El desastre de los Hornets: Jordan no da con la tecla
Los Hornets, que levan 18 a?os sin superar una ronda de playoffs, no terminan de arrancar. El talento existe, pero las carencias tambi¨¦n. Jordan no da con la tecla.


Los Hornets se han vuelto a estrellar. Otra vez en el play-in, otra vez como el d¨¦cimo entorchado y en su en¨¦simo fracaso como franquicia. Siguen siendo uno de los dos equipos, en un dudoso honor, en no haber jugado nunca unas finales de Conferencia. Y tienen, adem¨¢s, el r¨¦cord de m¨¢s temporadas consecutivas sin superar una ronda de playoffs. Concretamente desde 2002, en esa plantilla que lideraba Baron Davis y en la que estaban jugadores como Jamal Mashburn, David Wesley, Elden Campbell, P.J Brown y compa?¨ªa. Ese a?o ganaron a los Magic en primera ronda (3-1) antes de perder en semifinales ante los Nets (4-1). Eran un equipo descarado, divertido, polifac¨¦tico y ofensivo que entrenaba Paul Silas y lleg¨®, como franquicia joven, a dichas semifinales en dos temporadas consecutivas, en 2001 llevando a los Bucks de Ray Allen y George Karl al s¨¦ptimo partido. Un recuerdo lejano de una entidad precoz que cae en la misma piedra una y otra vez.
The Hornets have now gone 18 straight seasons without a playoff series win, tied with the Kings and Timberwolves for the longest active streak in the NBA.
— ESPN Stats & Info (@ESPNStatsInfo) April 14, 2022
Charlotte has not won a playoff series since returning to the NBA in 2004-05. pic.twitter.com/ecVTdnqRVw
Son 18 temporadas consecutivas y no 20 porque los Hornets desaparecieron de 2002 a 2004. Tras su reaparici¨®n, jam¨¢s llegaron tan lejos. Pasaron a ser el hazmerre¨ªr de la NBA como Charlotte Bobcats, donde encadenaron varias temporadas con balance negativo hasta que, en 2010, Michael Jordan hizo su aparici¨®n. His Airness puso rumbo a su Carolina del Norte natal, ignorando a unos Bulls a los que jam¨¢s regres¨® y amasando una fortuna (1.900 millones de d¨®lares) que ya es superior hoy a la de Jerry Reindsford (en torno a 1.600). Y ah¨ª empez¨® una nueva era, la de la bonanza econ¨®mica pero los fracasos deportivos, la de atraer miradas por estar Jordan en las gradas, pero tropezar con un proyecto que no ve¨ªa la luz y que no era capaz de emerger. Ni con Kemba Walker en pista, ni con Steve Clifford como entrenador.
LaMelo Ball representa la ¨²ltima gran esperanza para Jordan, que anima sin convicci¨®n a su equipo en primera fila. Y seguir¨¢ siendo la cara de un proyecto que se ha vuelto a quedar sin playoffs, algo que ocurre ininterrumpidamente desde 2016, cuando perdieron en una aguerrida primera ronda ante los Heat. Tras ello lleg¨® James Borrego, un entrenador joven y prometedor para crecer con un proyecto de equipo lleno de talento, pero irregular. Y, tras la segunda derrota consecutiva en el play-in, parece que el calvario de Jordan va a continuar un poco m¨¢s a no ser que haya cambios sustanciales de cara al curso que viene. En el que, una vez m¨¢s, se esperar¨¢ mucho de los Hornets.
El equipo de Charlotte necesita, por lo pronto, poder interior. Y espacio salarial si quiere ofrecerle la extensi¨®n m¨¢xima a LaMelo que pedir¨¢. En operaciones a corto plazo podr¨¢n entrar Gordon Hayward (le quedan dos a?os del contrato que firm¨® por cuatro, a ra¨ªz de 120 millones) y Terry Rozier (en los pr¨®ximos cuatro a?os promediar¨¢ 24 millones de d¨®lares por curso). Y podr¨ªa llegar, atenci¨®n, Russell Westbrook, al que Jordan, que no ha demostrado como directivo o que s¨ª hizo como jugador, tiene una gran ambici¨®n. De momento, se abre periodo de reflexi¨®n y todo se decidir¨¢ en un verano en el que Michael Jordan est¨¢ obligado a hacer cambios si quiere mejorar su reputaci¨®n en los despachos. De momento, todo son (y seguir¨¢ habiendo) rumores. El resto, ya lo veremos.