LaLiga: por favor, no tocar
A partir de una determinada edad te molestan los cambios. No hablo de grandes alteraciones vitales, que todos tenemos la pulsi¨®n de cambiar de vida de vez en cuando, hablo de peque?os cambios como que el supermercado de tu barrio var¨ªe la distribuci¨®n de las cosas. T¨² enfilas el camino hacia el pasillo de los huevos, con el piloto autom¨¢tico puesto, y te encuentras con suavizantes. No necesitas mucho m¨¢s para que se te alteren los chakras. Nos pasa tambi¨¦n con las redes sociales. Cambian los botones de inicio de Instagram y te tiras una semana farfullando en hebreo cada vez que entras en la aplicaci¨®n. Vamos a ver, si algo funciona para qu¨¦ lo cambian, para qu¨¦ lo tocan.
El pasado jueves, Luis Rubiales dijo en 'El Larguero' que hay que disminuir las jornadas de LaLiga para garantizar su futuro. S¨®lo hay dos opciones, a?adi¨®, "disminuir los equipos o cambiar el formato". Y la segunda opci¨®n parece la m¨¢s viable. As¨ª que desliz¨® varias ideas: 33 jornadas, m¨¢s de dos Cl¨¢sicos por temporada, campos neutrales... A los aficionados nos pasar¨¢ como a los usuarios de Instagram, un d¨ªa nos levantaremos y nos encontraremos con un botoncito que te lleva a la tienda de LaLiga, en el lugar en el que antes estaba el botoncito de los likes. A fin de cuentas, todo en esta vida, antes o despu¨¦s, termina conduciendo a una caja.
Los aficionados tenemos pretensiones mucho m¨¢s simples que partidos en campos neutrales de Qatar (supongo que por campo neutral no se refer¨ªa Rubiales a Los Pajaritos), cinco Cl¨¢sicos por temporada (mi frutero dice que para que los Cl¨¢sicos sigan siendo especiales tiene que haber menos partidos, no m¨¢s) o cualquier otra propuesta lucrativa. Los aficionados, y especialmente despu¨¦s de este ¨²ltimo a?o, tan s¨®lo queremos ir a nuestro estadio a ver a nuestro equipo, a ser posible en fin de semana y a una hora decente. Ya est¨¢, eso es todo, que es mucho. Hace poco el f¨²tbol era una cosa sencill¨ªsima, y precisamente por eso tan democr¨¢tica, universal y eficaz. Si complicas y cambias algo tratando de atraer a nuevos espectadores corres el riesgo de quedarte sin los viejos.