Fueron 32 las federaciones inscritas en la tercera Eurocopa. S¨®lo Islandia qued¨® fuera, aunque posteriormente se producir¨ªa la retirada de Malta. Se modific¨® el sistema copero, form¨¢ndose ocho grupos de cuatro equipos, cuyos campeones se clasificar¨ªan para los octavos de final. Como en ediciones anteriores, una vez conocidos los semifinalistas se designar¨ªa entre ellos la sede de la fase final. El sorteo agrup¨® a Espa?a con Checoslovaquia, Irlanda y Turqu¨ªa. (Foto de apertura: Stanley Rous).

Stanley Rous hab¨ªa frenado, en lo posible, la creaci¨®n de la UEFA, aunque inmediatamente se instal¨® en su Comit¨¦ directivo. Se hab¨ªa opuesto a la idea de Henri Delaunay y las federaciones brit¨¢nicas no hab¨ªan participado en la primera edici¨®n. Ello no fue obst¨¢culo para que el propio Rous formara parte del Comit¨¦ organizador. Lo que no le gustaba era el sistema primero y tradicional de las eliminatorias, el sistema de Copa. Hab¨ªa inspirado a los brasile?os ¨Campar¨¢ndose en una mayor recaudaci¨®n¨C el cambio del sistema ante la IV Copa del Mundo y estaba trabajando en el mismo sentido en la Copa de Europa.

Hac¨ªa ya m¨¢s de diez a?os que hab¨ªa muerto Henri Delaunay y su hijo Pierre tampoco se encontraba ya en la secretar¨ªa general. Y Rous intervino. De tal suerte que en la reuni¨®n que tuvo el Comit¨¦ Organizador en Niza (Francia), el 17 de noviembre de 1965, se acord¨®, por unanimidad, cambiarlo todo. En primer lugar, el sistema. Prevaleci¨® la idea inglesa de la formaci¨®n de grupos eliminatorios previos que jugaran una liguilla para clasificar los equipos necesarios para los cuartos de final, el campe¨®n de cada grupo. Luego, los cuartos de final se jugar¨ªan por eliminatorias a doble partido. Y, eso s¨ª, la fase final tendr¨ªa lugar en el pa¨ªs de una de las cuatro naciones clasificadas y a partido ¨²nico de semifinales y final, tal y como se hab¨ªa hecho anteriormente.

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¡®La final de las botellas¡¯.

El Bar?a gan¨® la final de Copa al Madrid por 1-0. El arbitraje de Rigo desat¨® el enfado de los madridistas. Miles de objetos, ma-yoritariamente botellas, cubrieron el c¨¦sped del Bernab¨¦u motivando la prohibici¨®n posterior de su venta en los estadios espa?oles.

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Representaba cambiar la estructura del torneo. O por decirlo m¨¢s dr¨¢sticamente, era un torneo diferente. Y le dieron un t¨ªtulo nuevo: Primer Campeonato de Europa de F¨²tbol. Eso s¨ª, manteniendo el mismo trofeo para el vencedor, la Copa Henri Delaunay.

Esta vez se inscribieron 32 de las 33 naciones afiliadas a la UEFA S¨®lo se excus¨® Islandia. Por tanto, ocho grupos de cuatro selecciones. El 23 de febrero de 1966 se celebr¨® en Zurich el sorteo, dirigido, naturalmente, de los grupos. Y quedaba para una reuni¨®n posterior el dar las fechas de los enfrentamientos dentro de cada grupo. Espa?a qued¨® encuadrada en el grupo 1 con Checoslovaquia, Rep¨²blica de Irlanda y Turqu¨ªa.

Tambi¨¦n se aprob¨® que en caso de empate a puntos, entrar¨ªa en juego el goalaverage general, es decir, el cociente de goles a favor y en contra. En caso de persistir el empate, se echar¨ªa mano del coeficiente particular entre los dos o m¨¢s empatados y si, pese a ello, segu¨ªa el empate, se sortear¨ªa la plaza de vencedor. La fase final se jugar¨ªa en el mes de junio de 1968, en uno de los cuatro pa¨ªses de las Selecciones clasificadas para semifinales.

El fracaso espa?ol en la Copa de Mundo de 1966, la disputada en Inglaterra, no s¨®lo aplast¨® al seleccionador Villalonga - que ya hab¨ªa dicho que pasara lo que pasara en Inglaterra, se ir¨ªa - sino a todo el f¨²tbol espa?ol. Los ¨¢nimos period¨ªsticos andaban encrespados, no se sabe si recogiendo la indignaci¨®n popular de los aficionados o intentando promover esa indignaci¨®n¡­

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Domingo Balmanya

Jugador del Bar?a a caballo de la Guerra Civil, durante ¨¦sta actu¨® en el S¨¨te franc¨¦s. Se retir¨® en el N¨¤stic de Tarragona. Lleg¨® a ser entrenador del Barcelona y gan¨® la Liga en 1966 con el Atl¨¦tico madrile?o. Este ¨¦xito le catapult¨® a la selecci¨®n nacional.

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Pese a la presi¨®n medi¨¢tica, la Federaci¨®n segu¨ªa en manos de Benito Pico con Andr¨¦s Ram¨ªrez como Secretario General. Hab¨ªa que buscar un nuevo seleccionador Y como esto suele ser una fiesta hisp¨¢nica comparable a la de la Loter¨ªa de Navidad, todos los aficionados ten¨ªan su d¨¦cimo, es decir, su candidato. Quien parec¨ªa contar con m¨¢s votos era ?Di St¨¦fano! Se hab¨ªa retirado aquella temporada, a los 40 a?os, vistiendo los colores del Espa?ol y manifestaba una excelente disposici¨®n para el cargo, conocimientos del f¨²tbol y en concreto del f¨²tbol espa?ol no le faltaban. Pero cuando Domingo Balmanya que acababa de coronar campe¨®n de Liga al Atl¨¦tico de Madrid se despidi¨® inesperadamente de los rojiblancos alegando cansancio del f¨²tbol y urgentes asuntos particulares que resolver, los m¨¢s avisados o los m¨¢s amigos del gerundense clamaron habemus seleccionador. Acertaron. El 3 de agosto de 1966 la Federaci¨®n comunic¨® el nombramiento de Domingo Balmanya.

El 6 de septiembre hubo reuni¨®n en la Federaci¨®n Espa?ola para que Balmanya presentara el informe de situaci¨®n y proyectos que se le hab¨ªa solicitado tras su nombramiento y adem¨¢s se le comunic¨® la composici¨®n de un Comit¨¦ Asesor formado por Benito D¨ªaz, presidente de la Escuela de preparadores, Jos¨¦ Luis Lasplazas, periodista barcelon¨¦s, Ram¨®n Melc¨®n, ex ¨¢rbitro y periodista y Manuel Asensi, presidente del Colegio arbitral. El 13 de septiembre se har¨ªa p¨²blica la lista de convocados. Como siempre, desat¨® la pol¨¦mica.