Beal, Mitchell y ahora Lillard: los Heat, otra vez sin premio
Damian Lillard es uno de los muchos jugadores que en los ¨²ltimos a?os sonaba para los Heat, pero ha acabado en otro lugar. Pat Riley, inmerso en una b¨²squeda enorme: la de s¨ª mismo.


Pat Riley es uno de los personajes m¨¢s inteligentes, sin ninguna duda, de la historia de la NBA. Ligado a la competici¨®n norteamericana desde 1967, lleva m¨¢s de medio siglo haciendo magia, 56 a?os en total, camino de los 57. Y, con 78 a?os, no parece que su final est¨¦ cerca. Ya sea como jugador, entrenador o directivo, el Padrino de la mejor Liga del mundo (como coloquialmente se le conoce) no ha parado de hacer propuestas que no se pueden rechazar. Conquist¨® en activo el anillo de 1972, el ¨²nico que gan¨® un Jerry West que perdi¨® ocho Finales y fue torturado de forma indiscriminada por los Celtics de Bill Russell. Despu¨¦s, como asistente, conquist¨® el de 1980, el primero de Magic, al que le dio otros cuatro como primer entrenador tras el despido de Paul Westhead, que tuvo lugar con el benepl¨¢cito del propio Magic.
Tras ello, Riley pas¨® a los Knicks, donde comprendi¨® que el Showtime no ten¨ªa continuidad (nunca un estilo dependi¨® tanto de un s¨®lo jugador) y que la NBA era heredera de los Bad Boys de Detroit y no del carism¨¢tico juego de los Lakers, ese que permiti¨® a la competici¨®n norteamericana presumir del juego m¨¢s cautivador del planeta. En Nueva York, otro mercado grande tras Los ?ngeles, Riley se atrincher¨® atr¨¢s, dio problemas a los Bulls de Jordan y les elimin¨® sin ¨¦l en 1994, cuando se col¨® en las Finales y tuvo dos match balls ante los Rockets de Hakemm Olajuwon, con Rudy Tomjanovich en el banquillo. Otro ¨¦xito rotundo a pesar de la derrota y un salto a Florida para unirse a los Heat, con los que pis¨® las finales de Conferencia en 1997 y conquist¨® el anillo de 2006, el ¨²ltimo en los banquillos, uno unido a la pol¨¦mica salida de Stan Van Gundy, que demostr¨® su lealtad al irse sin hacer ruido, pero cansado del intervencionismo que Riley ejerc¨ªa en los despachos.
Riley lleva casi 30 a?os ligado a los Heat, desde 1995. Ocupa la presidencia de la entidad, con la que gan¨® los t¨ªtulos de 2012 y 2013 tras fichar a LeBron James y Chris Bosh, a los que junt¨® con Dwayne Wade. Tambi¨¦n sum¨® dos Finales m¨¢s, antes y despu¨¦s de dichos ¨¦xitos. Y a pesar de la salida del Rey, una decisi¨®n que no gust¨® nada al mandam¨¢s, que no pudo quedarse con la estrella ni haciendo gala de su extraordinario poder de convicci¨®n, ha conseguido que los Heat se mantengan competitivos a pesar de tener plantillas de menos nivel que en el pasado. Y ha sumado otras dos Finales: una con en 2020 (derrota ante los Lakers por 4-2) y otra en 2023 (la ¨²ltima, con un 4-1 contra los Nuggets). Son las mil vidas de Pat Riley, que como jugador, entrenador o directivo ha estado en el 25% de las Finales de la historia de la NBA: 19 en total. Tremendo.
?El fin de la magia?
Que nada es eterno es un hecho y en el caso de Riley, igual que en el de otras figuras de a?os de experiencia (siempre se viene a la mente Gregg Popovich), tampoco. Por mucho que lo parezca o que insista en que no va a poner punto y final a una estancia que es m¨¢s larga que la propia NBA. Su eterna (y eternizada) figura no se empeque?ece, por mucho que la magia parezca escaparse. Y su pose cuando ve los partidos, con uno de sus muchos anillos de campe¨®n en el dedo y sin cambiar el rictus, siempre bien engominado, emana un aura extraordinaria. La de una figura indivisible a la NBA, que sigue haciendo historia a pesar de las dificultades, que no se achica, que apuesta por Erik Spoelstra hasta el final y niega incluso a LeBron, al que despidi¨® elegantemente de su despacho junto a Wade en 2011, cuando ambos le pidieron el cese del t¨¦cnico, su protegido, para que bajara al banquillo de nuevo y se hiciera con las riendas del equipo en la pista.
Sin embargo, Riley no pesca un pez grande desde la llegada de Jimmy Butler, que aterriz¨® en 2019 tras la eliminaci¨®n de los Sixers ante los Raptors en semifinales de Conferencia, con ese tiro de Kawhi Leonard en el s¨¦ptimo partido para el recuerdo. Desde entonces han sonado para los Heat: Bradley Beal (ahora en los Suns), Donovan Mitchell (que se fue a los Cavaliers) y, ¨²ltimamente, Damian Lillard. Que tampoco ha acabado en Miami, el destino que dec¨ªa que era su favorito, y se une a Giannis Antetokounmpo en los Bucks para dar un golpe sobre la mesa, destruir pron¨®sticos y dar una nueva perspectiva a la NBA en general y a la Conferencia Este en particular. Un duro palo para los Heat, favoritos claros para hacerse con el base en los ¨²ltimos d¨ªas y en los que ya se repite un denominador com¨²n: siempre est¨¢n en las negociaciones, pero nunca las rematan. Un peque?o palo que no ensombrece la carrera de Riley, pero que s¨ª demuestra que su magia no es infinita.
La situaci¨®n de los Heat
Riley ha sostenido en los ¨²ltimos a?os a la franquicia de Florida con un gran Butler, un buen Bam Adebayo, alguna decisi¨®n correcta en los drafts y muchos aciertos fuera del mismo, llenando la plantilla de jugadores que ni siquiera han sido drafteados y con muchas j¨®venes promesas con las que nadie contaba: Duncan Robinson, Tyler Herro, Max Strus, Gabe Vincent, Caleb Martin... Todos ellos est¨¢n o han pasado por Miami, pero el golpe de efecto no termina de producirse, el f¨ªsico de Butler no puede resistir de forma perpetua (cumpli¨® 34 a?os el pasado 14 de septiembre) y las heroicidades en los playoffs suelen ser un condicionante y no una t¨®nica para nada t¨ªpica. Es insostenible partir de una octava posici¨®n y disputar las Finales, algo que s¨®lo ha ocurrido dos veces en la historia: en los Knicks de 1999 (con Jeff Van Gundy, heredero de Riley, de entrenador) y el curso pasado. Palabras mayores.
Los Heat, que desde 2006 tienen m¨¢s victorias en playoffs y han disputado m¨¢s Finales (7) que cualquier otro equipo de la NBA, han perdido este verano a Max Strus (Cleveland Cavaliers), Gabe Vincent (Los Angeles Lakers), Cody Zeller( New Orleans Pelicans) y Omer Yurtseven (Utah Jazz). Los dos primeros apuntalaban el juego exterior, eran buenos defensores, corr¨ªan, pasaban bloqueos y eran, adem¨¢s, titulares, tanto en temporada regular como en la fase final. Los otros dos, jugadores de rol, m¨¢s a¨²n un Yurtseven que destac¨® mucho en un breve periodo de la 2021-22 pero apenas cont¨® con oportunidades el curso pasado. Como contrapartida, los Heat han fichado a Thomas Bryant, Justin Champagnie, Jaime Jaquez, Jr. y Josh Richardson. Un bot¨ªn demasiado peque?o en comparativa con lo que han perdido, con un relevo para Adebayo como Bryant, que no aporta apenas en defensa, y con un resultado final claro: la plantilla es peor. Y ese 44-38 de hace unos meses parece ahora complicado de igualar. Por muy bueno que sea Spoelstra (que lo es) y por muchas Finales que disputaran.
Riley se ha acostumbrado a apoyarse en el entrenador y a llenar la rotaci¨®n de gente joven para ganar, pero eso no siempre resulta. Y la llegada de Lillard a los Bucks supone tambi¨¦n un plante para los Heat, que suman otra estrella perdida que habr¨ªa dado un toque de calidad indiscutible al equipo. Es otro que se escapa (Mitchell, Beal...), uno m¨¢s, de nuevo. Se dice que en Miami se ofreci¨® a Tyler Herro y alguna ronda del draft, pero a los Blazers les pareci¨® demasiado poco y pagar 120 millones en cuatro temporadas al reci¨¦n renovado escolta, un precio excesivamente caro, por mucha calidad que tenga. Tambi¨¦n se ha filtrado que Pat Riley no volvi¨® a llamar a los Blazers tras esta oferta inicial y eso provoc¨® que en Oreg¨®n se decantaran por el intercambio a tres bandas con Bucks y Suns. Y ahora, la noticia es que los Heat van a por... Jrue Holiday, que ha finalizado en Portland tras el movimiento. ?Dar¨¢n esta vez con la tecla? Lo que sabemos es que hay muchos pretendientes. El resto, es una inc¨®gnita.