Nevera y neverazo
Los ¨¢rbitros que se equivocan pasan por la nevera, y eso constituye un gran hallazgo del l¨¦xico deportivo. Es decir, se quedan alguna jornada sin salir al terreno de juego para pagar de ese modo alg¨²n error. Sufren as¨ª un "neverazo", neologismo que consiste en aplicar el aumentativo "-azo" al valor metaf¨®rico del t¨¦rmino "nevera". Con ello se transmite mediante una fuerza tremenda la idea del castigo que sufre el pobre trencilla.
En la nevera guardamos los alimentos para que se conserven bien a la espera de abrir de nuevo sus envases. Y lo mismo ocurre con los ¨¢rbitros: el comit¨¦ los aparca un rato para que aguarden hasta la siguiente designaci¨®n sin perder propiedades; incluso con la esperanza de que recuperen alguna que se hab¨ªan dejado por el camino.
La nevera consist¨ªa antiguamente en un armarito destinado a guardar la nieve, o el hielo de f¨¢brica, para conservar all¨ª los alimentos. La Academia incorpor¨® ese sentido de la palabra en 1936, pero el t¨¦rmino est¨¢ documentado mucho antes (al menos desde el siglo XVII) para referirse al lugar de la casa que se manten¨ªa fresco.
Cuando el armarito que antes guardaba nieve o hielo fue dotado de un motor que produc¨ªa fr¨ªo, se transform¨® en un electrodom¨¦stico.
En Espa?a se comercializ¨® a partir de 1952, y lo llamaron "frigor¨ªfico", palabra que hab¨ªa entrado en el Diccionario en 1884 como vocablo cient¨ªfico referido a las mezclas qu¨ªmicas que generaban fr¨ªo. Es decir, se tir¨® de un t¨¦rmino viejo para designar algo nuevo; un fen¨®meno habitual en el idioma (del mismo modo que sucedi¨® con palabras como "teclado" o "pantalla", por ejemplo).
Aquellos primitivos armarios con hielo dejaron de existir, desplazados por la tecnolog¨ªa; y entonces ya no tiene tanto sentido diferenciar entre "nevera" y "frigor¨ªfico"; de modo que ahora usamos las dos palabras indistintamente. A¨²n m¨¢s: "nevera" est¨¢ tom¨¢ndose la revancha, porque ya ha adquirido mayor uso que su rival "frigor¨ªfico" en el lenguaje com¨²n (18,7 millones de menciones frente a 16 millones, en Google Espa?a, cuando hago la b¨²squeda).
A menudo, las palabras antiguas que se sienten desplazadas preparan su venganza.
Por eso mismo volvemos a hablar de "discos" en vez de "ced¨¦s" ("ha vendido millones de discos") o de "tocadiscos" en vez de "compact" ("puse el tocadiscos cuando ella lleg¨®").
Y de igual modo, "nevera" ha adquirido una nueva vitalidad entre nosotros, gracias tambi¨¦n al periodismo deportivo. Es de agradecer por todos¡ excepto por los ¨¢rbitros.