Guerra entre los jugadores NBA: "Demasiado LeBron y Chris Paul"
La negativa de algunos a jugar ense?a una brecha en el sindicato. Muchos jugadores, seg¨²n varios agentes, creen que Chris Paul favorece solo a las grandes estrellas.
Kyrie Irving se convirti¨® en el rostro del movimiento de jugadores que quiere dinamitar el reinicio de la temporada 2019-20 de la NBA, en el complejo de Walt Disney World, en Orlando. Esta oposici¨®n ha surgido de lo que hace unos d¨ªas parec¨ªa la nada: el 4 de junio las franquicias apoyaron el plan de Adam Silver por abrumadora mayor¨ªa (29-1) y un d¨ªa despu¨¦s los jugadores, a trav¨¦s del sindicato (NBPA), validaron la propuesta por unanimidad: 28-0. Ahora, sin embargo, Kyrie (que tuvo una reuni¨®n telem¨¢tica con m¨¢s de 80 jugadores y jugadoras de NBA y WNBA el viernes) pone voz a varias dudas entre un colectivo de (solo en la NBA) m¨¢s de 450 individuos: las condiciones estrictas de la burbuja en la que vivir¨¢n y competir¨¢n los jugadores, el miedo al coronavirus, las dudas con el formato del final de temporada y, muy por encima de todo, la situaci¨®n social que se ha desencadenado en EE UU tras el fallecimiento de George Floyd, asfixiado por la polic¨ªa de Minneapolis. Los jugadores (casi un 75% afroamericanos, adem¨¢s) temen que volver a jugar cree una distracci¨®n que aparte a la gente de un mensaje con el que est¨¢n implicados al m¨¢ximo, muchos de ellos de forma directa y p¨²blica.
Por norma, los grandes estamentos de la NBA suelen transmitir una tremenda sensaci¨®n de unidad y compromiso com¨²n. Desde luego, ha sido as¨ª desde que Adam Silver es comisionado, en parte gracias a una estrategia basada en el di¨¢logo y unas relaciones muy de igual a igual, de socios m¨¢s que de subalternos. Michele Roberts, directora ejecutiva del sindicato, mantiene una estrecha colaboraci¨®n con Silver y recientemente asegur¨® que la mayor¨ªa de sus representados quiere jugar. Pero lo que est¨¢ saliendo ahora a la superficie de forma clara es un descontento dentro de esa asociaci¨®n (National Basketball Players Association), un sindicato en el que las clases media y baja se han ido cansando de tener menos voz y menos pol¨ªticas enfocadas a sus intereses. Eso subyace en los movimientos de un Kyrie Irving que cobra 31,7 millones de d¨®lares esta temporada y tiene garantizados casi 105 millones m¨¢s hasta 2023. El base, una de las grandes estrellas de la Liga, asegur¨® (seg¨²n el periodista Jeff Goodman) a sus compa?eros de reuni¨®n del viernes que el sistema estaba creado para dividirlos: "Solo 20 t¨ªos se llevan dinero de verdad. Y yo soy uno de ello, pero no me dig¨¢is que no tenemos un sistema pensado para dividirnos". En esa reuni¨®n faltaban algunas figuras esenciales, entre ellas un LeBron James que quiere jugar y que cree que puede mantener su activismo social sin dejar que se pierda la temporada NBA, con las consecuencias s¨ªsmicas que eso podr¨ªa tener. Kyrie y LeBron, un ¨²ltimo toque de picante, fueron campeones con los Cavaliers en 2016 y vivieron un sonado divorcio en 2017, cuando el primero pidi¨® salir de Cleveland, donde la sombra de LeBron se le alargaba siempre demasiado.
Los jugadores quieren m¨¢s voces
La NBA pasaba por el mejor momento (por popularidad y ganancias) de su historia antes del inicio de una temporada 2019-20 que parece maldita. Genera unos 8.000 millones de d¨®lares al a?o, vive en un contrato televisivo de 24.000 millones por nueve temporadas y tiene unas franquicias con un valor medio de 1.900 millones y unos jugadores con unos salarios que promedian m¨¢s de 7. Pero no es oro todo lo que reluce, tal y como le cuenta un agente an¨®nimo a Sean Deveney (Forbes): "Esto demuestra algo que est¨¢ pasando a una escala mayor. Creo que muchos jugadores quieren que sus voces sean escuchadas. Creen que en el ¨²ltimo convenio se puso demasiado ¨¦nfasis en que las estrellas se llevaran sus dinerales y se crearon nuevas posibilidades contractuales para ellas. Pero a cambio se perdieron herramientas y flexibilidad para la clase media. Y muchos creen que ahora se sigue el mismo patr¨®n: se va a jugar solo porque les conviene a las grandes estrellas".
Otro agente es todav¨ªa m¨¢s rotundo, tambi¨¦n seg¨²n Deveney: "Cuando Chris Paul se convirti¨® en presidente de la NBPA, las estrellas tomaron totalmente el control. Todo se empez¨® a hacer pensando en sus intereses. El resto entienden, por un lado, que esas figuras traen dinero y atenci¨®n medi¨¢tica para todos, pero se fue perdiendo el inter¨¦s del sindicato en cuidar y proteger a todos sus miembros y se empez¨® a pensar solo en las estrellas. As¨ª que ahora los jugadores ven este plan de jugar en Disney World y vuelven a pensar algo que llevan tiempo pensando: demasiado Chris Paul, demasiado LeBron James".
Paul, ¨ªntimo, de LeBron, es presidente del NBPA, que tiene como vicepresidentes a Andre Iguodala, Kyrie Irving, CJ McCollum, Jaylen Brown, Malcolm Brogdon, Bismack Biyombo y Garrett Temple. En el plano corto parece obvio que no todos los jugadores influyeron en el voto un¨¢nime al regreso de la competici¨®n: el 28-0 demuestra que solo opinaron representantes de las franquicias, no plantillas completas, y ni siquiera de las treinta que forman la Liga. Antes, hubo una videoconferencia muy medi¨¢tica en la que las grandes estrellas se posicionaron a favor de jugar. En ella estaban LeBron, Giannis Antetokounmpo, Kawhi Leonard, Damian Lillard, Stephen Curry, Russell Westbrook... las grandes figuras, en muchos casos tambi¨¦n los que m¨¢s tienen que ganar en Orlando porque juegan en los principales aspirantes al t¨ªtulo. Entre el resto de jugadores hab¨ªa, sin embargo, m¨¢s dudas: ?es necesario que mi equipo juegue un pu?ado de partidos si ya no tenemos opciones reales de nada? ?qu¨¦ pasa con el riesgo extra de lesi¨®n que implica volver despu¨¦s del confinamiento? Las cuestiones se han multiplicado y cambiado de punto de foco tras el inicio de las protestas por las calles de todo Estados Unidos. Muchos jugadores no quieren quitar titulares a esas reivindicaciones por la iguladad y el fin de la brutalidad policial y el racismo sist¨¦mico. Dwight Howard y Lou Williams son algunos de los ¨²ltimos que lo han asegurado p¨²blicamente. Enes Kanter, p¨ªvot de los Celtics, dijo ayer que hab¨ªa muchos e importantes jugadores contrarios al regreso a las pistas: "Hay estrellas, jugadores trascendentes de equipos en posici¨®n de playoffs... si digo los nombres, se montar¨ªa un buen l¨ªo. Pero me dicen que no van a jugar".
Preocupan las cuestiones sanitarias pero, sobre todo, preocupa el impacto social. Y el comunicado de Howard lo deja claro: "Coincido con Kyrie en que no se necesita baloncesto ahora y en que jugar solo crear¨ªa una distracci¨®n. No para los jugadores, que tenemos a nuestro alcance recursos que la mayor¨ªa no tiene en nuestras comunidades. Nada me gustar¨ªa m¨¢s que ganar con los Lakers mi primer campeonato, pero no hay campeonato mayor que la unidad de mi gente. Este momento tenemos que pasarlo con nuestras familias. Estamos ante una oportunidad que no se suele dar y tenemos que sacar el m¨¢ximo de ella. No deber¨ªa haber baloncesto hasta que esto se resuelva".
Hay un buen n¨²mero de jugadores que opina as¨ª... y ahora parece claro que muchos est¨¢n descontentos con la direcci¨®n que el sindicato ha tomado desde que lo dirige Chris Paul, que tom¨® los mandos en 2013. Algunos creen que ese puesto lo deber¨ªa ocupar, como en el pasado, un jugador que no sea una s¨²per estrella: as¨ª era el caso con Derek Fisher, Michael Curry, Antonio Davis... En 2016 se acord¨® un nuevo convenio colectivo sin lockout, un ¨¦xito social para la NBA y un documento que favorec¨ªa demasiado a las estrellas y perjudicaba al grueso de la Liga, seg¨²n la opini¨®n de muchos jugadores que ya no se sienten bien representados por el NBPA. El salario medio supera los 7 millones, pero el pasado verano solo dos jugadores firmaron un contrato midlevel completo (9,3 millones, un term¨®metro de la situaci¨®n de esa clase media) mientras que el n¨²mero de los superaba los 30 millones anuales pas¨® de 20. Solo 140 jugadores superan el salario medio, pero suben esa cifra con sus cantidades disparadas. M¨¢s de 325 quedan por debajo de esos 7 millones al a?o que marcan, en todo caso, un est¨¢ndar hist¨®rico.
La peligrosa sombra del lockout
Las suspicacias a Chris Paul han sido tan obvias que uno de los cambios introducidos en el convenio de 2016 recibi¨® el nombre coloquial de la Chris Paul rule (la norma Chris Paul) ya que estaba pensado para multiplicar los ingresos de las grandes estrellas con larga experiencia en la NBA... justo en un momento en el que el base iba a salir al mercado con, precisamente, ese perfil. Cuando el nuevo convenio entr¨® en vigor en 2017, Paul (la Chris Paul Rule...) ya dispon¨ªa de la opci¨®n de firmar (con 32 a?os) un contrato de cinco temporadas y 201 millones con los Clippers pero se fue a los Rockets, donde en el verano de 2018 rubric¨® uno de cuatro temporadas y 160 millones. Sin los cambios introducidos en el convenio, solo se podr¨ªa haber llevado uno de 115x3. En la temporada 2021-22, con 37 a?os, tiene garantizados casi 45 millones de d¨®lares.
Kyrie, en este sentido, parece representar (desde su posici¨®n de s¨²per estrella y vicepresidente del sindicato) una andanada al status quo de la NBA. Hay, o eso parece, heridas profundas que se han reabierto con esta situaci¨®n excepcional en la que maridan la crisis del coronavirus y la respuesta a la muerte de George Floyd. Si los jugadores prefieren no acudir a Orlando, las p¨¦rdidas directas rondar¨¢n los 2.000 millones de d¨®lares y, con toda seguridad, la NBA (en nombre de las franquicias, que se escudar¨¢n en unas p¨¦rdidas inasumibles) har¨¢n uso de la cl¨¢usula de fuerza mayor que incluye el actual convenio para romperlo y llevar a la Liga a una situaci¨®n de cierre patronal. El temido lockout. Cuando se produjo el ¨²ltimo, en 2011, los jugadores tuvieron que ceder mucho para que hubiera acuerdo y volviera la competici¨®n (y los sueldos). Pasaron de llevarse un 57% de los beneficios de la Liga a repartir casi al 50% con los propietarios. En plena pandemia, una negociaci¨®n con la patronal puede ser muy arriesgada, pero muchos parecen dispuestos a correr ese riesgo. El primero Kyrie, que seg¨²n Shams Charania (The Athletic) les dijo a todos en la reuni¨®n del viernes que no quer¨ªa que se jugara y que estaba "dispuesto a jug¨¢rselo todo".