Jerry Sloan, el t¨¦cnico que puso contra las cuerdas a Jordan
En el 97 Sloan fue el ¨²nico en igualar a dos unas finales a los Bulls; en el 98 tuvo ventaja de campo para rematarle. En ambos casos Jordan se le escap¨® de entre las manos.
Michael Jordan ha dejado muchos "Y s¨ª..." en su carrera. Uno de los m¨¢s evidentes son los Utah Jazz, una franquicia que no ha ganado nunca un anillo de campe¨®n de la NBA pero que jug¨® dos Finales consecutivas en 1997 y 1998. Aquel equipo estaba entrenado por Jerry Sloan, un entrenador absolutamente ¨²nico que ya llevaba como m¨¢ximo responsable del equipo de Salt Lake City desde 1998. En todas las temporadas anteriores hab¨ªa clasificado al equipo para playoffs y, de hecho, es uno de los ¨²nicos cuatro entrenadores en la historia que ha completado m¨¢s de 15 temporadas en r¨¦cord positivo (Pat Riley, Phil Jackson y Gregg Popovich).
A diferencia de ellos tres, Sloan nunca recibi¨® el t¨ªtulo de Mejor Entrenador del A?o, algo que visto ahora parece un atropello al sentido com¨²n. Pero m¨¢s que no ganar ese premio individual, lo que probablemente m¨¢s le duela no haber conseguido en su carrera sean esos dos anillos de finales de los 90. Poco a poco fue construyendo un equipo tremendamente competitivo alrededor de dos futuros integrantes del Hall of Fame, John Stockton y Karl Malone, en una ciudad a priori no muy propicia para montar equipos ganadores. As¨ª lo explicaba Phil Jackson, el entrenador de los Bulls en aquellas dos Finales, despu¨¦s de la retirada de Sloan de los banquillos:
1997. "El cartero no reparte en domingo" y la gripe que no fue
Karl Malone hab¨ªa ganado el MVP de la temporada y los Jazz, que hab¨ªan perdido dos finales de Conferencia los cuatro a?os anteriores, por fin pod¨ªan luchar por el anillo. A priori los favoritos eran los Bulls, que ten¨ªan ventaja de campo y que a punto estuvieron de igualar el 72-10 del a?o anterior. Se quedaron en 69-13 tras algunas lesiones en el tramo final de la liga regular. Jordan, extra motivado al no haber sido nombrado mejor jugador de la temporada y tener enfrente a quien le hab¨ªa quitado el premio, quiso demostrar desde el primer partido que aquella decisi¨®n no se correspond¨ªa con la realidad. Fue ¨¦l quien encest¨® la canasta decisiva para dar la primera victoria a los suyos. Para colmo, segundos antes iba a ser justo Karl Malone quien fallase dos tiros libres que habr¨ªan puesto a los suyos dos arriba. Justo antes de tirarlos fue cuando Pippen pronunci¨® su famosa frase "Recuerda, el cartero no reparte los domingos, Karl", para desestabilizar a Malone, al que le conoc¨ªan con ese mote. El segundo partido, tambi¨¦n en Chicago, no tuvo historia despu¨¦s de que los Jazz acabaran con 31 puntos al descanso, la segunda peor anotaci¨®n de la historia, con otra mala actuaci¨®n del MVP de los de Utah.
Con 2-0 para los Bulls y despu¨¦s de la imagen del segundo encuentro muchos daban la final por terminada. Pero quien conoce la NBA sabe que jugar en Salt Lake City no es un camino de rosas ni mucho menos. Una de las canchas m¨¢s calientes de la liga con la opci¨®n de pelear por el t¨ªtulo de campe¨®n no se iba a dar por vencida, as¨ª como as¨ª. Y el equipo que entrenaba Jerry Sloan tampoco. Los siguientes tres partidos eran su casa y les iban a hacer sudar la gota gorda a los Bulls. En el primero de ellos borraron del mapa a los de Chicago durante tres cuartos, llegando a tener una ventaja de +24. El intento de remontada visitante lleg¨® a reducir la diferencia a 7 puntos, pero esta vez s¨ª comandados por un excelente Malone, los Jazz se iban a poner 2-1. Y en el siguiente iban a conseguir lo que nadie hab¨ªa logrado en las cuatro Finales anteriores de los Bulls: igualar la eliminatoria decisiva a dos. El partido empez¨® con Phil Jackson saliendo a la pista con tapones despu¨¦s del tremendo recibimiento del tercer partido y acab¨® con dificultades para escuchar al narrador por el mismo motivo. Entre medias, un encuentro muy igualado y con gran cantidad de cambios en el marcador se resolvi¨® con un parcial de 12-2 final a favor de los Jazz y una actuaci¨®n casi perfecta de John Stockton, que despu¨¦s de meter un triple clave para que su equipo no se dejase ir en el marcador iba a robar un bal¨®n a Jordan, meter dos tiros libres, coger un rebote y dar una asistencia de campo a campo para dejar solo a Malone y, finalmente, repetir la acci¨®n con Byron Russell.
El quinto partido pudo suponer un antes y un despu¨¦s en la dinast¨ªa de los Bulls. Es el conocido famosamente como "partido de la gripe", en el que Jordan jug¨® claramente mermado. En el documental The Last Dance el jugador desment¨ªa que tuviese gripe y apuntaba a una pizza que pidi¨® la noche anterior y que se comi¨® ¨¦l solo como causa de su malestar. Jordan da a entender que la pizza no estaba en buen estado a prop¨®sito. En cualquier caso, ya fuese gripe o intoxicaci¨®n, el caso es que el n¨²mero 23 iba a realizar uno de sus partidos m¨¢s memorables metiendo 39 puntos y dando la puntilla a su rival cuando ni siquiera estaba al 100%. En la rueda de prensa posterior, preguntado por la actuaci¨®n de Jordan en inferioridad de condiciones, Sloan iba a tirar de humor: "?Todos sab¨ªais que ten¨ªa gripe? Entonces he sido yo el ¨²ltimo en enterarme". De vuelta a Chicago Steve Kerr iba a meter su canasta m¨¢s famosa a pase de Jordan para sentenciar el quinto anillo de los Bulls en siete a?os.
1998. 40 segundos que son leyenda del baloncesto
Esta vez los Jazz se plantaban en las Finales con ventaja de campo, con un grupo m¨¢s hecho y siendo el ¨²nico equipo al que los Bulls no hab¨ªa ganado en temporada regular. Entonces no lo sab¨ªan, pero iban a ser la ¨²ltima franquicia de la Conferencia Oeste hasta 2012 en llegar a las Finales sin ser de Texas (Spurs, Mavs) o California (Lakers). Los Jazz llegaban con diez d¨ªas de descanso despu¨¦s de barrer a los Lakers, mientras que los Bulls hab¨ªan pasado las de Ca¨ªn ante los Pacers. Si en Utah ten¨ªan alguna opci¨®n de ser campeones, ese parec¨ªa el a?o. La acumulaci¨®n de partidos la iban a notar los de Chicago en el primer encuentro, en el que acabar¨ªan cayendo en la pr¨®rroga. Pero se iban a recuperar pronto igualando la serie en el segundo y teniendo tres partidos en casa por delante para cerrar la eliminatoria. Otra vez, como el a?o anterior, Malone iba a rendir a un nivel muy por debajo del acostumbrado en los dos primeros encuentros.
Una vez en Chicago la cosa parec¨ªa pan comido para los actuales campeones, m¨¢s despu¨¦s del resultado del tercer encuentro. Los Bulls iban a ganar 96-54 y la puntuaci¨®n de los Jazz supon¨ªa la peor de cualquier equipo en cualquier partido desde que se instaur¨® el reloj de posesi¨®n. Sloan, al recibir la estad¨ªstica del partido en rueda de prensa volver¨ªa a hacer gala de su sentido del humor: "Este marcador est¨¢ mal puesto". Los Bulls ganaron tambi¨¦n el cuarto, pero en el quinto, cuando s¨®lo les quedaba rematar el trabajo, iba a aparecer la mejor versi¨®n de Malone en toda la eliminatoria y los Jazz, que a punto estuvieron de desaprovechar una ventaja de 7 puntos en los ¨²ltimos dos minutos, se iba a meter otra vez en la eliminatoria y con la posibilidad de remontarla definitivamente ante su p¨²blico.
Y as¨ª se lleg¨® al partido 6, el m¨ªtico Game 6 en el que Pippen s¨®lo meti¨® 8 puntos con unos problemas de espalda tremendos y Jordan acab¨® exhausto teniendo que jugar casi todos los minutos. A cambio, acab¨® con los sue?os de Sloan, Stockton, Malone y todo Salt Lake City con una de las escenas m¨¢s memorables de la historia del baloncesto. Despu¨¦s de que Stockton pusiese a los suyos 3 arriba con un triple, Jordan se iba a poner la capa de superh¨¦roe en los ¨²ltimos 40 segundo de partido metiendo 4 puntos y robando un bal¨®n fundamental a Malone entre sus dos canastas, la ¨²ltima de ellas para silenciar el Delta Center. La foto de aquel lanzamiento, el ¨²ltimo de su carrera se iba a convertir en ic¨®nica. Una leyenda que ni siquiera los mejores Jazz de siempre, los de Jerry Sloan, pudieron tumbar. Aunque estuvieron m¨¢s cerca que nadie.