Sin Cristiano, Bale es por fin necesario
El madridismo est¨¢ en un grito porque lleva tres partidos sin gol, y no es para menos. Eso pasa de cuanto en mucho, y lo peor es que ahora se tem¨ªa. Se fue Cristiano, con su saco de cincuenta goles a la espalda, y eso despu¨¦s de que un a?o antes se fueran James y Morata, que tambi¨¦n hac¨ªan los suyos. Enfrascado en el raro capricho de tunear el Bernab¨¦u, Florentino lleva tiempo escatimando. Y, confundiendo deseos con realidades, dio en difundir la especie de que los goles que ya no marcar¨¢ Cristiano los podr¨ªan hacer entre Benzema y Bale. Tras caer ante el Atleti en Tallin, admiti¨® a rega?adientes fichar a Mariano. Pero la cuenta no le sale.
Benzema es a d¨ªa de hoy el ¨²nico jugador del Madrid que ha figurado en el once inicial en todas y cada una de las alineaciones oficiales de Lopetegui. Pero ya sab¨ªamos todos que no ser¨ªa, ¨¦l, sino si acaso Bale, y mirado eso con mucho optimismo, el llamado a suplantar, al menos a veces, a Cristiano. Algo les emparenta: altos, r¨¢pidos, chutadores... Versos sueltos. No conectan f¨¢cilmente con el juego colectivo (Bale menos incluso que Cristiano) pero tienen un aire intimidador, poderoso, resolutivo. El equipo se siente bien a su resguardo. Aunque hay una diferencia decisiva entre ellos: Cristiano estaba siempre. Bale falta mucho.
La ausencia de Cristiano hace a¨²n m¨¢s grave la fragilidad de Bale. Para no enga?arnos, cuando la bbC, las lesiones de Bale, nunca deseables, no eran un drama. Sal¨ªa Isco o el que fuera, el equipo se organizaba en 4-4-2 y la cosa resultaba. Ahora, si falta Bale, como tambi¨¦n falta Cristiano, el equipo se queda sin filo. Quedan las maniobras de orfebre de Benzema, las espaciadas genialidades de Asensio y, en caso extremo, el tremendismo de Mariano. Nada de eso es tan solvente como el poder¨ªo natural de Bale. Lo malo es que con frecuencia le duele algo, y de nada sirve que el club diga que no le pasa nada, porque el caso es que no sale.