New England Patriots y Los Angeles Rams se ver¨¢n las caras en la Super Bowl LIII en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta en una Super Bowl que ser¨¢ una reedici¨®n de la XXXVI, disputada entre ambos equipos. Ese dato quiz¨¢ no tendr¨ªa demasiada importancia si no fuera porque en ese partido se inici¨® la dinast¨ªa actual del equipo de New England. 17 a?os despu¨¦s, el equipo de Boston ha disputado nueve finales incluida esta, ha ganado cinco anillos y ha formado la mayor dinast¨ªa de la historia moderna del deporte estadounidense. Casi dos d¨¦cadas en los que han dominado de manera insultante este deporte, clasific¨¢ndose 15 veces para los playoffs y llegando a la final de la conferencia Americana en 12 ocasiones, ocho de ellas de forma consecutiva entre 2011 y 2018. En este tiempo, Bill Belichick tambi¨¦n se ha coronado como el mejor entrenador de este deporte y Tom Brady, su quarterback, como el mejor jugador de siempre en la NFL. Ya han dejado de compararle con otros jugadores de football americano y el debate est¨¢ ahora entre ¨¦l, Michael Jordan y Muhammad Ali por el cetro del mejor atleta estadounidense de todos los tiempos.
Esta Super Bowl encierra una cuenta pendiente que naci¨® en 2002 cuando los Patriots ganaron a los Rams
Durante estos mismos 17 a?os, los Rams, que hab¨ªan llegado a aquella final como favoritos y como uno de los ataques m¨¢s explosivos de todos los tiempos, bautizado como ¡°El mayor espect¨¢culo sobre el turf¡±, han vivido una trayectoria muy diferente. Solo se han clasificado en tres ocasiones para los playoffs (cuatro con ¨¦sta), han tenido nueve entrenadores diferentes, siete quarterbacks, han cambiado de propietario e incluso de sede, ya que en 2016 se trasladaron desde St. Louis a Los ?ngeles. Ahora, de la mano de Sean McVay, el entrenador de moda de la NFL a sus 33 a?itos reci¨¦n cumplidos, llegan conjurados para cerrar el c¨ªrculo, terminar con la dinast¨ªa de New England y convertirse en uno de los dominadores de la NFL en los pr¨®ximos a?os.
Los Rams empezaron la temporada NFL como un hurac¨¢n. Fueron los que m¨¢s y mejor se reforzaron en el mercado de invierno y con una plantilla plagada de estrellas, convertidos en el ¡®Dream Team¡¯ de la NFL, avasallaron a todo aquel que se cruz¨® por su lado desde la primera semana. Fueron los ¨²ltimos en perder la imbatibilidad, en la semana 9 en casa de los Saints, pero despu¨¦s de ese tropiezo continuaron intratables hasta diciembre. Sin embargo, por el camino algo se rompi¨®. Primero fue la baja de Cooper Kupp, que sin ser su mejor receptor, s¨ª era el que ten¨ªa m¨¢s qu¨ªmica con Jared Goff, su quarterback. M¨¢s tarde lleg¨® una lesi¨®n de Todd Gurley, su corredor y tambi¨¦n el mejor jugador ofensivo de la NFL, que lleva renqueante desde mediados de diciembre.
Con una plantilla plagada de estrellas, convertidos en el ¡®Dream Team¡¯ de la NFL, los Rams avasallaron a todo aquel que se cruz¨® por su lado
En realidad, esas dos bajas no impidieron que siguieran atropellando a sus rivales para acabar la temporada con un r¨¦cord 13-3, pero s¨ª parecieron abrir dudas sobre la explosividad de su ataque. Sin embargo, ficharon a C.J. Anderson, que inexplicablemente estaba sin equipo, como corredor que complementara a Gurley renqueante y fue todo un acierto. Entre los dos sumaron 238 yardas y tres touchdowns en el primer partido de playoffs contra los Cowboys. Adem¨¢s, dos receptores estelares como Cooks y Woods fueron poco a poco devolviendo la seguridad a Jared Goff, su quarterback, que despu¨¦s de un inicio de temporada dubitativo se ha convertido en una estrella gracias a un entrenador principal, Sean McVay, que lo mima y mueve sus hilos con una habilidad letal.
Por si fuera poco, su defensa, que ha jugado al ralent¨ª gran parte de la temporada porque no necesitaba m¨¢s para dominar a sus rivales, ha entrado en ebullici¨®n en enero. Aaron Donald, el mejor defensa de la NFL actual, atropella a sus rivales mientras otra bestia como Suh remata a los que quedan en pie. La defensa contra el pase tambi¨¦n ha recuperado a todos sus efectivos en el momento decisivo. Todo el mundo teme a los Patriots por su historia, pero libra por libra, jugador por jugador, estos Rams son mejores, quiz¨¢ hasta mucho mejores que los Patriots y deber¨ªan ser el equipo a batir en la final.
Esta temporada no empez¨® bien para New England. No solo es que tuvieran dos derrotas en los tres primeros partidos, es que la defensa parec¨ªa llena de agujeros, y el ataque mostraba muchas carencias en el grupo de receptores, con muchas bajas respecto a 2017 y Rob Gronkowski, su estrella junto a Brady, notando los kil¨®metros en las piernas y los golpes en todo el cuerpo. Adem¨¢s, tambi¨¦n hab¨ªa perdido algunos jugadores importantes. En un principio solo hubo dos buenas noticias. La primera fue que la l¨ªnea ofensiva segu¨ªa respondiendo tan bien como en el pasado, o incluso mejor. Y eso para este equipo es clave, porque siempre ha crecido a partir de su l¨ªnea. La segunda fue la elecci¨®n de Sony Michel en el draft, posiblemente el mejor corredor del equipo en la ¨²ltima d¨¦cada.
Cuando parec¨ªa que por fin la mayor dinast¨ªa de la NFL iba a hincar la rodilla los Patriots volvieron por fin a ser ellos mismos
La temporada avanzaba y el equipo no mejoraba. Tom Brady parec¨ªa desganado, ficharon a Josh Gordon para reforzar el grupo de receptores pese a su historial de sanciones por consumo de sustancias prohibidas y acab¨® cortado y en un centro de desintoxicaci¨®n¡ Las cr¨ªticas arreciaban y, justo cuando parec¨ªan empezar a carburar lleg¨® una derrota contra los Titans que fue como un jarro de agua fr¨ªa. Son los Patriots, su quarterback es Tom Brady, y para ellos una temporada regular termina con r¨¦cord 11-5, pero por primera vez en mucho tiempo los de Belichick llegaban a los playoffs como v¨ªctimas y no como favoritos.
Cuando parec¨ªa que por fin la mayor dinast¨ªa de la NFL iba a hincar la rodilla, cuando nadie daba un duro por ellos, los Patriots volvieron por fin a ser los Patriots en enero, cuando de verdad importa. En el primer partido de playoffs destrozaron a los Chargers jugando un football de lujo y en la final de conferencia aguantaron un duelo de pistoleros contra los Chiefs, el equipo m¨¢s explosivo de la NFL en ataque. De pronto, como por arte de magia y cuando casi nadie lo esperaba, la defensa se volvi¨® agresiva y eficaz, con una intensidad inexplicable, Tom Brady recuper¨® la mirada de asesino y todas las piezas volvieron a casar para que en enero hayamos visto a los mejores Patriots de todo el a?o y en febrero, contra todo pron¨®stico, est¨¦n en la Super Bowl y para muchas casas de apuestas sean los favoritos.
En el draft de 2016 Goff fue elegido con el n¨²mero 1 como mayor promesa del football americano. Un quarterback llamado a marcar una ¨¦poca en la NFL. Sin embargo, su primer a?o fue un desastre, arrastrado por un grupo de entrenadores desastroso, y muchos dudaban no ya de que triunfara, incluso que tuviera calidad para jugar en la NFL. Dos a?os despu¨¦s de aquella hecatombe Goff ha sido elegido para jugar dos Pro Bowls y es considerado el mejor quarterback joven de la conferencia Nacional. Donde antes hab¨ªa dudas ahora hay seguridad, donde hab¨ªa miedo, valent¨ªa y, sobre todo, donde antes hab¨ªa un entrenador de vuelta ahora hay un genio que lo mueve con maestr¨ªa.
Jared Goff llega a la Super Bowl dispuesto a mirar a los ojos incluso a un mito como Tom Brady
Cuando Sean McVay lleg¨® a los Rams se trajo a los mejores gur¨²s de la posici¨®n de quarterback para que consiguieran que Goff alcanzara las expectativas esperadas. El cambio fue radical en pocos meses. Al principio lo hizo sin correr grandes riesgos, siempre a la sombra de Todd Gurley, el corredor y estrella de este ataque. Pero poco a poco Goff se fue soltando hasta convertirse en un jugador letal. A¨²n hay quien no se f¨ªa de ¨¦l y Sean Payton, el entrenador de los Saints, sus rivales en la final de conferencia, plane¨® una defensa que obligaba al quarterback a cargar con todo el protagonismo. No solo no le tembl¨® la mano, tambi¨¦n se convirti¨® en el alma ofensiva de los suyos en una segunda parte sensacional que sepult¨® a los favoritos Saints. A Jared Goff le cost¨® arrancar, pero ahora llega a la Super Bowl y se atreve a mirar a los ojos incluso a un mito como Tom Brady.
Hace solo un a?o parec¨ªa que Tom Brady y Bill Belichick no se pod¨ªan ni ver. Su relaci¨®n de 16 a?os pod¨ªa terminar en un divorcio que, por el camino, precipitar¨ªa el final de la mayor dinast¨ªa del deporte americano. Ahora todo aquello parece una broma. Brady tiene 41 a?os. S¨ª, 41. A la edad en que la mayor¨ªa est¨¢ en la crisis de la media edad, pensando que tiene la ¨²ltima oportunidad para hacer deporte, plantar un ¨¢rbol, tener un hijo y escribir un libro, ¨¦l sigue siendo el mejor quarterback de la NFL, el jugador m¨¢s temido y tiene tanta ansia de victoria como el primer d¨ªa. Y sigue siendo u?a y carne con su entrenador, casi su padre.
Brady se ha pasado todos los playoff record¨¢ndole a la prensa que todo el mundo los daba por enterrados
Brady se ha pasado todos los playoff record¨¢ndole a la prensa que todo el mundo los daba por enterrados, que dec¨ªan que ¨¦l estaba lento y Belichick mayor, y por el camino, como en sus mejores tiempos, jug¨® un primer cuarto perfecto ante los favoritos Chargers para dejar el duelo resuelto en quince minutos y dirigi¨® tres series magistrales marca de la casa ante los Chiefs, antes del descanso, antes del final del ¨²ltimo cuarto y en el tiempo extra que obligaron a toda la NFL a arrodillarse y rendir pleites¨ªa. En estos 17 a?os nadie ha sido tan letal como Brady, nadie ha decidido partidos como ¨¦l y nadie ha contemplado al rival con esa mirada fr¨ªa, sin alma, vac¨ªa, que hiela la sangre en las venas de quien la contempla.
El entrenador de los Rams tiene exactamente la mitad de edad que el de los Patriots. Uno 66 y el otro 33. Para muchos, Sean McVay es el heredero de Bill Belichick como referente de los banquillos de la NFL. Es el entrenador m¨¢s joven de la liga y, aun as¨ª, ya fue elegido entrenador del a?o en su primera temporada como head coach de los Rams. Como genio precoz, fue nombrado entrenador de tight ends de los Redskins a los 24 a?os y coordinador ofensivo de Washington a los 27. Cuando lleg¨® a los Rams el a?o pasado le dio al equipo la vuelta completamente con un estilo revolucionario que llev¨® a su ataque de ser el peor de toda la NFL a terminar como el m¨¢s anotador en solo 12 meses. Y transformar a Goff, su quarterback, en una extensi¨®n de su brazo dentro del campo que ejecuta con precisi¨®n quir¨²rgica las jugadas elaborad¨ªsimas e indescifrables que crea en su cabeza de genio.
El duelo de entrenadores quiz¨¢ sea la mayor delicatesen de esta Super Bowl
Belichick no solo es perro viejo, tambi¨¦n es, probablemente, el mejor entrenador que ha pisado nunca la banda de un emparrillado de la NFL. Ha ganado cinco Super Bowls como entrenador principal y otras dos como coordinador defensivo, ha sido elegido tres veces como entrenador del a?o y, si no ha recibido m¨¢s veces ese galard¨®n, probablemente sea porque lleva a?os fuera de concurso. Nunca le han importado las formas, ni la est¨¦tica, ni las palabras. Belichick act¨²a, se rodea de un grupo de entrenadores que le siguen a pies juntillas, a pesar de su edad aprovecha los avances tecnol¨®gicos antes que nadie y, llegado el partido, todo el mundo tiene claro que su equipo pondr¨¢ en el asador la estrategia m¨¢s da?ina para el rival y su equipo jugar¨¢ por encima de sus posibilidades. Solo as¨ª se consigue dominar la NFL con brazo de hierro durante casi dos d¨¦cadas. Esta Super Bowl est¨¢ llena de alicientes, pero el duelo estrat¨¦gico entre Belichick y McVay, su partida de ajedrez, quiz¨¢ sea la mayor delicatesen de todas.