Espa?a jugar¨¢ el Mundial de rugby tras 24 a?os ausente
Los Leones tumban a Portugal en el partido decisivo y sellan el billete directo para Francia 2023, 23 a?os despu¨¦s de su ¨²nica aparici¨®n mundialista.
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La previsi¨®n da lluvia pero Madrid amanece soleada, como si el clima no quisiera chafar un domingo especial. Espa?a se juega contra Portugal el pase al Mundial de rugby en el Estadio Central. Un se?or reparte banderines y bocinas a la entrada del recinto. Se ven sudaderas de clubes de distintas partes del pa¨ªs. La orquesta de la Brigada Paracaidista Almog¨¢vares ameniza el ambiente. Los himnos se interpretan con ardor. La ocasi¨®n invita a ello. Algo m¨¢s de una hora y media despu¨¦s Espa?a ha ganado (33-28) y es equipo mundialista.
El primer zarpazo del Le¨®n llega al poco de comenzar la refriega. Zabala encuentra un hueco en la cortina portuguesa y lo explota con contundencia. Poco antes la primera infracci¨®n espa?ola ha terminado en tres puntos portugueses. Ordas no consigue transformar. No tarda en llegar la respuesta de los Lobos. Tras un maul en 22 se despliegan y Marta descarga en el costado izquierdo para el posado de Bento. Enmudece el Central. Por poco tiempo. Espa?a vuelve a la 22 rival y tras un maul colapsado Quercy irrumpe en zona de marca.
Portugal huele siempre a peligro cuando contraataca, pero Espa?a es un buld¨®cer en el placaje. El aire se podr¨ªa masticar. Pasado el ecuador de la primera parte la Selecci¨®n vuelve a pisar 22 contraria. Saca un golpe de castigo y lo juega valiente a la mano. Tercer ensayo, ahora de Pinto. Quiz¨¢ nadie lo merezca m¨¢s que ¨¦l. El 8 portugu¨¦s, Simoes, se retira conmocionado. Despu¨¦s, un tramo de calma chicha. La rompen los visitantes con una plataforma que traspasa la l¨ªnea de marca espa?ola. El ¨¢rbitro acude al TMO para decidir si concede cinco puntos a los Lobos. No cae esa breva, pero s¨ª el golpe de castigo. Contin¨²a la amenaza, que consuma a continuaci¨®n Bettencourt gracias a un gran salto de Marques. El toma y daca no para. Al filo del descanso entra de nuevo en escena el maul espa?ol. Lo corona Pinto. Es el cuarto ensayo. Siete puntos de renta para la segunda mitad. En lo que vuelven al pasto los jugadores se entona el Sweet Caroline.
Se reanuda la acci¨®n y Espa?a avanza hasta el medio campo. Un placador portugu¨¦s no se retira a tiempo y el golpe de castigo lo encaja en los palos Ordas en medio de un silencio sepulcral. Entra Titi Futeu por Fernando L¨®pez. Se va un capit¨¢n, llega un tractor. A los cinco minutos ya ha sentado a un portugu¨¦s, dejando a los Leones sobre la l¨ªnea de cinco. Dos fases despu¨¦s ensaya y el ¨¢rbitro vuelve a consultar el TMO. Lo anula, pero Espa?a se ha desmelenado y avanza metros con facilidad en el juego a la mano. Est¨¢ ganando la batalla f¨ªsica.
Otra infracci¨®n de los Lobos la castiga Ordas. Pero estos se resisten a ceder y Marques tampoco falla una sola patada. La diferencia oscila entre los siete y los diez puntos. Un empate obliga a la Selecci¨®n a puntuar en la ¨²ltima jornada en Georgia. Quiz¨¢ no sea el momento de jugar las faltas a touch, el sentido com¨²n aconseja sumar, pero Ord¨¢s lo hace llegando al ecuador del segundo acto. Cuando Portugal vuelve a incurrir en la ilegalidad, el apertura de Bayona pide palos. Dentro.
El pulso entra en una fase de trincheras. Contactos dur¨ªsimos, se mueven los banquillos. Despu¨¦s, un caos en el que emerge Ordas, que rompe la l¨ªnea portuguesa. Se la da a Guillaume, que la pierde, pero Facu Dom¨ªnguez saca un retenido que es oro puro. Las prisas traicionan a Merkler en un doble movimiento tras placaje en la 22 portuguesa y el ¨¢rbitro se lo sanciona. Guillaume roba la touch. El Central enloquece. Al poco, otra infracci¨®n. Bal¨®n para el rival. Los dos equipos son un manojo de nervios. Espa?a decide guardar la bola. Fases a la corta. Es la hora de las delanteras. Portugal, fiel a su estilo, buscando siempre el abierto, pero ganar metros es una tarea herc¨²lea.
Los desfibriladores se activan cuando los visitantes consiguen una touch en la 22 de los Leones. Para entonces todo el estadio est¨¢ en pie. La resistencia espa?ola ofrece escenas numantinas. La ofensiva parece morir en un adelantado con tres minutos por jugarse. "?S¨ª, s¨ª, s¨ª, nos vamos a Par¨ªs!", a¨²lla el p¨²blico. Marco Pinto vuelve desde el banquillo para disputar la ¨²ltima mel¨¦. La ganan los hombres de rojo, pero a Dom¨ªnguez se le cae el bal¨®n. El parto contin¨²a. Malie ve la amarilla intentando evitar a la desesperada el ensayo. Al final llega, obra de Madeira, pero el tiempo est¨¢ cumplido y los Lobos necesitan otro. Recogen el saque de centro y llega el retenido. Se acab¨®. Espa?a, 23 a?os despu¨¦s, est¨¢ clasificada para un Mundial de rugby (compartir¨¢ el grupo B con Irlanda, Sud¨¢frica, Escocia y Tonga o el campe¨®n de Asia) y puede alzar su primer t¨ªtulo del Seis Naciones B si derrota o empata con Georgia en la ¨²ltima jornada. La gente invade el campo. Quiere celebrar con sus h¨¦roes. El d¨ªa ser¨¢ largo. Atr¨¢s queda el desastre de Bruselas. Es tiempo de mirar al futuro.