Un a?o de estado de alarma
El 14 de marzo de 2020, se decret¨® en Espa?a el estado de alarma para combatir la pandemia de COVID-19 que ha dejado m¨¢s de 72.000 muertes en nuestro pa¨ªs.
¡°Estamos ante una emergencia de salud p¨²blica, ante una pandemia mundial que requiere medidas dr¨¢sticas con los recursos que sean necesarios. Quiero proteger a todos los espa?oles y ganar al virus. Estamos preparados para lograrlo con las siguientes medias¡±. Estas son las palabras que pronunci¨® el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, el 24 de marzo de 2020 antes de anunciar que se instauraba el estado de alarma en Espa?a para combatir la COVID-19, que hab¨ªa llegado a nuestro pa¨ªs dos meses antes. Por entonces, acumul¨¢bamos 4.209 casos confirmados y 120 personas fallecidas. Actualmente, 3,18 millones de personas se han infectado y 72.258 han perdido la vida.
Este estado de alarma supuso unas severas restricciones que afectar¨ªan a la movilidad de la poblaci¨®n espa?ola, as¨ª como la suspensi¨®n de toda actividad no esencial, incluida la educaci¨®n. Los ciudadanos fueron sometidos a un confinamiento domiciliario que se alarg¨® hasta el 21 de junio. Solo pod¨ªan salir de casa por motivos justificados, como adquirir alimentos, productos farmac¨¦uticos y de primera necesidad o para acudir a centros sanitarios o al lugar de trabajo.
Im¨¢genes in¨¦ditas
Unos d¨ªas antes de que comenzara el estado de alarma, el caos domin¨® los supermercados. Presas del miedo, los ciudadanos acudieron masivamente a comprar para afrontar un posible confinamiento que ya se viv¨ªa en otros pa¨ªses, como Italia. Esto dej¨® im¨¢genes impactantes de estanter¨ªas vac¨ªas y sin posibilidad de reponer los alimentos durante d¨ªas, largas colas en las puertas de los establecimientos, restricciones de acceso, horarios reducidos, miembros de seguridad en las puertas controlando la entrada... Parec¨ªa una pel¨ªcula de ficci¨®n.
De ah¨ª, nos trasladamos a las desoladoras im¨¢genes que mostraban vac¨ªas unas calles que sol¨ªan estar tan repletas de vida. Pero las m¨¢s duras fueron las que llegaban del sistema sanitario. A pesar del confinamiento, los hospitales y sus unidades de cuidados intensivos (UCI) comenzaron a colapsar debido al imparable crecimiento de los contagios, as¨ª como los servicios funerarios tradicionales, que se encontraban desbordados por los miles de fallecimientos que se registraban a diario. Tan extrema era la situaci¨®n que tuvo que instalarse una gran morgue en el Palacio de Hielo de Madrid.
No obstante, el terrible sufrimiento dej¨® tambi¨¦n gestos nunca vistos. La labor realizada por el personal sanitario sobrecogi¨® a los espa?oles, que durante el confinamiento salieron cada tarde a los balcones para aplaudir a estos profesionales que pon¨ªan, y ponen, su vida en peligro por salvar al resto. Mientras, ellos solo ped¨ªan que mejoraran sus condiciones para trabajar con seguridad.
Aglomeraciones tras confinamiento y uso de mascarillas
En mayo comenz¨® la desescalada del confinamiento y los ciudadanos pudieron comenzar a pasear despu¨¦s de m¨¢s de tres meses encerrados, lo que provoc¨® aglomeraciones en muchos puntos de Espa?a. Finalmente, el estado de alarma lleg¨® a su fin el 21 de junio de 2020, aunque algunas comunidades pudieron salir antes por su mejor situaci¨®n epidemiol¨®gica, y la nueva normalidad lleg¨® tambi¨¦n a finales de ese mes.
No obstante, el pa¨ªs logr¨® mantener la estabilidad en la curva durante unos meses. Una de las herramientas que se utiliz¨® para ellos fue el uso obligatorio de la mascarilla en todo el pa¨ªs. Al principio, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) no estaba segura sobre su uso masivo porque pod¨ªan provocar ¡°un falso sentido de seguridad¡±. Sin embargo, con el paso del tiempo su uso se hizo imprescindible y se convirtieron en el principal arma de combate, junto a la distancia social y a la higiene de manos.
Segunda ola y nuevo estado de alarma
Con la llegada del verano, el miedo se rebaj¨® ligeramente y las ganas de disfrutar afloraron despu¨¦s de unos meses tan duros. Con ello, surgi¨® la preocupaci¨®n de los expertos ante la llegada de una segunda ola que podr¨ªa ser peor que la primera si enlazaba con el oto?o e invierno. Vaticinaban que en esos meses de fr¨ªo se reducir¨ªan las actividades al aire libre y, al pasar m¨¢s tiempo en espacios cerrados, aumentar¨ªa el riesgo de contagio. Adem¨¢s, en estas fechas tendr¨ªamos que lidiar con resfriados o gripe, lo que pod¨ªa agravar la situaci¨®n de los hospitales.
Y el temor se hizo realidad. Durante un tiempo, Espa?a fue el pa¨ªs europeo m¨¢s afectado por esta nueva ola que lleg¨® en septiembre, dejando n¨²meros incluso m¨¢s altos que en los primeros meses de la pandemia, aunque tambi¨¦n se realizaban m¨¢s pruebas de detecci¨®n. Ante la nueva crisis que se avecinaba, el Gobierno volvi¨® a decretar un nuevo estado de alarma el 25 de octubre de 2020, que se extender¨¢ hasta el pr¨®ximo 9 de mayo. La principal diferencia, es que en esta ocasi¨®n no hubo confinamiento domiciliario, sino que se han tomado otras medidas como toques de queda, limitaciones en las reuniones sociales, reducciones de aforos o cierres perimetrales de comunidades aut¨®nomas o municipios.
Estas medidas generaron un enorme malestar en la sociedad, que comenz¨® a manifestarse contra ellas. En cambio, algunos expertos las consideran insuficientes. As¨ª, ped¨ªan otro confinamiento domiciliario para evitar cometer los errores de la primera ola. ¡°El error que cometimos fue abrir la mano completamente despu¨¦s de esa cuarentena que se hizo entonces. El control tiene que mantenerse. Entonces, ?qu¨¦ es lo que hay que hacer? Hay que hacer un confinamiento de los de verdad y, despu¨¦s, controles muy estrictos durante la desescalada para evitar la dispersi¨®n del virus¡±, propon¨ªa en una entrevista con NIUS Carlos Pereira, profesor de virolog¨ªa y epidemiolog¨ªa en la Universidad de Santiago de Compostela.
Sin embargo, el Gobierno ha apostado por tratar de mantener activa la econom¨ªa en la medida de lo posibles, especialmente tras la demanda de los empresarios que se est¨¢n viendo duramente afectados por las restricciones.
Las vacunas despiertan la ilusi¨®n en plena tercera ola
Conforme se acercaba el final de 2020, se mezclaban las emociones. La amenaza de una tercera ola despu¨¦s de Navidad contrastaba con la ilusi¨®n que despertaba la inminente llegada de las vacunas contra la COVID-19.
Cient¨ªficos de todo el mundo han trabajado a destajo durante el a?o para desarrollar un f¨¢rmaco que ayude a controlar la pandemia. Y el 21 de diciembre lleg¨® el primero. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en ingl¨¦s) aprob¨® la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech. Tan solo seis d¨ªas despu¨¦s, comenz¨® en Espa?a la campa?a de vacunaci¨®n. Araceli Hidalgo, de 96 a?os, fue la primera espa?ola en vacunarse. Desde ese momento, han llegado a Espa?a las vacunas de Moderna y AstraZeneca, mientras se espera que la EMA apruebe pr¨®ximamente el f¨¢rmaco monodosis de Johnson & Johnson. En total, nuestro pa¨ªs ha administrado m¨¢s de cinco millones de dosis, el 77,7% de todas las que ha recibido.
As¨ª, aunque el pa¨ªs est¨¢ luchando contra la tercera ola que, efectivamente, lleg¨® tras las celebraciones navide?as, es dif¨ªcil no mostrarse esperanzado con lo que las vacunas pueden provocar. Especialmente si se consigue el objetivo que tiene el Ejecutivo de inmunizar al 70% de la poblaci¨®n espa?ola para verano.
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