Del homenaje en el All Star de Chicago a la despedida en el Staples, con el inolvidable discurso de Michael Jordan a, claro, el anillo de sus Lakers. Los Lakers de Kobe.
La NBA pudo reiniciarse, en pleno fragor de la pandemia, gracias al blindaje (¨®ptimo, finalmente) de la burbuja de Florida. El complejo ESPN World Wide of Sports, convertido en sanctasanct¨®rum de un fortificado Walt Disney World, permiti¨® terminar la temporada, incluidos unos playoffs jugados pr¨¢cticamente en condiciones de laboratorio: sin p¨²blico, sin viajes, sin cambios de escenario, clima o entorno. Sin distracciones, m¨¢s para lo malo que para lo bueno. El mejor, el m¨¢s resiliente y el m¨¢s concentrado, ser¨ªa el campe¨®n de la NBA 2019-20, la temporada de la pandemia.
All¨ª, en la Florida profunda, Denver Nuggets a?adi¨® carrocer¨ªa de combate a su incuestionable, y hasta entonces vol¨¢til, talento. El equipo de las Rocosas remont¨® dos veces un 3-1, primero ante los Jazz, una labor tit¨¢nica. Despu¨¦s, nadie lo hab¨ªa hecho dos veces en los mismos playoffs, el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa contra unos petrificados Clippers que hab¨ªan sido durante buena parte de la temporada el gran favorito al anillo. Con dos v¨ªctimas por el camino, agotados pero con la febril certeza de que todo era posible, los Nuggets afrontaron la tercera final de Conferencia de su historia. Las dos anteriores las hab¨ªan perdido contra los Lakers. En 1985, contra el equipo de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar; y en 2009, frente a Kobe Bryant y Pau Gasol.
Despu¨¦s de ser barridos de la pista en el primer partido de la antesala de las Finales, los Nuggets recuperaron el ardor de las remontadas y arrinconaron a los Lakers en el segundo encuentro. Diez puntos seguidos de Nikola Jokic, el talento bohemio e imposible de Sombor, colocaron el 102-103 a 20 segundos del final. En el ¨²ltimo ataque, Alex Caruso fall¨® un triple, y los Nuggets no cerraron el rebote. Danny Green no pudo empatar, molestado por Jamal Murray, pero los Nuggets no recuperaron la posesi¨®n. Quedaban dos segundos y los Lakers sacaban de fondo. Rondo encontr¨® a Anthony Davis, un resplandor de casi siete pies que volaba sobre la l¨ªnea de tres y que, desde el lateral izquierdo, anot¨® sobre la bocina el tiro de la victoria. Una canasta descomunal de un jugador superdotado que se gir¨® y corri¨® euf¨®rico mientras sus compa?eros iban amonton¨¢ndose sobre ¨¦l. Y que, en ese instante entre la canasta y la mel¨¦, lanz¨® un grito al cielo de Florida: "KOBE".
Durante a?os, "KOBE" ha sido el grito de guerra de much¨ªsimos aficionados cuando anotaban una canasta. En su porche, en el parque, en un pabell¨®n de instituto o en la oficina, con una pelota de papel arrugado. De punta a punta de Estados Unidos, cualquiera que armaba un tiro imagin¨¢ndose en el ¨²ltimo segundo de un partido en un pabell¨®n repleto y mudo, todos los ojos sobre ¨¦l, gritaba "KOBE" cuando descargaba el lanzamiento. En nuestra mente siempre entran, siempre ganamos, siempre estalla nuestro p¨²blico o enmudece el rival. Los jugadores de la NBA no son, en realidad, tan distintos. Y los de esta generaci¨®n crecieron con Kobe Bryant convertido en su Michael Jordan. Kobe no solo era el jugador favorito de muchos aficionados, tambi¨¦n era el jugador favorito de muchos jugadores favoritos. Davis grit¨® "KOBE", como todos, pero su bola de papel era el bal¨®n oficial de la NBA y su camiseta era la recuperada city edition de los Lakers 2017-18, un dise?o del propio Kobe que rend¨ªa homenaje a su alter ego, la Mamba Negra: color oscuro y silueta de escamas. Un uniforme que se hizo temible en Florida, donde regres¨® (casi como talism¨¢n) para los playoffs que Kobe no pudo ver.
La Mamba Negra: en el trance m¨¢s dif¨ªcil, de su carrera y de su vida, Kobe eligi¨® ese apodo. Y no solo en referencia a esa serpiente sumamente peligrosa y a los paralelismos con su esp¨ªritu en pista, tambi¨¦n asesino, y sus movimientos, tambi¨¦n elegantes pero letales. "Ten¨ªa que organizar las cosas as¨ª que cre¨¦ la Mamba Negra. Kobe ten¨ªa que tratar con los problemas personales, cuidar otros asuntos que estaban pasando... pero era la Mamba Negra la que sal¨ªa a la pista y cumpl¨ªa con el trabajo. Y ese trabajo era destruir a todo el mundo al que me encontraba enfrente en la cancha". As¨ª lo explic¨® despu¨¦s de haber sido el villano oficial del deporte estadounidense en un tramo entre sus tres primeros anillos, los de la explosi¨®n, y los dos ¨²ltimos, los de la redenci¨®n.
En ese per¨ªodo intermedio pas¨® por el purgatorio de la denuncia por ataque sexual (verano de 2003) de una trabajadora de 19 a?os del hotel The Dodge And Spa At Cordillera, en Colorado. Un asunto nunca bien aclarado del todo y que acab¨® con una disculpa p¨²blica de Kobe tras un acuerdo fuera de los tribunales. Y que coincidi¨® con los a?os en los que unos Lakers de perfil bajo retrataron al Kobe, entra la obligaci¨®n y la vocaci¨®n, m¨¢s individualista. De todo ese trance personal y deportivo emergi¨® el Kobe definitivo. Sobrevivi¨® al temporal que en gran parte hab¨ªa provocado con la rehabilitaci¨®n deportiva y la reinserci¨®n medi¨¢tica.
Y para ese trance, Kobe cre¨® la Mamba Negra, tal y como cont¨® en el documental "Muse": "Pas¨¦ de ser una persona que estaba en la cima y al que todo le sal¨ªa bien a, en solo un a?o, no saber d¨®nde me llevaba la vida o siquiera si iba a seguir teniendo una vida como la que hab¨ªa conocido". En ese documental, hablaba indirectamente del caso de Colorado y del efecto que hab¨ªa tenido en su familia: "Escuchaba todo lo que dec¨ªa la gente, as¨ª que necesitaba alg¨²n lugar para refugiarme del bombardeo. Necesita espacio para ocuparme de mis asuntos y que algo hiciera el trabajo: la Mamba Negra. Era como una avalancha, nada me iba a detener, nada se iba a poner en mi camino".
En esa etapa, Kobe reconoci¨® despu¨¦s, su ferocidad en la pista no era tanto cuesti¨®n de rivalidad con otros jugadores como una reacci¨®n al sufrimiento que estaba experimentando: "Los oponentes simplemente aparec¨ªan en mi camino". En 2011, Nike hizo con ¨¦l un anuncio especial en el que discut¨ªa con el director Robert Rodriguez la creaci¨®n de una pel¨ªcula de acci¨®n basada en la Mamba Negra, un animal elegido despu¨¦s de ver Kill Bill, la pel¨ªcula de Quentin Tarantino en la que esta especie era el nombre en clave de una de las asesinas, conocida por sus extremas agresividad y agilidad: "A partir de ah¨ª empec¨¦ a leer cosas de este animal y fue como 'wow, es una pasada'".
Los Lakers seleccionaron la camiseta de la Mamba para los segundos partidos de cada eliminatoria: el 2, claro, era el n¨²mero con el que jugaba Gianna, la hija de Kobe fallecida en el mismo accidente de helic¨®ptero, el 26 de enero. Despu¨¦s, en las Finales, lo usaron tambi¨¦n en el quinto partido, con 3-1 a favor: quer¨ªan cerrar el t¨ªtulo con la camiseta de la Mamba, ganar por Kobe; pero Miami Heat, un equipo inferior pero tozudo, forz¨® el sexto partido, finalmente el ¨²ltimo. El que sell¨®, el 11 de octubre, el decimos¨¦ptimo anillo de los Lakers, por fin los mismos que los odiados Celtics. El primero en una d¨¦cada, el primero desde Kobe (campe¨®n por ¨²ltima vez en 2010). Y el primero sin Kobe.
Despu¨¦s de la canasta de Davis que parti¨® a los Nuggets (la serie acab¨® 4-1, unos pocos d¨ªas despu¨¦s), el entrenador Frank Vogel conect¨® con el ¨ªdolo fallecido: "Ese es un tiro que ¨¦l habr¨ªa metido. ?Nada m¨¢s recibir y en el momento m¨¢s importante de la temporada? Ese era un tiro de la Mamba¡±. La sombra de Kobe Bryant, claro, se hab¨ªa alargado como un abrazo del destino sobre unos Lakers embalados hacia el t¨ªtulo, un comando perfectamente preparado que fue, en el momento de la verdad, una monta?a de m¨²sculo en defensa movida por una determinaci¨®n implacable y dos jugadores de leyenda como Davis y un LeBron James que lo explic¨® as¨ª: "Cada vez que te pones el p¨²rpura y oro piensas en su legado para nuestra franquicia, en su voluntad de salir siempre victorioso, en lo todo lo que hay que sacrificar por esa determinaci¨®n¡ es algo que no te permite ni conciliar el sue?o". Como dijo Bill Plaschke, veterano periodista de Los Angeles Times, tras la retirada de Kobe en 2016: "No lleg¨® para ganarse nuestros corazones, lleg¨® para ganar. Sencillamente".
Kobe, es obvio, sobrevol¨® de forma permanente el recorrido al anillo de sus Lakers, un equipo construido por Rob Pelinka, el arquitecto que lleg¨® en marzo de 2017 al amparo del propio Kobe, del que hab¨ªa sido representante y amigo ¨ªntimo. Compa?ero y confidente. Con el trofeo Larry O¡¯Brien a su lado, Pelinka levant¨® la mirada al cielo de Florida sin contener las l¨¢grimas: "Parece que ten¨ªas raz¨®n, t¨ªo. T¨² me diste la energ¨ªa para lograr esto", dijo un ejecutivo que hab¨ªa sentido la ausencia de Kobe como una inmensidad inabarcable en la soledad de la burbuja: "A veces o¨ªa su voz en mitad de la noche. Me dec¨ªa que me mantuviera en mi senda, que acabara el trabajo. Tener un amigo que te cambia la vida, que te ayuda a saber qu¨¦ es sacrificarse y a entender qu¨¦ es la grandeza¡ es no hay mejor regalo que ese". La propietaria de los Lakers, Jeanie Buss, hered¨® el imperio de su padre, el m¨ªtico Doctor Jerry Buss que forj¨® la leyenda del Showtime y tuvo dos jugadores predilectos, primero Magic Johnson y despu¨¦s Kobe Bryant. Jeanie, criada por los pasillos del viejo Forum, era otra de las que sent¨ªa que ese t¨ªtulo pertenec¨ªa tambi¨¦n a un Kobe del que, semanas antes, se hab¨ªa despedido as¨ª: "No s¨¦ c¨®mo decirte lo que significabas para m¨ª y para mi familia. Para mi padre era como un hijo, as¨ª que eso nos convirti¨® en hermanos. Despu¨¦s de su muerte, t¨² me diste la inspiraci¨®n y la fuerza que en ese momento no ten¨ªa".
Sin p¨²blico y lejos de Los ?ngeles y el santuario del Staples Center, en octubre en vez de en un junio y en medio de la gran crisis sanitaria de esta generaci¨®n, los Lakers ganaron por Kobe aunque no fuera como hab¨ªan so?ado despu¨¦s desde el amargo shock que supuso el accidente del helic¨®ptero de Calabasas, el 26 de enero del terrible 2020. Solo semanas despu¨¦s, el All Star Weekend de Chicago se convirti¨® en un homenaje constante al jugador que estuvo en 18, a uno del r¨¦cord de Kareem Abdul-Jabbar. Que fue MVP en cuatro y hasta gan¨® un concurso de mates. All¨ª, en el United Center donde jug¨® su ¨ªdolo, Michael Jordan, los equipos salieron a la pista con solo dos dorsales, el 24 de Kobe y el 2 de Gianna, y un parche con nueve estrellas en referencia a los nueve fallecidos en el accidente. El All Star Game, adem¨¢s, estren¨® formato. Los tres primeros cuartos empezaban con 0-0 y cada uno ten¨ªa un ganador con un premio para una causa ben¨¦fica. Para el ¨²ltimo s¨ª se sumaban los resultados de los tres anteriores y a la puntuaci¨®n m¨¢s alta se le a?ad¨ªan 24 puntos m¨¢s (el n¨²mero de Kobe, otra vez) para establecer el marcador que cerrar¨ªa el partido: victoria para quien llegara a esa puntuaci¨®n.
All¨ª, en Chicago, habl¨® desde el centro de la cancha Pau Gasol, otro de los grandes amigos de Kobe y su compa?ero en sus dos ¨²ltimos t¨ªtulos, para dar el pistoletazo de salida al evento: "Bienvenidos al All Star 2020. Estamos muy emocionados y muy felices por estar aqu¨ª en Chicago para este All Star Weekend. Pero antes de que empiece el fin de semana, tenemos que acordarnos de las p¨¦rdidas que ha sufrido este a?o la familia de la NBA: la muerte del comisionado David Stern y el tr¨¢gico accidente que acab¨® con la vida de mi querido amigo y excompa?ero Kobe Bryant, de su preciosa hija Gigi y otras siete personas. Unos hechos que nos han dejado con el coraz¨®n destrozado. S¨¦ que sus muertes pesan en el coraz¨®n de todo el mundo del deporte y en especial de la familia de la NBA. Esta es una competici¨®n global ahora gracias a David y Kobe. Esta es una celebraci¨®n del amor puro por el baloncesto, algo que ellos dos personificaron. S¨¦ que ambos querr¨ªan que disfrut¨¢ramos nuestra estancia aqu¨ª, que competi¨¦ramos, que nos lo pas¨¢ramos bien, lo di¨¦ramos todo y disfrut¨¢ramos cada instante del fin de semana. Estos d¨ªas van a ser un tributo viviente a sus respectivos legados. Mi hermano mayor Kobe sol¨ªa decir que hay que hacer siempre cosas ¨¦picas, as¨ª que celebremos un fin de semana ¨¦pico en su honor".
Solo ocho d¨ªas despu¨¦s del All Star Game, el 24 de febrero, se celebr¨® el gran homenaje a Kobe en el Staples Center. Denominado "una celebraci¨®n de la vida" por su viuda, Vanessa Bryant, y con fecha simb¨®lica, 24-02-20: el 24 de Kobe, el 2 de Gianna, el 20 de dos d¨¦cadas con la camiseta de los Lakers. "Dios sab¨ªa que no pod¨ªan estar en este mundo el uno sin el otro", dijo en un discurso conmovedor tras el que fue ayudada a abandonar el escenario por Michael Jordan. El astro, el ¨ªdolo, el jugador cuya figura inalcanzable fue una obsesi¨®n para Kobe, y finalmente un amigo que dej¨® un discurso para la historia. Para el recuerdo. Pura emoci¨®n. Un Jordan con los ojos arrasados en l¨¢grimas, profundamente humano, en una despedida que a la que finalmente dieron sentido todos aquellos que se sumaron a un homenaje inolvidable.
"Estamos aqu¨ª para despedir a un padre, a un amigo, y a un jugador de baloncesto. ?ramos grandes amigos, era mi hermano peque?o. Hab¨ªa muchas comparaciones entre ambos. Todos tenemos hermanos peque?os, que por razones que sean, siempre te quitan tus cosas: los zapatos, los juguetes... No tiene sentido. Pero con el tiempo eso es amor. Es por la admiraci¨®n que tienen por sus hermanos mayores. Es por todos los detalles que muestran. Me escrib¨ªa mensajes por la noche, de madrugada. Me hablaba de cualquier cosa. Para m¨ª, Kobe era una inspiraci¨®n de lo que deb¨ªa ser un jugador de baloncesto. Era el mejor jugador que pod¨ªa ser y yo quer¨ªa ser para ¨¦l el mejor hermano mayor que pod¨ªa ser. Habr¨ªa que poner las charlas, las llamadas de medianoche, las preguntas tontas. Habl¨¢bamos de negocios, de familia, de todo. ?l s¨®lo quer¨ªa ser un jugador mejor, una persona mejor. Era un grano en el culo, pero era Kobe. No puedo esperar a llegar a casa para abrazar a mis hijas. Eso me ense?¨®. A aprender a querer a los m¨¢s cercanos. A Vanessa, Bianka, Natalia y Capri, os tenemos en el coraz¨®n y os tendremos muy cerca". Ese fue el adi¨®s de Michael Jordan, el adi¨®s de la NBA a un mito que se hab¨ªa marchado, de una forma que todav¨ªa parece irreal, el 26 de enero de 2020. En un maldito accidente de helic¨®ptero en Calabasas.
Qui¨¦n era realmente Kobe Bean Bryant, el chico nacido en Philadelphia (23/08/1978) al que sus padres llamaron as¨ª despu¨¦s de descubrir fascinados la ternera de Kobe. ??ngel o demonio? Probablemente ¨¢ngel y demonio. Desde luego, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos y tambi¨¦n uno de los m¨¢s polarizadores. A Kobe, en un recuento r¨¢pido, se le llam¨®: ego¨ªsta, chup¨®n, mal compa?ero, mal l¨ªder, psic¨®pata y, la traca para el final, jugador sobrevalorado. Pero, es el reverso de la misma moneda, de Kobe tambi¨¦n se dijo que era el mejor jugador de siempre; O como m¨ªnimo que era el mejor escolta por delante¡ de Michael Jordan, al que finalmente super¨® para convertirse en (ahora, reci¨¦n superado por LeBron James) el cuarto m¨¢ximo anotador de todos los tiempos en la NBA. Temperaturas extremas que dejan poco espacio a los climas templados: ¨¢ngel o demonio, ¨¢ngel y demonio.
M¨¢ximos anotadores de la NBA
Puesto | Jugador | Pts | PJ | PPP |
1 | Kareem Abdul-Jabbar | 38.387 | 1.560 | 24.6 |
2 | Karl Malone | 36.928 | 1.476 | 25.0 |
3 | LeBron James | 34.648 | 1.282 | 27.0 |
4 | Kobe Bryant | 33.643 | 1.346 | 25.0 |
5 | Michael Jordan | 32.292 | 1.072 | 30.1 |
6 | Dirk Nowitzki | 31.560 | 1.522 | 20.7 |
7 | Wilt Chamberlain | 31.419 | 1.045 | 30.1 |
8 | Shaquille O'Neal | 28.596 | 1.207 | 23.7 |
9 | Moses Malone | 27.409 | 1.329 | 20.6 |
10 | Elvin Hayes | 27.313 | 1.303 | 21.0 |
Siempre fue dif¨ªcil trazar el t¨¦rmino medio de un jugador que no lo ten¨ªa, ni en la cancha ni fuera de ella. En sus palabras: "No tengo ning¨²n tipo de filtro, no me cuesta nada decirle a cualquiera lo que pienso de ¨¦l. No soy el tipo m¨¢s paciente que te puedas encontrar". Era dif¨ªcil separar a la persona del personaje: "Si me ves peleando con un oso, reza por el oso". Y resultaba desde luego delicado medir si la alargada sombra de Michael Jordan le termin¨® haciendo bien o mal. Como m¨ªnimo ha habido tipos que le dieron una vuelta interesante a ese calcet¨ªn. Esta vez habla Doc Rivers: "El hecho de seguir los pasos de Michael hace que seguramente no reciba todo el reconocimiento que merece. Pero es un jugador incre¨ªble. Lo que hace est¨¢ a otro nivel".
Lo intentas todo en defensa y ¨¦l sigue metiendo tiros. Y sigue, y sigue¡
Doc Rivers
He pensado sobre ello. Mucho: soy de los Lakers y de Kobe Bryant. Muy de los Lakers y muy de Kobe Bryant. En mi quinteto hist¨®rico el escolta ser¨ªa ¨¦l, no Jordan. Y que nadie lea lo que no he escrito. No digo que fuera mejor sino que lo elegir¨ªa antes en mi quinteto hist¨®rico. Entiendo unas cuantas de las cr¨ªticas que recib¨ªa y hasta he compartido algunas. En cuanto a su car¨¢cter y sus formas y m¨¢s all¨¢ de los prejuicios que provoca su estilo, otra vez jugando y sin jugar. Y asumo que era uno de esos deportistas/h¨¦roes/fen¨®menos de masas cuya legi¨®n de seguidores incluye un porcentaje de opinadores enfebrecidos y disparatados que volv¨ªan muchas lenguas contra ¨¦l. A veces se atacaba a Kobe para atacar al kobismo. Hay muchos casos similares. Pero tambi¨¦n creo que muchas cr¨ªticas eran recurrentes, guionizadas entre la idea preconcebida, la asunci¨®n de la parte por el todo y el cacareo de los lugares comunes. Y que, mal de gigantes, las cosas extraordinarias que hacen los tipos extraordinarios acaban pareci¨¦ndonos rutina y su dimensi¨®n no se reeval¨²a hasta que no quedan, ahora empezaremos a darnos cuenta de verdad, a nuestra espalda. Se me ocurre que ha podido pasar en los ¨²ltimos a?os con Federer o Messi, incluso con LeBron James. No tanto como los que exponen de forma mucho menos cotidiana sus haza?as, por ejemplo Bolt o Phelps. Como hacen cualquier d¨ªa y casi silbando lo que otros hacen una vez en la vida, se tiende a valorarles finalmente s¨®lo lo que ellos hacen una vez en su vida. Parece un trabalenguas pero el mejor ejemplo son los 81 puntos de Kobe Bryant en aquel partido ante Toronto Raptors aquel d¨ªa de enero de 2006.
Veinte a?os de carrera, tantos n¨²meros y tantas historias, una vida, requieren como m¨ªnimo una relectura calmada sobre el camino y la obra del jugador del que Lamar Odom dijo que Dios hab¨ªa puesto en la tierra para que todos le vi¨¦ramos jugar. La carrera de Kobe no fue desde luego un queso Gruyere pero tiene agujeros, como todas. Algunos agrandados por el reverso tenebroso de la leyenda, otros ponderados de forma irregular y algunos curiosamente olvidados.
Al final del camino, un debate sobre ego¨ªsmo y colectividad que impregn¨® toda la carrera de Kobe, en gran medida una escalada egoman¨ªaca que supo modular Phil Jackson con la ret¨®rica zen que tambi¨¦n reajust¨®, hasta en eso hay vasos comunicantes, a Michael Jordan. Va en el car¨¢cter: en su segunda temporada (1997-98) Kobe se convirti¨® por aclamaci¨®n popular en el titular m¨¢s joven en la historia de los All Star. Como siempre sinti¨® que todo lo que le rodeaba estaba dispuesto para que ¨¦l lo cogiera, como un escenario coreografiado, aquel d¨ªa tir¨® m¨¢s (6/17) que Garnett y Malone juntos (8/15). Y se quit¨® de delante para marcar a Jordan al propio Malone, que dijo despu¨¦s que ya lo interesaban esos partidos "en los que los jovencitos le mandaban apartarse".
Si entra en racha, no hay forma humana de pararle. Es imposible
Jalen Rose
Seg¨²n pasaron las temporadas fue acab¨¢ndose la extraordinaria capacidad atl¨¦tica que ten¨ªa entonces pero a cambio se fue modulando aquella hambruna bizarra y necesaria para sobrevivir en un ecosistema creado para devorar j¨®venes promesas. Sin una fe en s¨ª mismo que iba m¨¢s all¨¢ del sentido com¨²n quiz¨¢ Kobe no habr¨ªa sobrevivido a las expectativas, a los dem¨¢s y a s¨ª mismo. Y no habr¨ªa decidido saltar directamente de Lower Marion a la NBA desoyendo los cantos de sirena de Duke o la North Carolina en la que hab¨ªa jugado¡ Michael Jordan.
Cuando sus padres todav¨ªa firmaban sus contratos porque estaba por debajo de la edad legal, el planeta baloncesto ya ten¨ªa su mirada fija sobre ¨¦l. Es el tipo de presi¨®n y escrutinio que destruye carreras de alt¨ªsimas miras. Demasiado pronto. As¨ª que conviene analizar el car¨¢cter de las j¨®venes pira?as pero tambi¨¦n el ecosistema de las peceras que creamos para ellas. Bryant fue el jugador m¨¢s joven en debutar en la NBA (18 a?os y 72 d¨ªas: despu¨¦s le superaron Jermaine O¡¯Neal y Andrew Bynum) y sigue siendo el m¨¢s joven en estrenarse como titular (18 a?os, 158 d¨ªas). Tard¨® tres partidos en anotar su primera canasta pero no termin¨® su a?o rookie sin meterse en el despacho de Del Harris para pedirle m¨¢s jugadas dise?adas para ¨¦l. Por entonces ya hab¨ªa lidiado con el olor a chamusquina que provocaba entre los veteranos. Ve¨ªan peligrar tanto su puesto en el quinteto (Van Exel) como la primera plana de la franquicia (Shaquille O'Neal lleg¨® a decir que ¨¦l no iba a ser ¡°la canguro de nadie¡±). Y con las boutades calculadas de su agente, un Arn Tellen que ya hab¨ªa aireado que si hab¨ªa "un jugador que pudiera acercarse a Michael Jordan ese era Kobe Bryant". Por la trituradora de la met¨¢fora Jordan pasaron en su carrera con menos suerte, por unas u otras cosas, Vince Carter, Tracy McGrady, Jerry Stackhouse o Grant Hill. Nadie se acerc¨® tanto y Michael Jordan sell¨® el debate: "Veo mucho de mi forma de jugar cuando veo los partidos de Kobe Bryant".
La verdadera fotocopia del mito, extra¨ªda de semejante n¨®mina de aspirantes (j¨®venes Prometeos), se gestaba cuando el mundo todav¨ªa miraba hacia otro lado. Los Lakers le probaron antes del draft de 1996 lanz¨¢ndole a jugar contra un referente de la franquicia como Michael Cooper, que a los pocos minutos se lo dej¨® claro a Jerry West: "Es mejor que cualquiera de los que tenemos ahora en el equipo". El destino estaba escrito pero hab¨ªa que darle un empuj¨®n. West acord¨® con los Hornets el intercambio de Vlade Divac por un n¨²mero 13 del sorteo que fue Kobe Bryant aunque los Lakers no se lo dijeron a los de Carolina hasta cinco minutos antes de su turno de elecci¨®n. En secreto y anticip¨¢ndose a todos, los Lakers hab¨ªan trasladado armamento nuclear de Lower Merion (Pennsylvania) a Los ?ngeles.
No hay nadie capaz de defenderle, ni un solo jugador en la NBA
Byron Scott
As¨ª que para convertirse en lo que fue el Kobe de los siguientes dieciocho a?os en la NBA hab¨ªa que haber sido el Kobe de los dos primeros a?os en la NBA. Al menos en cuanto al equipamiento psicol¨®gico b¨¢sico. Del mismo modo que un cierto grado de sociopat¨ªa y canibalismo competitivo (m¨¢s acentuados en Kobe que en otros) son necesarios para seguir con el hambre intacta a medida que se van acumulando lustros de carrera, reconocimientos, decenas de millones en el banco y magulladuras por todo el cuerpo. Kobe, como Duncan o Garnett, son un ejemplo para muchos, y pienso en tantas y tantas implosiones demasiado tempranas de los egos.
En su espantada/par¨¦ntesis de L.A. (18 junio 2004-15 junio 2005), Phil Jackson defini¨® a Kobe Bryant como un jugador "imposible de entrenar" en aquella catarsis en formato libro que fue "The Last Season". Pero ribete¨® su regreso con un "si vuelvo a entrenar a este equipo es porque Kobe Bryant sigue en ¨¦l" y acab¨® asegurando que Kobe era el mejor jugador de la tierra durante el tramo de los dos ¨²ltimos anillos. Cuarto y quinto para el escolta, d¨¦cimo y und¨¦cimo para el entrenador.
De aquella pesadilla de 2004, el Payton-Kobe-Malone-Shaquille que qued¨® como un sue?o suspendido y dist¨®pico, sali¨® un Kobe Bryant propulsado al lado oscuro. M¨¢s de 46 minutos por noche en la final maldita ante los Pistons con un infame 17% en triples y, en cinco partidos, apenas 22 asistencias por 18 p¨¦rdidas. La rivalidad Bryant-Shaquille, hasta ah¨ª lleg¨® el equilibrio entre machos alfa, acab¨® con Kobe casi fuera de los Lakers y con Shaquille fuera de los Lakers. Y con una guerra no siempre fr¨ªa de egos que tuvo a los medios de comunicaci¨®n felices y a la NBA atrincherada durante unos a?os que al fin y al cabo acabaron en intercambio de halagos, asunciones de culpa, abrazos y el MVP compartido del All Star 2009 como armisticio con sabor a blockbuster hollywoodiense.
Pau Gasol, con el que en Espa?a se quiso montar una fricci¨®n transatl¨¢ntica de una sola direcci¨®n, habla maravillas de un jugador que le llama hermano, le defendi¨® a dentelladas en sus valles medi¨¢ticos de los ¨²ltimos a?os y le consider¨® una de las pocas razones para firmar un nuevo y ¨²ltimo contrato en los Lakers que finalmente no lleg¨®. En la liga, y el Team USA de Londres posicion¨® su jerarqu¨ªa espiritual entre las nuevas y grandes estrellas, Bryant se retur?i como un jugador respetado y admirado: su tour de despedida queda como testimonio. Kevin Durant le se?al¨® como el mejor de la historia y un amigo al que llamaba a cualquier hora de la noche para resolver crisis de su supers¨®nica fase de crecimiento. Phil Jackson, otra vez, bendijo al ¨²ltimo Kobe: "Ha aprendido a ser el tipo de l¨ªder que la sus compa?eros quieren seguir".
Su trayectoria
- 5 anillos de campe¨®n de la NBA
- 2 MVP de las finales
- 1 MVP de la Temporada Regular
- 18 veces All Star
- 4 veces MVP del All Star
- 11 veces en el Mejor Equipo de la temporada
- 9 veces en el Mejor Equipo Defensivo de la temporada
- 2 Oros Ol¨ªmpicos
- Cuarto m¨¢ximo anotador de la historia de la NBA
- Tercer m¨¢ximo anotador de la historia de los playoffs
- M¨¢ximo anotador de la historia del All Star
- M¨¢ximo anotador de la historia de los Lakers
- 17 veces Mejor Jugador del Mes en la NBA
- 33 veces Mejor Jugador de la Semana en la NBA
Tampoco se puede cuestionar el amor de Kobe Bryant por los Lakers y es una cuesti¨®n m¨¢s de l¨®gica que de hacer sonetos: pas¨® all¨ª 20 a?os, una vida. Y no se puede por mucho que en ese tiempo hubiera dos sonados amagos de ruptura. Primero el flirteo con los Clippers que acompa?¨® a su divorcio con Shaquille y que acab¨® con la firma de una ampliaci¨®n por siete a?os y 136 millones¡ al d¨ªa siguiente del traspaso de Shaq. Y la zozobra de 2007, con los Bulls al final del pasillo, tras los ha dicho pero no ha dicho pero quiz¨¢ haya querido decir que precedieron a la entrevista con Stephen A. Smith en la que pronunci¨® el infame "I want to be traded" (quiero que me traspasen). Tres horas despu¨¦s anunci¨® que hab¨ªa hablado con Phil Jackson y que seguir¨ªa en Los Angeles.
No hay nadie con m¨¢s talento. Es capaz de cualquier cosa
Alonzo Mourning
En realidad su peor momento, su ascenso temporal al trono de gran villano oficial de la NBA, se hilvan¨® en el tramo central entre los primeros tres anillos y los dos ¨²ltimos, entre el Kobe al que se le perdonaba por joven y el Kobe que aprendi¨® a hacerse perdonar. Al menos un poco. Como eje, el paso por el purgatorio que fue la denuncia por ataque sexual (verano de 2003) de una trabajadora del hotel The Dodge And Spa At Cordillera, en Colorado. Un asunto resuelto muy de aquella manera y que coincidi¨® con los a?os en los que unos Lakers de perfil bajo retrataron al Kobe, entra la obligaci¨®n y la vocaci¨®n, m¨¢s individualista. De todo ese trance personal y deportivo emergi¨® el Kobe definitivo. Sobrevivi¨® al temporal que en gran parte hab¨ªa provocado con la rehabilitaci¨®n deportiva y la reinserci¨®n medi¨¢tica. Despu¨¦s de ese valle que pudo hundirle en la sombra, llegaron dos anillos, su ¨²nico MVP de Regular Season, tres extensiones millonarias m¨¢s con los Lakers y contratos con Nike, Spalding o Coca-Cola. Kobe hab¨ªa aprendido a sobrevivir a tantas cosas que supo hacer la m¨¢s dif¨ªcil: sobrevivir a Kobe.
La fama de individualista estaba tan bien ganada como exagerada hasta la parodia: hab¨ªa memes de Kobe diciendo a un compa?ero "?que te la pase? ?coge el maldito rebote de ataque!". El Kobe jugador era as¨ª y el Kobe personaje acab¨® haciendo de ello bandera, entre la retranca que da la experiencia y la ret¨®rica b¨¦lica que le define: "Mi puesto es shooting guard, lleva en su nombre la palabra shoot: tirar. As¨ª que no voy a dejar de hacerlo". Kobe gan¨® una tonelada de partidos en vol¨²menes de tiro muy poco razonables. Aunque tambi¨¦n los perdi¨®, especialmente en los ¨²ltimos tiempos y cuando no supo asumir una m¨¢s saludable modulaci¨®n de su estilo y sus n¨²meros. Los jugadores como ¨¦l a veces desconectan a sus compa?eros pero muchas otras les salvan (les salvaban¡). Son ceros en sus cheques muchas veces, un v¨®rtice que se los lleva por delante otras. Desde luego su saldo final fue positivo en el paradigma tirador/metedor m¨¢s all¨¢ de estas ¨²ltimas campa?as y de extravagancias ex¨®ticas como la de la temporada 2005-06, en la que anot¨® la barbaridad de 35,4 puntos por partido¡ y lanz¨® la barbaridad de 27 tiros por noche. El resultado de cruzar a un Kobe muy enfadado y todav¨ªa a toda m¨¢quina en lo f¨ªsico con un equipo fantasmal en el que formaba quinteto con Parker, Odom, Cook y Kwame Brown.
Es el modelo para cualquier jugador joven que llega a la NBA. Cada a?o ha ido aprendiendo y mejorando para ser mejor jugador
Larry Brown
El cuerpo de Kobe Bryant era un mapa topogr¨¢fico que recorr¨ªa dos d¨¦cadas de batallas, ganadas y perdidas, y constante exigencia extrema. Tuvo que probar tratamientos experimentales para las rodillas y jug¨® con lesiones de tobillo o con fracturas en dedos de la mano de tiro. Una pelea contra todo en la que s¨®lo el tiempo le aguant¨® el pulso primero y comb¨® su voluntad de hierro despu¨¦s: "Siento dudas e inseguridad. Tengo miedo a fracasar. Ahora hay noches en las que salgo a la pista y me duele las espalda, me duelen los pies, las rodillas¡ Me dan escalofr¨ªos. No s¨¦ ni c¨®mo voy a recuperarme de esta lesi¨®n pero mi intenci¨®n es lograrlo. Es el ¨²ltimo cap¨ªtulo, s¨¦ que mi libro se est¨¢ cerrando. S¨®lo me queda por averiguar c¨®mo van a ser las ¨²ltimas p¨¢ginas".
Se pone a meter tiros que parecen mal seleccionados pero entonces empieza a meterlos¡ Es muy dif¨ªcil defenderle
Chris Bosh
Las ¨²ltimas p¨¢ginas, que ya tienen punto y final, se empezaron a escribir cuando se rompi¨® el tal¨®n de Aquiles el 13 de abril de 2013. Sobre un pie anot¨® dos tiros libres que ayudaron a que una temporada de pesadilla acabara al menos en playoffs y se fue para jugar en la siguiente s¨®lo seis partidos entre el 8 y el 17 de diciembre. En el cuarto sum¨® 21 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias, en el sexto se rompi¨® para el resto de la temporada: primero la tibia, despu¨¦s la rodilla. El tiempo cobrando cheques atrasados, el pen¨²ltimo pagar¨¦ de un libro que efectivamente se ha cerrado. Pero que lo hizo siendo un tomo monumental de la historia de la NBA.
Kobe comenz¨® su ¨²ltima temporada con 37 a?os. Ese final de trayecto recorrido por la gatera parec¨ªa una opci¨®n tan l¨®gica que quiz¨¢ por eso mismo no era conveniente apostar contra Kobe. No mucho dinero al menos. Rostro y diana de todos los males de los ¨²ltimos Lakers, con el anuncio de su adi¨®s se volvi¨® a convertir, ya el jugador de la mano del exjugador, en la ¨²nica certeza inamovible en unos Lakers irreconocibles a los que se les est¨¢ hab¨ªa oxidado hasta la m¨ªstica. Hablamos de la franquicia, recuerdo por si hiciera falta, de Magic Johnson, James Worthy, Kareem Abdul-Jabbar, Wilt Chamberlain, Elgin Baylor, Jerry West, Gail Goodrich, Jamaal Wilkes, Shaquille O'Neal y, ahora, LeBron James.
En definitiva, muy pocos jugaron mejor y nadie jug¨® m¨¢s de p¨²rpura y oro que Kobe Bryant. A lo largo de 20 temporadas y en unos n¨²meros que no distinguen noches buenas de malas ni salud de enfermedad, promedi¨® 25 puntos, 5,2 rebotes, 4,7 asistencias y 1,4 robos por partido. Una tabla calcada con precisi¨®n rob¨®tica en las eliminatorias por el t¨ªtulo, cuando las defensas hacen crujir los huesos y el bal¨®n abrasa las manos: 25,6, 5,1, 4,7 y 1,4. Los mejores entrenadores del mundo, buena parte de ellos entre los mejores de la historia, lanzaban sistemas defensivos de toda clase contra ¨¦l y casi todos reconoc¨ªan que hab¨ªa d¨ªas, esos d¨ªas, en los que podr¨ªas lanzarle una manada de gorilas: no le detendr¨ªas. En el quinto partido de la primera ronda de 2012 desat¨® 43 puntos sobre los Nuggets de George Karl. Denver gan¨® ese partido pero perdi¨® la serie. Y Karl hizo esta reflexi¨®n: "Hay jugadores que son especiales por su deseo inquebrantable de ganarte. Kobe puede tener d¨ªas malos, puede a veces obcecarse por ser ego¨ªsta¡ pero ese deseo que tiene de derrotarte es tan poderoso¡ En los ¨²ltimos cuartos igualados se siente capaz de todo, no tiene miedo a nada. Ni a las mejores defensas colectivas o individuales, ni a dobles o triples marcajes¡ ?Veis los tiros que mete? Por favor¡ ?Qu¨¦ se supone que se puede hacer contra eso? Nada, s¨®lo decir 'bueno, lo ha vuelto a hacer'. Es un ganador, porque hay una diferencia entre jugadores con talento y jugadores ganadores".
Kobe Bryant es mi h¨¦roe
Shaquille O¡¯Neal
Todo lo que se dice de Kobe, y m¨¢s ahora que se ha ido de una forma incomprensible, no se dice s¨®lo por los cinco anillos y no se dice desde luego porque un d¨ªa meti¨® 81 puntos o porque ha anotado m¨¢s que Michael Jordan. Los hitos son apenas puntos cardinales, referencias temporales de una trayectoria en la que ha sucedido todo esto:
Entre 2000 y 2013, Kobe estuvo siempre en el top ten de la liga en anotaci¨®n, y en ocho de esas trece temporadas tambi¨¦n figur¨® entre los tres primeros. Cuando anot¨® 81 puntos ante Toronto Raptors el 22 de enero de 2006, se puso detr¨¢s de los 100 puntos de Chamberlain en anotaci¨®n en un partido y tambi¨¦n en medio: 55. El m¨ªtico p¨ªvot, en su d¨ªa un gigante entre hombres, es la ¨²ltima frontera de muchos de los r¨¦cords de Kobe, lo que demuestra que sus cifras pertenec¨ªan en muchos casos a otro tiempo, a otro baloncesto. En la temporada 2006-07 (en la que bati¨® su r¨¦cord de tiros de campo: 1.757) firm¨® diez partidos anotando 50 o m¨¢s puntos. Otra vez, algo que s¨®lo hab¨ªa conseguido Chamberlain¡ en la era jur¨¢sica: 45 partidos en la 1961-62, 30 en la 1962-63.
Me encanta jugar contra ¨¦l. Siempre quieres enfrentarte a los mejores y el mejor del mundo es ¨¦l. Va e encontrar la forma de ganar el partido sea como sea. En eso me recuerda a Jordan
LeBron James
Sus topes personales en un partido son 81 puntos (claro), 50 tiros a canasta (en su ¨²ltimo partido como profesional, ante Utah Jazz), 16 rebotes, 15 asistencias, 7 robos, 5 tapones, 54 minutos, 23 tiros libres anotados, 27 tiros libres intentados¡ Super¨® dos veces los 30 puntos en un solo cuarto, anot¨® seis veces 60 o m¨¢s puntos; 25 veces 50 o m¨¢s, 116 veces 40 o m¨¢s, le meti¨® al menos una vez 40 puntos a todas las franquicias de la NBA¡ Fue en su momento el m¨¢s joven en alcanzar cada cifra redonda de anotaci¨®n entre los 23.000 puntos y los 31.000. Y sigue siendo el ¨²nico jugador que ha metido 600 puntos en tres playoffs seguidos (2008-2010). Entre el 16 y el 23 de marzo de 2007, Kobe firm¨® cuatro partidos seguidos con m¨¢s de 50 puntos, la segunda mejor marca de siempre por detr¨¢s de¡ s¨ª, Wilt Chamberlain (siete). Entre el 6 y el 23 de febrero de 2003 enlaz¨® nueve partidos seguidos con 40 ¨® m¨¢s: los mismos que Michael Jordan. Chamberlain lleg¨® dos veces hasta los catorce.
Ahora que ha anochecido, es dif¨ªcil no recordar con absoluta admiraci¨®n noches que quedan suspendidas en nuestras retinas como la prueba de que los jugadores especiales pasan pero la estela de sus haza?as permanece. Quiz¨¢ el icono del primer Kobe sea aquel game 7 de la final del Oeste de 2.000 contra los Blazers de Rasheed, Pippen y Sabonis. Con 21 a?os, comand¨® la furiosa remontada laker en ruta hacia el primer anillo desde 1.988 (31-13 en el ¨²ltimo cuarto para el 89-84 final) con 25 puntos, 11 rebotes, 7 asistencias, 4 tapones y el ya ic¨®nico alley-oop a Shaquille que sell¨® el triunfo y que ahora recordamos como la imagen que defini¨® una era, la que inici¨® una dinast¨ªa.
Despu¨¦s, en el segundo partido de la final ante Indiana, se torci¨® el tobillo al caer tras una suspensi¨®n sobre el pie de un Jalen Rose que doce a?os despu¨¦s reconoci¨® haberle lesionado a prop¨®sito. Se perdi¨® ese partido y el tercero pero decidi¨® el cuarto, resuelto en la pr¨®rroga (118-120) y con Shaquille en el banquillo con seis faltas (y 36 puntos y 21 rebotes...). Kobe anot¨® 22 puntos en el segundo tiempo, los ¨²ltimos en la canasta de la victoria.
Un a?os despu¨¦s, los Lakers pasan como un vendaval por los playoffs de 2001 (15 victorias, una derrota) con 29,4 puntos, 7,3 rebotes y 6,1 asistencias por partido de un Kobe al que Shaquille (m¨¢s de 30 puntos y 15 rebotes por noche) bautiza como "el mejor jugador de la NBA". En la temporada 2002-03 atraviesa febrero en un trance celestial literalmente asombroso: 40,6 puntos, 6,9 rebotes, 5,9 asistencias y 2,2 robos por partido. Incluso en la siguiente temporada, la que termina con la desaparici¨®n en la final ante los Pistons, hay alg¨²n recuerdo colosal que aterriza a vuelapluma: en el ¨²ltimo partido de la temporada los Lakers aseguran el t¨ªtulo del Pac¨ªfico con un partido de 37 puntos y 8 rebotes de un Kobe que anot¨® el triple que forz¨® la pr¨®rroga y el que decidi¨® el triunfo en el segundo tiempo extra.
Desde luego, el partido de los 81 puntos no fue el gran partido de Kobe, s¨®lo un descomunal mordisco a la historia. En esa misma temporada 2005-06 anot¨® veintisiete veces m¨¢s de 40 puntos. El 20 de diciembre fundi¨® a los Mavericks con 62 puntos en tres cuartos en los que dominaba a todos el equipo rival (62-61), lo ¨²nica vez que ha sucedido algo semejante desde que existe el reloj de tiro.
El casi perfecto plan de persecuci¨®n de Michael Jordan qued¨® congelado en el tope de los cinco anillos. Diversos extrav¨ªos alejaron el sexto mientras la NBA redibujaba su mapa de poder y la Mamba Negra lidiaba con los achaques de la edad. Los reales y los que imaginaban los dem¨¢s: en 2010 ESPN le rebaj¨® hasta el s¨¦ptimo puesto en su r¨¢nking de mejores jugadores de la liga. Su respuesta fue batir el r¨¦cord de puntos de un jugador en decimosexta temporada: 48 a Utah Jazz. "No est¨¢ mal para el s¨¦ptimo de la liga", dijo camino de los tres siguientes partidos: 40, 42 y 42 puntos. No hab¨ªa que apostar contra Kobe. No demasiado dinero.
Acabar¨¢ siendo considerado el mejor de la historia. Su mentalidad, su estilo¡ No se conforma con ganarte, tiene que machacarte, darte la ¨²ltima pu?alada. Ese es un viejo arte que se est¨¢ perdiendo en la NBA
Mark Jackson
La monta?a megal¨ªtica de datos no esconde detr¨¢s de ella a un jugador superdotado: lo encumbra. Uno de los mejores de siempre m¨¢s all¨¢ del tacto con el que hay que enhebrar posiciones y ¨¦pocas. Es dif¨ªcil compara a Kobe con Chamberlain, Russell o Abdul-Jabbar... pero no lo es tanto hacerlo con Michael Jordan. Los dos escoltas, los dos mejores de siempre y los dos solapados en el tiempo. Kobe vivi¨® para lo bueno y para lo malo colgado de esa comparaci¨®n que no deja de ser la b¨²squeda eterna del jugador perfecto. Cada a?o, durante unos cuantos, m¨¢s parecido en estilo y n¨²meros pero finalmente por detr¨¢s de His Airness en todos los medidores objetivos. Jordan fue competitivamente impenetrable en tramos m¨¢s concentrados y estancos de su carrera: quince a?os a pesar de un par de retiradas tentativas e incluyendo el periplo final en Washington. Para m¨ª Kobe est¨¢ por delante desde un punto de vista puramente subjetivo, emocional. Pero ambos est¨¢n tambi¨¦n por detr¨¢s de Magic Johnson.
Kobe perdi¨® finalmente en el debate con Jordan pero consigui¨® que existiera el debate y que se pudiera sostener (al menos durante algunos a?os) con cierta legitimidad. Un trecho al que nunca se acercaron otros llamados a heredar la corona. Los ingredientes iban en el c¨®digo gen¨¦tico pero la receta se fue cocinando a fuego lento y a trav¨¦s de 20 a?os de trabajo infatigable y sin excusas. En cada ciudad a la que llegaban los Lakers hab¨ªa una habitaci¨®n de hotel acondicionada para que Kobe Bryant entrenara. Cuidados escrupulosos los 365 d¨ªas del a?o, estudio cient¨ªfico del juego. Esa es la pasta de la que est¨¢n hechos Kobe, Tim Duncan o Kevin Garnett. Y eso les ha apartado del resto en t¨¦rminos de longevidad y competitividad. Precisamente lo mismo que, al menos, fue acercando a Kobe a la alargada sombra de Michael Jordan. No olvidemos lo que dijo George Orwell: "Todos somos iguales menos algunos que somos m¨¢s iguales que otros".
DESCANSA EN PAZ, KOBE BEAN BRYANT
Si tuvieras que hacer un equipo a partir de un jugador, ser¨ªa ¨¦l. Es imposible de defender y es casi imposible anotar contra ¨¦l cuando se pone a defender
Nate McMillan
La NBA no tuvo que esperar a encontrar a un digno sucesor de Michael Jordan. En 1996 Los Angeles Lakers se llevaron a Kobe Bryant en un movimiento que devolvi¨® la gloria y el esplendor a los de oro y p¨²rpura. El escolta va a ser considerado como uno de los mejores de la historia de forma un¨¢nime y sobran los motivos. Kobe Bryant disput¨® 20 temporadas en Los ?ngeles Lakers de la NBA consiguiendo 5 anillos de campe¨®n.
Se retir¨® de las canchas en 2016 y sus n¨²meros 8 y 24 fueron retirados de la m¨ªtica franquicia. Durante su carrera, ha sido una vez MVP de la temporada, dos veces MVP de las Finales, 18 veces All Star y dos veces m¨¢ximo anotador, adem¨¢s de dos veces campe¨®n ol¨ªmpico, venciendo en ambas ocasiones a Espa?a en la final. Este a?o iba a ser incluido en el Hall of Fame.
La noticia del fallecimiento de Kobe Bryant ha afectado a much¨ªsima gente dentro y fuera del mundo del deporte, pero los aficionados de Los Angeles Lakers fueron sin duda unos de los que les ha tocado m¨¢s de cerca. El exjugador estuvo toda su carrera en la franquicia angelina, con la que consigui¨® cinco anillos de campe¨®n de la NBA, dos MVPs de las Finales, uno de temporada regular, fue 18 veces all star y consigui¨® 33.643 puntos (cuarto de la historia).
"Devastado... mi hermano mayor... no puedo, simplemente no puedo creerlo".
Pau Gasol"Mi amigo, una leyenda, esposo, padre, hijo, hermano, ganador del Oscar y el mejor Laker de todos los tiempos se ha ido. Es dif¨ªcil de aceptar. Kobe era un l¨ªder de nuestro juego, un mentor para jugadores masculinos y femeninos".
Magic Johnson"La mayor¨ªa de la gente recordar¨¢ a Kobe como el magn¨ªfico atleta que inspir¨® a toda una generaci¨®n de jugadores de baloncesto. Pero siempre lo recordar¨¦ como un hombre que era mucho m¨¢s que un atleta".
Kareem Abdul-Jabbar"Estoy en shock por la tr¨¢gica noticia de la muerte de Kobe y Gianna. Las palabras no pueden describir el dolor que siento. Am¨¦ a Kobe fue como un hermano peque?o para mi. Habl¨¢bamos a menudo, y echar¨¦ mucho de menos esas conversaciones. ?l era un fiero competidor, uno de los m¨¢s grande del deporte y una fuerza creativa".
Michael JordanComo no pod¨ªa ser de otra forma, los seguidores de los Lakers fueron los primeros en mostrar sus respetos hacia una de las grandes leyendas de la franquicia y de forma improvisada crearon un memorial para honrar su vida y su carrera en las inmediaciones del Staples Center. Apenas media hora despu¨¦s de que la noticia se hiciese p¨²blica, ya se pod¨ªan ver coronas de flores y a decenas de personas primero, que luego se convirtieron en centenares, acerc¨¢ndose a lugar donde los Lakers disputan sus partidos como local para recordar a Kobe.
La noticia tuvo una gran repercusi¨®n en los medios de todo el planeta. Muchas de las principales cabeceras cedieron todo el espacio de sus portadas a la triste noticia a modo de homenaje a un jugador que ha trascendido las canchas de baloncesto. Globales fueron tambi¨¦n los mensajes de condolencia, que llegaron desde todos los puntos del planeta, tanto de gente corriente que simplemente quer¨ªa expresar su tristeza, como de personalidades y leyendas del deporte. El mundo entero se despidi¨® emocionado de la leyenda, Kobe Bryant.
Adem¨¢s de un astro del baloncesto, Bryant era un hombre con numerosas inquietudes, y una de ellas le vali¨® nada m¨¢s y nada menos que un Oscar en 2018 por el corto 'Dear Basketball'. La pel¨ªcula, de cinco minutos de duraci¨®n, revive con im¨¢genes la carta con la que el ex de los Lakers anunci¨® su retirada en 2015. El cortometraje comienza en su ni?ez, cuando viv¨ªa en Italia (su padre jugaba all¨ª) y ve¨ªa, en sus VHS, v¨ªdeos de la NBA so?ando con que alg¨²n d¨ªa pudiera jugar en la mejor Liga del mundo.
Bryant se encarg¨® de escribir la obra y su socio Glen Keane llev¨® a cabo el proceso de animaci¨®n. "A la hora de escribir, tienes que lograr una conexi¨®n profunda contigo mismo para entender los temores e inseguridades que poseas. As¨ª puedes comunicarlos mejor", asegur¨®. Se trata de un poema animado basado en la carta de despedida de Bryant como jugador de baloncesto que public¨® en la web "The Players' Tribune" en noviembre de 2015. Bryant y Keane contaron con la participaci¨®n del maestro John Williams para crear la m¨²sica de ese trabajo.