La maldici¨®n del Chase Center: derrotas, lesiones y coronavirus
Lesiones, mala imagen, peor r¨¦cord de la NBA... Todo ha salido mal para los Warriors, que han sido una sombra de lo que fueron en el primer a?o del Chase Center.
Se acab¨® una temporada para los Warriors que nunca empez¨®. El final, anticipado por el coronavirus, se puede alargar con unos cuantos partidos m¨¢s dependiendo de las decisiones que tome la NBA respecto a una reanudaci¨®n que ahora mismo es una inc¨®gnita, pero las conclusiones ser¨¢n las mismas. Un a?o marcado por las desgracias en forma de lesiones, las derrotas sin respuesta, un traspaso no del todo explicable y un fort¨ªn, el Chase Center, que tendr¨¢ que esperar para ver tiempos mejores y que ha sido testigo de como su equipo, la ¨²ltima gran dinast¨ªa de la Liga norteamericana, ganaba solo 8 partidos de los 34 disputados.
El Chase Center, situado enfrente del estadio de los Giants de la MLB (At&t Center), que se abre imponente a las aguas de la Bah¨ªa, fue un proyecto urban¨ªstico concebido por Joe Lacob y Rick Welts antes de 2016, cuando se le puso nombre y apellidos. Era un nuevo comienzo y un intento de equipararse a los Knicks y Lakers en cuanto a grandeza ("el Madison Square Garden va a pasar a ser el Chase Center de la Costa Este¡±, dijo Welts), pero tambi¨¦n un regreso a los or¨ªgenes. No al lugar donde nacieron, que fue Philadelphia en 1946 (un a?o antes de convertirse en los primeros campeones de la NBA), sino en el que desarrollaron una conexi¨®n con un p¨²blico que se cambi¨® de sitio al mismo tiempo que ellos. Hicieron su primer traslado en 1962 a San Francisco, una ciudad a la que retornan 48 a?os despu¨¦s de poner rumbo a Oakland para jugar en el Oracle, ese que tantos ¨¦xitos ha dado en los ¨²ltimos tiempos y en el que la poblaci¨®n de m¨¢s edad iba a vociferar mientras recordaba como el sector que represent¨® la activa conexi¨®n de trasportes mar¨ªtimo y ferroviario de San Francisco hab¨ªa emigrado a esa nueva y depauderada zona para sentirse parte de una cultura que se acab¨® convirtiendo en una dinast¨ªa.
El proyecto tuvo sus detractores, que anunciaban que el proceso de construcci¨®n pod¨ªa llevarse vidas por delante mientras defin¨ªan el monumental edificio como una Disneyland capitalista merced a los m¨¢s de 1.000 millones que hab¨ªa costado levantarlo y que chocaban con la idiosincrasia de una ciudad y de una zona en particular que ha pasado del esplendor de la industria portuaria a?un nudo de laboratorios farmac¨¦uticos y de investigaci¨®n coronados con el Hospital Universitario, cuyos proyectos se pusieron en peligro con la llegada del consumismo del siglo XXI (o as¨ª lo llamaron algunos). Eso es ahora Mission Bay,?una zona marcada por marihuana, barro, cristales rotos y edificios decr¨¦pitos en los 80 pero que ahora alberga uno de los pabellones deportivos m¨¢s impresionantes de los Estados Unidos. S¨ª, los Warriors regresaban a San Francisco, pero en nada se parec¨ªan a esos que lo abandonaron casi medio siglo antes. Y precisamente dejaban atr¨¢s lo que con ellos se hab¨ªa trasladado para llegar a una zona de m¨¢s glamour, dinero y destellos. Eso que son Knicks y Lakers, y que tantos han intentado imitar en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. De hecho, fueron los angelinos los que iniciaron esa linde de pabellones que son mucho m¨¢s que pabellones cuando dejaron atr¨¢s el viejo Forum y llegaron al Staples Center, una estadio que es casi un monumento, que trasciende m¨¢s all¨¢ del deporte y que alberga tan pronto un concierto como un partido de baloncesto.
Parte de culpa en una temporada aciaga
El problema no es dejar atr¨¢s la cultura y a parte de tu gente en la NBA, un mundo donde los negocios priman por encima del resto y en el que no iba a ser menos un equipo cuya columna vertebral se ha construido con rondas del draft (Curry fue n¨²mero 7 en 2009, Thompson, 11 en 2011 y Draymond un robo, puesto 35 de la segunda ronda en 2012), pero que se convirti¨® definitivamente en una dinast¨ªa tras la criticada adquisici¨®n de Durant. Criticada porque a los fan¨¢ticos nunca les ha parecido bien eso que llaman s¨²per equipos, pero que olvidaron que la llegada del alero entraba dentro de los l¨ªmites de la Liga y que al final, para ganar, tienes que tener a los mejores. Durant estaba en el mercado y los Warriors fueron capaces de hacerse con ¨¦l. Los dem¨¢s no.
Pocos reproches puede haber de ese movimiento, vilipendiado en un inicio pero que termin¨® constatando lo que era un hecho, que el equipo entrenado por Steve Kerr era uno de los mejores de todos los tiempos. Eso s¨ª, las repetidas reivindicaciones del big three (Curry-Thompson-Green) quedan solapadas tras un mar de dudas que nos hemos quedado sin resolver este a?o, en el que no han coincidido en un solo partido. La lesi¨®n de Thompson en las Finales del pasado a?o le dejaban fuera hasta marzo y solo falta por saber si volver¨¢ en caso de que todo se reanude. Curry por su parte ca¨ªa en el cuarto partido de la temporada y solo ha jugado uno m¨¢s, el 3 de marzo ante los Raptors en el Chase Center, donde todav¨ªa no conoce la victoria (0-3).
Es imposible sacar m¨¢s de un equipo que, siempre mod¨¦lico, no se supo mover el verano pasado igual que los anteriores. La salida de Durant no fue tan lamentada como se preve¨ªa gracias a esa lesi¨®n del tend¨®n de Aquiles y las pocas ganas que hab¨ªa en Golden State de pagar el m¨¢ximo a un jugador que superaba la treintena y que iba a pasarse un a?o en el dique seco. Pero la llegada de Russell, que se un¨ªa a Curry, Thompson y Green en un big four a priori de esc¨¢ndalo, provoc¨® la salida de un Iguodala que quer¨ªa regresar cuando terminara esta temporada pero que ha firmado un suculento contrato que le deja, al menos un a?o m¨¢s, atado a los Heat. D'Angelo no ha sido para nada el problema de un equipo (tampoco la soluci¨®n) en el que se encontr¨® demasiado solo demasiado pronto, pero su intercambio con Andrew Wiggins no ha convencido a nadie ni ha paliado que no se tomaron las decisiones correctas para reforzar la segunda unidad. En parte por el escaso margen salarial que ten¨ªan, pero tambi¨¦n por la retirada de Livingston, las ya mencionadas salidas de Iguodala y Durant, la de Cousins y Cook rumbo a los Lakers o la de piezas de la intendencia que eran Damian Jones y Jordan Bell. Muchas bajas y de mucho nombre para unas altas cuya reputaci¨®n era inversamente proporcional: Marquese Chriss, Omari Spellman, Glenn Robinson III, Alec Burks... ninguna de esas llegadas a carburado m¨¢s all¨¢ de la del rookie Eric Paschall (la ¨²nica buena noticia) y algunos de ellos fueron traspasados en la agencia libre que finaliz¨® en febrero.
S¨ª, los Warriors han tenido mala suerte, lesiones a la cabeza. Pero tambi¨¦n han tomado decisiones err¨®neas que les han conducido a un callej¨®n sin salida y a un plan b que no han tenido en toda la temporada. Sin ir m¨¢s lejos, los Lakers el a?o pasado tuvieron las lesiones de LeBron, Lonzo, Ingram o Rondo en los momentos m¨¢s importantes de la temporada, pero acabaron con 37 victorias. Este a?o los Warriors, cuyas lesiones han sido m¨¢s tempranasa y diraderas (todo hay que decirlo), llevan 15. Pronto se hizo patente que se conformaban con eso y que ya pensaban en el curso baloncest¨ªstico 2020-21, con un posible n¨²mero 1 en manos de Anthony Edwards (a saber cu¨¢ndo es el draft), con el que podr¨ªan negociar un traspaso o qued¨¢rselo en sus filas. Lo mismo que con un Andrew Wiggins que ni pincha ni corta y que no tiene mucho sentido ni pegamento en una franquicia que tambi¨¦n puede buscarle una salida. No tanto por una estrella, sino por una segunda unidad que complemente al tr¨ªo din¨¢mico y que pueda pensar a corto plazo en un nuevo campeonato.
El futuro no es lo que era
Ese es el objetivo a corto plazo, volver a luchar por un anillo que han conquistado en tres de las ¨²ltimas seis temporadas y seguir sumando. Eso s¨ª, las expectativas no son las mismas que antes, y si hace unos a?os nadie les discut¨ªa el favoritismo, ahora tendr¨¢n que gan¨¢rselo. Al fin y al cabo, Klay Thompson regresar¨¢ con 30 a?os y sin jugar un solo partido desde el 13 de junio, Curry camino de los 33 y habiendo disputado cinco desde entonces y Green (30) cuajando una temporada catastr¨®fica en la que sus estad¨ªsticas se han resentido (8+6+6), sus porcentajes en tios de campo (39%) y en triples (28) han ca¨ªdo en picado y ni ha sido un l¨ªder ni ha pretendido serlo. Y todo en la peor temporada para Steve Kerr, que sumar¨¢ la primera gran mancha de su impoluto curr¨ªculum con el primer r¨¦cord negativo de su carrera y la primera campa?a sin playoffs. Todos los grandes entrenadores han renido sus sombras; Popovich en su debut/tanking antes de seleccionar a Duncan, Riley en el ¨²ltimo a?o de su carrera con Miami (15-67)... todos menos Phil Jackson, que entren¨® al propio Kerr en los Bulls y que adem¨¢s de sus 11 anillos solo ha sumado balances positivos y clasificaciones para playoffs. Hay figuras y figuras y luego est¨¢ la del Maestro Zen.
Los Warriors tienen el peor rating defensivo de su historia (113,8), son el tercer peor ataque (106,3 puntos por partido) y la sexta peor defensa (115), han saltado a la pista con quintetos hace poco inimaginables y la anarqu¨ªa ha reinado en un sistema de juego que ha brillado por su ausencia y con el que es imposible identificar al equipo de las cinco Finales consecutivas. Jugaron su ¨²ltimo partido contra los Clippers, contra los que cayeron por 107-131 en casa, una t¨®nica general que resume muy bien su a?o y que supuso el partido consecutivo con sell out (entradas agotadas) n¨²mero 337 de la franquicia. Eso, desde luego, no ha cambiado para un equipo que ha cambiado parcialmente de cultura pero que sigue teniendo su estadio, aunque sea nuevo, lleno. Algo que se repite desde 2012. Eso s¨ª, ahora el Oracle ha sido sustituido por el lujo; y por desgracia, si en algo se parecen estos Warriors a los Knicks es en el r¨¦cord. Con 15-50, son el peor de la NBA, mientras que los neoyorquinos siguen nadando en su habitual mar de sinsentidos y se van a un 21-45 que poco tiene que ver con su historia y su legendario estadio.
El coronavirus y la maldici¨®n del Chase Center
Cualquiera que haya seguido la temporada desde el principio puede llegar a pensar que el Chase Center est¨¢ maldito. Es la sensaci¨®n que da, como si en una pel¨ªcula de miedo nos encontr¨¢ramos. Las desgracias no han cesado y el traslado ha concluido con el estallido de la crisis del coronavirus, otra desgracia que no es culpa de nadie pero que deja en el dique seco a numerosos trabajadores que hab¨ªan encontrado hueco en el mercado laboral gracias al traslado. Alrededor de una franquicia y sus partidos orbitan muchos peque?os contratos, conceciones, ingresos indirectos... esta es una de las grandes preocupaciones ahora. Los directivos de los Warriors, por ejemplo, ya hablaban de una situaci¨®n muy delicada y Curry y compa?¨ªa se han comprometido a hacer donaciones a los trabajadores que les ayudar¨¢n mientras se mantenga la crisis.
Y esto se une a las p¨¦rdidas que van a tener como entidad. Cada partido da unos ingresos medios de 2 millones de d¨®lares a cada franquicia, que aumentan hasta lo 3,5 en el caso de los Warriors, los que m¨¢s generan con cada partido. Sin embargo, esto es un arma de doble filo, ya que siendo el que m¨¢s genera tambi¨¦n eres el que m¨¢s pierde en situaciones como esta y las cuentas que hiciste a principio de temporada no van a salir ahora.
De una forma u otra, el estreno del Chase Center no ha sido como se esperaba en un inicio. No solo por la parte deportiva, tambi¨¦n por la idiosincrasia y la cultura creada, la entidad adquirida y todo lo que ello supone. No es que todo se haya perdido, siempre quedan ramalazos, pero los Warriors tendr¨¢n que hacer un esfuerzo doble para que la gente vuelva a considerarles favoritos. Una cosa que nos ha ense?ado la NBA en general y Rudy Tomanovich en particular es que no hay que subestimar el coraz¨®n de un campe¨®n. Tampoco el del nuevo estadio erigido en San Francisco, que a pesar de no haber tenido un inicio su?ado seguir¨¢ contando con Stpehen Curry, Draymond Green y Klay Thompson en sus filas. Y este ¨²ltimo ya lo avis¨® hace no mucho tiempo: "La dinast¨ªa de los Warriors no ha acabado". Ah¨ª queda eso.