Ser o no ser un l¨ªder: esa es la cuesti¨®n
Con el ¡®Cholo¡¯ en el banquillo, en el equipo rojiblanco no juegan 11 jugadores, siempre juega uno m¨¢s.
Ser un buen l¨ªder no garantiza la victoria. Va mucho m¨¢s all¨¢ de la victoria. Quiz¨¢ la victoria tarde 10 a?os en sucederse. O 20 partidos. Es el caso del ¡®Cholo¡¯ Simeone contra el FC Barcelona. Desde que aterriz¨® en el Atl¨¦tico de Madrid, el t¨¦cnico argentino no hab¨ªa saboreado las mieles de arrebatarle al conjunto blaugrana los 3 puntos. S¨ª le hab¨ªa ganado en Copa del Rey. No en LaLiga. A¨²n. Pero no haber ganado hasta este s¨¢bado no le ha restado ser un buen l¨ªder a lo largo de todas estas temporadas.
Ser un buen l¨ªder, de hecho, tiene mucho que ver con la derrota. Con c¨®mo se gestiona la derrota y c¨®mo se gesta la lucha. Desde 2011, el palmar¨¦s del Cholo brilla con luz propia. Alcanza cotas y n¨²meros extraordinarios para el club rojiblanco, pero tambi¨¦n amargas derrotas. Nadie duda de que su mejor legado, sin duda, ser¨¢ su ya m¨ªtico: ¡®partido a partido¡¯. No puede tener m¨¢s raz¨®n. Al fin y al cabo: un buen l¨ªder no nace, se hace (d¨ªa tras d¨ªa).
El Cholo lleg¨® a un Atl¨¦tico de Madrid acostumbrado a vivir en crisis permanente. Con permiso de alg¨²n oasis temporal, la tarea que afrontaba era tit¨¢nica. Fue partido a partido, y lo consigui¨® en apenas cinco meses. Desde entonces, necesitar¨ªamos otro art¨ªculo para revisar todas las gestas acometidas al frente del equipo colchonero. Pero a nadie se le escapa una cosa: gane o pierda su equipo, el Cholo es un l¨ªder con una mentalidad imparable. El s¨¢bado gan¨®, pero estoy segura de que si hubiera perdido su liderazgo no se cuestionar¨ªa.
El Atl¨¦tico es hoy un grande forjado a s¨ª mismo. Sin complejos y con un camino particular que el Cholo fielmente se encarga de ir trabajando. Lo ha conseguido como lo hace un buen l¨ªder: inspirando el cambio desde dentro. Destruyendo desde el primer minuto la inercia de un equipo que no sab¨ªa salir de su papel de ¡®eterno perdedor¡¯. Un equipo (y una afici¨®n) que quer¨ªa, pero que no pod¨ªa. Nadie a¨²n le hab¨ªa explicado al Atl¨¦tico que s¨ª se pod¨ªa. Porque nadie en el Atl¨¦tico hab¨ªa pensado diferente.
Al final, como en cualquier ¡®empresa¡¯ o proyecto, se trata de obtener resultados diferentes, haciendo las cosas diferentes. Y el Cholo lo hizo. Como lo hacen los buenos l¨ªderes.
Un l¨ªder se atreve a pensar diferente, aunque eso signifique revelarse contra lo establecido, porque tiene claro d¨®nde quiere llegar. Un l¨ªder conf¨ªa, inspira y trabaja con su equipo a trav¨¦s del autoconocimiento (la mejora continua), la estrategia (est¨¢ dispuesto a romper las reglas) y la estructura (que le proporciona el orden en los procesos y permitir¨¢ al equipo crecer sin l¨ªmites).
Es la diferencia entre un entrenador y un l¨ªder. O entre un capit¨¢n y un l¨ªder. O entre un jefe y un l¨ªder. El segundo tiene una visi¨®n integral del equipo: lo conoce, lo entiende, lo eleva. Detecta sus puntos fuertes y sus puntos d¨¦biles y crea una estrategia que saca el mayor rendimiento de su potencial. La estrategia de Simeone ha insuflado de personalidad propia al equipo, m¨¢s all¨¢ de un jugador, m¨¢s all¨¢ de una victoria o una derrota. Un equipo por encima de cualquier individualismo, capaz de superar la marcha de su m¨¢xima estrella sin perder un ¨¢pice de su juego.
Los t¨ªtulos volvieron al Vicente Calder¨®n primero y al Wanda Metropolitano despu¨¦s cuando el equipo encontr¨® la confianza y el respaldo de algo m¨¢s que un entrenador que los dirig¨ªa desde el banquillo. Alguien capaz de llevarse al equipo a sus espaldas y remar con ¨¦l. Porque un buen l¨ªder no es aquel que va primero, sino aquel que sujeta cuando alguien no puede y aquel que m¨¢s empuja cuando se necesita. Alguien que realmente siente pasi¨®n.
Con el Cholo en el banquillo, en el equipo rojiblanco no juegan 11, siempre juega uno m¨¢s. Uno que suda con ellos la camiseta, que se comunica con ellos con claridad, sin miedo, sin complejos, ajeno a las cr¨ªticas y a la presi¨®n externa. Que toma decisiones con determinaci¨®n y asume las consecuencias. Eso es ser un buen l¨ªder. Su ¨²nica presi¨®n es su exigencia.
Cambiar la mentalidad es un paso sine qua non para convertir un equipo en equipo ganador. No depende de los fichajes estrella. De eso sabe mucho el Cholo. Y de eso tambi¨¦n va una pel¨ªcula que tambi¨¦n habla de estrategia, de personas, y de c¨®mo potenciar el rendimiento y la motivaci¨®n de un equipo ¡®que se cree menos¡¯.
¡®Moneyball¡¯ no es una pel¨ªcula m¨¢s sobre b¨¦isbol: habla de l¨ªderes que se atreven a pensar diferente. Es la historia de un equipo (los Oakland Athletics) que ve c¨®mo sus mejores jugadores se marchan. Se queda absolutamente desmembrado y sin presupuesto pero cuenta con ex jugador convertido en directivo (Billy Bean interpretado por Brad Pitt) capaz de articular una estrategia que les har¨¢ llegar hasta lo m¨¢s alto. Una pel¨ªcula que nos ense?a a salir de la zona del confort.
Que otros equipos necesiten estrellas para ganar, no signifca que un equipo las alcance sin ellas.