M¨¢rquez ante el abismo: qu¨¦ hacer cuando no se puede hacer nada

De todas las batallas que libra un deportista profesional, hay una para la que no est¨¢ nunca preparado. Ning¨²n entrenamiento la tiene en cuenta en su calendario. Es una batalla que le enfrenta a un rival ciego, sucio y sumamente injusto. Una batalla que suele producirse en el peor momento que, por norma general, coincide con el mejor momento del deportista. Hablo de la lucha tit¨¢nica por superar una lesi¨®n.

Hoy es Marc M¨¢rquez quien est¨¢ inmerso en un proceso de recuperaci¨®n, para m¨¢s inri, no exento de incertidumbre, dudas y especulaciones. Un terreno empantanado que han pisado no pocos deportistas. A su alrededor, un ruido exterior no deja de crecer, difuminando la batalla interior que libra el deportista para intentar evitar lo inevitable pues, cuando la lesi¨®n entra por la puerta, la motivaci¨®n salta por la ventana.

No caemos en el t¨®pico cuando decimos que la motivaci¨®n es como un motor. Lo es. Lo es porque es aquello que nos conecta directamente con la posibilidad de alcanzar nuestros objetivos a largo y corto plazo. De hacer realidad nuestros sue?os. No importa el qu¨¦. Sin motivaci¨®n, dif¨ªcilmente conseguiremos lo que queremos. Pero sin posibilidad real de conseguirlo, la motivaci¨®n sencillamente, desaparece. Es como la l¨ªnea recta que separa dos puntos.

Lo m¨¢s valioso que M¨¢rquez puede perder ahora no es una carrera, dos o tres. Ni siquiera un campeonato. Marc no quiere ganar. Solo quiere competir porque sabe que si compite gana (o puede ganar). Pero con una lesi¨®n que se hace fuerte por momentos (independientemente de las circunstancias particulares que la envuelvan) no peligra la temporada, peligra su motivaci¨®n porque peligran sus objetivos. Y viceversa.

No es el ¨²nico de nuestros grandes que en alg¨²n momento se ha visto amenazado por la p¨¦rdida de ilusi¨®n que conlleva una lesi¨®n como la de Marc: con m¨¢s dudas que certezas. Con m¨¢s preguntas que respuestas. Deportistas que han visto c¨®mo la l¨ªnea recta que claramente visualizaban se enmara?a de forma incomprensible.

Rafa Nadal conoce esa sensaci¨®n. En una entrevista en 2009 ¨¦l mismo hablaba de c¨®mo viv¨ªa ese constante goteo de molestias de las que no consegu¨ªa deshacerse: ¡°Uno pierde la ilusi¨®n de entrenar, de competir, porque no te ves con la misma energ¨ªa y eso te va destrozando¡±.

Desmotivaci¨®n: se?ales de alerta

La falta de motivaci¨®n se produce por la dificultad de ver ese objetivo final, ese prop¨®sito de vida, que da sentido a la inversi¨®n de tiempo y a la dedicaci¨®n diaria de cada una de las acciones que abordamos.

La motivaci¨®n es m¨¢s que un motor. Es una br¨²jula sin la que estamos perdidos porque somos incapaces de enfocarnos. La falta de motivaci¨®n es una vieja ¡®amiga¡¯ de muchos deportistas. Pero no es algo exclusivo del deporte. Digamos que es capaz de actuar en cualquier terreno.

La falta de motivaci¨®n llega cuando internamente se genera un conflicto entre lo que queremos y las posibilidades potenciales de alcanzar ese objetivo o meta profesional. Dos realidades que, por un motivo u otro, se alejan. Un conflicto que tiene muchas causas. La lesi¨®n es una de ellas. Pero tampoco tiene la exclusiva.

A veces un deportista pierde la motivaci¨®n porque en el proceso de crecimiento interno sus prioridades cambian y su trabajo e ilusi¨®n transitan, sin saberlo, caminos distintos. Puede que haya dejado de vibrar con el objetivo final o meta profesional por el que luchaba y no tiene o no encuentra la fuerza y tampoco la energ¨ªa para abordar las acciones necesarias para conseguirlo. Puede intentarlo, pero no fluir¨¢.

1.- Ser paciente

Nada es para siempre. Todo es temporal. Tambi¨¦n lo es una lesi¨®n. Ser paciente requiere de grandes dosis de aceptaci¨®n. Entender el punto en el que estamos y la (nueva) distancia a recorrer.

2.- Focalizarse en la recuperaci¨®n

Es el nuevo terreno de juego en el debe moverse el deportista. Su atenci¨®n necesita cambiar de foco y alejarse de la competici¨®n para centrarse en un nuevo escenario: la recuperaci¨®n. El partido ahora es otro.

3.- Conectar con tu cuerpo

Se mire por donde se mire, una lesi¨®n no tiene ning¨²n lado bueno, pero s¨ª puede ayudar al deportista a conectar con sus sensaciones. Escuchar a nuestro cuerpo, entender qu¨¦ necesita y fluir con ¨¦l (y no contra ¨¦l) es clave para avanzar en la recuperaci¨®n.

Adi¨®s frustraci¨®n, hola autoconfianza

No podemos olvidar que, en cualquier proceso de recuperaci¨®n, motivaci¨®n y confianza trabajan juntas. Son del mismo equipo. Por eso, cuando la desmotivaci¨®n amenaza con hacer ¡®chas¡¯ y aparecer a nuestro lado, es momento de sacar al terreno de juego otro jugador: la autoconfianza. En competici¨®n, la autoconfianza se traduce en el conocimiento claro y real de tus cualidades y tus capacidades como deportista.

La autoconfianza, sin embargo, no es una habilidad que adquiere el deportista por ¡®gracia¡¯ de dios o por ciencia infusa: es un conocimiento honesto que implica valorar tus fortalezas y saber que, pase lo que pase, puedes y est¨¢s dispuesto a dar lo mejor de ti en cualquier situaci¨®n, por dif¨ªcil que parezca. Si quieres saber c¨®mo desarrollar una autoconfianza de acero en competici¨®n, no te pierdas este art¨ªculo.

La autoconfianza del deportista en su potencial es clave. Marc conoce y conf¨ªa en sus posibilidades, por encima de cualquier lesi¨®n que merme sus metas a corto o medio plazo. ?l sabe que es cuesti¨®n de tiempo y que debe reajustar sus objetivos para que la motivaci¨®n siga intacta. Sin olvidar que alejarse del ruido y la presi¨®n a?adida que una lesi¨®n genera es imprescindible para focalizar su atenci¨®n en un nuevo ¡®asfalto¡¯ en el que solo ¨¦l es el protagonista.