢les deb¨ªan ser sus l¨ªmites en una batalla por el mercado en la que, a¨²n hoy, sigue inmersa.
Mientras tanto la compa?¨ªa segu¨ªa creciendo, inventando, extendi¨¦ndose. En 1971 inventaron el disco flexible como soporte de almacenamiento port¨¢til. Continuaron con la invenci¨®n de los lectores ¨®pticos y magn¨¦ticos, pariendo tecnolog¨ªas como las de bandas magn¨¦ticas y c¨®digos de barras o BIDI.
Este crecimiento se mantuvo sostenido gracias a una cada vez mayor producci¨®n de computadoras. Ya hab¨ªan salido definitivamente del ¨¢mbito militar y universitario y comenzaban a ganarse el que ser¨ªa su soporte durante las d¨¦cadas venideras, el empresarial. A¨²n era muy complicado que alguien tuviera una computadora en casa, pero al menos esa posibilidad exist¨ªa. En las universidades, en la empresa, en las instituciones; los ordenadores se estaban extendiendo. IBM hab¨ªa conseguido que la inform¨¢tica, que las computadoras, finalmente se normalizaran.
Aunque para que eso definitivamente ocurriera debemos esperar hasta 1981, el a?o en el que IBM lanza IBM PC, el Personal Computer. Hab¨ªa nacido el PC. La computadora que hoy reconocemos. La computadora entra por fin en los hogares. Y con ello su aplicaci¨®n m¨¢s l¨²dica, los videojuegos. Llega el hardware dedicado, el hardware ¡°gaming¡±, una parte de nuestra historia, ya reciente, que dotar¨¢ de contenido a las siguientes entregas de este reportaje especial. Eso, queridos amigos, es otra historia que tambi¨¦n ser¨¢ contada.
Parte 1: Una criatura con varios padres.
Parte 2: IBM, Apple y Microsoft