El Madrid tiene deberes para la vuelta en Stamford Bridge
El equipo de Zidane debe mejorar ciertos aspectos si quiere lograr el acceso a la final de Estambul. El plan de Tuchel oblig¨® a los blancos a jugar inc¨®modos.
A escasos 90 minutos de plantarse en una nueva final de la Champions, el empate ante el Chelsea deja tareas pendientes que mejorar para el Real Madrid. En primer lugar, la imperiosa necesidad de mejorar su rendimiento cara a la meta rival. Ante el Chelsea, los blancos s¨®lo dispararon dos veces sobre los tres palos de la meta defendida por Mendy. Ambas fueron de Benzema: una acab¨® en el gol madridista y el otro disparo se estrell¨® en el poste. Los ¡®blues¡¯ s¨®lo en la primera parte probaron a Courtois en tres ocasiones: una fue el gol de Pulisic, otra el remate de Wener que despej¨® el meta belga con los pies y el tercero fue un disparo lejano que acab¨® mansamente en las metas del portero blanco.
A los blancos les sorprendi¨® el nivel de agresividad de lo jugadores ingleses desde el minuto 1 de partido: en cada choque sal¨ªan victoriosos y recuperaban el bal¨®n con suma facilidad (46 por 51 (un 52,6% de los londinenses por un 47,4% de los blancos), seg¨²n datos de Opta), lo que facilitaba las r¨¢pidas transiciones de los de Tuchel, cuya idea era clara: su doble pivote (Kant¨¦-Jorginho) ten¨ªan que recuperar y lanzar a Pulisic, Werner y Mason Mount. El hueco que dejaba Marcelo a su espalda era una verdadera v¨ªa abierta para el ataque visitante. El Chelsea recuper¨® el bal¨®n en 56 oportunidades. Los blancos en 44 ¡ La falta de agresividad en los blancos se not¨® sobre todo en el centro del campo, pero hay que se?alar que sus dos principales generadores de juego llegaban tras haber salido de lesiones: Kroos arrastra unas dolencias musculares desde hace un mes. Modric se recuper¨® de un tir¨®n muscular en la espalda que se produjo hace una semana.
Ese factor tambi¨¦n se not¨® en otro aspecto del juego: los blancos tuvieron un 86,9% de precisi¨®n en sus pases, mientras que el Chelsea elev¨® esa prestaci¨®n a un 89,5% (los ingleses tuvieron una media de casi el 91% en la segunda mitad). Fue Eder Militao el jugador m¨¢s preciso con un 96% de efectividad (Asensio tuvo un 100%, pero s¨®lo dio siete pases en los 17 minutos que jug¨®; su compa?ero dio 68 pases buenos de 71 intentados en los 93 minutos que disput¨®). En ese aspecto, Tuchel oblig¨® a los jugadores del Madrid a jugar m¨¢s en balones largos que en pases cortos. Los blancos tienen el mejor registro de todos los equipos que han jugado esta edici¨®n de la Champions con un 92% de media en juego en corto. El plan del t¨¦cnico alem¨¢n fue forzar, con su presi¨®n alta, a que los blancos jugasen m¨¢s en largo: hasta en 86 veces se vieron obligados a jugar de esa manera (68 pases correctos). Su rival no se vio exigido: apenas 37 pases largos de 53 intentados. Donde s¨ª dominaron los ingleses fue en su habilidad para sortear madridistas: 16 regates buenos por tan s¨®lo cinco de los blancos.
Otro aspecto a mejorar fue la posici¨®n ideal de los jugadores blancos, sobre todo, Marcelo. El lateral brasile?o se olvid¨® de defender y dejaba mucho espacio entre su posici¨®n ideal y la de Nacho durante la primera mitad, algo que aprovecharon los jugadores ingleses. Carvajal se mantuvo m¨¢s retrasado que su compa?ero en la otra banda, dejando un dibujo asim¨¦trico. Ya en la segunda mitad, Marcelo estuvo m¨¢s contenido. Eso se reflej¨® tambi¨¦n en el centro del campo, donde Casemiro estuvo m¨¢s rezagado para ayudar a sacar el bal¨®n, dejando bastantes metros de diferencia para con Modric y Kroos. La presi¨®n alta de los londinenses obtuvo premio a su trabajo: desconectaron a Vinicius, que apenas tuvo un par de carreras en todo su partido, impidiendo por ejemplo que pudiera repetir la jugada de su primer gol al Liverpool. Zidane tiene por delante ahora una semana para corregir estas ideas: Estambul est¨¢ a 90 minutos¡ pasando por Stamford Bridge.