Myst III Exile
Myst III Exile - J'nanin
"Hace varios meses que no he vuelto a saber nada de mi colega Atrus, por eso me alegro tanto cuando recibo noticias suyas invit¨¢ndome a visitarle en su hogar de Tomahna, donde resid¨ªa desde hac¨ªa alg¨²n tiempo con su familia..."
J'nanin
Aparezco en J'nanin y sigo a Saavedro hasta que entra en el observatorio y cierra por dentro.
Prueba del observatorio de J'nanin:
Tengo que encontrar la manera de entrar en el observatorio, as¨ª que me dispongo a explorar un poco. Bajo por la escalera, voy hacia la costa y giro a la derecha, por el camino de arena, pasando por un poste reflectante averiado, llego hasta unos escalones de piedra descendentes, paso por puentes curvos, atravieso una extensi¨®n de agua y llego al invernadero. Al atravesar la puerta le doy a una palanca que acciona una puerta met¨¢lica que se abre a mi izquierda, al entrar veo un bot¨®n que abre la puerta que est¨¢ a mi espalda, la cual conduce a una estancia que coincide con la planta baja del observatorio. Cojo el diario que hay en la hamaca (es el diario de Saavedro, mi enemigo) y, tras echarle un vistazo, continuo examinando la habitaci¨®n, llegando a unas cuantas conclusiones: la electricidad se puede usar para hacer flotar part¨ªculas o para que una planta carn¨ªvora abra sus fauces, y en una balanza, cuatro esferas de cristal pesan lo mismo que una de metal y cuatro esferas de madera, pesan lo mismo que una de cristal.
En la estancia tambi¨¦n hay un ascensor, subo, le doy a la palanca tras cerrar la puerta y aparezco en el piso superior, donde veo c¨®mo Saavedro esconde el libro de conexiones mediante un extra?o mecanismo; no puedo acceder a este piso porque la puerta se abre justo hacia el lado opuesto. Tendr¨¦ que idear alg¨²n modo de girarla ciento ochenta grados. Se me ocurre bajar al piso de abajo, hacer subir el ascensor desde fuera, mediante una palanca que hay a la derecha, y bajar a examinar los mecanismos que lo hacen funcionar, que se encuentran en el hueco del ascensor.
Al observarlos de cerca encuentro algo familiar en ellos y me acuerdo del diario de Saavedro. As¨ª que me dispongo a leerlo detenidamente y me encuentro lo siguiente:
Coloco los engranajes tal y como describe Saavedro en su diario; en teor¨ªa, si lo hago de la forma correcta, la cabina del ascensor se dar¨¢ la vuelta y me permitir¨¢ acceder al observatorio. Salgo de hueco del ascensor, acciono la palanca para que descienda y veo que la puerta, efectivamente, ha girado tal y como quer¨ªa. Entro en el ascensor, acciono la palanca y subo al piso de arriba. Puedo ver desde el ascensor c¨®mo Saavedro se esfuma y me dispongo a entrar en el observatorio.