El esp¨ªritu de Garnett: los Wolves, del averno a la luz
Los Wolves, en crisis desde la salida de Garnett, disputar¨¢n su segunda serie de playoffs desde 2004. Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, la ciudad de Minnesota sonr¨ªe.


El 19 de mayo de 2004, se desat¨® la locura en el Target Center de Mine¨¢polis. Chris Webber fallaba sobre la bocina un intento de triple para empatar el partido y forzar la pr¨®rroga. El ala-p¨ªvot, carcomido durante todo el a?o por las lesiones del a?o anterior, tuvo su oportunidad de redenci¨®n, fint¨® ante un Kevin Garnett que se qued¨® mirando el lanzamiento desde atr¨¢s, se cuadr¨® y lanz¨® arqueando perfectamente los brazos. Pero la canasta escupi¨® el bal¨®n como si el destino de esos Kings estuviera sellado ya desde el principio de los tiempos. Garnett levant¨® los brazos y celebr¨® el d¨ªa de su cumplea?os con 32 puntos, 21 rebotes y 5 tapones. Los Wolves, un mercado peque?o que lleg¨® a la NBA con la expansi¨®n de 1989, llegaban a las finales de Conferencia por primera vez en su corta historia. El jolgorio se desat¨®. Pero la esperanza acab¨® ah¨ª. Fue la previa a una larga espera. El principio del fin. La puerta abierta a una crisis pantagru¨¦lica.
Los Wolves no han levantado cabeza desde entonces. Ni siquira con ese 47-35 de Tom Thibodeau en la 2017-18, una primera ronda que supo a poco por toda la guerra abierta que despu¨¦s se desat¨® entre Jimmy Butler, Andrew Wiggins y Karl-Anthony Towns, ¨²nico miembro hoy del tr¨ªo de ese a?o. El m¨¦rito actual es mayor que el de 2018, cuya eliminaci¨®n en primera ronda fue meramente anecd¨®tica, pero cuya clasificaci¨®n sirvi¨® para evitar ese dudoso honor que manejan los Kings en solitario: el de m¨¢s temporadas consecutivas fuera de playoffs. Es curioso, pero las dos crisis m¨¢s largas vividas en la NBA han sido de los dos equipos que estaban en el Target Center ese lejano 19 de mayo de 2004. Los Kings pisaron la fase final dos a?os m¨¢s antes de iniciar una ca¨ªda a los infiernos que parece no tener fin. Los Wolves no volvieron hasta 2018, algo que les sirvi¨® para quitarse de encima la vitola de ser uno de los peores equipos de la historia. Son d¨ªas aciagos en Sacramento.
En Minnesota nadie conf¨ªa con igualar el ¨¦xito de 2004, una temporada distinta a esta y a todas las dem¨¢s: 56-26, mejor r¨¦cord de la NBA, MVP para Kevin Garnett y un descaro total del ala-p¨ªvot junto a Sam Cassell y Latrell Sprewell que convirti¨® al equipo en el m¨¢s divertido y mejor de la NBA. Garnett, con Cassell lesionado y Flip Saunders en el banquillo, ejerci¨® incluso de base en las finales de la Conferencia Oeste y ara?¨® dos partidos a esos Lakers de videojuego que formaban Kobe Bryant, Shaquille O'Neal, Karl Malone y Gary Payton. La temporada fue positiva para unos Wolves a los que todo el mundo esperaba en los a?os venideros. Sprewell rechaz¨® una millonada y acab¨® enterrando su carrera. Cassell aguant¨® un a?o m¨¢s y aterriz¨® en los Clippers. Y Saunders acab¨® recalando en esa herencia de los Pistons que ganaron precisamente en 2004 y con los que disput¨® las finales del Este durante tres a?os m¨¢s. Los Wolves se hundieron. Y Garnett con ellos hasta que en 2007 dijo adi¨®s a 12 a?os de compromiso con la franquicia y aterriz¨® en los Celtics para ganar su ansiado anillo. El final no pudo ser m¨¢s amargo.
En la temporada actual reside el m¨¦rito de la herencia de una situaci¨®n imposible, la correcci¨®n de los caminos desviados y el andamiaje sobre el empedramiento propio de una entidad maldita. Sin agentes libres en el fr¨ªo de Mine¨¢polis, estado mejor conocido por ser el original de los hermanos Coen (all¨ª rodaron, entre otras, Fargo) que por su tradici¨®n baloncest¨ªstica, levantar un proyecto en un lugar imposible era m¨¢s que improbable. Y solo una estrella como Kevin Garnett pod¨ªa hacer algo semejante, de la misma manera que la dificultad crec¨ªa a niveles extremos tras su marcha. Ni Rick Adelman ni Kevin Love, por diversos motivos en los que tambi¨¦n se incluyeron lesiones y mala suerte, levantaron el proyecto. El compromiso de Jimmy Butler fue ef¨ªmero. Y ni Ryan Saunders, un t¨ªo fant¨¢stico con un componente emocional enorme (es el hijo de Flip, fallecido en 2015) consigui¨® levantar los ¨¢nimos ni postularse como un entrenador fiable dentro de una marejada de a?os perdidos en los que su padre hab¨ªa vuelto antes de su muerte (en la 2014-15) y Garnett para retirarse con la camiseta con la que se dio a conocer ante el mundo.
Un nuevo proyecto
Tras a?os de dudas, de crisis estructural y de incertidumbre deportiva, las cosas empezaron a cambiar. Alex Rodr¨ªguez, tres veces MVP de la MLB (b¨¦isbol) y expareja de Jennifer Lopez, y Marc Lore, magnate del comercio electr¨®nico, han comprado por 1.500 millones de d¨®lares la franquicia a Glen Taylor, due?o de los Wolves desde que los adquiri¨® en 1994 por 88 millones. Un ejemplo del encarecimiento de precios, pero tambi¨¦n de la evoluci¨®n de una entidad que tiene hoyla esperanza de reconciliarse con un Garnett que acab¨® muy mal con el propio Taylor y no ha tenido siquiera su merecido homenaje, con retirada de camiseta incluida, por parte de la franquicia. Algo que s¨ª ha vivido en los Celtics recientemente, en un trato que se neg¨® a recibir por el equipo de su vida mientras Taylor estuviera por ah¨ª.
Garnett al margen, han sido los ¨²ltimos a?os los que han ido fortificando la plantilla que vemos actualmente. Ryan Saunders fue despedido cuando la obviedad se hizo palpable y el r¨¦cord estaba en un imposible 7-24; Chris Finch se hac¨ªa cargo del equipo como interino, pero se quedaba tras un 16-25 que se consider¨® aceptable. Y se cambi¨® al equipo en verano, no radical pero s¨ª paulatinamente. Un a?o antes, D'Angelo Russell llegaba para alegr¨ªa de Towns y Andrew Wiggins se iba a los Warriors, donde hoy es un pol¨¦mico All Star. En el pasado verano, Ricky Rubio y Juancho Hernang¨®mez hac¨ªan las maletas y Patrick Beverley llegaba en contra de su voluntad para empapar con su consabida verborrea y su pol¨¦mica personalidad a un equipo que ha ido in crescendo, pero con mucha regularidad, con compensaci¨®n en ambos lados de la pista y alegr¨ªa cuando era necesario. Un equipo tit¨¢nico, luchador, constante, capaz de mantenerse siempre en el mismo nivel, rascar victorias ante rivales superiores y ganar los partidos que te¨®ricamente ten¨ªan que ganar, algo absolutamente necesario para sumar en una NBA que penaliza las derrotas inesperadas. Los Lakers, por ejemplo, han tenido muchas de esas este a?o. Y se quedaron sin margen despu¨¦s.
Los Wolves han hecho un a?o fant¨¢stico: 46-36 (solo su tercer r¨¦cord positivo desde 2004), una victoria menos que en 2018 pero un puesto m¨¢s arriba, el s¨¦ptimo que han certificado en el play-in. Son el equipo que m¨¢s puntos anota de la NBA (casi 116) y juegan, claro, al ataque: novenos que m¨¢s tiros de campo anotan, quinto en intentos, festival de triples (primeros en triples anotados e intentados), s¨¦ptimo equipo que m¨¢s acude a la l¨ªnea de tiros libres, s¨¦ptimo en asistencias, cuarto en robos y tercero en tapones. Con el sexto equipo m¨¢s joven de la competici¨®n (algo m¨¢s de 24 a?os de media), los Wolves tienen un net rating positivo, son octavos en rating ofensivo y tienen el pace (ritmo de juego) m¨¢s elevado de la NBA junto a los denostados Rockets. Caracter¨ªsticas que definen a la perfecci¨®n el juego que Chris Finch ha desarrollado, con unos contra unos constantes, bloqueos, uso incesante del triple, fortaleza f¨ªsica y capacidad para el contraataque.
El equipo de Minnesota tiene a Town como amo y se?or (24,6 puntos, 9,8 rebotes y m¨¢s de 3 asistencias de media), pero a un equipo compensado en talento y puntos. Anthony Edwards es la cara del futuro y un jugador, en su a?o sophomore, realmente singular (m¨¢s de 21 tantos por encuentro), Russell se va a m¨¢s de 18 tantos y Malik Beasley es un tit¨¢n. McDaniels, Beverley, Nowell, Reid, Varderbilt... Todos aportan en el esquema de juego, en una rotaci¨®n que va de 7 a 10 jugadores y que mantiene su fortaleza y estilo est¨¦ qui¨¦n est¨¦ en pista. La prueba, ya demostrada, ha sido la victoria ante los Clippers, un rival correoso y experimentado, fant¨¢sticamente entrenador por Tyronn Lue y que hab¨ªa recuperado a Paul George. Ni con esas: los Wolves han emergido con un Target Center lleno en contraste con el resto de la temporada, donde se sit¨²an en el puesto 23 en porcentaje de asistencia. La ausencia de base social se compensa en el momento de la verdad y la ciudad ha estado con el equipo y lo ha celebrado con ¨¦l. Ahora, primera ronda ante los Grizzlies en un duelo entre dos equipos j¨®venes que promete. Los Wolves solo han superado la eliminatoria inicial una vez en su historia; ya se sabe, en 2004. Y, 18 a?os despu¨¦s de ese 19 de mayo, el Target Center ha vuelto a sonre¨ªr. No es para menos.