Le bastaron 14 partidos para echar a volar
Sin duda era r¨¢pido. No solo, pero tambi¨¦n por eso, por la velocidad a la que era capaz de correr la banda izquierda de El Sardinero, sino porque solo necesit¨® 14 partidos, diez de Liga y cuatro de la Copa del General¨ªsimo (se llamaba as¨ª, que quieren que le haga) con la camiseta del Racing para despegar. El ¨²ltimo partido como racinguista fue, curiosamente, en Les Corts, cayendo eliminado en cuartos de la Copa frente al Bar?a de Ramallets y la famosa delantera de Basora, C¨¦sar, Kubala, Moreno y Manch¨®n, campe¨®n de Liga y Copa ese a?o. El Madrid, antes de que Gento cambiara El Sardinero por Chamart¨ªn en 1953, ¨²nicamente hab¨ªa ganado dos ligas y solo era el quinto equipo en el palmar¨¦s por detr¨¢s del Barcelona, el Athletic, el Atl¨¦tico de Madrid y el Valencia. Con el de Guarnizo en sus filas, y un a?o m¨¢s tarde con Marquitos, que tambi¨¦n salt¨® desde el Racing, ya fue otra cosa y desde su llegada empez¨® a ganar como si lo llevara en el ADN (que hasta entonces no era as¨ª).
Si como futbolista fue descomunal, en los banquillos nunca lleg¨® a Primera y lo dej¨® con 48 a?os. Sin embargo, pocos saben que su ¨²ltimo servicio en un campo de f¨²tbol volvi¨® a ser en El Sardinero, como seleccionador de Cantabria. Con la explosi¨®n de partidos de las selecciones auton¨®micas, Cantabria jug¨® contra Letonia (1998) y Estonia (2000). Ceballos, Helguera, Amavisca, De La Pe?a, Engonga, ?lvaro Cervera, Munitis..., un equipazo. Y Paco, el de Guarnizo, de seleccionador.