V-Rally 4, an¨¢lisis

Asfalto. Grava. Barro. Cualquier superficie es apta para que las gomas nos deslicen por las rutas m¨¢s inveros¨ªmiles. En concreto, los amantes del Rally en su m¨¢s pura esencia, han vivido una segunda edad dorada en los ¨²ltimos a?os. Contando con el siempre excelente trabajo de los brit¨¢nicos de Codemasters, otro estudio persiste actualmente en su empresa por ofrecer la mejor experiencia licenciada en este campo. Es el caso de Kylotonn, unos desconocidos para quienes no frecuenten las cuatro ruedas, responsables de trasladar la licencia WRC al mundo virtual, Isle of Man, etc¨¦tera.

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Esa seriedad que ha caracterizado la mayor¨ªa de sus propuestas, choca con su ¨²ltimo (y sorprendente) proyecto. Su mirada se ha colocado en la marca V-Rally, c¨¦lebre franquicia durante la etapa de la primigenia PlayStation que tantas pasiones levant¨® por su fren¨¦tico planteamiento. Tras varias entregas, su ¨²ltima aparici¨®n ocurrir¨ªa una generaci¨®n despu¨¦s. Diecis¨¦is a?os nos separan desde aquello. Pero, ?ha sido el momento ideal para recuperarla? Lo descubrimos a continuaci¨®n.

Oferta para todos los gustos

Las primeras sensaciones a bordo del juego dicen mucho de la compa?¨ªa. Transmite un respeto absoluto por el clasicismo mientras explora vertientes que poco tienen que ver con la competici¨®n que les ha llevado a conseguir la admiraci¨®n de su p¨²blico. V-Rally 4 se divide en cinco disciplinas diferentes: Rally y su vertiente Cross, Buggy, Hillclimb y Extreme Gymkhana. Las dos primeras hablan por si solas. En concreto, V-Rally Cross, para los menos ¨¢vidos en la materia, es una competici¨®n en circuito cerrado con veh¨ªculos de Rally en el que se debe superar un tramo especial adyacente al trazado oficial un n¨²mero determinado de ocasiones para poder culminar la carrera sin acabar penalizado.

Buggy, por otra parte, plantea circuitos m¨¢s extremos que los mencionados anteriormente, con la particularidad de que manejaremos las grandes moles saltarinas. En el otro lado de la balanza encontramos a Hillclimb que, como su propio nombre indica, son etapas en las que iremos escalando una monta?a hasta alcanzar la cima, incluyendo el recorrido inverso. Por ¨²ltimo, Extreme Gymkhana, es un enfrentamiento contra el entorno por realizar la mayor gama de trucos posibles sin acabar d¨¢ndonos de morros contra el cemento, algo que Dirt 3 puso de moda en aquella ¨²ltima incursi¨®n de PlayStation 3 y Xbox 360.

Es en los rallies donde brilla con luz propia, herencia directa de la experiencia del equipo de desarrollo. Las sensaciones al volante son realmente buenas dentro de un escenario arcade, sintiendo bastante bien el comportamiento deslizante de los coches entre los diferentes tipos de terreno. Ese baile entre el tren trasero y delantero que se sufre en esta categor¨ªa sigue presente, teniendo que adaptarnos r¨¢pidamente a las circunstancias entre los diferentes tipos de terreno. Como es natural, el agarre que tenemos en asfalto es diferente al que tenemos en superficies arenosas, por lo que deberemos seguir fielmente la demanda como conductores bajo cualquier circunstancia.

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Si bien ensalzamos el trabajo en este sentido, cuando nos enfrentamos a la inteligencia artificial las cosas cambian. La competencia est¨¢ mejorando entrega tras entrega el enfrentamiento contra la m¨¢quina, y aqu¨ª parece que volvamos a la anterior generaci¨®n. Compiten de manera muy correcta, dan poco margen al espect¨¢culo entre s¨ª y apenas suponen una diferencia entre las dificultades m¨¢s altas, elegidas en un medidor que va de 0 (muy f¨¢cil) a 100 (muy dif¨ªcil). Buggy y Rally Cross son eventos bastante aburridos, carentes de toda chicha a los mandos. Apenas aportan al conjunto tal como est¨¢n concebidos, sobre todo por la escasa variedad de trazados. Esa escasez de rutas contrasta con el sistema procedimental implementado en el modo Rally. Podremos generar aleatoriamente cualquier etapa dentro de los estrictos m¨¢rgenes de los contextos a nuestra disposici¨®n. Es una aut¨¦ntica l¨¢stima que tan solo quede recluido en dicho modo.

Otra de las caracter¨ªsticas que empa?an el resultado es el sistema de da?os implementado. Se nos advierte de que da?ar demasiado el autom¨®vil supone un riesgo serio para nuestros intereses de cara a los pr¨®ximos d¨ªas del torneo. Durante las primeras horas mientras nos adapt¨¢bamos a los controles, sufrimos numerosas vueltas campana y siniestros. ?El resultado? Golpes en la carrocer¨ªa y ning¨²n cambio en el parabrisas. Si insistimos, terminan da?¨¢ndose algunos componentes internos, pero no nos veremos lastrados como deber¨ªa. Al llegar a meta, las reparaciones apenas cuestan pocos d¨®lares de la cartera del equipo; ser agresivo suele tener su recompensa.

La vida del equipo

El principal aperitivo que encontraremos en V-Rally 4 reside en su renovado modo carrera, en el que tendremos que gestionar ciertos aspectos que escapan de la conducci¨®n pura y dura. Nuestro equipo se divide en varias ¨¢reas de inter¨¦s, a raz¨®n de ingenieros, mec¨¢nicos y agentes. Los primeros ser¨¢n los encargados de gestionar la evoluci¨®n de nuestros veh¨ªculos mediante el desbloqueo progresivo de piezas que mejoran su rendimiento, como son el motor, chasis, turbo¡­ entre otros. Los mec¨¢nicos, en cambio, son los responsables de mantener a tono el monoplaza cuando suframos alg¨²n que otro percance durante su uso. Por ¨²ltimo, y no menos importante, est¨¢n los agentes, que es la principal fuente por la que fluyen los contratos de patrocinio y los eventos disponibles.

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A medida que completemos competiciones, iremos obteniendo dinero que invertir no solo en aumentar el garaje, sino tambi¨¦n en mejorar los empleados y construir las piezas que nuestros ingenieros desarrollar¨¢n. En el men¨² tendremos un mapamundi donde seleccionar las competiciones disponibles seg¨²n los contactos que haya conseguido el agente. Entrar a uno consumir¨¢ varios d¨ªas de la semana. Al cabo de los siete d¨ªas, los empleados pasar¨¢n el cepillo para cobrar el suelo que hayamos pactado.

Realmente suena m¨¢s de lo que es en realidad. Apenas nos veremos asfixiados por llegar a ¡°fin de mes¡±, sustentar un equipo es m¨¢s f¨¢cil de lo que parece. De hecho, la extrema simplicidad que ofrece en mec¨¢nicas, hace que desconectemos al poco de emprender el viaje. No hay nada en absoluto que nos anime a seguir mejorando, hacemos exactamente lo mismo que en modo r¨¢pido con algunas leves diferencias enga?osas. Tampoco es que el esp¨ªritu de equipo se vea impregnado, al rev¨¦s, quedando relegado a unos cuantos men¨²s con datos que no aportan grandes diferencias. Al poco tiempo estaremos hastiados de repetir una y otra vez las competiciones, que tienen muy pocas diferencias entre s¨ª.

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Por tanto, si en el modo carrera no encontramos motivos para seguir en ¨¦l, debemos mirar en vistas de compartir la experiencia con otros jugadores. El modo multijugador plantea un sistema de matchmaking cl¨¢sico por las cinco categor¨ªas comentadas con anterioridad. Sin embargo, para quienes gusten del juego ¡°de sof¨¢¡±, tambi¨¦n tenemos la posibilidad de jugar en modo local a pantalla partida para dos usuarios.

Los m¨¢s de cuarenta y cinco veh¨ªculos licenciados es una cifra escasa, aunque bien es cierto que cuentan con un nivel de detalle aceptable. V-Rally 4 no destaca precisamente por su faceta visual, m¨¢s all¨¢ de algunos problemas con texturas que no terminan de cargar. Eso s¨ª, se echa que alcance los sesenta fotogramas tan buscados en el g¨¦nero. En algunos momentos con climatolog¨ªa, la tasa de frames baja por debajo del objetivo, lo que es molesto cuando queremos realizar movimientos precisos.