FINALES NBA | WARRIORS-CAVS (1-0)
Warriors: una mudanza para superar a Knicks y Lakers
Raptors - Warriors, en directo: Finales NBA 2019, en vivo
Junto a los muelles de Embarcadero, cerca de los ferris que parten constantemente hacia Alcatraz y a un paseo del downtown, San Francisco es una amalgama vital de turistas, tranv¨ªas, bicicletas y m¨²sica bajo un sol radiante y una brisa casi siempre fr¨ªa. Hacia el sur, m¨¢s all¨¢ del delicado glamour del MOMA y los jardines de Yerba Buena, se va abriendo paso la vieja ciudad que qued¨® sepultada por la contracultura y el ascenso de las industrias tecnol¨®gicas.
Por debajo de los herc¨²leos cimientos del Puente de la Bah¨ªa, que conecta 250.000 coches al d¨ªa con la zona Este en la que (Oakland) todav¨ªa residen los Warriors, llegan recuerdos de los a?os de esplendor de la industria portuaria y los nervios de hierro que conectaba el Pac¨ªfico con las estaciones de tren de todo el pa¨ªs. Hacia Mission Bay, lo que en los a?os 80, despu¨¦s del colapso de esas viejas formas de cargueros y estibadores, fue ¡°marihuana, cristales, rotos barro y edificios decr¨¦pitos¡± es ahora un nudo de laboratorios farmac¨¦uticos e investigaci¨®n coronado por el Hospital Universitario. A un golpe de vista, en South Beach, el estadio de los Giants de la MLB (At&t Center) se abre imponente a las aguas de la Bah¨ªa. Y enfrente, entre un ajetreo de camiones, maquinaria pesada y trabajadores que vociferan y dan zancadas de un lado a otro, el futuro Chase Center, la nueva casa de los Warriors, va tomando la forma de lo que ser¨¢ en poco m¨¢s de un a?o: no un estadio sino 4,4 hect¨¢reas de hogar de ¡°no un equipo sino una empresa de entretenimiento deportivo¡±, palabra de Rick Welts, presidente de la franquicia y padre de, por ahora, la frase que mejor servir¨ªa de eslogan para lo que est¨¢ por venir: ¡°El Madison Square Garden va a pasar a ser el Chase Center de la Costa Este¡±.
Los detractores: "Quieren un Disneyland del capitalismo consumista"
El proyecto avanza sin la ruidosa oposici¨®n que en las Finales de 2017 todav¨ªa hac¨ªa la Mission Bay Alliance, cuya energ¨ªa fue combada por la Corte Suprema de California, una asociaci¨®n impulsada por personalidades universitarias y de la investigaci¨®n m¨¦dica que alertaba sobre unos males que ir¨ªan de da?os al medio ambiente al colapso de una zona que ya es de por s¨ª un sudoku para el tr¨¢fico. ¡°Quieren una Disneyland del capitalismo consumista¡±, advert¨ªan mientras se preguntaban qu¨¦ pasar¨ªa si las ambulancias de urgencias topaban con los atascos de un d¨ªa de partido: casi 19.000 aficionados m¨¢s en un embudo para el que no hay proyectadas m¨¢s de 950 plazas de parking soterradas y otras 6.000 extendidas por un ¨¢rea de casi un kil¨®metro a la redonda, incluidos los propios aleda?os del At&t.
Fue el pico de dificultad m¨¢s cruenta para un proyecto que ha requerido una guerra perfectamente planificada de comunicaci¨®n y relaciones p¨²blicas. Desde su inicio, Welts ha mantenido ya m¨¢s de 500 reuniones de perfil explicativo. Y la franquicia organiza visitas para abonados y futuros interesados en serlo (la lista de espera tiene m¨¢s de 40.000 nombres) bajo el paraguas de la ¡°Experiencia Chase Center¡±, en la que se puede contemplar una maqueta que ha costado m¨¢s de 350.000 d¨®lares, que gira 360? y ofrece en una pantalla adyacente proyecciones de c¨®mo ser¨¢ la vista desde cualquiera de los casi 19.000 nuevos asientos de una joya de la corona con la que los Warriors quieren ponerse al frente de la NBA y, en buena medida, del deporte estadounidense.
Suits privadas, actividades de todo tipo....
Este es el plan maestro: h¨ªper conectividad, experiencias que van mucho m¨¢s all¨¢ de los partidos, una oferta gastron¨®mica revolucionaria y un uso que alcance los 365 d¨ªas del a?o con m¨¢s de 220 actividades de las que solo unas 50 ser¨¢n partidos de los Warriors (42 de fase regular y lo que corresponda de unos playoffs que, aunque ahora parezca imposible, no siempre jugar¨¢n). Por dentro del Chase Center hay suites privadas que costar¨¢n no menos de medio mill¨®n de d¨®lares al a?o¡ y algunas mucho m¨¢s. M¨¢s grandes que muchos apartamentos de San Francisco, superar¨¢n los 50 metros cuadrados con un lujoso comedor abierto hacia la cancha a trav¨¦s de una enorme cristalera. Y por fuera, una paradisiaca zona de jardines abierta a la Bah¨ªa, 54.000 metros cuadrados de oficinas (con dos enormes torres en las que ya han confirmado su presencia empresas como Uber) y 9.000 dedicadas al ocio y la restauraci¨®n. Desde luego, un largo camino desde que en 1971 los Warriors tuvieron que cruzar el Puente de la Bah¨ªa con destino Oakland porque en San Francisco no encontraban forma de construir un nuevo pabell¨®n o de atraer con regularidad a m¨¢s de 6.000 personas para ver al equipo que hab¨ªa llegado en 1962 desde Philadelphia.
En forja de los dos grandes gigantes de la Costa Oeste, Silicon Valley y Hollywood, el inversor Joe Lacob (due?o mayoritario) y el productor Peter Guber (Rain Man, Batman, El color p¨²rpura, Gorilas en la niebla¡) compraron los Warriors por 450 millones en 2010. Su valor estimado por Forbes era incluso inferior por entonces, cuando Stephen Curry era solo un delgado base de 22 a?os que acababa de completar su primera temporada como profesional. Dos a?os despu¨¦s, la franquicia val¨ªa 555 millones de d¨®lares, en 2015 (el primer anillo en 40 a?os) 1.300, la pasada temporada unos 2.600 y ahora m¨¢s de 3.100, ya por delante de Celtics (2.500) y Bulls (2.600) y solo por detr¨¢s de Lakers (3.300) y Knicks (3.600), los dos gigantes del eje Oeste-Este: Nueva York y L.A. Los Warriors, en lo que definen como el movimiento m¨¢s ambicioso de la historia y uno que deber¨ªa asegurar la bonanza de la franquicia durante d¨¦cadas, esperan que el Chase Center redimensione hacia la c¨²spide de ese ranking las ganancias de un equipo que ya es una gallina de los huevos de oro: el nombre del nuevo pabell¨®n viene del mayor acuerdo de naming de la historia del deporte estadounidense (20 millones al a?o durante 20 a?os con JPMorgan Chase). Y de los nuevos parches de publicidad que ha introducido la NBA en la parte superior izquierda de las camisetas de los equipos, ninguno vale m¨¢s que el de los Warriors: 60 millones al a?o del gigante tecnol¨®gico japon¨¦s Rakuten, el patrocinador tambi¨¦n del Barcelona.
La llegada a San Francisco, en la 2019-20
La sostenibilidad deportiva del actual proyecto, uno de los mejores equipos de la historia, es fundamental. Stephen Curry ya firm¨® un nuevo contrato de 201 millones de d¨®lares. Este verano lo har¨¢ Kevin Durant y en los dos pr¨®ximos, como mucho, tocar¨¢ retener (o intentarlo) a Klay Thompson y Draymond Green. Desde (2017) el inicio de la pasada temporada hasta 2021, los Warriors invertir¨¢n m¨¢s de 1.100 millones de d¨®lares (esos son sus c¨¢lculos) en sus jugadores, la piedra fundacional de todo lo dem¨¢s pero, no hay que olvidarlo, m¨¢s dinero que los 1.000 que va a costar (1.400 si se ampl¨ªa a las torres de oficinas) el nuevo complejo del Chase Center. Y eso sin entrar en posibles impuestos de pesadilla (hay proyecciones inalcanzables de cientos de millones) por superar el tope salarial permitido para retener a sus cuatro estrellas, algo fundamental de cara a la mudanza.
Ese salto al otro lado del puente se producir¨¢ para el arranque de la temporada 2019-20. Queda menos de un a?o y medio y 450 trabajadores siguen avanzando en los plazos previstos en, al menos, lo que se refiere a la obra. Ya han retirado casi 300.000 metros c¨²bicos de escombros y levantado 1.300 pilares siguiendo a pies juntillas un manual de m¨¢s de 200 p¨¢ginas.
Pero los problemas, superados la mayor¨ªa de obst¨¢culos burocr¨¢ticos y judiciales, no han desaparecido del todo. El principal sigue vinculado al tr¨¢fico y el transporte. Generalmente, los proyectos que van a movilizar a un volumen tan alto de personas se buscando una ubicaci¨®n ¨®ptima. Los Warriors optaron por la zona que prefer¨ªan en cualquier caso, Mission Bay, y por una apuesta por una readaptaci¨®n casi total de ella. Y no es f¨¢cil. El proyecto, fue a priori uno de los grandes triunfos del equipo, iba a ser de financiaci¨®n completamente privada. La parte p¨²blica ser¨ªa devuelta a trav¨¦s de un impuesto en las entradas para los partidos y en los locales de restauraci¨®n, y los Warriors pasar¨ªan a generar unos 19 millones de d¨®lares al a?o para la zona y su nueva ciudad. La clave del proyecto es la estaci¨®n en el nuevo metro subterr¨¢neo (central subway Project) que, primer problema, lleva un enorme retraso. La parada de Chinatown, por ejemplo, tendr¨ªa que haber estado lista el pasado diciembre y ya se habla de la primavera de 2021. En 2015, la parte correspondiente a Mission Bay estaba presupuestada por debajo de los 30 millones (unos 27) que despu¨¦s pasaron a 33, a los que se han sumado 18 para realinear las v¨ªas en la nueva parada, un paso que requiere transformar las calles afectadas, y unos 11 en vagones. En total, casi 62 millones que dispara un presupuesto en el que el ayuntamiento y la empresa municipal de transportes (los ciudadanos, en definitiva) cargan con un coste con el que no contaban. Los Warriors, por la arquitectura del acuerdo firmado, no empezar¨¢n a aportar a esa parte de la inversi¨®n hasta que los nuevos aficionados no comiencen a llenar el Chase Center y a generar ingresos. La nueva parada de metro, que tendr¨¢ casi 30.000 metros cuadrados, se ha convertido en un quebradero de cabeza y Art Torres, de la agencia municipal de transporte, cruza los dedos para que lo que generen los Warriors acabe compensando. La inversi¨®n v¨ªa impuestos ya ha superado los 10 millones.
Porque esta nueva estructura que deb¨ªa suavizar los problemas de acceso y aparcamiento en la nueva casa de los Warriors ten¨ªa que estar lista para la primavera de 2020, con la temporada NBA ya avanzada, pero muchos creen que los plazos ir¨¢n bastante m¨¢s all¨¢. Y mientras tanto, el problema de colapso ser¨¢ cada vez mayor y la experiencia de los primeros visitantes del Chase Center, peor de lo previsto. La riqueza de Silicon Valley, que est¨¢ desatando una guerra social en San Francisco por la terrible gentrificaci¨®n que ha generado su nueva burbuja inmobiliaria, tampoco ayuda, aunque el dinero que crea esas fortunas vaya a ser el que llene los palcos y suites del nuevo pabell¨®n: los contratistas privados tienen tantos frentes abiertos y tanta obra a tiro que no han pujado por hacerse con este proyecto clave para la mejora de las comunicaciones en la ciudad. Las nuevas v¨ªas de liquidez alcanzan a abonados y futuros abonados de los Warriors, que probablemente tengan que pagar una fianza inicial (membership program) de unos 15.000 d¨®lares que les ser¨¢ devuelta en unos 30 a?os.
Por eso los Warriors cuidan con esmero la comunicaci¨®n, abiertos varios frentes en un proyecto mastod¨®ntico en el que tratan de recalcar sus incuestionables bonanzas. Econ¨®micas y sociales. Y en este sentido conviene no perder de vista a la WNBA como parte del futuro: la liga profesional femenina, que la NBA est¨¢ modernizando y optimizando a su imagen y semejanza, pasa por un momento excelente: las audiencias de televisi¨®n han subido un 11%, la pasada temporada m¨¢s de 1,7 millones de personas acudieron a los pabellones y en 2013 se ya se consideraba que la mitad de la franquicias daba beneficiosos cuando tres a?os antes Connecticut Sun se hab¨ªa convertido en la primera (y ¨²nica) en hacerlo.
La Bah¨ªa es el sexto mercado televisivo m¨¢s grande de EE UU y lleva veinte a?os sin equipo femenino profesional. En todo el norte de California, son ocho desde la desaparici¨®n de Sacramento Monarchs. El ¨²ltimo equipo de San Francisco, las Pioneers (1979-81) que jugaban en la Women¡¯s Basketball League, tuvieron como due?o a Lacob, el propietario de los Warriors, que ve con los mejores ojos el proyecto WNBA para el Chase Center. Y como dice el presidente Welts, ¡°donde Lacob pone el ojo, pone el dinero¡±. Quiz¨¢ no sea en el cort¨ªsimo plazo pero la expansi¨®n de los Warriors a la WNBA es otro proyecto que ser¨ªa muy positivo y que camina vinculado a la nueva era que marcar¨¢ el Chase Center. Para unos Estrella de la Muerte y para otros Arca de No¨¦ de los nuevos tiempos. Pero, sin duda, un gran paso hacia al futuro para los Warriors y, seguramente, para todo el deporte estadounidense.