Virtualidad y realidad
La semana pasada mi hijo peque?o, de seis a?os, me asalt¨® con una de esas preguntas existenciales para las que nadie nos prepar¨® en la escuela de padres.
-Aita, si yo saliera en el FIFA, ?qu¨¦ media tendr¨ªa?
Resulta que el chiquit¨ªn ha comenzado a jugar con su hermano (ejem, ejem: y con su padre) al c¨¦lebre videojuego de EA Sports y las calificaciones de los jugadores se han convertido para ¨¦l en una suerte de medida de todas las cosas futbol¨ªsticas. As¨ª que ahora, cuando vemos un partido juntos, me ilustra sobre lo buenos/malos que son los porteros, defensas y delanteros a partir de lo que ha memorizado de la PlayStation.
La cuesti¨®n me trajo recuerdos. Durante un tiempo mi nexo con la Premier League fue el Football Manager 93-94, en cuyas partidas entren¨¦ a Ian Bishop o Chris Bart-Williams, que devinieron jugadores idolatrados por m¨ª, antes de haberlos visto jugar ni una sola vez. S¨ª, lo s¨¦, soy un friki. Me encantaba ese juego. Cuando muchos a?os despu¨¦s conoc¨ª en persona a Gordon Strachan, pens¨¦: 35 a?os, Leeds United, veinte puntos sobre veinte en Passing, Creativity, Influence y Flair; y record¨¦ lo grand¨ªsimo jugador que era en mi Commodore Amiga.
Tengo que reconocer que en no pocas conversaciones futboleras de mi vida he valorado a un jugador solo por lo que de ¨¦l sab¨ªa de los juegos de ordenador. Al fin y al cabo, no deja de ser una fuente de consulta, como cualquier otra. No siempre es fiable, por supuesto, que se lo pregunten a Cherno Samba o Tonton Zola Moukoko (si no sabes qui¨¦nes son, no eres de los m¨ªos), pero tampoco suele andar muy desencaminada.
Habr¨¢ quien piense que eso es alejarse de lo real. Pero, como preguntaba Morfeo a Neo inspir¨¢ndose en 'El discurso del m¨¦todo' de Descartes: ?qu¨¦ es lo real?, ?de qu¨¦ modo definir¨ªas la realidad? En lo que a f¨²tbol se refiere, virtualidad y realidad est¨¢n unidas desde el comienzo del juego, desde el momento en que comenz¨® a ser narrado, desde que f¨²tbol y relato se co-fundieron y confundieron. Y los videojuegos, al fin y al cabo, no dejan de ser un tipo de narrativas, como las novelas o la radio.