Un a?o sin primavera
Muchos de nosotros, seguramente la mayor¨ªa, cambiar¨ªamos varios comportamientos que hemos tenido cuando el coronavirus ya sobrevolaba nuestro entorno y era dif¨ªcil imaginar, o simplemente nos resist¨ªamos a ello, que ¨ªbamos a sufrir una situaci¨®n tan desoladora y dolorosa como la actual. La realidad nos ha atropellado. Sin piedad. Voy a poner un ejemplo de ciclismo, porque en definitiva esto es un peri¨®dico deportivo. Cuando empez¨® la Par¨ªs-Niza, siete equipos dieron la espantada porque consideraban peligroso disputar la ronda. Aquello son¨® como una decisi¨®n exagerada, precipitada, porque Francia no se hallaba en un escenario como Italia, ni mucho menos. Pero seg¨²n avanzaron los kil¨®metros, y el pat¨®geno en paralelo a ellos, la decisi¨®n de estas escuadras fue ganando coherencia, a la par que la competici¨®n se convert¨ªa en un verso suelto, que chirriaba entre un torrente de contagios y cancelaciones. La carrera acab¨® un d¨ªa antes. Sin mayor gloria. Como escribi¨® Alfredo Rela?o, ¡°parec¨ªa un rabo de lagartija sacudi¨¦ndose separado de un cuerpo sin vida¡±.
El ciclismo est¨¢ parado, como el resto del deporte, y ya veremos cu¨¢ndo se retoma. Hasta mayo se ha suprimido casi todo, incluido el Giro, y ahora las miradas apuntan a junio y al Tour. Hay margen, pero nadie sabe cu¨¢nto. La UCI, de momento, ha estirado el curso hasta noviembre, con la intenci¨®n de reubicar las cl¨¢sicas y la Corsa Rosa. Los ciclistas, mientras, se buscan la vida. Quienes a¨²n pueden salir a la calle, como pasa en B¨¦lgica, ruedan sin problema, pero los que est¨¢n confinados en casa tienen que echarle imaginaci¨®n y arrojo: mucho rodillo y carreras virtuales. Este s¨¢bado tendr¨ªa que haberse disputado la Mil¨¢n-San Remo, una carrera que tradicionalmente abre uno de los periodos m¨¢s atractivos del calendario ciclista. Este a?o nos hemos quedado sin primavera. Pero volver¨¢ a florecer.