La redenci車n de Carmelo, el hombre que sobrevivi車 a LeBron
Ha sido el a?o de la vuelta de Carmelo, que ha demostrado que todav赤a puede jugar en la NBA. Es el 迆ltimo superviviente de su generaci車n junto a Korver... y LeBron, su amigo y rival.
El 26 de junio de 2003, se empezaron a escribir algunas de las p芍ginas m芍s trascendentales del baloncesto moderno. Entrelazadas entre s赤, lleg車 a la NBA una generaci車n de j車venes talentos dispuestos a comerse el mundo, que se convirtieron casi de manera autom芍tica en las referencias de las franquicias en las que recalaron y que conquistaron casi todo lo que se les puso por delante. Fue el d赤a en el que llegaban a la mejor Liga del mundo jugadores de la talla de Chris Bosh, uno de los ala-p赤vots m芍s talentosos del siglo XXI. Tambi谷n lo hac赤a gente como Dwayne Wade, protagonista apenas tres a?os despu谷s de una de las mayores exhibiciones de la historia de las Finales. Ese d赤a llegaron a la competici車n norteamericana triplistas como James Jones, Jason Kapono o Kyle Korver, talentos que acabaron perteneciendo a la burgues赤a como David West, Kirk Hinrich, Carlos Delfino, Leandro Barbosa, Chris Kaman o Boris Diaw y gente con cierto renombre como Kendrick Perkins o Mo Williams.
Tambi谷n, como no pod赤a ser de otra manera, llegaron fraudes a ese draft. Ese dudoso honor se lo llev車 Darko Milicic, un hombre con poca estrella y una inexistente 谷tica de trabajo al que los Pistons eligieron de manera inexplicable por delante de Wade o Bosh, casi un a?o antes de darle su 迆nico anillo de campe車n (un regalo excesivo) en lo que fue la 迆ltima versi車n competitiva de esa franquicia conocida a finales de los 80 como los Bad Boys. Milicic tambi谷n lleg車 por delante de un tal Carmelo Anthony, un hombre llamado a dominar la NBA. Y por detr芍s de LeBron James, el que, tambi谷n destinado a ello, la acab車 dominando. Son los 迆ltimos exponentes, junto a Kyle Korver, de una generaci車n que se ha ido acabando (Wade, Bosh...) y que se ha superpuesto a las dinast赤as de Kobe Bryant y Tim Duncan, que conquistaron 10 anillos de 1999 a 2014. Si la NBA ha tenido relevo a Jordan fueron ellos, y no fue sino en su ocaso cuando LeBron accedi車 a un Olimpo que Carmelo nunca ha alcanzado, y las comparativas que ambos escuchaban al principio de sus carreras se han ido diluyendo, experimentando dos caras muy distintas de la Liga.
Distintas en el fondo y en la forma, con dos proyectos en conferencias distintas y una rivalidad que fue extraordinaria en el instituto pero que tuvo a LeBron como ganador individual, por mucho que Carmelo y la Oak Hill Academy se llevaran los enfrentamientos directos. El Rey copar赤a la portada de Sports Illustrated y fue elegido Naismith Prep Player of the Year, llev芍ndose el Rookie del A?o ante Carmelo, el 迆nico que le hizo sombra en la 2003-04. A partir de ah赤, LeBron fue como un tiro hacia el estrellato, uno que parec赤a que nunca alcanzar赤a, luchando contra cr赤ticas y rivales hasta coronarse. Anthony, por otro lado, se estableci車 como estrella de una competici車n que no espera a nadie ni lo hizo con 谷l, que vio c車mo se disgregaba el proyecto de George Karl en Denver antes de irse a los Knicks, en un traspaso precipitado por James Dolan en el que Raymond Felton y, sobre todo, Amar'e Stoudemire se acabaron desdibujando para dar cabida al alero y su estilo, cuya llegada supuso, eso s赤, la 迆nica y (muy) relativa luz en la oscuridad de una franquicia hist車rica pero que vive una crisis solo comparable a la ineptitud de su due?o.
Carmelo experiment車 la cara de una NBA que le daba la espalda justo cuando LeBron tocaba el cielo, coleccionaba anillos y empezaba a ser comparado con Jabbar, Jordan y compa?赤a. Ah赤 donde El Rey se ajustaba la corona a la cabeza m芍s firmemente que su tradicional cinta, Anthony era cuestionado. Poco en los Knicks, donde casi nadie le ech車 la culpa del proyecto que cambi車 de rumbo con su llegada, pero s赤 en esos Thunder en los que se hizo evidente que el juego hab赤a cambiado y que solo hab赤a una persona capaz de monopolizar el juego para practicarlo como le viniera en gana. LeBron, claro. Carmelo tuvo que aprender a jugar sin bal車n, a hacer catch and shoot, dejar de postear y ponerse a correr detr芍s de f赤sicos muy desarrollados que castigaban sus nunca llamativas aptitudes (y actitudes) defensivas. Fue el chivo expiatorio de una Ciudad del Trueno que tampoco toc車 la gloria sin 谷l y de unos Rockets en los que quiso y no pudo (o no le dieron tiempo suficiente). Y ah赤 fue donde pareci車 que su carrera se acababa de forma prematura y de una manera para nada deseada. Por una puerta de atr芍s que muchos cruzan pero cuyo umbral nadie quiere traspasar.
Los Blazers, al rescate del superviviente
Fueron los Blazers, sumidos en una crisis que mezclaba mala suerte y mala gesti車n veraniega, los que rescataron a un hombre que se negaba a considerarse retirado y que estuvo permanentemente entrenando, esperando una llamada que no sab赤a si se producir赤a y que finalmente tuvo lugar. Carmelo lleg車 a un equipo a la deriva para ver en primera persona una de las explosiones individuales, la de Damian Lillard, m芍s impresionantes de los 迆ltimos a?os. Y si bien se ha hecho evidente que sus 35 a?os y su adaptabilidad a esa nueva era del triple en el que los hombres altos brillan por su ausencia y los jugadores todoterreno capaces de hacer todo con una complexi車n atl谷tica extraordinaria, es harto complicada, ha demostrado una cosa: que puede jugar. Y que tiene el talento innato suficiente como para suplir sus carencias y tirar de experiencia y sabidur赤a para sacar lo mejor de s赤 y aportar en el ataque de un equipo eminentemente ofensivo en el que ha cuadrado social y deportivamente y ha dejado claro que su retirada, si sigue teniendo ofertas, no se va a dar en un corto periodo de tiempo.
Carmelo ha adaptado su rol, ha aceptado estar detr芍s de alguien como Lillard de la forma contraria a la que quiso en los Rockets y ha mejorado en el triple. Sus problemas en los movimientos laterales y su falta de compromiso defensivo le hacen seguir siendo un problema en ese lado de la pista, pero en un equipo en el que nadie (con permiso de Trevor Ariza) defiende, e hecho de no defender no se nota tanto. La variante t芍ctica ofensiva de Terry Stotts ha permitido una cierta libertad a Camelo para tener sus oportunidades en el uno contra uno, ya sea en el poste o de media distancia, dos estilos que ha dominado pero por cuya falta de productividad en el nuevo baloncesto son poco utilizados. Sin embargo, tambi谷n ha mejorado en el tiro, sobre todo en el catch and shoot (40% en este apartado por el 31 que tuvo en su breve etapa en Houston), y ha promediado un 38,5% en tiros desde el exterior, la segunda mejor marca de su carrera despu谷s de loa 2013-14. Y eligiendo mejor cu芍ndo tirar, lanzando 3,9 veces desde esa distancia, su menor n迆mero desde la 2011-12.
En regular season, Carmelo ha tenido actuaciones dispares, mezclando partidos excelentes (el tiro ganador contra los Raptors es un gran ejemplo), con series de tiro paup谷rrimas (1 de 15 ante los Grizzlies). Sin embargo, ha ayudado de manera constante en el rebotes (6,3 por partido, su mejor marca de las 迆ltimas cuatro temporadas) y, sobre todo, ha sido el l赤der espiritual que el equipo necesitaba, siendo ya de por s赤 uno de los veteranos m芍s valorados de la NBA. El 迆nico de la generaci車n del 2003 junto a Korver y LeBron, ya se sabe. Un hombre que en los 8 primeros partidos en la burbuja promedi車 16,5 puntos y casi 7 rebotes, con un 45,6% en tiros de campo, un 46,9% en triples y un 85,2% en tiros libres. Y se ha quedado en 15+5 en playoffs con un usage percentage del 20,5%, el menor de su carrera en la fase final tras el 18,9 que tuvo en los Thunder. Y con tres 迆ltimos encuentros de 20, 16 y 27 puntos, el 迆ltimo de ellos (9 de 16 en tiros, 3 de 4 en triples y 6 de 7 en tiros libres) c車mo despedida ante un LeBron, c車mo no, de otra galaxia (36+10+10). Sin embargo, poco le importan las comparativas con su rival, compa?ero y amigo a un jugador que ha alcanzado la redenci車n y, sobre todo, la reivindicaci車n.
Carmelo puede jugar. Es lo que ha demostrado y lo que tantas ganas ten赤a ense?ar al mundo. Tan liviano como en sus primeros a?os (104 kilos) y con una mayor adaptabilidad al baloncesto actual, pero sin renunciar al poste, a la media distancia y a los fundamentos cl芍sicos con los que se crio, Carmelo puede seguir en una NBA que, ya hemos dicho, no espera a nadie ni le esper車 a 谷l. Y aun sin espera, 10 All Stars, tres oros ol赤mpicos, 15? m芍ximo anotador hist車rico... desde luego, su curr赤culum era demasiado grande como para verlo cerrarse de ese modo. Ahora, solo falta saber cu芍l ser芍 la pr車xima parada de una leyenda como 谷l. Por ah赤 han sonado los Knicks. Que ya se sabe, est芍n necesitados de h谷roes y viven de la nostalgia. Tambi谷n por Carmelo. De momento, el alero ha encontrado su sitio en el que siempre ha sido su hogar. El resto, ya lo veremos.