La temporada 2019-20 de la NBA quedar¨¢ como la del inicio del reinado de Giannis Antetokounmpo, un nuevo tipo de jugador total que quiere borrar el dolor de los ¨²ltimos playoffs, cuando el suelo desapareci¨® bajo sus los pies de sus Bucks con 2-0 a favor en la final de la Conferencia Este, contra los Raptors. Ser¨¢ la que eleve a LeBron James (todav¨ªa m¨¢s) en el pante¨®n de las estrellas inmortales, esta vez con esa camiseta de los Lakers que tan bien marida con ese concepto, el star system, que est¨¢ en los huesos esenciales de la mejor liga de baloncesto del mundo. O ser¨¢, tal vez, la que descifre finalmente a Kawhi Leonard como un competidor legendario. El alero podr¨ªa ganar su tercer t¨ªtulo con tres equipos distintos, esta vez con unos Clippers que jam¨¢s han tenido tantas armas para sentirse favoritos. Y que, no hay que olvidarlo, nunca han disputado siquiera una final de Conferencia.

La temporada 2019-20, por encima de todo, ser¨¢. Que no es poco: enfrentada a la realidad del coronavirus, y herida de muerte en abril, la NBA ha encontrado una forma para volver, un ¨¦xito de por s¨ª y una hoja de ruta que es casi una distop¨ªa que hubiera parecido imposible hace un pu?ado de meses y que, definitivamente, marcar¨¢ este curso en todos los libros de historia del baloncesto: la temporada 2019-20 de la NBA ser¨¢, por encima de todo, la de la burbuja de Walt Disney World. Lo nunca visto hasta ahora, lo que nunca (creemos) se repetir¨¢. Una experiencia ¨²nica, un viaje que dejar¨¢ un campe¨®n, como siempre, y una historia nueva, una que est¨¢ por contar y que, como m¨ªnimo, se ha anotado ya el tanto de desafiar a la pandemia. Es un buen mensaje. El resto, lo que viene ahora, es lo principal, una vez se deshojan todas las (interminables) capas de este proyecto que parece una fantas¨ªa improbable. El resto, lo que viene ahora, es el baloncesto.

F¨®rmula Disney contra la pandemia

Lo que lleg¨® a parecer poco m¨¢s que una quimera, una estrategia para ganar tiempo antes de tomar decisiones dur¨ªsimas, se convirti¨® en una realidad muy feliz, la m¨¢s feliz de todas para los aficionados a la NBA: habr¨¢ fin de curso 2019-20. Habr¨¢ playoffs, habr¨¢ campe¨®n y habr¨¢ m¨¢s de dos meses llenos de partidos de la mejor liga del mundo. Despu¨¦s de semanas en la que la cancelaci¨®n lleg¨® a parecer un desenlace inevitable, el 4 de junio las treinta franquicias ratificaron (29-1 en la votaci¨®n, solo los Blazers votaron en contra) el plan de Adam Silver, un comisionado que volvi¨® a emerger como un l¨ªder aglutinador y sereno, una figura clave (lo dijeron todos los actores implicados) en la armon¨ªa con la que se acabaron tomando unas decisiones trascendentales. El 4 de junio, precisamente el d¨ªa en el que ten¨ªan que haber comenzado las Finales 2020, se acord¨® que habr¨ªa Finales 2020.

La hoja de ruta, confirmada ese mismo d¨ªa, era la que hab¨ªa pasado de opci¨®n casi exc¨¦ntrica a la m¨¢s viable, superadas ya las candidaturas de las otras opciones, Las Vegas a la cabeza: el recinto de Walt Disney World, en Orlando (Florida) iba a ser la sede, con el epicentro de la competici¨®n en el complejo ESPN World Wide of Sports. Unas lujosas instalaciones que el gigante televisivo (propiedad de Disney) ha puesto a disposici¨®n de la NBA, con tres pabellones listos para jugar partidos y toda la tecnolog¨ªa necesaria (garant¨ªa de ESPN) para la realizaci¨®n televisiva. Conviene recordar que, todo queda en cada, Disney (ESPN y ABC) posee junto a Turner (TNT) los derechos televisivos de la NBA, por los que ambos emporios firmaron un contrato de 24.000 millones de d¨®lares por nueve a?os (2016-25), el gran pilar de la edad de oro que estaba viviendo la NBA, desde luego en lo econ¨®mico, antes de la irrupci¨®n de esta crisis del coronavirus.

Acordada la sede y ultimado un formato con 22 de los 30 equipos y una resoluci¨®n de la Regular Season con playoffs al uso a continuaci¨®n, se depur¨® el estilo de vida en conversaciones con un sindicato de jugadores que apostaba por el campus, una versi¨®n relajada de la herm¨¦tica burbuja sanitaria que finalmente se ha tenido que aplicar. Cualquier otra opci¨®n implicaba un riesgo exagerado, m¨¢s con la dura realidad que vive Estados Unidos, donde la lucha contra la pandemia ha sido irregular y en muchos estados inefectiva e inexistente: inexcusable. Uno de los m¨¢s golpeados ha sido precisamente Florida, en cuya franja central se asientan el legendario parque tem¨¢tico que a partir de ahora unir¨¢ para siempre su nombre al de una NBA que se arriesgaba a p¨¦rdidas de casi 2.000 millones de d¨®lares, un golpe terrible para una competici¨®n que genera unos 8.000 al a?o y que as¨ª consigue salvar parte de los muebles. No mucho: sin p¨²blico y con una inversi¨®n descomunal para crear y mantener la burbuja desde julio hasta octubre, el propio Silver reconoci¨® que se hab¨ªa llegado a un punto en el que ni siquiera era ya cuesti¨®n de dinero. Se trataba, en esencia, de devolverle al virus al menos una parte del golpe. De hacer lo que hab¨ªa que hacer.

La uni¨®n NBA-Disney se forj¨® gracias al trabajo de muchos actores, y tambi¨¦n a la esencial presencia en la sombra (al menos a efectos del mundo del baloncesto) de uno de ellos: Robert Allen Iger. Bob Iger es un neoyorquino de 69 a?os que hace ejercicio a diario aunque tiene una pr¨®tesis en la rodilla. Eso y la edad, aunque solo la pizza hace que se salte una dieta muy estricta, hacen que le cueste horrores seguir el ritmo de Chris Paul cuando caminan por las colinas de California junto al base, presidente del sindicato de jugadores de la NBA (NBPA). Iger y Paul son ¨ªntimos amigos desde que este ¨²ltimo fuera traspasado a los Clippers en 2011. Entonces busc¨® mentor para llevar sus asuntos en Los ?ngeles. Y conoci¨® a Iger.

Michele Roberts, directora ejecutiva del sindicato, y el comisionado Adam Silver tambi¨¦n tienen una excelente relaci¨®n con Iger y Paul. Es la f¨®rmula como comisionado, comunicaci¨®n y confianza, de un Silver que dirig¨ªa la secci¨®n de entretenimiento de la NBA a mediados de los 90, cuando comenz¨® a hacer amistad con un Iger que se cas¨® con Willow Bay, la presentadora del programa de baloncesto Inside Stuff. Por entonces era presidente de ABC, que ingres¨® en un escuadr¨®n de Disney que pronto tuvo a Iger al frente. Con ¨¦l, la compa?¨ªa ha pasado en tres lustros de un valor de mercado de 48.400 millones a m¨¢s de 257.000 millones. ?l dirigi¨® los acuerdos con Pixar y la adquisici¨®n de Lucasfilm (Star Wars, Indiana Jones...) y Marvel. Y ¨¦l ha sido el personaje clave en las negociaciones que han acabado con la NBA en el parque de Walt Disney World, en Orlando.

Cuando Silver par¨® la NBA el 11 de marzo, hab¨ªan pasado ya semanas desde que, el 25 de enero, Iger hab¨ªa cerrado el parque Shanghai Disney en China, epicentro de la pandemia. Ambos comenzaron a compartir informaci¨®n y datos e Iger, aficionado de los Clippers y dem¨®crata que hizo campa?a por Hillary Clinton en 2016, se col¨® en las reuniones de los propietarios de la NBA para convencerles de que Walt Disney World era su mejor baza... siempre y cuando lo permitiera el coronavirus: ¡°Data, not dates¡±, repet¨ªa a las franquicias: volver a jugar ser¨ªa cuesti¨®n de informaci¨®n, no de fechas.

Ese c¨ªrculo de amistad que Iger compart¨ªa con Silver, Roberts y Paul hizo que las gestiones fueran charlas abiertas y sinceras, no negociaciones angulosas. Disney ya contaba con la proximidad a la NBA (junto a Turner paga unos 2.700 millones al a?o por los derechos televisivos de la Liga) y con las instalaciones para alojar y acoger (Walt Disney World) a la comitiva NBA y organizar la competici¨®n (el complejo Wide World of Sports de ESPN). Faltaba el golpe de fe para el apret¨®n de manos. Y ah¨ª tuvo un papel esencial Bob Iger, uno de los grandes responsables de que, finalmente, se vaya a poder cerrar la temporada 2019-20 de la NBA.

Pero la realidad, la clave esencial, es que Walt Disney World era una opci¨®n perfecta desde el comienzo, cuando lanz¨® la primera pista un art¨ªculo del periodista Keith Smith, que hab¨ªa trabajado durante dos d¨¦cadas en el complejo de Florida y que fue, precisamente por eso, el primero en atar cabos. En realidad, y pese a la sorpresa que caus¨® en un principio, Disney World resultaba la baza obvia y una apuesta del propio parque para, por su parte, regalarse m¨¢s de dos meses de constante promoci¨®n, vender imagen de seguridad y control sanitario y orquestar, de paso, la mejor campa?a posible para empezar a vender su gran evento de 2021: el 50 aniversario de la apertura de Walt Disney World, la improbable sede del final de temporada y los playoffs 2020 de la NBA.

El estilo resort es ideal para que los equipos tengan un m¨ªnimo de libertad pero a la vez est¨¦n controlados. Los jugadores se alojan en tres hoteles seg¨²n la clasificaci¨®n a 11 de marzo (Gran Destino Tower, Grand Floridian y Yatch Club). Solo el primero de ellos (una medida de las posibilidades casi ilimitadas del parque) tiene, junto al Coronador Springs Resort al que est¨¢ unido, m¨¢s de 2.000 habitaciones. Ejercer¨¢ de centro de la vida social de la NBA y tiene a su alrededor un lago, rutas para pasear, las mejores piscinas de todo Disney World y una distancias de apenas 10 minutos (ning¨²n hotel est¨¢ a m¨¢s de 18 o 20) del epicentro del regreso de la competici¨®n: el World Wide of Sports de ESPN, un tremendo conglomerado deportivo de casi 900.000 metros cuadrados en el que hay tres lugares ideales para jugar partidos: el HP Field, que ya acoge citas universitarias con televisi¨®n en directo, el Visa Center y el The Arena (que suele acoger los concursos nacionales de animaci¨®n, cheerleaders...).

Adem¨¢s, y esto parece un asunto esencial, todas estas instalaciones est¨¢n (palabra de ESPN) ya perfectamente adaptadas y equipadas para la retransmisi¨®n televisiva de m¨¢xima calidad en una burbuja que supone, seguramente, el mayor reto al que se ha enfrentado la NBA moderna y que convertir¨¢ a Walt Disney World, vivir para ver, en la gran capital mundial del baloncesto desde hoy y hasta el mes de octubre. No solo eso: la NBA, de la necesidad virtud, ha puesto en marcha un ambicioso proyecto para la retransmisiones (en partidos obviamente sin p¨²blico presencial) que permitir¨¢ que 300 aficionados est¨¦n presentes en cada partido de forma telem¨¢tica y a trav¨¦s de las pantallas de v¨ªdeo (Michelob Ultra Courtside) que rodean a las canchas. Esos aficionados podr¨¢n, adem¨¢s, interactuar entre ellos gracias al formato "Together Mode" de Microsoft. As¨ª lo percibir¨¢n los telespectadores y esos elegidos, que vivir¨¢n los partidos como si estuvieran sentados al lado del resto. ESPN y Turner usar¨¢n m¨¢s de 30 c¨¢maras, muchas de ellas operadas por robots, para captar los partidos de una forma novedosa, habr¨¢ micr¨®fonos que capten todo lo que sucede en pista y, adem¨¢s, cualquier aficionado podr¨¢ animar a su equipo de forma virtual a trav¨¦s de la app de NBA y NBA.com, unas interacciones que se mostrar¨¢n en los videomarcadores.

Un protocolo blindado contra el virus

El documento en el que la NBA explica hasta el ¨²ltimo detalle de su plan de reinicio cuenta con 113 p¨¢ginas de documentaci¨®n que detallan el acuerdo alcanzado por liga y sindicato de jugadores (NBPA). Entre otras cosas trata el tema de la salud y la higiene de las personas e instalaciones que se ver¨¢n involucradas en la vuelta de la competici¨®n, dos temas capitales para que se pueda jugar otra vez al baloncesto. Cada franquicia tendr¨¢ un responsable que se encargar¨¢ de que todo funcione de la forma correcta y de que se cumplan unas normas que tambi¨¦n, adem¨¢s, podr¨¢n ser protegidas por todos a trav¨¦s de una l¨ªnea de tel¨¦fono an¨®nima. Cualquier persona implicada en la actividad (jugadores, franquicias, hoteles...) podr¨¢ llamar preservando su anonimato para denunciar comportamientos que puedan poner en peligro a los que s¨ª est¨¢n cumpliendo con lo pactado. Quien sea pillado ser¨¢ castigado o por su equipo o por la propia NBA, nunca por ambos organismos. Esas sanciones ir¨¢n, en funci¨®n de la gravedad o la reincidencia, de avisos y multas a la expulsi¨®n de las instalaciones de Walt Disney World.

Pero ?qu¨¦ pasa si un jugador da positivo por coronavirus? Si esto sucede, los protocolos han sido ya establecidos tambi¨¦n. Si da positivo, ser¨¢ inmediatamente hospitalizado si es necesario o, si no lo es, se le enviar¨¢ al momento a las instalaciones especiales de aislamiento de las que se va a disponer (isolation housing) en hoteles o recintos diferentes, pero siempre apartados del lugar en el que estaba residiendo el jugador. Una vez aislado, al jugador se le realizar¨¢ un nuevo test PCR para confirmar el positivo y descartar que haya sido falso el resultado de la primera prueba. Con dos positivos, se dar¨¢ por bueno el veredicto de los test, se mantendr¨¢ al jugador en cuarentena y se le realizar¨¢ el tratamiento y seguimiento conveniente seg¨²n sus s¨ªntomas. El aislamiento del jugador se prolongar¨¢ hasta que cumpla con estas condiciones: que no muestre s¨ªntomas relacionados con el coronavirus y que d¨¦ negativo en dos test PCR con al menos 24 horas de margen entre la realizaci¨®n de ambos. A partir de ah¨ª, recibir¨¢ el alta tras pasar examen de los especialistas que tendr¨¢ la NBA en enfermedades infecciosas. Si ese especialista lo requiere, se har¨¢n nuevas pruebas. Antes de volver a jugar, adem¨¢s, al jugador se le realizar¨¢n electrocardiogramas y controles card¨ªacos.

En cuanto al contacto directos con otros jugadores, staff de las franquicias o Disney World y familiares, la NBA tendr¨¢ en la Plataforma para la Salud de la Liga (League Health Platform: tambi¨¦n de nueva creaci¨®n) herramientas para trazar y monitorizar los movimientos y contactos de todos los implicados. Se centralizar¨¢n todos los datos, habr¨¢ controles de temperatura constantes y, de hecho, todo el mundo recibir¨¢ un term¨®metro inteligente que enviar¨¢ directamente sus resultados a esa citada plataforma central. Cada persona del campus tendr¨¢ adem¨¢s un ox¨ªmetro para controlar los niveles de ox¨ªgeno en la sangre y detectar cualquier anomal¨ªa respiratoria. Los programas de trazabilidad ser¨¢n obligatorios y estar¨¢n gestionados por la propia NBA o el departamento de salud de Orange County.

22 equipos, un nuevo play in y playoffs

La temporada regular se reanuda con 22 de los 30 equipos de la NBA: los ocho primeros de cada una de las Conferencias cuando la competici¨®n se par¨® a mediados de marzo y los seis conjuntos que se encontrasen a seis triunfos o menos del octavo clasificado, independientemente del lado del pa¨ªs en el que compitieran (uno del Este y cinco del Oeste). De esta manera, el listado de los 22 equipos es el siguiente:

La temporada regular se disputar¨¢ hasta el 14 de agosto y constar¨¢ de ocho partidos por equipo, elegidos entre los que les quedaban por disputar. Los playoffs por el t¨ªtulo arrancar¨¢n el 17 de agosto tras jugarse el novedoso play-in, si fuera necesario: si el noveno se encuentra a cuatro encuentros o menos del octavo, retar¨¢ a este por el puesto. El noveno deber¨¢ ganar dos duelos seguidos a su rival para arrebat¨¢rselo. Si el octavo gana el primero, mantendr¨¢ definitivamente la plaza en las eliminatorias. Si lo pierde, tendr¨¢ otra oportunidad en el segundo y definitivo. Las rondas finales no cambian (primera ronda, semifinales y finales de Conferencia al mejor de siete duelos). Las Finales, del 30 de septiembre al 13 de octubre, tambi¨¦n al mejor de siete partidos.

Las fechas de inicio (30 de julio) y final (13 de octubre) sufrieron una peque?a modificaci¨®n por motivos televisivos. En un principio se iba a empezar un d¨ªa m¨¢s tarde (31 de julio) y a terminar un d¨ªa antes (12 de octubre), pero la NBA decidi¨® cambiarlo. En cuanto al inicio, se pas¨® del viernes al jueves por ser el d¨ªa en el que habitualmente la NBA suele programar sus eventos importantes. En lo que se refiere a la fecha final, se cambi¨® del lunes al martes para intentar librarse de la competencia que tendr¨ªan con el f¨²tbol americano de los lunes, el deporte m¨¢s seguido por los estadounidenses.

Tres espa?oles en Disney World

Seis espa?oles han estado en la NBA 2019/20 aunque uno de ellos, Pau Gasol, firmara su contrato con los Trail Blazers para terminar no jugando nada esta temporada mientras se sigue recuperando de la lesi¨®n que le mantiene parado desde hace un a?o y medio. Jos¨¦ Calder¨®n se retir¨® y ?lex Abrines regres¨® a Europa, por lo que el n¨²mero de jugadores de Espa?a se ha ido reduciendo en la liga norteamericana. Pese a contar ya s¨®lo con cinco en liza, ser¨¢n solo tres los que est¨¦n en la burbuja de Florida.

Los hermanos Hernang¨®mez ya acabaron su participaci¨®n al no ser sus equipos incluidos en los 22 que reanudar¨¢n la NBA. Juancho, traspasado a los Timberwolves, y Willy, que sigui¨® su carrera en los Hornets, tendr¨¢n que ver esta fase desde casa.

Ricky Rubio jugar¨¢ con los Suns tras superar el coronavirus. Su equipo es el que menos opciones tiene de entrar en la postemporada, ya que tiene que remontar las seis victorias que le sacan los Grizzlies, el equipo que marca el corte, en s¨®lo ocho partidos de fase regular. Pese a que tiene dif¨ªcil regresar a unos ¡®playoffs¡¯ que sabore¨® con los Jazz el a?o pasado, el base de El Masnou es uno de los activos importantes de su escuadra y ha demostrado en los amistosos (con un 22+4+4+4 ante los Raptors) que est¨¢ en un buen punto de forma. Y en ese otro equipo, en Toronto, est¨¢n los otros dos espa?oles que participan en la vuelta de la NBA: Marc Gasol y Serge Ibaka. Los interiores del equipo canadiense, donde adem¨¢s ejerce de asistente el seleccionador Sergio Scariolo, volver¨¢n a luchar por el Anillo, en este caso defendiendo el t¨ªtulo que todav¨ªa est¨¢ en su posesi¨®n. Ibaka ha sido uno de los mejores de los partidillos no oficiales disputados en Disney World y Gasol ha completado un sorprendente cambio f¨ªsico durante el confinamiento.

Favoritos al t¨ªtulo en la burbuja

Ausencias: sin Kyrie, Durant, Curry, Klay...

Como en todo, lo que falta es, muchas veces, m¨¢s llamativo incluso que lo que no. Y aunque esa premisa, hasta cierto punto negativa, no se cumple en esta ocasi¨®n, hay una serie de ausencias en el complejo de Disney a las que el aficionado medio echar¨¢ de menos. Tambi¨¦n alg¨²n equipo, ya que muchas de ellas son bajas que se han negado a viajar a Florida alegando diferentes motivos (lesiones, problemas familiares¡­), aunque hay otras que no han ido por no estar entre los 22 equipos que la NBA ha decidido incluir para esta parte final de una temporada hist¨®rica, para bien o para mal.

De la eterna ausencia de los Knicks, pasamos a una mucho m¨¢s llamativa, la de los Warriors. Entre medias encontramos a todos los que se han negado a viajar a la burbuja, con Kevin Durant y Kyrie Irving, lesionados (o en v¨ªas de recuperaci¨®n), a la cabeza. Tambi¨¦n bajas provenientes de la crisis generada por la muerte de George Floyd y que desat¨® una ola de protestas imposible de frenar en Estados Unidos. Muchos motivos para unas ausencias que son obligatoriamente m¨¢s vistosas que otros a?os, principalmente por la situaci¨®n in¨¦dita a la que la competici¨®n norteamericana (y la totalidad del planeta) se han tenido que enfrentar.

La lucha por la justicia social

Si hay algo que va a marcar la reanudaci¨®n de la NBA, m¨¢s all¨¢ del coronavirus, es la muerte de George Floyd. Fallecido el 25 de mayo cuando un agente policial coloc¨® su rodilla sobre el cuello durante un arresto, su muerte ha vuelto a poner sobre la mesa uno de los problemas m¨¢s graves a los que se sigue enfrentando Estados Unidos: el racismo. Como ya ha pasado en otras ocasiones, la reacci¨®n por el pa¨ªs (y otras partes del mundo) provoc¨® una oleada de protestas en las que hubo una participaci¨®n activa del sector baloncest¨ªstico, incluso con voces alz¨¢ndose para pedir la cancelaci¨®n de una temporada que, en esas fechas, ya se sab¨ªa que se iba a reanudar.

La frase ¡°I can¡¯t breathe¡± ha vuelto a resonar en Estados Unidos casi seis a?os despu¨¦s de que Eric Garner fuera asesinado, tambi¨¦n por un polic¨ªa. Y las multitudinarias manifestaciones, mezcladas con la crisis que vivi¨® el pa¨ªs por culpa del coronavirus, las alt¨ªsimas cifras de contagiados provenientes de un confinamiento que ha distado poco de ser duradero y las cr¨ªticas a Donald Trump, han resonado por todo el pa¨ªs, que tiene la vista puesta en las elecciones del pr¨®ximo mes de noviembre. La situaci¨®n pol¨ªtica y social se traslad¨® tambi¨¦n a una NBA que tiene un alto porcentaje de personas racializadas y que, con Jaylen Brown a la cabeza, han participado en las marchas que se han organizado en todo el territorio norteamericano.

El mundo de la NBA ha estado siempre en esta lucha y no queda lejos la pol¨¦mica de Donald Sterling, bien resuelta por el magn¨¦tico discurso de un Adam Silver que se ha enfrentado a su mayor desaf¨ªo este a?o. Antes de eso, el baloncesto se consideraba un deporte de negros, una frase (de Larry Bird) tan m¨ªtica como muchas otras, que sirve para dar un toque c¨®mico a una situaci¨®n que para nada lo es. Dentro de la propia competici¨®n se siguen rompiendo barreras, pero parece que todav¨ªa no se termina de superar un problema que Estados Unidos sufre como pa¨ªs y que dentro de la propia Liga tiene una respuesta social enorme. Eso s¨ª, si hace 60 a?os a Bill Russell, uno de los jugadores con mayor compromiso social de siempre, le hicieron la vida imposible al mudarse a Reading, un pueblo blanco de ascendencia cat¨®lico-irland¨¦s, a LeBron le pas¨® en 2017, cuando unos insultos racistas aparec¨ªan en su mansi¨®n de Los ?ngeles un d¨ªa antes de disputar el primer partido de las Finales ante los Warriors. El problema sigue ah¨ª, no cabe duda.

Una vez m¨¢s, la respuesta ha sido pr¨¢cticamente un¨¢nime por parte de las franquicias, directiva de la competici¨®n y, por supuesto, jugadores. Pr¨¢cticamente, porque James Dolan, amigo personal de Donald Trump, ha demostrado que su capacidad para dirigir los Knicks es directamente proporcional a la de estar a la altura de una situaci¨®n que toca muy de cerca a una parte muy grande de los jugadores, indign¨¢ndose los suyos propios ante la falta de reacci¨®n de su due?o. Al margen de este caso aislado, la generalidad a la hora de gestionar la situaci¨®n ha sido unidireccional, con divisiones, eso s¨ª, ante qu¨¦ decisi¨®n tomar respecto a lo que estaba (y est¨¢) pasando. Algunos baloncestistas han alegado este motivo para ausentarse de la burbuja de Orlando, como Avery Bradley, que lo tuvo m¨¢s claro que su compa?ero Dwight Howard, que dud¨® hasta el ¨²ltimo instante y finalmente s¨ª acudir¨¢.

Como respuesta a lo sucedido, la NBA ha accedido a que los jugadores luzcan lemas a la espalda con mensajes reivindicativos que encabezar¨¢ un ¡°Black Lives Matters¡± m¨¢s presente que nunca en Estados Unidos. ¡°I Can't Breathe¡± (No puedo respirar), ¡°Stand Up¡± (Lev¨¢ntate), ¡°Listen to Us¡± (Esc¨²chanos), ¡°How Many More¡± (Cu¨¢ntos m¨¢s), ¡°Education Reform¡± (Reforma educativa) o ¡°Freedom¡± (Libertad) ser¨¢n algunas de las frases que los jugadores llevar¨¢n a la espalda, aunque otros como LeBron James y Anthony Davis han optado por vestir sus camisetas tradicionales. El apoyo econ¨®mico a causas ben¨¦ficas o las voces afirmando que donar¨¢n el sueldo que cobren en la burbuja para luchar por la causa, son solo algunas de las medidas que se tomar¨¢n en una reanudaci¨®n marcada por el coronavirus, s¨ª, pero tambi¨¦n por todo esto.

Adem¨¢s, la NBA ha decidido no sancionar protestas durante el himno nacional. Los jugadores se plantean imitar el gesto del jugador de f¨²tbol americano Colin Kaepernick, que lider¨® a los San Francisco Sixers a la victoria de la SuperBowl en 2012 con tan solo 24 a?os, pero fue denostado por el resto de equipos tras arrodillarse durante el himno como respuesta a las injusticias raciales que vive el pa¨ªs. Con 29 a?os, Kaepernick est¨¢ sin equipo y la NBA quiere evitar que se vivan sanciones similares con sus jugadores, que a buen seguro mostrar¨¢n su descontento ante la situaci¨®n que vive el pa¨ªs, no solo en los lemas, sino tambi¨¦n con diferentes tipos de demandas.

"Soy una persona blanca y me averg¨¹enza lo que est¨¢ sucediendo. Jam¨¢s pens¨¦ que ver¨ªa esto con mis propios ojos. La ¨²nica raz¨®n por la que est¨¦ pa¨ªs ha ido progresando es por el esfuerzo y la paciencia de la gente de raza negra". Las palabras de Gregg Popovich, uno de los m¨¢ximos detractores de Trump y una de las personas que m¨¢s ha hablado sobre este tema, fueron algunas de las muchas que se alzaron para pedir la erradicaci¨®n del racismo en un pa¨ªs cuya comunidad negra representa al 13% de la poblaci¨®n. Y con ese porcentaje, desde el 1 de enero de 2015, han sufrido disparos de la polic¨ªa 1.252 afroamericanos, m¨¢s del doble que la cantidad de blancos. Y esto, sin incluir muertos en custodia policial, asfixia, atropellos... Las manifestaciones acabaron con 4.000 detenciones y varios muertos, y un asalto a la Casa Blanca oblig¨® a encerrar a Trump en su b¨²nker.

La NBA se enfrenta al m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. Ha estado a la altura en todo momento, y deber¨¢ seguir est¨¢ndolo en una temporada marcada por una pandemia mundial, las muertes de David Stern o Jerry Sloan y, sobre todo, de Kobe Bryant. Pero tambi¨¦n por la de George Floyd y todo lo que ha significado, incluido el poner en evidencia (una vez m¨¢s) que hay un problema como el racismo que est¨¢ todav¨ªa lejos de resolverse en un pa¨ªs en el que deber¨ªa haberse dados pasos m¨¢s grandes mucho antes. Como dijo LeBron hace unos d¨ªas, ¡°no pod¨¦is entender lo que supone ser negro en Estados Unidos¡±. Y con eso, est¨¢ dicho todo.