Se ha ido del partido
Uno de los m芍s recientes hallazgos brillantes de los narradores deportivos es la expresi車n "se ha ido del partido".
Como cualquier hablante del espa?ol entiende enseguida, estamos ante un uso metaf車rico. Es decir, de lenguaje figurado. Porque vemos que el tenista, el defensa o el portero que se han ido del partido siguen all赤, disput芍ndolo. Y por tanto no se han ido del partido.
En todo uso figurado se produce una incongruencia entre la realidad y la expresi車n literal. Si decimos "esa ni?a tiene en la cara dos luceros", comprendemos de inmediato que no es posible que dos objetos celestiales brillantes (es decir, dos luceros) est谷n en la cara de nadie; entre otras razones porque son muy grandes y normalmente se hallan muy lejos. Por eso el cerebro de quien recibe la met芍fora desecha de inmediato el significado literal y busca una segunda intenci車n comunicativa que tenga sentido. Generalmente, se cotejan las palabras sustituidas (en este caso "dos ojos") y las emitidas ("dos luceros"), para extraer las similitudes l車gicas entre ambas ideas y proyectar el significado emitido sobre el omitido. Con ello deducimos que la ni?a tiene unos ojos luminosos, brillantes, hermosos. Se trata de una analog赤a sencilla.
Del mismo modo, sabemos que la expresi車n literal "se ha ido del partido" constituye una incongruencia ante la cual hemos de buscar otro sentido, y entonces deducimos que en realidad lo que se ha ido es su esp赤ritu, su ansia de lucha.
Estas asociaciones de ideas se ejecutan en milisegundos, y a menudo no nos damos cuenta incluso de que se trata de usos metaf車ricos.
El lenguaje del f迆tbol, como el de otros deportes, est芍 lleno de estos recursos. Un jugador "peina" el bal車n, el disparo sale?"lamiendo el poste", el delantero lanz車 "un ca?onazo"...
En todas esas expresiones se produce una incongruencia entre el significado exacto de esas palabras y la realidad que vemos. El 谷xito de la met芍fora se alcanza cuando resulta f芍cil o accesible entender la relaci車n entre los hechos y lo que se cuenta de ellos, y cuando se representa en nuestro cerebro una imagen que logra congeniar ambos aspectos (el pelo que roza el bal車n como si fuera un cepillo, la pelota que toca suavemente el palo, el disparo potente...).
Todo eso es lo que sucede en "el jugador se ha ido del partido". O, como se dir赤a con otra met芍fora, "el jugador tiene la cabeza en otra parte". Y a nadie se le ocurre pensar que haya sido decapitado.