Reflexiones desde el confinamiento
La crisis sanitaria del coronavirus crear¨¢ una nueva escala de valores en nuestras vidas.
Confieso que soy algo perezoso, qu¨¦ le vamos a hacer. Al menos en fr¨ªo. Me refiero que, a menudo, me cuesta ponerme en marcha para hacer algo que, justo a continuaci¨®n, s¨¦ que disfrutar¨¦. No me refiero a las reticencias hacia actividades que son ingratas, sino por ejemplo a coger la bicicleta un d¨ªa demasiado fr¨ªo o con amenaza de lluvia. A veces pienso que busco demasiadas excusas para arrancar, incluso siendo consciente de que me arrepentir¨¦ de ello con seguridad.
Hace cuatros a?os?la vida me ret¨® a superar una larga recuperaci¨®n f¨ªsica, con seis meses de baja laboral y otros tantos para volver a cierta normalidad cotidiana. Un accidente de moto que pudo ser mucho peor me llev¨® a una situaci¨®n desconocida para m¨ª, jam¨¢s hab¨ªa pasado m¨¢s de un par de d¨ªas en cama por un resfriado. Tuve mucho tiempo para pensar entonces, para darme cuenta de lo mucho que echaba de menos insignificancias, de lo privilegiado que soy con mi estilo de vida, mi entorno y mi trabajo.
Cre¨ª que hab¨ªa aprendido la lecci¨®n pero no fue as¨ª. Por desgracia. La rutina, las obligaciones, las responsabilidades y de nuevo la pereza me hicieron volver a esa din¨¢mica que hab¨ªa repudiado no demasiados meses antes. Las ebikes me ayudaron a mantenerme firme en mi prop¨®sito, me resultaba m¨¢s agradable y menos duro salir a pedalear que con esa bicicleta muscular que tantas satisfacciones me dio cuando mi forma f¨ªsica era otra.
Sin embargo ahora, confinado en casa desde hace ya un mes (s¨ª, yo comenc¨¦ bastante antes este aislamiento que ahora es general), vuelvo a ser consciente de las muchas oportunidades que he dejado escapar. Con la bici y sin ella. Esos planes pospuestos o esas salidas anuladas por motivos que realmente no lo merec¨ªan. Hoy me arrepiento de cada ocasi¨®n que desperdici¨¦, de ser incapaz de valorar consecuentemente lo mucho que nos aportan esas peque?as cosas que tanto despreciamos por frecuentes o sencillas.
S¨¦ que no descubro nada nuevo, todos estamos en una situaci¨®n similar, cada uno con nuestras circunstancias pero sufriendo y preocupados. Privados de algo tan simple y tan precioso como la libertad, la movilidad, el deporte¡ Tampoco quiero dar lecciones a nadie, ni sentirme tentado de difundir una psicolog¨ªa de cu?ado. De eso ya vamos sobrados a nuestro alrededor, basta con echarle un vistazo a las redes sociales o encender un rato la tele. Solo pretendo, como siempre en este espacio, compartir con vosotros mis experiencias, mis sensaciones y mis pensamientos.
Fue as¨ª desde el primer d¨ªa en que puse en marcha este blog, mi objetivo era hacer part¨ªcipe a aqu¨¦llos que lo desearan del descubrimiento del para m¨ª fascinante mundo de las bicicletas el¨¦ctricas. Muchos me ven¨ªs acompa?ando desde entonces, fielmente como avalan las audiencias, lo que os agradezco como no pod¨¦is imaginar. Por eso me he animado a escribir estas l¨ªneas, para desearos en primer lugar que esta tragedia os salpique lo menos posible, a pediros que sigamos teniendo paciencia en tan duro trance y, no menos importante, a que intentemos sacar algo positivo de semejante desastre.
Lo estamos pasando mal y el panorama no va a cambiar en el corto plazo. Tras la emergencia sanitaria llegar¨¢ la econ¨®mica, debemos estar preparados para ello. Y creo que, para superar tantos obst¨¢culos, resultar¨¢ b¨¢sico reencontramos con lo esencial, con lo importante y lo valioso. La familia, la salud, los amigos, el bienestar f¨ªsico y emocional, el deporte e incluso el trabajo. Todo cuanto da sentido a nuestra existencia deber¨ªa pasar a ser primordial, dejando atr¨¢s lo intrascendente, superficial y artificial.
Estoy seguro de que cada uno de nosotros suspiramos por el d¨ªa de volvernos a ver subido en la bici, da igual del tipo que sea, disfrutar de los caminos, el verdor, la brisa de la ma?ana o la luz del atardecer. Saber que ese momento llegar¨¢ debe ayudarnos a salir adelante, a no perder la esperanza. Eso s¨ª, tambi¨¦n deber¨ªamos prometernos aprovechar la nueva oportunidad y recordar siempre lo que este reto may¨²sculo nos ense?e. No comet¨¢is el mismo error que yo.
Cuidaos mucho.