"?S¨ª, s¨ª, s¨ª, nos vamos a Par¨ªs!"
¡°?S¨ª, s¨ª, s¨ª, nos vamos a Par¨ªs!¡±. La grada del Campo Central de la Complutense entonaba este c¨¢ntico seg¨²n se acercaba el final del Espa?a-Portugal de rugby. Es el mismo grito que se populariz¨® en el lejano 1983, despu¨¦s del famoso 12-1 de la Selecci¨®n de f¨²tbol ante Malta que clasificaba para la Eurocopa. La nueva gesta no llega a esa dimensi¨®n, pero la dificultad de la conquista seguramente s¨ª sea superior, en un deporte con bastante menos tradici¨®n aqu¨ª. La historia tambi¨¦n canta: los Leones s¨®lo han jugado una de las nueve ediciones de la Copa del Mundo, all¨¢ por 1999. Espa?a volver¨¢ a ser mundialista 24 a?os despu¨¦s, en Francia 2023. Es posible que ni siquiera pise Par¨ªs, porque sus cuatro partidos de la primera fase est¨¢n programados en Burdeos y Lille, y con Sud¨¢frica, Irlanda y Escocia entre los compa?eros de viaje, el realismo empuja a pensar que no se avanzar¨¢ mucho m¨¢s. Pero la experiencia tiene que servir para seguir creciendo.
El pasaporte al Mundial es un gran paso, que paralelamente alivia el escozor de los catastr¨®ficos sucesos que dejaron fuera al XV del Le¨®n del ¨²ltimo certamen de Jap¨®n 2019. Por refrescar memorias, Espa?a sucumbi¨® en el partido decisivo ante B¨¦lgica en Bruselas, tras un tendencioso arbitraje de Vlad Iordachescu. La federaci¨®n europea, presidida por un rumano, design¨® a un colegiado rumano que provoc¨® un resultado que clasificaba a Ruman¨ªa. El suceso, y la bronca posterior de los jugadores, destap¨® que el rugby comparte las mismas miserias que otros deportes, aunque se propague lo contrario. La cosa acab¨® incluso peor, porque las denuncias cruzadas entre las partes acabaron con las exclusiones de Espa?a, Ruman¨ªa y B¨¦lgica por alineaciones indebidas. La reciente descalificaci¨®n de Rusia por la invasi¨®n de Ucrania, que obligaba a recomponer la tabla, hizo sobrevolar la sombra de otra decisi¨®n en los despachos que tumbara a los Leones, que habr¨ªan sido los m¨¢s perjudicados por la anulaci¨®n de esos resultados. Pero esta vez imper¨® la coherencia y la clasificaci¨®n se decidi¨® dentro del campo. Al grito de ¡®?s¨ª, s¨ª, s¨ª nos vamos a Par¨ªs!¡¯.