La gran noche del muro Varol
Nunca ha parado nadie en el Bernab¨¦u tanto como lo hizo ese muchacho turco de 21 a?os la noche del 13 de noviembre de 1958, con el Besiktas.
Turqu¨ªa hab¨ªa dejado a Espa?a sin Mundial 54. Una eliminaci¨®n truculenta, con desempate en Roma resuelto por la mano inocente de un bambino. Tanto impact¨® aquello que el Bar?a contrat¨® para la 54-55 al seleccionador turco, el italiano Sandro Puppo, para sustituir al celeb¨¦rrimo Fernando Daucik.
As¨ª que cuando al Madrid le toc¨® en la cuarta Copa de Europa el Besiktas, turco, hubo una sacudida. El entrenador era italiano, Remondini, siniestra coincidencia. Era un equipo joven, con s¨®lo dos mayores de 22 a?os, uno de ellos el internacional Ahmet, figura de Turqu¨ªa. Siete de los j¨®venes formaban la base de la Selecci¨®n B. Aunque el Madrid llevaba ya ganadas tres ediciones, todo inquietaba. Y eso que Remondini lleg¨® con piel de cordero: ¡°Mis jugadores nunca juegan en hierba ni con luz artificial. No es f¨¢cil adaptarse¡±. En Turqu¨ªa a¨²n se jugaba en campo pelado, bien lo recordaban los espa?oles que hab¨ªan perdido all¨ª 1-0 en 1954.
Carniglia saca los que para m¨ª son los once mejores, puesto a puesto, del ciclo de las cinco copas europeas. Alonso; Marquitos, Santamar¨ªa, Lesmes; Santisteban, Z¨¢rraga; Kopa, Rial, Di St¨¦fano Puskas y Gento.
El Besiktas se planta atr¨¢s, con s¨®lo Ahmet descolg¨¢ndose hacia arriba en busca de voleones largos. El Madrid juega bien. Su lujosa delantera abre huecos y remata, pero pronto descubre que entre los palos de la meta turca hay un coloso, cuyo nombre se repetir¨¢ durante a?os: Varol.
Lo mismo corta centros en salidas acertadas que se echa a pies del que llega suelto o vuela como un rel¨¢mpago para rechazar o blocar. As¨ª una y otra vez. Cuando hay rechace, el remate subsiguiente le rebota en el est¨®mago, en la frente, en un codo, en el culo... El Madrid se hab¨ªa fijado el objetivo del 3-0 en la ida y llega 0-0 al descanso. Bernab¨¦u se come el puro mientras le aguanta a Jes¨²s Fueyo, Director General de Prensa y Radio del Movimiento, la brasa para que retire una querella por injurias al Diario Ja¨¦n, a lo que se niega.
Al fin, en el minuto 57, un tirazo de Santisteban desde fuera del ¨¢rea limpia las telara?as en la escuadra izquierda de Varol, que no llega. El Besiktas se eriza m¨¢s, pega; el Madrid tambi¨¦n pega, Varol se multiplica. Y cuando tiene que sacar, pierde tiempo. En el 90 sigue el 1-0, cuando llega el en¨¦simo c¨®rner a favor del Madrid. Varol y dos compa?eros esconden el bal¨®n tras la porter¨ªa. Di St¨¦fano va all¨ª hecho una furia, sale a tortas con uno de ellos, Munir, y los dos son expulsados. Los dos se perder¨¢n el partido de vuelta.
Puskas saca el c¨®rner y se monta un barullo tremendo, un pur¨¦ de rebotes y patadas al bal¨®n que s¨®lo termina cuando es llevado, por pura furia, hasta la porter¨ªa, entre una mara?a de jugadores. Los madridistas cantan gol, el italiano Benetto, lo concede. La prensa se lo apuntar¨¢ a Kopa. De aquel entrevero sale Varol maltrecho, inconsciente, con un patad¨®n en el cuello. Se pone de portero el extremo Sofianidis. Varol sale en camilla, cubierto por una gabardina, pues su jersey se lo queda Sofianidis. No hab¨ªa cambios, ni siquiera el del portero en caso de lesi¨®n.
Benetto aplica un descuento largo que s¨®lo sirve para comprobar, con asombro, que Sofianidis tambi¨¦n para una barbaridad. Salva tres goles. La cosa acaba 2-0. El Madrid ha disparado 33 veces a porter¨ªa y 22 fuera. Han chutado todos menos Santamar¨ªa y Juanito Alonso. Puskas ha rematado 14 veces a puerta y seis fuera.
El Madrid hace el viaje de vuelta con aprensi¨®n y sin Di St¨¦fano. Llueve mucho, el campo es una laguna. Carniglia fortalece el equipo metiendo al s¨®lido Ruiz junto a Z¨¢rraga y al potente Jose¨ªto de extremo, mientras Kopa coge el 9 de Di St¨¦fano y Santisteban el 8 de Rial. El equipo salta al campo con una enorme bandera de Turqu¨ªa, portada por los once, para poner al p¨²blico a favor. Hay llenazo, acude hasta el presidente de la Asamblea Nacional, Refik Koraltan, pero ninguna agresividad ambiental. La bandera hace efecto, no hay aires de revancha. En el 14, Santisteban, otra vez ¨¦l, marca el 0-1, lo que despeja todo fantasma. El Besiktas empatar¨¢ en el 64. Los dos equipos son despedidos con ovaci¨®n.
El Madrid seguir¨¢ su camino hacia la cuarta copa consecutiva, pero Varol tardar¨¢ en olvidarse. Nunca ha parado nadie en el Bernab¨¦u tanto como lo hizo ese muchacho de 21 a?os la noche del 13 de noviembre de 1958. Jug¨® hasta los 40. La celebridad que le report¨® aquella noche le hizo incluso estrella de la pantalla. Rod¨® cinco pel¨ªculas, una sobre su vida. Con 82 a?os, vive en las afueras de Estambul. Hace poco public¨® sus memorias.